TITULO: La clave - ¿Puede España alcanzar los 22 millones de afiliados durante la próxima legislatura?,.
¿Puede España alcanzar los 22 millones de afiliados durante la próxima legislatura?,.
Este es el reto que se marca el PP, algo que dependerá del ciclo económico y necesitará de un fuerte aumento de la población activa,.
foto / Un trabajador de la construcción,.
Crear más de un millón de empleos durante los próximos cuatro años para llegar a superar los 22 millones de afiliados a final de la próxima legislatura. Este es el reto que se fija el PP si asalta La Moncloa en las próximas elecciones. ¿Es un objetivo alcanzable?
Teniendo en cuenta que se han creado más de un millón de puestos de trabajo en el último año y medio puede que parezca que no es descabellado. Pero no son comparables, puesto que hay que tener en cuenta que España ha tenido un ritmo de crecimiento de empleo acelerado a consecuencia de la pandemia, que, aunque queda lejos, destruyó precisamente un millón de empleos en pocas semanas.
A partir de ahí, el empleo metió el acelerador y llegó a elevarse a ritmos que incluso superaron algunos meses el 5%, un nivel que no se veía desde hace muchos años, en más de una década. Creció muy por encima del PIB, algo inusual, y, de igual manera, se mantuvo indemne a acontecimientos externos como la crisis de precios y la guerra en Ucrania. Demostró una resiliencia desconocida y la Seguridad Social alcanzó máximos y sigue en estos últimos meses batiendo récords. Hay ya más de 20,8 millones de afiliados y, aunque el Gobierno preveía superar los 21 millones este verano, la desaceleración que se ha producido en los últimos dos meses pone en peligro este objetivo.
Superar los 22 millones se puede, sí, pero no será fácil, según señalan los expertos. «Se trata de un objetivo alcanzable pero la gran duda es en cuánto tiempo, ya que todo depende fundamentalmente del ciclo económico que haya en los próximos años», señala Valentín Bote, director de Randstad Research. Si se registra un ciclo negativo, no solo le costará más a España llegar a ese nivel, sino que incluso puede retroceder, advierte, tal y como ocurrió en las anteriores crisis económicas.
Estadísticas manipuladas
Eso sí, este experto pide al Gobierno que no «manipule las estadísticas» para sacar pecho de los buenos datos de empleo. «Ese espíritu de manipular la información aunque sea a corto plazo está en el ambiente», denuncia. Así, Bote pone de manifiesto que la obligación que había establecido el Ejecutivo de que a partir de octubre todos los becarios cotizaran, una de las derivadas que tenía era «engordar el número de afiliados» precisamente de cara a las elecciones, que eran en diciembre. «Si las elecciones no se hubieran adelantado, esto estaba previsto para llegar a los comicios con un nivel de afiliación dopado», explica. Por ello, demanda al Ejecutivo que ofrezca las cifras desglosadas, para saber cuántos de los afiliados son becarios y cuántos no. Del mismo modo, llama la atención sobre que, más de un año después de la entrada en vigor de la reforma laboral, aún no se sepa cuántos fijos discontinuos están trabajando y cuántos inactivos. «Dicen que no lo saben o que no han encontrado todavía el número», señala.
Más inmigrantes
Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA, condiciona que se puedan superar los 22 millones de cotizantes a que haya una activación fuerte de trabajadores, algo que tendría que venir de la mano de la inmigración o de una incorporación masiva de personas de la inactividad a la actividad. De igual manera, sostiene que dependerá también del contexto geopolítico y del aprovechamiento de los fondos europeos.
Por ello, piensa que este nuevo empleo tendría que darse en sectores intensivos de mano de obra, como la construcción, y en las industrias relacionadas con los PERTE.
TITULO: La Sexta Columna - 'Sayonara', maestro , Viernes -21, 28- Julio,.
Este viernes -21, 28 - Julio a partir de las 21:30 La Sexta, fotos,.
'Sayonara', maestro ,.
Un japonés con alma flamenca ,.
Hechizado por el artista Serranito, Yoichiro Yamada viajó desde su país a España, pero acabó sin hogar y murió en un banco de Madrid sin atrapar su sueño: ganarse la vida como guitarrista. Un libro revive su triste peripecia,.Una historia de amor, un hombre de honor y un viaje al límite de la enajenación. Tres evocadores sintagmas al servicio de un relato que contiene lo que tantas veces pedimos a la literatura y al periodismo. Que suene increíble. Un atributo que eleva clase de historias a un estatus superior, porque apela a este territorio donde lo inesperado puede ocurrir y desde luego ocurre. Es la triste vida, pero también memorable, de Yoichiro Yamada, protagonista del libro 'El tigre y la guitarra', un título que haría feliz a Borges. De Japón a España, de la civilización samurái a la cultura flamenca, hasta acabar sus días en un banco de una plaza de Madrid, donde se descubrió su cadáver. Llevaba entre nosotros 21 años.
Una asombrosa peripecia con final infeliz que golpeó a la vez dos corazones. Detonó una cuerda dormida en el alma de su autor, el periodista David López Canales, y activó después el interés de su editor, Julián Lacalle: «Me lo contó David por correo. No nos conocíamos, pero la historia me fascinó y decidí publicarla. Yo creo que es una bomba». Y David refuerza esa impresión emocional compartida, esa corazonada: «La historia me encontró a mí, pero luego tuve que ir a buscarla. Tropecé con ella porque estaba escribiendo un libro sobre la conquista de Japón por el flamenco. Cuando me la contaron por primera vez, me pareció una gran historia, pero iba a dejarla pasar. No me encajaba, pero luego reaccioné. No podía dejarla pasar. Ya me había sacudido. Lo tenía todo».
'El tigre y la guitarra' es la historia real de Yoichiro Yamada, un japonés que vino a España para ser guitarrista flamenco y jamás regresó a su país. Terminó abducido por dos mundos idílicos y en principio opuestos: el del flamenco que tanto amó y (de modo más bien latente) el mundo de los samuráis, la antigua civilización nipona de la que descendía. En su deriva no supo atinar con la salida a su propio laberinto. «¡Vuelve a casa!», le pedían sus amigos y su familia. Pero se negaba: no podía regresar porque no se había convertido en el guitarrista que soñó. Emprender el camino de vuelta iba, alegaba Yamada, contra su honor y el de su familia: en efecto, ahí aparece en su vida el segundo factor decisivo. Un sentido tal vez arcaico del honor.
David López aclara, precisamente, que su interés por la vida de Yamada nace a partir de una reflexión en torno al tema de fondo de su libro, esa idea del honor. Muy vinculada a otra, la idea de obsesión. Es decir, «lo que nuestra cabeza es capaz de generar por una buena obsesión desbocada». Alude a la indescifrable pasión de Yamada por la guitarra, «que se le va de las manos hasta convertirse en esa obsesión que le costará la vida». Como en un juego de espejos que también recuerda al universo borgiano, López añade otra perspectiva para explicar el germen de su criatura, recién publicada: «Estaba también mi propia obsesión por su obsesión, por saber quién era Yamada y qué le había pasado, cómo habían sido su vida y su muerte. Por necesitar una explicación. Aunque no siempre, por mucho que nos empeñemos, las cosas tienen explicación. La obsesión por reconstruir su historia para contarla y contagiar mi obsesión por su obsesión al hacerlo». Y bromea con este juego de palabras: «Todo muy equilibrado, como se puede ver».
La explicación a esa propensión por reconstruir (o por deconstruir, quién sabe) los avatares de su personaje nace de la curiosidad inicial que habita en su biografía. Lo habitual en esa fiebre de los japoneses por el flamenco es que su apetito se sacie mediante la exportación de artistas españoles hasta Extremo Oriente. El viaje opuesto, el que protagonizó Yamada, resulta más extraño, como acepta López, pero no es inusual: «Ese puente aéreo tiene dos direcciones. A Japón se iban los flamencos españoles desde los años sesenta a ganarse la vida. Como Chiquito hizo en los ochenta. En Japón se ganaba mucha pasta, muchísima más que en España, y se iban allí por temporadas de hasta un año, cuando no sabían ni dónde carajo estaba Japón, para volverse con el taco de billetes en el bolsillo. Pero también estaba el viaje a la inversa, de los japoneses que empezaron a venir a España en los años sesenta. Venían a cumplir su destino más insólito: hacerse flamencos. Y también algo muy imprevisto: en España, de alguna manera, dejaban de ser japoneses y eso complicaba el viaje de regreso. Es, en cierto modo, ese 'long way back home' del que hablan los americanos».
«Yamada pensaba que si vendía sus guitarras, le devoraría un tigre», dice David López, autor del libro
Un viaje además cruel, porque Yamada sólo vino con billete de ida. «Se le complicó tanto la vida en España que el regreso ni siquiera fue una opción», aclara su biógrafo. De nuevo reaparece el arraigado concepto del honor que le condenó a una vida indeseada: vivió durante años en la calle y terminó muerto en la Plaza de Oriente de Madrid, abandonado en un banco de su rincón favorito de la ciudad. Un triste final que no estaba sin embargo escrito, porque poseía una valiosa colección de guitarras que se negó a vender incluso cuando no tenía ni para comer. «Creía que si lo hacía, la guitarra que vendiera se convertiría en un tigre y lo devoraría»: la frase de David López, pronunciada con una escalofriante naturalidad, apunta hacia ese enfermizo universo interior que acabó colonizando la vida de Yamada, a quien no podemos comprender desatendiendo los preceptos del código samurái.
«El camino del samurái reside en la muerte es una de las frases más célebres de los códigos de honor», observa López. «En los samuráis, en su forma de entender el honor, en su concepto de la vergüenza respecto a los otros, que es algo de la cultura japonesa, está el argumento que esgrimió durante años Yamada para no volver». Un héroe trágico, como escapado de la dramaturgia grecolatina: el tipo de personaje que se abisma hacia el precipicio sin que ninguna otra voluntad pueda detener esa otra obsesión, su obsesión por despeñarse. Un camino de perdición que el autor relata de manera magistral, a través de páginas donde palpita otro personaje principal que se acaba fundiendo con las peripecias de Yamada: Madrid. Pero no cualquier imagen preconcebida o estereotipada de Madrid, sino una ciudad distinta. El Madrid de los callejones que circundan el Rastro, el Madrid gitano y mestizo de las guitarrerías, los tablaos o las academias donde late la cultura flamenca, depositada en la capital de España mediante la técnica del aluvión. La fecunda memoria que trajeron consigo los hijos de la inmigración andaluza, que cautiva a López como hechizó al protagonista de su libro.
Por los vericuetos de ese Madrid que retrata el autor se perdió Yamada, cuya resurrección es posible gracias al impacto que dejó entre quienes lo trataron. Guitarreros, flamencos y demás habitantes de esa fauna bizarra y cañí, un paisaje que incluye su furtiva escapada al barrio sevillano de Triana y que huele a pensiones baratas, jergones rotos y sueños desvencijados. Una historia cuya banda sonora firma sin saberlo Serranito, el artista a quien Yamada idolatró, causante a su pesar de esa patología que inflamó el corazón de su seguidor más incondicional. Una febril expedición desde Japón a España que bordea la frontera entre lucidez y cordura.
- Una curiosidad final. ¿Vendió Yamada su colección de guitarras? ¿O qué fue de ella?
- Jamás vendió una de sus guitarras. Cumplió hasta el final, hasta la muerte, con su palabra y sus creencias. Su familia en Japón cree que su alma vive hoy en ellas.
Un sexto sentido para entender la guitarra
Yoichiro Yamada tocaba muy bien la guitarra flamenca, según coinciden quienes lo conocieron. Su testimonio es coincidente en otro aspecto: le faltaba duende, pellizco. Dominaba el instrumento, pero sacaba de él unas notas apagadas, sin energía: esa era también su personalidad y así se conducía sobre el tablao, luego de un protocolo que incluía limarse las uñas de los dedos durante un cuarto de hora cada una. Sus conocimientos eran apabullantes: las páginas de 'El tigre y la guitarra' hablan de una profunda sabiduría para entender las tripas del instrumento, detectar una cuerda mal afinada o ensamblar el mástil cuantas veces hiciera falta para que sonara como tenía que sonar: al estilo de Serranito, su héroe. El único artista cuya autoridad respetaba.
TITULO: Equipo de investigación - El Precio de alimentos , Viernes-21 , 28 - Julio ,.
Este Viernes-21, 28 - Julio a partir de las 22:30 La Sexta, siempre dirigido por Gloria Serra , foto,.
El Precio de alimentos,.
¿Garbanzo mexicano o español? Un investigador del CSIC detalla las diferencias y aconseja sobre su consumo,.
'El precio de los alimentos' es el título de un reportaje de Equipo de Investigación estrenado el pasado mes de abril y emitido nuevamente en laSexta este sábado. El trabajo incluye un análisis sobre el garbanzo, la legumbre más consumida en España.
Cerca del 80% del garbanzo que comemos procede del extranjero. Así lo reflejó el programa Equipo de Investigación en un trabajo estrenado el pasado mes de abril que laSexta ha vuelto a emitir este sábado.
Sinaloa es el garbanzal de Europa. Desde México, uno de los mayores productores, se importan casi 60.000 toneladas. En España, el Instituto de Agricultura Sostenible estudia la mejora de la calidad de esta semilla. ¿Hay alguna diferencia entre el garbanzo mexicano y el español?
El profesor de investigación del CSIC Diego Rubiales hace hincapié en la calidad. "Como el garbanzo de Fuentesaúco o las distintas denominaciones de origen que hay en España, todavía no han conseguido la calidad", asegura.
"Son explotaciones -las mexicanas- muy grandes y mecanizadas, en las que se ha invertido mucho en el desarrollo de variedades adaptadas a la zona, cuando aquí seguimos cultivando las mismas variedades que nuestros abuelos", desvela Rubiales, como puede observarse en el vídeo situado sobre estas líneas.
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