foto
Extremadura se encuentra atravesada de este a oeste por dos grandes ríos que discurren de forma casi paralela: el río Tajo y el río Guadiana. Ambos ríos pertenecen a la vertiente atlántica. Las dos cuencas de estos ríos ocupan la mayor parte de la superficie de nuestra región. Tan sólo una pequeña zona del norte vierte sus aguas en el Duero (río Águeda) y otra zona, en el sur, desagua en el Guadalquivir (Rivera de Cala, río Bembézar y río Viar).
En general, los ríos extremeños tienen escaso caudal y la cantidad de agua que llevan está desigualmente repartida a lo largo del año, es decir, presentan un caudal irregular. Tenemos una excepción: los afluentes del río Tajo que nacen en el Sistema Central y presentan un caudal abundante y regular. El resto de los ríos extremeños tiene una gran escasez de agua durante el verano (estiaje), aumentando su caudal en invierno y en primavera; por tanto, la cantidad de agua que llevan depende de las escasas e irregulares lluvias que se producen en la región. Además, también varían su caudal de unos años a otros.
Son numerosos los pantanos o embalses, verdaderos lagos artificiales, que, favorecidos por el relieve extremeño, se han construido en las cuencas del Tajo y del Guadiana. Gracias a los embalses se ha podido solucionar el problema de los fuertes altibajos en el caudal de los ríos, por lo que los desastres naturales provocados por las sequías y por las crecidas se han reducido. El agua recogida en los embalses se emplea en el consumo doméstico de las poblaciones, en las actividades industriales, en la agricultura de regadío y en la obtención de energía eléctrica. Además, las áreas con agua embalsada ofrecen nuevas posibilidades en relación con el ocio y el turismo (pesca, acampadas, deportes acuáticos, senderismo, turismo rural, etc.), favoreciendo estas actividades económicas del sector terciario. Igualmente, en algunos casos, estas zonas presentan un especial interés ecológico como hábitats para determinadas aves migratorias (grullas, cigüeñas, etc.): son los casos de los embalses de Torrejón, Orellana o Cedillo.
Sin embargo, la construcción de embalses presenta aspectos negativos, como son la alteración de las condiciones naturales de las zonas. En efecto, se ha producido una modificación o destrucción del hábitat de muchas especies vegetales y faunísticas, que han desaparecido o han huido de las zonas inundadas. En ocasiones, han sido los seres humanos los que se han visto obligados a desplazarse hacia otros lugares, como en los casos de Talavera la Vieja y Granadilla, municipios cacereños que quedaron sumergidos, respectivamente, bajo las aguas de los embalses de Valdecañas (1964) y Gabriel y Galán (1965). En otros casos, determinados restos arqueológicos son amenazados por la inundación del territorio donde se encuentran (ruinas de la ciudad romana de Lacimurga en el embalse de Orellana).
TITULO: EL OBJETO Y YO - UNA MADRE CONTRA LOS DEBERES EXCESIVOS,.
Una madre contra los deberes excesivos
-
Apoya el calendario cántabro de ocho semanas de clase y una de descanso, pero reclama más medidas para que los padres puedan conciliar,.
-
Eva Bailén ha recogido más de 212.000 firmas para frenar el exceso de tareas educativas en el hogar,.
Diego estaba cansado. Cumplía con su trabajo y hacía un par de horas extras. Como el resto de sus compañeros. Pero hace un año, Eva dijo que ya era suficiente. No era normal que su hijo de diez años no pudiera disfrutar de tiempo libre. Además, la situación era extraña porque su hermana mayor (Laura) no tenía tantas tareas hogareñas. Ella había tenido la suerte de tener a una profesora más moderna, abierta a nuevas formas de enseñanza; a Diego le tocó a una profesora del «método tradicional».
Expuso sus quejas en el centro público de Tres Cantos (Madrid), donde estudiaban los tres hijos (falta Nadia, con nueve años), pero fue inútil. Así que Eva Bailén comentó el problema en su blog y creo una petición popular en internet para solicitar a las autoridades que se impliquen en este tema. «Al principio me sentía un poco Quijote», comenta. Un año después, más de 212.000 personas ya han firmado en Change.org la demanda. Pero el exceso de deberes, a juicio de Bailén, es solo «la punta del iceberg» de un sistema educativo que no funciona.
«Es solo una manera de justificar que, como no se está aprendiendo en el colegio, hay que mandar más cosas para que intenten aprender, pero no aprenden más. Es también un reflejo del miedo al olvido, a que no se les olvide a los niños lo que están practicando», reflexiona esta madre, ingeniera de telecomunicaciones y bloguera activa. «En verano, hay que seguir haciendo los cuadernitos porque piensan que se les olvida lo que han hecho durante el curso. No se confían en el aprendizaje del colegio. También hay miedo a que no lleguen al siguiente curso», añade.
Muchos progenitores consideran que el modelo de enseñanza que tuvieron es el mejor, cuando los tiempos han cambiado, y coartan cualquier modificación en la metodología de la enseñanza como la inclusión de las tecnologías con la excusa de que otro maestro sigue una fórmula clásica. «Hay contenidos en la red que pueden hacer unas clases más visuales», apunta. Bailén cree fundamental que todo el colegio apueste por un modelo moderno. «Tiene que haber cultura de centro porque en una empresa no hay un comercial que te vende un producto y al día siguiente hay otro comercial que te dice que es malo. No puede haber esa diferencia», remata.
Verdadera conciliaciónComo en casi todos los temas sobre educación, Finlandia también es un ejemplo en esto. Es uno de los países con menos deberes, con menos tiempo obligado en el colegio (entre los seis y los 16 años) y donde «hay más motivación». No obstante, Bailén reconoce que se están haciendo cambios. Poco a poco se está disminuyendo (en líneas generales) la carga de trabajo de los chicos en casa -Ciudadanos ha presentado sendas iniciativas en los parlamentos regionales de Madrid y Murcia- y de buscar modelos educativos pensados en los alumnos.
Ahí está el polémico calendario académico de Cantabria, que contempla ocho semanas de clase y una de vacaciones. Una propuesta similar a lo que se hace en el Reino Unido. «Como madre hubiera agradecido tener vacaciones a mitad de noviembre porque el primer trimestre se hacer larguísimo y más si tus hijos tienen tres horas de deberes todas las tardes. Creo que el calendario de hecho pensando en los niños, no en la conciliación. Nosotros entendemos como conciliación llevar los horarios de los niños a los horarios de los adultos y eso no es. Eso es fastidiar al niño, pero como el niño no se queja todos hacemos eso», argumenta.
«Todos necesitamos desconectar. Cuando me voy de vacaciones se me olvida la contraseña del ordenador. No pasa nada. Los niños también», incide Bailén, que también considera que la medida es buena para los profesores para preparar proyectos y clases. Pero este calendario, ya implantado, necesita que esté acompañado de medidas que ayuden a los padres. Horarios más flexibles y ampliar el teletrabajo son las opciones más fáciles de aplicar. «Si al final llevas al niño a las ocho de la mañana al colegio para hacer actividades lúdicas, no va a descansar», apunta Bailén, que ha acudido a los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid para explicar sus propuestas. Una madre que, al final, decidió sacar a sus hijos del colegio para buscar otro centro (público) con un sistema más moderno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario