TITULO: REVISTA FARMACIA -Así es la dieta FPS, lo que hay que comer para proteger la piel del sol ,.
REVISTA FARMACIA - Así es la dieta FPS, lo que hay que comer para proteger la piel del sol , fotos,.
Así es la dieta FPS, lo que hay que comer para proteger la piel del sol,.
Los expertos apuestan por una alimentación rica en antioxidantes y no tomar suplementos,.
Dieta SPF,.
Además de la crema solar, el menú también es un buen escudo frente a los peligros del sol gracias a la denominada dieta SPF, es decir, rica en alimentos que han demostrado una potente capacidad protectora frente al daño oxidativo.
«De cara a proteger la piel del sol es importante aumentar las “reservas de antioxidantes” aumentando el consumo de frutas y verduras. Además, la adherencia a la dieta mediterránea, y a la dieta DASH, que promueven el consumo de grasas saludables (aceite de oliva y frutos secos), cereales integrales y proteínas de alto valor biológico, se ha asociado a una disminución de la incidencia del cáncer de piel, en concreto del basocelular», asegura María Riestra, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Una idea que también confirma Mónica Herrero, miembro del Consejo General de colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, quien asegura que «los alimentos antioxidantes preparan nuestro cuerpo contra los radicales libres y participan en la producción de proteínas que componen la piel y el colágeno. Su función es dar firmeza y defensa frente a las agresiones externas como los rayos solares. Con la edad se reducen, por ello es importante llevar una buena alimentación».
Numerosos estudios epidemiológicos demuestran que los alimentos de origen vegetal son básicos para mantener la salud de la piel. De hecho, un estudio publicado en la revista «Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics» evidencia que una ingesta alta de vegetales, aceite de oliva y legumbres está ligada a un menor daño en la piel por la exposición prolongada a radiación ultravioleta. Por ello, «conviene realizar una dieta saludable que incluya alimentos con vitamina C, presentes en frutas y hortalizas como naranjas, pomelo, mango, fresas, kiwi, pimiento rojo o tomate. También frutas y vegetales de color rojo y naranja, porque contienen licopeno, un carotenoide con una función específica para la piel, como sandía, cerezas o pomelo rojo. Además, hay que incluir en el menú alimentos con alto contenido de betacarotenos. Todo el mundo conoce la zanahoria, pero hay muchos más como calabaza, albaricoque o boniato, que ralentizan el paso del envejecimiento y mejoran la calidad de la piel. Y no deben faltar verduras de hoja verde, pues además de ser fuente de vitaminas y minerales, tienen antioxidantes. Es el caso de berros, brócoli, espinacas, acelgas...», detalla Herrero.
Mejor crudos
Pero no cualquier forma de incluir estos alimentos en el menú vale, ya que, «para aumentar el contenido en antioxidantes debemos priorizar frutas, verduras y hortalizas, fundamentalmente crudas, ya que son las que más micronutrientes con efecto antioxidante proporcionan, evitando formas de cocinarlos que aumenten la oxidación de los nutrientes y los radicales libres como algunos tipos de ahumados, altas temperaturas o frituras con aceites muy usados», advierte Riestra, quien añade que, «una ingesta abundante de carotenos puede dar color a la piel anaranjado, y si es excesiva da lugar a la carotenemia, una alteración de la pigmentación de la piel, con tono anaranjado sobre todo en palmas de manos».
Por ello, a pesar de comer muy bien y con abundantes antioxidantes, siempre hay que protegerse del sol. Y no hay que caer en el error de optar por nutracéuticos para estar más protegidos, pues «suelen ser muy caros e innecesarios. La clave para una buena salud de la piel está en una dieta variada y equilibrada y utilizar fotoprotección solar adecuada», insiste Riestra. Y así lo ratifica Herrero, quien recuerda que «si con la dieta se alcanza la ingesta necesaria de antioxidantes, no está recomendado tomar potenciadores del bronceado, mientras que los suplementos son para personas determinadas que tienen las necesidades nutricionales alteradas».
TITULO: CAFE, COPA Y Documental -Topuria sitúa a España en la élite de la UFC,.
Topuria sitúa a España en la élite de la UFC,.
Artes Marciales Mixtas,.
El peleador hispano-georgiano vence tras dar una somanta de golpes a Josh Emmett, número cinco del mundo, y refuerza su candidatura al título de campeón del mundo,.
foto / Topuria, durante un momento en el duelo ante Emme,.
«Yo sé que voy a ganar. Soy mejor que todos estos. Mi sueño siempre fue ser el mejor. Ser una leyenda. Quiero que cuando hablen de MMA, quieran o no, tengan que mencionarme». Illia Topuria, 26 años, hace alarde de la clásica fanfarronería del mundo de las artes marciales, pero además de hablar también cumple con su palabra. El hispanogeorgiano cuenta por victoria cada uno de sus combates en su carrera como profesional (14-0) después de sumar un nuevo triunfo ante Josh Emmet, número cinco del mundo, en la pelea estelar de Jacksonville (Florida).
'El Matador' quiso noquear al estadounidense, que resistió los cinco asaltos a pesar de la somanta de golpes que le estaba propinando el 'alicantino', sobre todo en el cuarto round cuando logró tirarlo al suelo en varias ocasiones. La cara de Emmet, un auténtico guerrero del octógono, era fiel reflejo del castigo que estaba recibiendo por parte de Topuria, que con la victoria, por decisión unánime, sitúa a España en la élite de la UFC y refuerza su candidatura al título de campeón del mundo.
«Nadie pude igualar el nivel que tengo en la jaula, quiero ir a buscar ahora el número uno. Tengo que luchar contra Alexander Volkanovski (el rey de la categoria del peso pluma). Su legado ha terminado, empieza el mío«, sentenció el luchador nacido en Halle (Alemania), criado en Georgia y que vive desde que era un adolescente en Alicante, donde comenzó a practicar artes marciales mixtas, disciplina emergente dentro de los deportes de lucha, en el gimnasio Climent Club.
Preocuparse está en la naturaleza humana pero no parece ser algo que esté en el ADN de este hispanogeorgiano, cinturón negro de jiu jitsu, que practicaba años atrás lucha grecorromana y que actualmente, tras su última victoria, es el número 5 el ranking del peso pluma de UFC.
Un tipo viral más allá de las redes sociales
«O me matas, o mueres. Y asegúrate de matarme porque me voy a levantar. Así que disfruta de esta noche, porque mañana vas a dormir con dolores», declara el luchador en un documental que Movistar Plus+ estrenó a finales de abril, en el que se desgranan detalles sobre su carrera, la relación con su hermano - también luchador de MMA - y habla sobre cuál ha sido siempre el sueño de su vida: Ser campeón del mundo.
Topuria se mueve al son de los nuevos tiempos, donde reune cientos de miles de seguidores en las redes sociales y levanta pasiones a través de ellas. La UFC (Ultimate Fighting Championship), empresa estadounidense que gestiona los combates y el espectáculo que rodea a los mejores peleadores del planeta mueve masas en Youtube, y es la competición que más seguidores atrae, especialmente jóvenes. Topuria es el buque insignia nacional de un deporte cada vez menos minoritario en España.
El interés por los espectadores es cada vez mayor, superando incluso a contiendas de boxeo de primer nivel. Potencia, velocidad o agresividad son algunas de las cualidades de los luchadores, más completos y ágiles al entrenar la mayoría de ellos diferentes artes marciales como Muay Thai, Jiu-jitsu y lucha o boxeo. Conor McGregor, Khabib Nurmagomedov, Israel Adesanya O 'Nate' Diaz provocaron un boom de este deporte hace ya una década que a día de hoy se mantiene con otros nombres de referencia como el de Alexander Volkanovski, hombre que gobierna la categoría a la que aspira Topuria.
«El miedo te aleja de todas las cosas buenas. Te aleja de la felicidad, del éxito, del amor. Todas las cosas buenas están al otro lado del miedo. Y no hay mejor sensación que superar ese miedo y sentirte el héroe de tu propia historia», destacó recientemente el luchador en una entrevista.
Para Topuria, cada pelea «es ajedrez, es jugar con la mente de tu oponente, es estudiarlo a la perfección y hacer que se rinda». El luchador confiesa que estudia al máximo a su rival y que es tan importante cuando empieza una pelea, como ver que movimientos hace una vez esta agotado. «Me fijo en cuáles son sus movimientos naturales cuando se cansa y ahí es cuando recibo las instrucciones de mi equipo de que esté preparado para un determinado movimiento. Y ahí se produce la guerra mental en la que mi rival ya no tiene salida y le toca rendirse», explica en una entrevista reciente en la que dice creer mucho en Dios, presumir de ser buen aficionado al vino y antitaurino, pese a su sobrenombre.
El hombre que tiene como objetivo traer un evento de UFC a España, admite que contando las peleas y patrocinios, puede ganar más de 100.000 euros al mes. Un millonario a pura hostia que dice no estar hecho para perder: «Siento que he nacido para triunfar y ser feliz», afirma el deportista, que ha acumulado más de un millón de euros de ganancias en los últimos dos años y comparte su vida con la empresaria Giorgina Uzcategui Badell, creadora de la empresa Future & Energy, dedicada a la venta de sistemas de purificación de agua,.
TITULO: El escarabajo verde - La babosa negra,.
La babosa negra,.
foto / La universidad de Alicante y el Ayuntamiento de Santa Pola estudian la
distribución y ecología de un molusco invasor: la babosa negra,
detectada recientemente en la laguna del Mar Menor, y en varios puntos
de las costas de Alicante,.
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Un hombre llamado Caballo , Miercoles -2- Agosto,.
Este Miercoles - 2 - Agosto a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
Reparto ,.
Elliot Silverstein , Richard Harris, Judith Anderson, Jean Gascon, Manu Tupou, Corinna Tsopei .
En 1825, el aristócrata inglés John Morgan (Richard Harris) vive
comodamente y sin problemas hasta que los indios Sioux cambian su vida
de forma radical. Sin que nadie pueda evitarlo, John es secuestrado y
llevado a vivir con ellos como esclavo. En el poblado de la tribu, el
joven es obligado a realizar diferentes tareas, pero a medida que pasa
el tiempo, John irá acostumbrándose a su nueva vida. Cuando se enamora
de la hermana del jefe, Morgan decidirá dar un paso más y convertirse en
un miembro más del clan. Sin embargo, para lograrlo deberá superar un
ritual que todos los hombres que pertenecen a la tribu deben realizar y
al que John tendrá que enfrentarse solo,.
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Un hombre llamado Caballo , Miercoles -2- Agosto,.
Este Miercoles - 2 - Agosto a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
Reparto ,.
Elliot Silverstein , Richard Harris, Judith Anderson, Jean Gascon, Manu Tupou, Corinna Tsopei .
En 1825, el aristócrata inglés John Morgan (Richard Harris) vive
comodamente y sin problemas hasta que los indios Sioux cambian su vida
de forma radical. Sin que nadie pueda evitarlo, John es secuestrado y
llevado a vivir con ellos como esclavo. En el poblado de la tribu, el
joven es obligado a realizar diferentes tareas, pero a medida que pasa
el tiempo, John irá acostumbrándose a su nueva vida. Cuando se enamora
de la hermana del jefe, Morgan decidirá dar un paso más y convertirse en
un miembro más del clan. Sin embargo, para lograrlo deberá superar un
ritual que todos los hombres que pertenecen a la tribu deben realizar y
al que John tendrá que enfrentarse solo,.
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Un hombre llamado Caballo , Miercoles -2- Agosto,.
Este Miercoles - 2 - Agosto a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
Reparto ,.
Elliot Silverstein , Richard Harris, Judith Anderson, Jean Gascon, Manu Tupou, Corinna Tsopei .
En 1825, el aristócrata inglés John Morgan (Richard Harris) vive comodamente y sin problemas hasta que los indios Sioux cambian su vida de forma radical. Sin que nadie pueda evitarlo, John es secuestrado y llevado a vivir con ellos como esclavo. En el poblado de la tribu, el joven es obligado a realizar diferentes tareas, pero a medida que pasa el tiempo, John irá acostumbrándose a su nueva vida. Cuando se enamora de la hermana del jefe, Morgan decidirá dar un paso más y convertirse en un miembro más del clan. Sin embargo, para lograrlo deberá superar un ritual que todos los hombres que pertenecen a la tribu deben realizar y al que John tendrá que enfrentarse solo,.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
TITULO:
Un país para escucharlo - Bailando con decepción en El Sardinero ,.
Un país para escucharlo,. Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque
acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue
sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias
coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que
saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con
gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado
desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme
la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set
list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el
escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo
manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que
incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó
la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que
terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el
concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que
agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido
en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y
coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las
inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba
viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los
asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos',
porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad
tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo
imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en
su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su
hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los
fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba
Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de
Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a
un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y
antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches,
Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó
emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso
del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina
que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes
largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te
pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el
suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos
entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por
España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con
'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a
las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans
no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque
Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que
lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso
cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años
haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que
hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un
crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander
ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora
soy la persona más feliz del escenario".
Mientras
hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del
público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su
disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar
aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando',
con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de
muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el
artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El
Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes
con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se
desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de
tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público
pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última
canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos.
Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque
las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas
de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans
que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único
concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca
de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad
privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado
y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de
2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal
y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester
(Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el
artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del
concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que
llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el
escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando
detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a
que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de
Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas
para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un
poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los
habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista
y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta
en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad,
cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace
más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque
solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo
del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de
iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED,
250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers,
200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan
con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique
Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.
Este martes -1- Agosto , a las 23.00 por La 2, foto,.
Bailando con decepción en El Sardinero,.
Enrique Iglesias congregó a 30.000 personas en Santander, aunque acabaron pitándolo ya que salió al escenario con mucho retraso y se fue sin despedirse
El Sardinero, a reventar. Miles de fans de Enrique Iglesias coreaban su nombre hasta la saciedad porque, aunque estaba previsto que saltara al escenario a las 22:30 horas, no lo hizo hasta las 23:00. Con gorra verde y camisa negra -y sin la sudadera que le había acompañado desde su llegada a Santander-, el artista empezó el ‘show’ con 'Súbeme la radio', mientras miles de móviles grababan cada minuto.
La segunda canción, como estaba previsto en el ‘set list’, fue 'Freak'; y mientas Enrique se movía con soltura por el escenario, en las pantallas gigantes que lo flanqueaban iban apareciendo manchas de pintura de colores. Según ese listado de canciones, que incluía sus temas más conocidos, siguió el orden previsto pero no cantó la última canción 'Taking back my love'; eso enfadó al público, que terminó gritando: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".
Pese al descontento generalizado por cómo terminó el concierto, el artista grabó un vídeo que colgó en sus redes en el que agradecía "a Santander, a Cantabria y a toda España" el apoyo recibido en "una noche inolvidable". Durante el concierto, el público bailaba y coreaba los temas como si no hubiera un mañana, y desde las inmediaciones del estadio se oía con fuerza todo lo que se estaba viviendo dentro. Pero Enrique no terminaba de convencer, porque los asistentes se quejaban de que casi no se le oía.
La locura llegó con los primeros acordes de 'Bailamos', porque Iglesias se acercó al público y varios agentes de seguridad tuvieron que sujetarle mientras las fans de las primeras filas hacían lo imposible por tocarle. Tamara Falcó, hermana del artista, compartió en su cuenta de Instagram un vídeo de El Sardinero mostrando pasión por su hermano y sus 'enriquettes', que es como popularmente se conoce a los fans de Enrique Iglesias. Cerca de donde estaba sentada Falcó, bailaba Alonso Aznar, hijo del expresidente del Gobierno José María Aznar y de Ana Botella.
Para 'Loco', la banda y Enrique Iglesias se trasladaron a un segundo miniescenario que estaba en mitad del campo de juego, y antes de empezar se dirigió a los asistentes: "¡Buenas noches, Santander. ¿Qué tal lo estáis pasando aquí está noche?", preguntó emocionado. El estadio vibró como en aquellas tardes de fase de ascenso del Racing.
Hasta ese mismo segundo escenario, llegó una bailarina que acompañó al artista moviéndose muy pegados, lo que puso los dientes largos a muchas asistentes. Con las últimas frases de este tema -'Te pido de rodillas, Luna no te vayas'-, el artista hincó la rodilla en el suelo para terminar. Pero el momento ñoño lo rompió repartiendo chupitos entre todos los miembros de la banda al grito de "por Santander y por España".
Uno de los momentos más emocionantes de la noche legó con 'Be with you', porque el artista bajó del escenario para acercarse a las primeras filas y cantar poniendo el micro delante. Las mayores fans no dudaron en estirar sus brazos todo lo que les daban de sí porque Iglesias cogía todas las manos que le tendían entre la multitud.
Antes de cantar 'Hero', Enrique Iglesias recordó que lleva veinte años sobre los escenarios pero todavía se pone nervioso cuando canta en España: "Muchas gracias por estar aquí. Llevo 20 años haciendo esto y los últimos 15 años aún me pongo nervioso cuando hay que hacer un concierto en España. Perdonarme por los nervios. Cuando era un crío, con 15 años, nunca me imaginé que podía estar aquí en Santander ante tanta gente. Es un placer, un puto honor, estar en España y ahora soy la persona más feliz del escenario".
Mientras hablaba, fue caminando por el pasillo central para estar más cerca del público y cantar esta canción que viralizó en 2001 cuando publicó su disco 'Escape'. Las gradas se llenaron de luces de móvil para iluminar aún más esta noche llena de emociones. Y llegó el turno de 'Bailando', con los primeros acordes acompañados del típico grito de ilusión de muchos de los asistentes. "Esos brazos al cielo, Santander", gritó el artista para darse la vuelta a la gorra y continuar cantando y bailando.
Con 'I like it', la fiesta estalló literalmente en El Sardinero porque el campo se llenó de confeti blanco y globos gigantes con las iniciales del artista. En ese momento, Enrique Iglesias se desabrochó la camisa para dejar al descubierto una camiseta blanca de tirantes. Cuando terminó este tema salió del escenario, pero el público pensaba que iba a volver. Pero no lo hizo ni para cantar la última canción prevista, por lo que el público comenzó a criticarlo a gritos. Pero ni con esas volvió a salir y estaba claro que no lo haría, porque las barras empezaron a cerrar y la organización a recoger.
Las horas previas
Con cierto retraso según el horario previsto, las puertas de El Sardinero habían abierto sus puertas para recibir a miles de fans que abarrotaron los Campos de Sport para disfrutar de su único concierto en Europa este verano. En los alrededores del estadio, cerca de 300 efectivos entre Policía Nacional y Local y agentes de seguridad privada velaron por la seguridad de los asistentes.
Todo el perímetro del campo del Racing había sido vallado y los accesos por carretera fueron cerrados con bloques de hormigón de 2.500 kilos, para prevenir posibles atentados con vehículos pesados, tal y como ocurrió en el concierto de Ariana Grande en Mánchester (Inglaterra) hace casi dos meses.
Un par de horas antes de la apertura de puertas, el artista apareció en El Sardinero para hacer la prueba de sonido del concierto. Ataviado con su inseparable gorra y la sudadera con la que llegó ayer a Santander, el artista realizó los últimos ensayos sobre el escenario donde presentó parte de su gira 'Sex and Love Tour'.
Dentro del estadio había decenas de técnicos ultimando detalles, y también estuvo allí el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, junto al consejero de Turismo, Francisco Martín; esperaron a que terminara la prueba de sonido para hacerse una foto con el hijo de Julio Iglesias.
Desde las 16:00, las taquillas permanecieron abiertas para que los rezagados adquiriesen las últimas entradas disponibles y un poco más caras del precio manejado las últimas semanas en los habituales canales de venta. Los precios ascendieron a 45 euros en pista y a 25 euros para visibilidad lateral reducida.
Con este concierto, Enrique Iglesias presentó una puesta en escena única para celebrar el Año Jubilar Lebaniego. Como curiosidad, cantó en un estadio que no se utilizaba para un concierto desde hace más de dos décadas. Y cogió el testigo precisamente de su padre; porque solo Julio Iglesias y Juan Luis Guerra habían actuado antes en el campo del Racing.
Los datos hablaron por sí solos: 1.200.000 megavatios de iluminación, otros 400.000 para el sonido, 600 metros de pantalla LED, 250 personas en el montaje y otras tantas en la producción, 30 trailers, 200 agentes de seguridad privada y un equipo de 18 personas que viajan con él y que grabarán íntegramente el concierto. En septiembre, Enrique Iglesias retomará su tour por distintas ciudades de Estados Unidos.