Interior del viejo helicóptero de la unidad (BO-105).
fotos / «Cuando tenía 14 años, el primer accidente con fallecidos
de la Unidad Aérea de León fue en mi pueblo, lo viví desde fuera, y he
acabado volando la misma máquina en mi tierra», explica emocionado David
Pereira, Piloto de la Unidad Aérea de la Guardia Civil.
David es uno de los pilotos con más experiencia en la
unidad. Según uno de sus superiores «es el que más conoce el terreno».
Comenzó su trayectoria profesional como piloto en A Coruña.
Desde
pequeño tenía claro a lo que se quería dedicar: «Estuve mis primeros
cinco años en la Unidad Aérea de A Coruña y de ahí ya me trasladaron a
la Unidad Aérea de León», relata.
David es uno de los miembros de la Unidad Aérea de León,
ubicada en la Virgen del Camino. Esta unidad cuenta con un modelo de
helicóptero BO-105, con el cual han realizado; operaciones de rescate,
búsqueda de desaparecidos y apoyos a operaciones en todo el territorio
nacional. Esta máquina lleva 40 años operando en el servicio aéreo de
León, y aunque nunca ha dejado de funcionar ni perder eficacia, el
piloto declara tener muchas esperanzas en los avances tecnológicos del
nuevo helicóptero «esperamos que el nuevo helicóptero nos de muchas más
capacidades operativas en cuanto a sistemas», destaca David.
El miedo en el aire
El leonés ha dedicado toda su vida a la aviación. Su
profesión le ha llevado a participar en un número incontable de
rescates, en los que no solo es necesario ser un gran profesional, sino
también huir de los pensamientos que te hacen vulnerables en situaciones
críticas. «El día que sientas miedo en esta profesión, debes dejarla»,
explica. Y es que, muchas veces el miedo paraliza, pero cuando hay vidas
en juego, el miedo pasa a un segundo plano, y lo único que les importa
es actuar con calma y rapidez.
En un rescate, lo más importante es la gente que te
rodea. «Uno de los aspectos no solo en mi puesto, sino en aviación en
general, es el CRM, que es la coordinación en cabina. Esta se estudia,
se practica y se implementa. Entonces máquina, piloto, copiloto y
operador mecánico es un todo uno, no hace falta casi ni una mirada,
simplemente un gesto de tu cuerpo para que te entiendan y sepan lo que
necesitas, es una simbiosis total», indica David al hablar de sus
compañeros y de su relación con ellos. Pero para él, tan importante es
conocer a sus compañeros, como la máquina de la que depende su vida.
«Cada piloto sabe hasta dónde puede llegar, conoce su máquina y hasta
donde su máquina le permite actuar« explica. Aunque también por mucho
que conozca su funcionamiento, hay otros factores que complican la
situación »los días de aire, quizás hace sol y parece un día
maravilloso, pero hay mucho viento y la máquina interactúa con él.
Muchas veces tiene más fuerza que las propias turbinas y que los propios
motores de la aeronave, entonces nuestro mayor enemigo es el aire, hay
que saber controlarlo, medirlo y trabajar con él», explica el piloto.
Las complicaciones de la montaña leonesa hacen que
trabajar conociendo el territorio facilite la intervención en las
actuaciones. «Picos de Europa lo conocemos como nuestra casa», asegura
David tras haber participado en múltiples operaciones en la zona. Las
limitaciones en los rescates dependen mucho de lo que los pilotos
decidan arriesgar. «Las intervenciones en la montaña de León con el
aire, incluso días de mucha lluvia o de mucha niebla, son complicadas
pero se puede ir mucho más allá siempre« indica el piloto, aunque él
mismo asegura que «hay que jugar en aviación con un nivel de seguridad
muy alto, nosotros en ocasiones, lo que hacemos es reducirlo casi al
máximo, pero nunca nunca se puede, se puede traspasar».
50º Aniversario Guardianes del aire
La Unidad Aérea de León
La
Unidad Aérea de León está ubicada en el Aeródromo Militar de la Virgen
del Camino. Este viernes ha celebrado la inauguración de la exposición
por el 50 aniversario de su creación y
ha mostrado a todos los asistentes el nuevo EC-135. A pesar de que
David tiene ya a su fiel aliada confía mucho en que esta nueva máquina
les facilite mucho el trabajo.
Y
es que según confesaba José Miguel García Malo de Molina, jefe del
Servicio Aéreo de la Guardia Civil en la presentación de exposición «el
nuevo helicóptero, lo que nos permite es no tener que aproximarnos tanto
a la montaña, y evitar accidentes como el que pasó en el año 2014». Una
máquina que se estabiliza con simplemente pulsar un botón «me tendré
que acostumbrar, esta ya la tenía dominada», bromea David sobre el nuevo
helicóptero del cuerpo.
Con David, normalmente viaja otro piloto por seguridad en
caso de que a este le ocurra algo, además de dos rescatadores y en
función del tipo de operación; un rescatador o los dos que pueden quedar
en tierra. «En los rescates la máquina no se desequilibra, sino que
pierde potencia», asegura. «Hay que jugar mucho con el peso de la
aeronave, la metodología la temperatura todo influye en la sustentación
de la máquina, entonces bueno, pues la operación va un poco sobre la
marcha, pero bueno, los cálculos la experiencia ya hace que vayan
solos.»
Todo un ejemplo de profesionalidad que David demuestra día a día protegiendo y cuidando desde el cielo, que todo esté en orden.
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