TITULO: REVISTA FARMACIA - Salud Pública notifica que los 222 PCR del cribado masivo son negativos ,.
REVISTA FARMACIA - Salud Pública notifica que los 222 PCR del cribado masivo son negativos ,. , fotos,.
Salud Pública notifica que los 222 PCR del cribado masivo son negativos,.
Así mismo no se ha registrado ningún nuevo positivo a la covid-19 en la localidad por lo que a día de hoy el total de positivos activos se mantiene en cuatro,.
La dirección general de Salud Pública ha informado al alcalde de la localidad, Ramón Díaz Farias, según comunica éste en su perfil de redes sociales, que los resultados arrojados en el cribado masivo realizado el pasado 11 de marzo han sido todos negativos.
El cribado de PCR se llevó a cabo de manera aleatoria citando a 300 vecinos de la localidad, de ellos fueron 222 los que acudieron a la cita.
La prueba masiva se llevó a cabo con el objetivo de localizar la existencia de nuevos positivos a la covid-19 que fuera asintomáticos y posibles nuevas cepas de coronavirus.
Además, entre ayer y hoy se han desarrollado las pruebas a la treintena de contactos estrechos de los cuatro nuevos positivos activos detectados en la localidad. Los resultados se sabrán a partir de mañana día 14 de marzo.
Cabe resaltar que, en los últimos días, la dirección de Salud Pública no ha notificado nuevos positivos por lo que el número actual de activos se mantiene en cuatro.
TITULO: CAFE, COPA Y Tierra de talento - África Granados continúa gracias a su potencial, a pesar de los nervios ,.
El sabado -20- Marzo a las 22:00 por Canal Sur, foto,.
África Granados continúa gracias a su potencial, a pesar de los nervios,.
La cantaora de San José del Valle, Cadiz, incluyó en su actuación fandangos, bamberas y una bulería.
África Granados, de 21 años, comenzó de chiquita cantando copla hasta que descubrió que lo suyo realmente es el flamenco. El año pasado demostró que no se equivoca, porque consiguió el segundo premio al Talento Flamenco, que concede la Fundación Cristina Heeren.
La cantaora gaditana de San José del Valle interpretó fandangos y bamberas acompañada a la guitarra por Pablo Fernández.
Todo el jurado coincidió en apreciar los nervios en la actuación.
José Mercé, además, discrepó con la selección del cante. El cantaor
jerezano discrepa del gusto de los jóvenes intérpretes, dijo, por hacer
difícil el flamenco cambiando mucho de palos en una actuación.
TITULO: Documental - Arroja luz sobre viaje del mítico Jacques Brel,.
Documental arroja luz sobre viaje del mítico Jacques Brel,.
foto / Una película sobre el legendario cantautor belga Jacques Brel, dirigida por su hija, arroja luz sobre un viaje en velero en el ocaso de su vida, un período “atormentado” del intérprete de Ne me quitte pas.
El documental se concentra en el viaje que Brel, enfermo y atormentado, realizó en los años 1970 en el velero Askoy, del mar del Norte al océano Pacífico, cuando prácticamente había desaparecido de la vida pública.
El desesperado viaje siempre representó un período casi desconocido en los últimos años de vida de Brel, quien falleció en Francia en 1978, a los 49 años de edad.
La navegación de Brel constituye el corazón del documental Chronique d’une vie, dirigido por France Brel, hija del legendario cantautor, que solo se puede ver en un pequeño museo en Bruselas dedicado al ídolo.
Brel irrumpió en la escena musical a finales de la década de 1950 y es recordado por sus sobrecogedoras canciones, como Amsterdam, Au suivant y Ne me quitte pas. Esta última, su tema más conocido, ha sido versionada por innumerables artistas, desde Sting hasta Nina Simone.
Pero Ne me quitte pas (no me dejes, en español) también puede servir como fondo de la relación de Brel con Bélgica, país que abandonó aún joven para alcanzar fama y fortuna en París.
TITULO:
El escarabajo verde -3.260 cadáveres a la espera de un nombre ,.
3.260 cadáveres a la espera de un nombre,.
En las morgues se acumulan cuerpos durante meses sin hallar un dueño. Problemas de coordinación entre las fuerzas de seguridad y los forenses, o la necesidad de un sistema automático que identifique huellas del DNI, impiden atajar la zozobra que sufren las familias de muchos desaparecidos, fotos.
A Edita Emeldo, una uruguaya de 80 años que llevaba décadas viviendo en España, el drama le acompañó hasta bastante después de su muerte. 209 días para ser exactos. Es el tiempo que transcurrió entre su desaparición, el pasado mayo, y la certificación del Instituto de Medicina Legal que ha permitido devolver sus restos a los allegados. El cuerpo, en muy mal estado de conservación después de tres meses de altas temperaturas, fue hallado por unos paseantes en un descampado a escasos 2 kilómetros de su casa. El suyo era a priori un caso fácil: la ropa coincidía con la que llevaba cuando se denunció su desaparición y a su lado estaba la perrita que le acompañaba, con su placa de identificación y su microchip. Incluso la Policía Científica y la Judicial disponían de ADN pre mortem extraídas de su peine y de un cepillo de dientes, que permitían establecer un perfil genético. Ni rastro de indicios delictivos. Quizá por eso el tema quedó «atascado» tres meses en el Anatómico Forense, denuncia Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos, «sin que nadie cruzase sus datos con los que obraban en poder de la Policía Nacional. Es desolador».
El de Edita no es un caso aislado. Según datos del Centro Nacional de Desaparecidos, 3.260 cadáveres están a falta de identificación. «Ocurre en toda España y es por una razón -se duele Amills-. No hay plazos para la identificación de un cadáver, lo que en la práctica supone que muchas familias tardan hasta seis meses en recuperar el cuerpo de su padre, su hijo, un sobrino». Y eso a pesar de que un contraste de ADN tarda 24 horas en realizarse o cuando hay indicios de criminalidad, el resultado se conoce en días. «No es una cuestión de indiferencia, pero sí de falta endémica de medios técnicos y humanos. Conozco a gente que se ha tirado semanas buscando a un familiar que lleva en el cajón frigorífico desde que se le perdió la pista».
Es el caso de Raúl Casero, atropellado en la M-40 el mismo día que se denunció su desaparición y enterrado en una fosa común dos años más tarde con otros cuatro cuerpos sin identificar, hasta que su familia logró desentrañar la madeja. También de la 'Dama del Camello', cuyo cuerpo arrojó la marea a la popular playa de Santander en 2001 y a la que todavía no se ha podido asignar un nombre. O el de Jon Anza, el etarra que sufrió un infarto en un parque de Toulouse y murió 13 días más tarde. Su cuerpo sin documentación -y sin que nadie lo hubiera reclamado- pasó un año en la morgue hasta que el cruce de datos entre las bases de desaparecidos de Francia y el listado de cadáveres sin identificar permitió atar cabos.
En busca de un vínculo
Los tres últimos casos tienen en común ser anteriores a 2011, un año marcado en rojo en la memoria de José Carlos Beltrán, jefe del Grupo de Necroidentificación y Retrato Robot de la Policía Nacional. Fue entonces cuando entró en funcionamiento la base de datos de Personas Desaparecidas y Restos Humanos (PDyRH), un registro donde se vuelca la información relativa a estos casos y al que están conectados todos los cuerpos de seguridad del Estado y las Policías autonómicas. Un «paso de gigante», define Beltrán, en la labor de la Científica, que es quien acude donde ha aparecido el cuerpo, y analiza cómo y de qué manera estaba colocado, qué objetos había alrededor, recaba testimonios...
Ellos dibujan el cuadro general. Su día a día discurre entre inspecciones oculares y el cotejo de señas particulares a partir de muestras de ADN, huellas dactilares y fórmulas dentarias. «Un cadáver sin identificar pertenece, por lo general, a alguien cuya desaparición ha sido denunciada y nuestro trabajo consiste en hallar un vínculo entre ambos».
El problema es cuando se carece de datos pre mortem, debido por ejemplo a la situación de desarraigo extremo en que vive la víctima. O a la naturaleza clandestina de sus actos, como ocurre con los cadáveres que llegan por decenas a las costas canarias o andaluzas, consecuencia del hundimiento de pateras, y que acaparan «una tercera parte» de esta sórdida estadística. La suya es una batalla contrarreloj para tratar de recabar toda la información posible de esos cuerpos antes de que el juez dictamine que se pueden inhumar. «Como el Real Decreto de Policía Mortuoria nada especifica sobre la conservación de los cuerpos, es muy posible que acudas al cementerio para hacer alguna prueba al cuerpo enterrado hace años que te permita por fin identificarlo y te encuentres con que lo incineraron para ganar espacio».
No es su única demanda. Dos terceras partes de los cadáveres anteriores a 2011 a los que no han sido aún capaces de poner nombre, pertenecen a españoles. «Facilitaría mucho las cosas aplicar un sistema automático de identificación de huellas dactilares, las mismas que dejamos en el DNI», algo de momento en estudio a la espera de que se le busque encaje en la Ley de Protección de Datos. De la importancia de esta medida dan fe los 827 desaparecidos anteriores a 2010, una cifra que se reduce año tras año pero que a su vez incorpora nuevos casos que no estaban introducidos en el sistema PDyRH.
Beltrán también destaca la necesidad de «una red informática que agilice con Policías de otros países la interacción de datos entre personas desaparecidas y cadáveres sin identificar, algo difícil cuando países tan avanzados como Francia o Alemania no cuentan con nada parecido al PDyRH. «Es muy frustrante cuando compruebas que las cosas se pueden hacer mejor. Hay una ruptura entre el legislador y el especialista que entorpece a menudo la resolución de los procedimientos», afirma.
Pedro Herranz, jefe del Grupo de Desaparecidos de la Policía Nacional, coincide con su compañero en que el actual sistema de datos, con alertas cada siete días que informan de posibles avances en las investigaciones, ha marcado un punto de inflexión. «A nivel policial, no tenemos queja. La Judicial y la Científica comparten sus datos, y lo mismo ocurre con la Guardia Civil, los Mossos o la Ertzaintza. Si el engranaje no está bien engrasado, perdemos todos, y más en un escenario como el de las desapariciones, donde las primeras 48 horas resultan vitales, como tantas veces queda de manifiesto con ancianos aquejados de Alzhéimer o con personas con antecedentes autolíticos (suicidas)».
¿Y qué opina Herranz de la coordinación con los anatómico forenses? «Podría ser mejor, más inmediata», dice, al tiempo que recuerda que estos dependen del Ministerio de Justicia y ellos, del de Interior, lo que al menos visto desde fuera no contribuye a agilizar los procedimientos. Amills coincide en señalar que este es el auténtico talón de Aquiles del sistema. «Llevamos años solicitando que se establezca un plazo máximo de 30 días para que los Anatómicos contrasten sus averiguaciones y entreguen los cuerpos a las familias, y hasta ahora ni siquiera hemos recibido respuesta. Eso tiene un nombre: falta de voluntad política».
Patricia Alcaraz es especialista en Medicina Legal y experta en Valoración de Daño Corporal que trabaja en los juzgados de Bilbao. Para ella, que ha intervenido en casos como el de Diana Quer o Manuela Chavero, el problema que subyace es una falta de medios que lleva a dar respuesta inmediata a los casos más mediáticos, aplazando la resolución del resto. «Le pondré un ejemplo. Cuando desapareció Blanca Fernández Ochoa necesitaron menos de una semana en concluir que era suicidio. Sin embargo, conozco el caso de un abogado que murió al chocar con un camión y tardaron cinco meses, cinco, en descartar que tuviera drogas en sangre, lo que impedía a su viuda cobrar del seguro. ¿Mala fe? En absoluto. Mucha gente piensa que los únicos casos que hay son los que salen en televisión, y no es así. El volumen de trabajo es enorme y si todas las pruebas toxicológicas tienen que pasar por Madrid, el cuello de botella está servido».
«El protocolo es necesario»
Los forenses, explica Alcaraz, deben determinar la identidad del cadáver y las circunstancias que han rodeado su muerte, para lo que les someten a pruebas de ADN y a inspecciones exhaustivas de marcas, hematomas o daños. También recuerda que cuando hay indicios de criminalidad existe un secreto de sumario y el cadáver se debe retener, «entre otras cosas porque el culpable puede estar entre sus familiares o su entorno próximo. Y así ocurre muchas veces». El protocolo, en definitiva, siempre retrasa, «pero debe haber un orden».
«La solución a un tema de esta gravedad sólo puede llegar por la vía legislativa», señala Rafel Bruguera, artífice de la Comisión del Senado que en 2014 marcó la hoja de ruta sobre la problemática que planteaban estos casos, y que ahora espera ver aprobado en el Congreso un Estatuto de la Persona Desaparecida que aborde desde la definición de ese término hasta una modificación de los plazos para hacer una declaración de ausencia o de fallecimiento.
«No se puede esperar para aliviar el dolor de estas familias. Y más cuando el 66% de los que desaparecen son ancianos con enfermedades neurodegenerativas, que salen de casa sin documentación y que hasta que se localizan, vivos o muertos, causan una zozobra tremenda a sus familias. Yo lo comparo con los accidentes de tráfico. Antes del carné por puntos, las cifras de muertos en carretera eran monstruosas. Lo peor es que la gente estaba resignada ante esa fatalidad, como si fueran el peaje a pagar por nuestro sistema de vida. Y no puede ser así».
La triple victimización que sufren las familias
«Hacen falta más recursos para el trabajo minucioso que requiere una identificación, no digamos ya si corresponde a un caso antiguo; eliminar barreras legales como las que impiden utilizar las huellas dactilares como vía de cotejo; y conseguir que las distintas comunidades autónomas accedan a preservar restos cadavéricos o muestras de ADN para contrastar más adelante». Lo dice Paco Lobatón, toda una autoridad en el tema desde que se pusiera al frente de 'Quién sabe dónde', el programa que más ha hecho en este país por la resolución de desapariciones. 1.500 casos pasaron por antena en seis años (llegaron a recibir más de 20.000 peticiones), de los que se resolvieron un 70%.
«Ésta es un poco mi causa. Y más ahora, con tanto señor mayor con enfermedades degenerativas, que si no encuentras rápido el desenlace suele ser dramático». Es difícil saber cuándo se produjo esa catarsis: las niñas de Alcàsser, el Niño Pintor de Málaga, o Cristina Bergua, la adolescente de 16 años que se esfumó un 9 de marzo de 1997, lo que llevó a declarar ese día como de las personas desaparecidas.
«'Si al menos supiera dónde llevarle flores', me dijo una madre en una ocasión. Es la frase que mejor resume el desgarro de estas familias, porque si algo necesitamos es 'empadronar' el duelo», desliza Lobatón. Una victimización que es triple: arranca al desaparecer un ser querido, continúa cuando no hay confirmación de su identidad y concluye cuando no hay un cuerpo que llorar.
El periodista también ha dado con personas que deseaban no ser localizadas. «La dificulta está en conciliar la desaparición de alguien con el derecho de los suyos a saber, porque cuando no hay constancia de muerte, hay siempre una esperanza de vida, y todos necesitamos pasar página». Lobatón tiene esperanzas depositadas en el Estatuto de la Persona Desaparecida en el que trabaja el Congreso. «Hay cosas que deben cambiar. A padres como los de Cristina Bergua se les hizo firmar una declaración de fallecimiento pasados 10 años y pagarla de su bolsillo. Es una barbaridad que tengas que dar por muerto a un hijo al que no has dejado de buscar».
TITULO: Días de cine clásico - Cine - La vida de Brian ,. , Miercoles -24- Marzo ,.
Este Miercoles -24- Marzo a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
- Reparto
- Brian nace en un pesebre de Belén el mismo día que Jesucristo. Un cúmulo de desgraciados y tronchantes equívocos le harán llevar una vida paralela a la del verdadero Hijo de Dios. Sus pocas luces y el ambiente de decadencia y caos absoluto en que se haya sumergida la Galilea de aquellos días, le harán vivir en manos de su madre, de una feminista revolucionaria y del mismísimo Poncio Pilatos, su propia versión del calvario.