( foto ) . La
pedanía de Rincón del Obispo ha sido uno de los pueblos de colonización
elegidos por la Junta de Extremadura para acoger, el día 30 de julio,
el taller-encuentro 'Pueblos de Colonización: un lugar de luz', dentro
del proyecto que la Junta está poniendo en marcha con diferentes
objetivos. La iniciativa trata de homenajear a los habitantes de estos
pueblos que son el motor e impulso de la economía del regadío; difundir
los valores arquitectónicos, urbanísticos, paisajísticos, naturales y
económicos de estos pueblos y buscar estrategias de desarrollo y
diversificación económicas. El taller estará abierto a todas las
personas que quieran participar y se realizará el día 30 de julio de
10.00 a 13.00 horas.
TITULO: Los toros la ser - UN GRAN TORO DE VALDEFRESNO,.
Los toros la ser ,.
Los toros es un programa radiofónico que dirige el periodista especializado Manuel Molés en la Cadena SER. Desde abril de 2015 se emite los lunes de madrugada tras ser sustituido de su horario habitual de emisión de los domingos por el programa Contigo dentro. Contó con la colaboración de Antonio Chenel Antoñete, fallecido en Madrid el 22 de octubre de 2011, siendo uno de los espacios más antiguos del panorama radiofónico nacional ya que continúa emitiéndose de manera ininterrumpida desde 1982.
Es un espacio taurino a modo de repaso informativo semanal. Consta de tertulias, entrevistas con los personajes de actualidad y crónicas de los eventos taurinos más destacados de la jornada.
TITULO: Los toros la ser - UN GRAN TORO DE VALDEFRESNO,.
Los toros la ser ,.
Los toros es un programa radiofónico que dirige el periodista especializado Manuel Molés en la Cadena SER. Desde abril de 2015 se emite los lunes de madrugada tras ser sustituido de su horario habitual de emisión de los domingos por el programa Contigo dentro. Contó con la colaboración de Antonio Chenel Antoñete, fallecido en Madrid el 22 de octubre de 2011, siendo uno de los espacios más antiguos del panorama radiofónico nacional ya que continúa emitiéndose de manera ininterrumpida desde 1982.
Es un espacio taurino a modo de repaso informativo semanal. Consta de tertulias, entrevistas con los personajes de actualidad y crónicas de los eventos taurinos más destacados de la jornada.
UN GRAN TORO DE VALDEFRESNO,.
No ha habido tarde de San Isidro sin toro que llevarse a la boca, Al menos uno. Incluso en las corridas más desabridas o menos propicias. En esta baza de juampedros de El Ventorrillo, tan desigual, los honores vinieron servidos por la calidad, la estampa y las gloriosas hechuras de un toro de Valdefresno, quinto de sorteo, que completó corrida. 550 kilos, hondo y largo, corto de manos y bajo de agujas, cuajo impecable, cuello fantástico, que había entrado de sobrero en varios festejos de feria.
Parece que llevaba en los corrales de las Ventas dos meses. Cuentan que fue sobrero en la inauguración de temporada, cuando la primera de las dos corridas de Victorino apalabradas para Madrid. Los resabios del toro corraleado y más de una vez enchiquerado suelen hacerse patentes y exageradamente ostensibles. Salvo por una mínima carrera inicial lamiendo tablas hacia chiqueros, no fue el caso de este hermoso ejemplar de Valdefresno, en la línea de mejor nota de la ganadería. ¡Aquel toro de Silveti en Fallas, oh! Un atanasio al aparato, y un atanasio muy notable. Por la forma de galopar. O de correr de partida con ritmo y ganas. Morenito de Aranda debió de ver el aire del toro antes que nadie, pues, luego de un sencillo recibo de lances limpios entre rayas, se plantó en los medios para dibujar en el mismo platillo dos delantales preciosos y rematar con larga airosa. El logro más brillante de capa de toda la tarde. Se arrancó de largo el toro al caballo; marró, rectificó y se pasó de castigo un picador a la defensiva.
En el quite entre varas, Morenito pegó muchos capotazos voceados. Un segundo puyazo cobrado fuera de límite pretendió camuflar la clase del toro, que se soltó solo una vez: en el remate por alto de un ajustado quite de David Mora por chicuelinas. Morenito replicó a la verónica, dos y una gran media, de bello dibujo. Tan traído y llevado, y tan mal picado, el toro amagó con renquear antes del quite de réplica. Aguantó. Y galopó en banderillas. No fue en la muleta todo lo apuntado, visto y esperado, pero fue. Prisas de Morenito en un arranque resuelto de faena, pero una faena que abundó de partida más en la filigrana que en el gobierno templado. Más la forma que el fondo. Antes de calentar ya se había enfriado la cosa. Exceso de cambios de mano, medios muletazos, un par de claudicaciones si el toro no venía prendido, más de un tirón. Y adiós toro. Un pinchazo, media defectuosa, tres descabellos, un aviso. Ni una palma en el arrastre.
Los tres de terna toreaban su segunda tarde de abono y cumplían feria. Las circunstancias: cuatro toros cinqueños, entre ellos, el de Valdefresno y un cuarto de tremendo remate, grandísimo pájaro negro tizón que llevaba la edad pintada en la expresión o el gesto, se empleó en el caballo con bravura legítima, cobró en varas y salió mermado e incierto del castigo, pero galopó en banderillas.
Nada sencilla la papeleta. Curro Díaz la resolvió con su resolución habitual. Áspero al tomar engaño, el toro acabó obedeciendo, y Curro templándose en un trato suave pero poderoso que tuvo por cima dos tandas ligadas en redondo. Ninguna de los dos tuvo eco. Ni siquiera en los puntos de la plaza donde tan querido se ha sentido de siempre Curro. No contó ni la entrega, que la hubo. O el no esconderse. Le afearon que apuntara al cielo con la punta de la espada antes de irse tras ella con fe.
Los otros dos cinqueños, tercero y sexto, fueron dos juampedros clásicos, sin rematar de cuartos traseros, muy descarado el último, bien hecho el otro. No se sabe con qué criterio se hicieron los lotes. El de Curro fue el más duro de tragar. El de David Mora, el más claro. En el de Morenito, junto al valdefresno, un ventorrillo anchísimo de pechos y popa que se paró y apagó enseguida. Más dispuesto que seguro David Mora con el tercero que, justo de fuerzas, metió la cara por la mano derecha. Los cuatro ayudados por alto con que David buscó la igualada, cosidos con uno de pecho y un recorte a pies juntos se celebraron con ruido. Por salirse de pauta trillada. Y una estocada muy valerosa. El sexto, de malos apoyos de manos, muy sacudido, 530 kilos de tablilla, fue protestado. Llamaron cabra al toro. Ya quisieran las cabras. No contó nada. El toro que partió plaza, remangado y reunido de cuerna, muy serio, pegó muchos cabezazos, acusó dos puyazos traseros que cobró cabeceando y blandeándose, y más de lo mismo hizo en la muleta.
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