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TITULO:
Natural - El río Guadarrama y su parque natural se «ahogan» en basura ,.
Natural La Sexta emite este miércoles -14 - Febrero a las 22:30 horas, fotos,.
El río Guadarrama y su parque natural se «ahogan» en basura,.
Un
amasijo de neveras y plásticos bloquea el cauce desde hace meses en una
zona protegida cerca de Arroyomolinos. El origen del vertido es un
poblado chabolista varios kilómetros río arriba, junto a la autovía de
Extremadura,.
La zona en la que está el vertido pertenece al Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama,.
El sendero parte casi desde el mismo centro de Arroyomolinos. Este municipio de algo más de 30.000 habitantes 25 kilómetros al sur de Madrid ha multiplicado por diez su población
desde la entrada del siglo XXI, cuando apenas contaba con unos 3.000
vecinos. Sin embargo, la tranquilidad que atrae a miles de familias
jóvenes a instalarse aquí se mantiene prácticamente intacta y se respira
aire puro. Las zonas verdes son una constante y parte del término
municipal forma parte del Parque Regional del Curso Medio del Río
Guadarrama, una franja protegida de 50 kilómetros de largo que va desde
Galapagar a Batres pasando por aquí. Pinos primero, y encinas y
alcornoques después, jalonan el bosque mediterráneo por el que discurre
el camino, paralelo a un arroyo. Es sábado y está más concurrido de lo
habitual por ciclistas, gente paseando o haciendo deporte, pero eso no
impide que las rapaces sobrevuelen el camino en busca de presas, conejos
sobre todo. En apenas un par de kilómetros aparecen los restos del
llamado Molino Doble, uno de los siete que dieron nombre al municipio.
Unos pocos metros más adelante el arroyo llega aquí a su final y desemboca en el río Guadarrama, uno de los más emblemáticos de la Comunidad de Madrid. Desde las estribaciones de Siete Picos y el Valle de la Fuenfría ha discurrido plácidamente hasta aquí.
La vía pecuaria vira al norte acompañando al cauce. Según se avanza empieza a llamar la atención la presencia de algunos restos dispersos de basura. «Qué vergüenza», pienso, al
tiempo que recuerdo que unos cinco kilómetros río arriba, junto a la
autovía de Extremadura (A5), hay un asentamiento chabolista en el que
desde hace años se producen vertidos en el entorno del río. La sorpresa
llega unos pocos segundos después, cuando los restos dispersos dan paso a
un amasijo de desechos que bloquea por completo el cauce del río a modo
de macabra presa. Decenas de neveras y otros electrodomésticos
desguazados, miles de botellas de plástico, colchones y hasta varios
bidones metálicos cubren el curso del Guadarrama en una visión dantesca impropia de un área protegida.
La
magnitud es tal que sería posible cruzar sin tocar el agua pisando por
encima de la basura hasta el otro lado del río, donde el termino
municipal es ya Navalcarnero. Varios patos nadan hacia la montaña de
neveras y plásticos, pero se dan la vuelta antes de llegar y retroceden
por su camino. A ambos lados del río la vegetación de ribera parece
intacta, por lo que parece difícil que todas estas toneladas de residuos
se hayan vertido aquí. Entonces, ¿cómo se ha producido este desastre
medioambiental? Aunque el Guadarrama baja estos días escaso de agua
–más aún con la sequía actual–, el nivel del río cambia por completo con
las lluvias y han sido esas crecidas de otoño las que han
arrastrado hasta aquí los desechos vertidos en la zona chabolista de Las
Sabinas, perteneciente sobre todo a Móstoles.
Esta zona del Parque Regional protegido lleva así ya varios meses, desde octubre, y la solución no llega.
La amalgama de administraciones públicas implicadas y el enorme coste
económico que acarrea su limpieza dificultan la respuesta a un atentado
medioambiental que ahoga al Guadarrama y a su parque natural.
Denuncia a los ayuntamientos
Por un lado, los
ayuntamientos señalan a la Confederación Hidrográfica del Tajo –la CHT,
dependiente del Ministerio de Transición Ecológica– como el organismo
competente para llevar a cabo la limpieza, aunque la paguen en
última instancia los municipios. Por otro lado, la Confederación exige a
los ayuntamientos que limpien el cauce. De hecho, ha denunciado a los
tres ayuntamientos implicados por este hecho. «Desde octubre de 2021 a
enero de este año se han identificado acumulaciones de residuos que
podrían formar barreras y afectar a la dinámica fluvial en el tramo del
río Guadarrama. En consecuencia, se han remitido escritos informando a
los ayuntamientos de esta situación, advirtiendo de sus
responsabilidades respecto a la gestión de residuos. Tras constatarse la
persistencia de la situación, se han emitido recientemente boletines de
denuncia contra los ayuntamientos de Móstoles, Arroyomolinos y
Navalcarnero», señala la CHT a este diario.
Desde los
tres municipios señalan que al no tratarse de una zona urbana la
competencia de residuos no es municipal, máxime cuando se trata del
propio cauce del río, sino de la Confederación Hidrográfica. Aluden
además a un acuerdo entre las partes de hace unos meses y a retiradas
similares llevadas a cabo con anterioridad en la zona. En cualquier
caso, se muestran preocupados por un problema que es recurrente y que
supone un coste estratosférico para sus arcas. «No tenemos capacidad
para asumir solos este gasto», avisan desde el ayuntamiento de
Arroyomolinos.
Aunque se trata de un parque regional, la
Comunidad de Madrid señala también que la competencia de limpieza es
municipal. No obstante, se muestra dispuesta a ayudar dada la magnitud
del problema. «En la solución remamos todos porque los municipios no
dan abasto», apuntan. De hecho, cifran en 4.000 las toneladas de
residuos recogidas por la Comunidad en esta zona del parque regional
durante el año pasado.
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