TITULO: Metrópolis - ‘Men’, una pesadilla sobre la masculinidad tóxica, y otros estrenos de cine de este fin de semana ,.
El lunes -7, 14 - Noviembre , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.
‘Men’, una pesadilla sobre la masculinidad tóxica, y otros estrenos de cine de este fin de semana,.
La historia de un profesor que se va a dar clase a un pueblo remoto del Himalaya y un ‘thriller’ de los directores de las últimas entregas de ‘Los Vengadores’ completan la lista de novedades,.
Tras las inquietantes Ex Machina y Aniquilación, el director británico Alex Garland regresa con Men, otra apuesta por el desasosiego. Esta película sobre la masculinidad tóxica promete mucho y se queda en bastante poco. Si no fuera por algunos de los vericuetos visuales y sonoros de la propuesta del director y, sobre todo, por la perfecta elección de su actriz protagonista, Jessie Buckley, Men naufragaría del todo.
En otra línea está Lunana, un yak en la escuela, del butanés Pawo Choyning Dorji, que fue nominada a mejor película internacional en los premios Oscar de 2022. Ambientada en el país natal del cineasta, esta historia noble y certera sobre un profesor que se va a dar clase a un pueblo remoto del Himalaya es sencilla, sincera, humilde y bonita. La opción más comercial de esta semana es El agente invisible, que llega a Netflix de la mano de los hermanos Anthony y Joe Russo, directores de las dos últimas entregas de Los Vengadores y Capitán América. Nada resulta original o sorprendente en esta intriga abarrotada de ruido que protagonizan Ryan Gosling, Chris Evans y Ana de Armas.
Las películas han sido reseñadas por Elsa Fernández-Santos, Javier Ocaña y Carlos Boyero, y la crítica completa se puede leer pinchando en la foto.
TITULO: DIAS DE TOROS -Soberbio De Manuel, imprescindible Roca Rey , .
Soberbio De Manuel, imprescindible Roca Rey , .
Los dos triunfadores salieron por la Puerta Grande, al tiempo que Talavante, perdido y preso de desgana, se dejó vivo su segundo toro,.
foto / Las más de veinte mil personas que abarrotaron la plaza de Las Ventas en el último festejo del año salieron encantadas a tenor de la eufórica algarabía que se apoderó de los tendidos en muchos momentos de la tarde, del entusiasmo con el que despidieron a Francisco de Manuel y Roca Rey, los grandes triunfadores, y del enfado monumental que les produjo la vulgaridad de Talavante, perdido, sin ideas, que se dejó vivo por propia desgana el cuarto toro. Pero hubo más: excelente toreo de Francisco de Manuel, poco toreado, pero en posesión de una tauromaquia de aroma muy caro, el mando poderoso e intratable de Roca Rey, y una corrida de Victoriano del Río, moderna donde las haya, desigual de presentación -el segundo de la tarde, que fue devuelto por inválido, era un novillo-, mansurrona en varas, muy blanda y noble. Una corrida de las que hoy se denominan artista, una comparsa de los toreros, a los que cede el protagonismo que debe lucir el toro de lidia.
Un espectáculo variado, largo -faltaron solo unos minutos para las tres horas de duración- pero, por fortuna, no aburrido.
Es difícil que lo fuera cuando estaba en el cartel el torero de más tirón taquillero, como es el peruano Roca Rey, un torero imprescindible, un prodigio de entrega, mando y transmisión con los tendidos.
Le costó un mundo entrar en faena porque su primer toro y el sobrero volvieron a los corrales por su evidente falta de fuerza. Al tercero fue la vencida, y Roca Rey quiso hacer honor a la expectación despertada: brindó a la concurrencia, esperó al toro en los medios y lo muleteó con dos pases cambiados por la espalda que enardecieron a un público ávido de triunfalismo. El animal mostró su nobleza por ambos pitones, y el torero ofreció todo un amplio repertorio de decisión, mando y poder, combinado con muletazos largos, de escasa hondura, pero de enorme repercusión. Terminó con unas bernadinas ceñidísimas y una estocada de efecto rápido, y paseó las dos orejas entre el arrebato popular. Discutidas o no, que pueden serlo, lo cierto es que este torero es la gran referencia del público actual, como es que no hubo lidia en ese toro, que no fue más que un convidado de piedra por su pastueña nobleza y el protagonismo insultante del peruano. Pasó el torero a la enfermería porque sufrió un pitonazo en la mano izquierda, y salió, mermado de facultades, para matar el sexto, un toro noble por el lado izquierdo, con el que estuvo solvente y profundo a ráfagas y al que mató mal.
Soberbio se mostró Francisco de Manuel, un chaval de 22 años, nacido en Colmenar Viejo (Madrid), donde tomó la alternativa en 2021. No ha tenido tiempo de aprender todos los vericuetos del oficio, pero en una tarde de tanta responsabilidad para él, ha estado muy por encima de lo esperado. Variado y profundo a la verónica y por chicuelinas con las manos muy bajas, y elegante, largo, hondo y emocionante con la muleta en dos trasteos cargados de sensibilidad y puro sentimiento. De rodillas comenzó su faena al tercero después del apabullante triunfo de Roca, y dibujó una magnífica tanda cargada de tensión ante un animal que buscaba con afán el engaño. Emotivos fueron los muletazos con la mano derecha, largos los de pecho, y extraordinarios los naturales. En el otro, puso la plaza en serio aviso con un preciso quite por templadísimas y preciosas chicuelinas, se lucieron en banderillas Juan Carlos Rey y Fernando Sánchez, y, muleta en mano, De Manuel ofreció un concierto de toreo despacioso, gustándose de verdad, ante otro toro artista dispuesto a dejarse el alma para el triunfo del torero. Hubo también naturales de cartel, y un derroche de buen gusto y empaque. Mató de una estocada fulminante y Las Ventas, con toda justicia, se cubrió de blanco.
Del Río/Talavante, Roca, De Manuel
Toros de Victoriano del Río, -el segundo, devuelto; sobrero del mismo hierro, también devuelto- desigualmente presentados, mansurrones en varas, blandos y nobles. Destacaron tercero y sexto por su calidad en el tercio final.
Alejandro Talavante: estocada baja (silencio); pinchazo, casi entera _aviso_ seis descabellos _2º aviso_ y _3º aviso_ (gran bronca).
Roca Rey: _aviso_ estocada (dos orejas); dos pinchazos y estocada (silencio). Sufrió en su primer toro una herida por el estoque en la región palmar de la mano izquierda con afectación de los nervios colaterales del tercer dedo, y una contusión en el pie derecho, de pronóstico reservado.
Francisco de Manuel: estocada trasera (oreja); estocada (dos orejas). Salió a hombros por la Puerta Grande en unión de Roca Rey.
Plaza de Las Ventas. Quinta y última corrida de la Feria de Otoño. Corrida de la Hispanidad. 12 de octubre. Cierre de la temporada. Lleno de ‘no hay billetes’.
El garbanzo, esta vez negro, del festejo fue Alejandro Talavante. Comenzó muy bien, con cuatro verónicas y dos chicuelinas al toro que abrió plaza, y ahí se acabó el torero. Brindó al público y el público lo recibió con la generosidad propia de la ocasión. Su decisión inicial se fue apagando poco a poco ante un toro escaso de fuerza que salió picado de chiqueros. Lo malo fue en el cuarto, que era ‘la tonta del bote’, con el que Talavante se mostró como un náufrago, desconfiado, sin gracia, despegado y vulgar. El desastre llegó a la hora de matar; preso de una extraña desgana y después de fallar reiteradamente con el descabello esperó paciente a que sonara el tercer aviso y la bronca tan ruidosa como justa de los espectadores.
TITULO: Retratos con alma - El Alvia ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes-7, 14 - Noviembre - a las 22:40 horas en La 1 / foto,.
El Alvia,.
La odisea de las víctimas del Alvia, convertidas en expertas ferroviarias: “Tuvimos que investigar nosotros”,.
Heridos y familiares de fallecidos en el accidente de Santiago han logrado llevar a juicio a un excargo de la Administración tras nueve años de lucha sin apoyo oficial,.
Los golpeados por la peor tragedia ferroviaria de la democracia española no han sido unas víctimas “de lágrima”. Su dolorosa pelea “contra el aparato del Estado” ha sido “muy técnica”, recalcan ellos. Poco después de salir vivos del amasijo de hierros del tren Alvia que se estrelló el 24 de julio de 2013 en la curva de Angrois de Santiago de Compostela, o de descubrir que habían perdido a las personas que más querían, sospecharon que algo se les ocultaba y se convirtieron en expertos. Estudiaron al dedillo la legislación, un sinfín de informes, peritajes, normativa comunitaria... Transcurrida casi una década del accidente que acabó con la vida de 80 personas e hirió a 145, han logrado que, junto al maquinista que pilotaba aquel tren de alta velocidad, Francisco Garzón, se siente en el banquillo un cargo público, el exdirector de Seguridad en la Circulación de Adif Andrés Cortabitarte.
Su historia de nueve años de lucha está plagada de palmaditas de lástima en la espalda, portazos en despachos ministeriales y empujones de agentes del orden. Pero también de filtraciones anónimas de documentos reveladores por parte de “gente de buen corazón” y mucho trabajo en equipo. Este es el relato de cómo consiguió la Plataforma Víctimas Alvia 04155, la asociación que agrupa a la mayoría de ciudadanos afectados por el accidente, destapar que tras el error humano del maquinista se escondían rebajas en la seguridad de los trenes y presuntas responsabilidades políticas.
Primeras mentiras
Nada más llegar a casa tras estar tres meses hospitalizado, Jesús Domínguez se plantó delante del ordenador y entró en la página web de Adif, la empresa pública que gestiona en España las infraestructuras ferroviarias. Este ingeniero informático que ahora tiene 50 años había elegido el Alvia para viajar con su pareja y sus dos sobrinas pequeñas por su supuesta seguridad. “Desde el primer momento me pareció un insulto a la inteligencia que en alta velocidad se achacase un accidente solo a un error humano. Es como si me dicen que el Banco Santander pierde miles de millones porque un empleado le ha dado a un botón por equivocación. Es absurdo”, argumenta.
Aún postrado en la cama del hospital, Domínguez había escuchado el audio completo de lo que dijo el maquinista justo después de estrellar el tren. Aquellas palabras confirmaron sus sospechas de que el Ministerio de Fomento, que dirigía la popular Ana Pastor, quería tapar algo. A las pocas horas del siniestro, el Gobierno había filtrado a la prensa solo el momento en el que Garzón reconocía que circulaba a 190 kilómetros por hora en un tramo en el que debía ir a 80. Pero había ocultado la parte de la conversación incómoda para el Estado: aquella en la que el conductor lamentaba la peligrosidad de la curva y desvelaba que ya había alertado del riesgo a sus superiores. Fue la investigación judicial posterior la que permitió divulgar la grabación entera.
En la web de Adif, Domínguez encontró una falsedad. La empresa informaba de que en el tramo del accidente funcionaba el freno de emergencia ERTMS, que para los trenes de forma automática si superan la velocidad permitida. No era así. Como confirmó luego la instrucción judicial, ese sistema había sido desactivado porque provocaba problemas técnicos que producían retrasos en los viajes. También encontró en internet un artículo que explicaba que en alta velocidad lo adecuado es una señalización en cabina e interactiva, porque los carteles en la vía a 200 kilómetros por hora no se ven bien. “En esta chapuza no había nada: ni señal de limitación de velocidad en vía ni sistema en cabina interactivo, solo un papel que llevaba el maquinista”, explica el presidente de la Plataforma Víctimas Alvia 04155.
A las 23.00 del 24 de julio de 2013, Manuel Sierra y Lola Morán se subieron a su coche en Valladolid y emprendieron un terrible viaje de cuatro horas y media a Santiago. Acababan de saber que su hijo Manuel iba en el tren descarrilado, pero no sabían si estaba vivo. En la radio cargaban las culpas sobre el maquinista. “Y yo ya le dije a Lola que en un tren como ese no podía ser solo culpa del conductor. Era un AVE, nos habían vendido que era lo más de lo más”, cuenta Sierra, de 75 años. Horas después, cuando le confirmaron que su hijo había fallecido, en la morgue de Santiago escuchó las palabras que le dedicó a las víctimas el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante la nube de periodistas: “No os vamos a dejar solos”. “Es la frase más manida y cínica de los políticos en esas situaciones”, afirma ahora. “La escuché cuando la erupción del volcán en La Palma y pensé: pobrecitos”.
Un cordón policial
Inmaculada Mayer, de 71 años, está viva “de milagro”: “Tuve muchísima suerte. Me rompí costillas y me tocó órganos vitales, pero se pudo arreglar”. Esta profesora de instituto valenciana que reside en Santiago se pasó meses sin contacto con otras víctimas. Pero justo antes del primer aniversario del accidente se unió a la plataforma, porque “eran trabajadores y estaban al tanto de todo”. “Pelear ha sido curativo”, proclama.
En las reuniones con los responsables de Fomento, las víctimas recibían “consuelo”, pero nadie contestaba sus preguntas. “Nosotros preguntábamos por qué habían quitado el ERTMS, pero nada, solo insistían en que había sido un despiste del maquinista. Nos dimos cuenta de que teníamos que investigar nosotros”, explica Gema Bernardo, ingeniera informática de Alcorcón de 42 años, que perdió a su hermano David.
El juez que asumió la causa al principio, Luis Aláez, imputó hasta en dos ocasiones a un buen número de cargos de Adif y Renfe, pero todas esas acusaciones fueron revocadas por la Audiencia Provincial de A Coruña. Solo llevaba 10 meses investigando cuando el magistrado tuvo que dejar el caso. “Se lo quitaron de en medio”, interpreta Sierra. “Llevaba años esperando una plaza y justo ahí se la encontraron. A Aláez lo tenemos en la memoria, porque le puso ética e interés”. En su primera denuncia ante la Comisión Europea en 2014, las víctimas ya señalaban la falta de análisis de riesgos en la línea del accidente que ahora centra la acusación sobre Cortabitarte.
El primer aniversario del siniestro supuso un punto de inflexión en el ánimo de las víctimas. La Xunta del popular Alberto Núñez Feijóo les concedió en julio de 2014 la Medalla de Galicia. “Intentaban callarnos con el obsequio”, dice Sierra. “Pero nosotros no queríamos medallas, sino una investigación independiente”. No aceptaron la distinción, pero se presentaron en el acto de entrega en la Cidade da Cultura de Santiago con sus camisetas reivindicativas y los certificados médicos o de defunción. Un cordón de policías antidisturbios les impidió entrar. Dentro, Feijóo leía un discurso dedicado a ellos al borde del llanto. “Que nos mandaran a los antidisturbios fue criminal. Nuestras cabezas aún no estaban bien. Pastor nos decía que estaba con nosotros, pero nos enviaba a la policía”, lamenta Bernardo.
Ayudas anónimas y SOS a Bruselas
La bandeja de entrada del correo electrónico de la plataforma de víctimas contribuyó a esclarecer la tragedia. Ingenieros y técnicos anónimos, incluido personal de las empresas implicadas, se pusieron en contacto con los supervivientes y familiares de los fallecidos para orientarlos en sus pesquisas y filtrarles documentos, desde actas de reuniones hasta detalles sobre el ERTMS. Descubrieron las sombras en la gestión de la alta velocidad. El Gobierno del PSOE había puesto en funcionamiento la línea de alta velocidad a Galicia justo antes de las elecciones generales de 2011 sin haber realizado una evaluación de riesgos en la peligrosa curva de Angrois, según consta en el sumario judicial. Era ministro de Fomento el gallego José Blanco.
Ya con el PP en La Moncloa y con la también gallega Ana Pastor de ministra, se desconectó en el tramo de Angrois el freno de emergencia propio del AVE, el ERTMS, porque provocaba retrasos en los viajes. Los miembros de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) dependiente de Fomento, que despachó el descarrilamiento culpando al maquinista, tenían además vínculos directos con las empresas públicas implicadas en aquellas decisiones.
Afectados que en un principio habían confiado en las palabras de Pastor cuando les prometía una investigación independiente empezaron a “abrir los ojos”, explica Domínguez. “En una situación así los políticos juegan mucho con lo emocional, con que cuando acabas de sufrir un golpe así confías en cualquier persona que se acerque a darte apoyo. Mucha gente que había perdido a sus hijos en el accidente cayó en esa trampa”, añade.
La Unión Europea ha sido la tabla de salvación de las víctimas del Alvia. Mientras se sentían cada vez más “abandonadas” por las autoridades españolas y el maquinista seguía como único imputado, presentaron en Bruselas varias denuncias con la información recabada que dieron un giro al caso. En noviembre de 2015, acompañados de la eurodiputada del BNG Ana Miranda, viajaron a la capital europea y se reunieron con altos cargos de la Comisión de Transportes, que anunciaron que revisarían el diseño y autorización de la línea donde descarriló el Alvia. “Mientras en España nos cerraban las puertas, en Europa nos trataron como ciudadanos”, subraya Gema Bernardo. En el Congreso de los Diputados les prohibieron emitir el documental Frankenstein-04155 de Aitor Rei, en el que se exponen las sombras en la tramitación de la línea que han acabado con Cortabitarte en el banquillo; en la Eurocámara sí pudieron exhibirlo.
Tras ver la cinta, el inglés Christopher Carr, jefe de la unidad de seguridad de la Agencia Europea del Ferrocarril, se acercó a algunos de los padres que habían perdido a sus hijos en el accidente y les pidió fotos de los fallecidos con su nombre y profesión. “Nos pareció raro, incluso morboso, pero cuando le preguntamos por qué, nos respondió: ‘Quiero que mi equipo conozca las vidas destrozadas que había detrás”, relata Domínguez.
Carr fue quien firmó poco después el fundamental informe que echó por tierra la investigación técnica que Fomento había realizado tras el accidente. Este experto concluyó que Adif y Renfe se habían investigado a sí mismas y que habían evitado indagar en las causas profundas del descarrilamiento, aquellas que afectaban a su responsabilidad. La plataforma de víctimas acaba de hacer pública una carta de Pastor con la que la actual vicepresidenta del Congreso presionó a la comisaria de Transportes para evitar que hiciera público ese demoledor informe antes de las elecciones generales de junio de 2016, algo que finalmente consiguió. Tras intentar cerrar la instrucción judicial con el maquinista como único investigado, el juez Andrés Lago Louro acabó imputando a Cortabitarte en 2017.
Premio a los altos cargos
Si algo ha dolido a las víctimas es ver cómo eran ascendidos los responsables políticos de las entidades relacionadas con el descarrilamiento. A Julio Gómez-Pomar, presidente de Renfe en aquel momento, Rajoy lo nombró secretario de Estado de Infraestructuras. El entonces presidente de la consultora pública Ineco, Pablo Vázquez Vega, se convirtió en presidente de Renfe. Y Rafael Catalá, que al estrellarse el Alvia era secretario de Estado de Infraestructuras, fue promovido a ministro de Justicia. “Aquí se han estado tapando unos a otros”, resume Sierra.
“Lo que nos han hecho a nosotros los políticos es miserable”, protesta Inmaculada Mayer. Susana Miguel, madrileña de 52 años, tiene grabado un momento de especial “impotencia y rabia”. Fue en abril de 2016. Ella estaba en la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados. Los votos de PP y PSOE bloquearon por primera vez la creación de una comisión de investigación parlamentaria sobre el siniestro. Ella, que perdió a su madre en Angrois, les gritó “sinvergüenzas” a los diputados de estos partidos, “lo más suave”, dice, que se le ocurrió. Fue expulsada junto a sus compañeros.
La hora de la justicia
Los inscritos en la Plataforma Víctimas Alvia 04155 son más de 200 personas, pero ha sido un núcleo duro de una veintena de asociados el que ha llevado el peso del proceso, superando el obstáculo de estar esparcidos geográficamente por España y el extranjero. “Cada uno gestiona su dolor como puede. Yo necesitaba hacer algo, mi madre también era muy peleona. Pero entiendo a quien no ha podido”, dice Susana Miguel, que ha sido secretaria de la plataforma desde que esta nació en una reunión celebrada en el madrileño barrio de Tetuán, dos meses después de la tragedia.
Ella repite, como sus compañeros, que nueve años para llegar al juicio son demasiados. “La justicia lenta no es justicia”, insiste. Algunos de los afectados, como Lola Morán, la esposa de Manuel Sierra, ya han muerto. Echan en falta más cargos públicos en el banquillo. Por ejemplo, algún responsable de Renfe, ya que durante la instrucción se ha demostrado, señalan, que “el aviso del peligro de la curva llegó por escrito a una decena de cargos y no hicieron nada”; o del Ministerio de Fomento, que “autorizó la puesta en servicio de la línea sin que se cumpliera la normativa de seguridad”. “Del juicio no esperamos dinero, sino que quede patente que hubo responsabilidades políticas”, subraya Mayer.
La tragedia ferroviaria acaparó portadas dentro y fuera de España durante las primeras semanas. Pero por la calle a las víctimas les siguen diciendo que la culpa de lo que les ocurrió fue “del maquinista que iba mangado [muy deprisa]”. “Se contaminó a la opinión pública los primeros días, cuando la mayoría de la gente estaba atenta”, afirma Domínguez. Gema Bernardo lo tiene claro: “Si no llega a sobrevivir el maquinista, punto y aparte”. La Comisión Europea mantiene abierto un procedimiento de infracción contra España por el incumplimiento de la normativa de seguridad ferroviaria. Es otra de las consecuencias de las denuncias que las víctimas del Alvia interpusieron en Bruselas.