sábado, 12 de octubre de 2013

REVISTA MUJER HOY LAETITIA CASTA, SENTIDO Y FEMINIDAD,./ PROTAGONISTA, EN DIRECTO, MARCO ZANINI, EL HEREDERO DE SCHIAPARELLI,.

TÍTULO; REVISTA MUJER HOY LAETITIA CASTA, SENTIDO Y FEMINIDAD,


  1. Hiperfemenina y sexy, seductora involuntaria, belleza en grado superlativo. Descubrimos cómo es, cara a cara, esta mujer explosiva, con piel ...
    Una vez, un realizador dijo: “Hay que amar a los actores por lo que muestran y, sobre todo, nunca intentar conocerlos”. Sin embargo, encontrarse con una actriz, implica la tentación de desenmascararla, de ir más allá de la imagen. ¿Es Laetitia Casta una mujer-niña? ¿Una mujer fuerte o frágil? ¿Es, efectivamente, la encarnación de la ultrafemineidad? Es todo lo que hemos leído sobre ella, pero no solo eso. Su porte es lo primero que llama la atención. Un cuerpo escultural bajo un abrigo de corte impecable. Un apretón de manos firme y una mirada directa. Una forma de expresarse sin afectación. Una gran sonrisa infantil que deja al descubierto una mancha blanca sobre un diente, como un defecto de fábrica, pero también una extensión de la infancia. Porque, aunque asegura que se siente feliz, admite que es una mujer en proceso.

    Mujer hoy. Al mostrar una imagen tan perfecta en las fotografías, ¿no teme causar una decepción en el cara a cara?
    Laetitia Casta.
    No, porque de todos modos la gente solo proyecta sobre uno sus propias fantasías. Es cierto que las fotografías embellecen, subliman. Pero hay algo que me pertenece, y es la mirada. Si tuviese que estar permanentemente preocupada por la imagen que proyecto, ¡me hubiese convertido en una caricatura!

    P. ¿Cómo consigue una mujer moderna ser a la vez modelo, actriz, pareja y madre?
    R. Si tuviera el secreto, ¡sería una mujer excepcional! En realidad, corro detrás de la imperfección. ¿Por qué los actores deberían hacer creer a la gente que llevan una vida normal? Eso me parece engañoso y una falta de respeto. Mi trabajo consiste en hacer soñar.

    P. En alguna ocasión, usted ha dicho que convertirse en modelo la salvó. ¿De qué?
    R. Cuando era joven tuve la necesidad de escapar. Este trabajo me permitió irme de casa y también vivir mi feminidad. En la moda encontré una forma de expresión, una sensibilidad que no tenía en mi familia. Cada fotógrafo tiene su ideal femenino, nunca se trata de la misma mujer. Y en esa búsqueda de la belleza encontré una cierta forma de libertad.

    P. ¿Qué siente usted cuando está delante de la cámara?
    R. No crea que posar para unas fotografías sea superficial. Primero hay que olvidarse del objetivo, ofrecerse. Eso exige mucha humildad, olvidarse de uno y convertirse en el deseo del otro, comprender lo que el fotógrafo tiene en la cabeza. No es algo escrito en ningún guión. ¡Le aseguro que eso exige la atención de al menos medio cerebro! Cuando se luce un traje de un diseñador, uno piensa en todas las manos que han trabajado durante horas en él y que hay que poner en valor esa sensibilidad.
    P. ¿Tiene esa misma sensación cuando rueda una película?
    R. Sí, porque al fin y al cabo uno está narrando cómo es la vida. Encuentro fascinante explorar un personaje, analizarlo, adoro esa búsqueda. Ser actriz no es solo dedicarse a actuar, es mucho más que eso. Es estar vivo y demostrarlo.

    P. La directora Hélène Fillières dice de usted: “Posee una belleza impertinente y, al mismo tiempo, absolutamente inofensiva.” ¿A qué se refiere?
    R. Cuando se sabe que se puede seducir, no se tiene la necesidad de hacerlo.

    P. ¿Qué es la feminidad?
    R. Es asumir el deseo propio.

    P. ¿Antes su deseo que su cuerpo?
    R. Sí, porque la feminidad va más allá de la apariencia. Es lo que una mujer siente en lo más profundo de su ser. Se trata, sobre todo, de proteger su creatividad para que no se vea reducida a lo que se espera de una, sino, al contrario: ir hacia una misma sin tener que rendir cuentas a nadie. Pero la feminidad es un lujo y hay que pagar un precio por ella.

    P. ¿Qué precio ha tenido que pagar usted hasta ahora?
    R. Por ejemplo, dejar atrás a personas que no desean ir en tu misma dirección en el plano artístico. Se trata de abandonar unas vidas para ir al encuentro de otras. Y yo adoro eso.

    P. ¿Ha encontrado en su vida hombres que no han sabido estar con una mujer como usted, que han querido que cambiara su personalidad?
    R. Sí, por supuesto, intentaron controlarme. Pero también me admiraron, me amaron... No siento agresividad hacia los hombres porque nos necesitamos, incluso aunque no nos comprendamos.

    P. En su carrera cinematográfica ha hecho papeles con registros muy diferentes, algunos, incluso, arriesgados para su imagen...
    R. Las elecciones que hago, tienen que ver con el cine que me gusta. Yo siempre digo: “¡Dadme armas e iré a pelear!”. Pero sin las herramientas adecuadas, no puedo hacer nada. Es preciso tener la posibilidad de hacer papeles con una verdadera dimensión. Comencé con una pistola de agua, espero terminar con un bazoka...

    P. ¿Busca el consejo de alguien?
    R. Es agradable dejarse acompañar y aconsejar, pero ante una elección, frente a uno mismo, siempre estamos solos. En el fondo, la única persona a la que tengo ganas de sorprender es a mí misma. Cuando uno empieza a depender de los demás, está perdido.
     
    Marco ZaniniTÍTULO;  PROTAGONISTA, EN DIRECTO, MARCO ZANINI, EL HEREDERO DE SCHIAPARELLI,.
     Aunque en las imágenes de fin de desfile parece la encarnación de Terry Richardson que saluda desde la pasarela, en las distancias cortas -foto-Marco Zanini es muy distinto: un tipo alto, afable, de contagiosa serenidad, y pese a sus enormes patillas y a los tatuajes que asoman por los puños de su pulcrísima camisa, una persona más bien de irreverencia interior. Porque en el exterior, y en su profesión, lo que impone es la disciplina más estricta.
    “Cuando está implicada la creatividad, es muy fácil perderse. Hay que establecer un orden y seguir esa línea hasta el final”, asegura. Y al explicar su sistema de trabajo queda claro que está dotando de una inteligencia superior. Todas, desde las más minúscula de las referencias para sus inspiraciones, hasta la más compleja combinación de su paleta de colores, las guarda en un solo lugar:su cabeza. Como si tuviera allí su muro de inspiración. “Supongo que porque el proceso creativo no descansa nunca”, afirma.
    Este milanés de 42 años y ascendencia sueca tiene ante sí el mayor desafío de su carrera. Acaba de dejar Rochas tras situar a la firma francesa entre las más interesantes del panorama “fashion”, con sus siluetas ultrafemeninas y su gusto por los detalles. Y lo que le espera ahora es el sueño de cualquier diseñador. Le han propuesto ser la fuerza creativa con la que resucitar la casa de moda más legendaria de la historia: Schiaparelli. Un honor que otros persiguen desde hace seis años, cuando Diego Della Valle, dueño del grupo de lujo italiano Tod’s, anunció que compraba la firma para darle continuidad en el siglo XXI.

    Imaginación y excentricidad

    Zanini ha aceptado sin pensárselo. “Balenciaga fue el gran maestro indiscutible y Gabrielle Chanel, la creadora de los
    nuevos códigos de la moda.
    Pero Elsa Schiaparelli fue la vanguardia en estado puro”. Y también la imaginación, la excentricidad, la silueta audaz, el fucsia chocante, los vestidos con dibujos de langostas y los zapatos en la cabeza... Schiap, como la conocían sus íntimos (y hablamos de Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Jean Cocteau o Alberto Giacometti), fue la chispa artística que removió los cimientos de la moda durante tres décadas. Y lo hizo desde su centro de operaciones en el 21 de la Place Vendôme de París. El mismo lugar donde Mujer hoy charla con Zanini, el hombre con la titánica tarea de revivir y actualizar la elegancia provocadora de madame Schiaparelli.

    Lo curioso es que no se siente intimidado.
    Posiblemente porque revitalizar casas de moda legendarias empieza a ser recurrente en su currículum. Lo hizo en Halston, la firma del norteamericano Roy Halston, asociada a las noches de Studio 54 y a mujeres como Bianca Jagger o Jerry Hall, que reabrió en 2011. Y lo ha repetido en Rochas, donde ha dotado a la firma de una identidad que antes no tenía: “La gente tenía muy pocas referencias del trabajo de Marcel Rochas y creamos las nuestras propias”, explica. Tras los pasos de Lacroix
    Pero Schiaparelli es otra cosa que, además, está llena de significado: “Para mí, es la cuadratura del círculo”. Porque, como en un giro en el que el protagonista parece abocado a su destino, Zanini descubrió su pasión por la moda en dos momentos clave. Cuando tenía 14 años, en un viaje a Londres con su familia, se compró la autobiografía de Schiaparelli, “Shocking!”. “Leerla fue una revelación.
    Conectaba con todo lo que ella sentía por esta profesión, que me sigue pareciendo la más bella del mundo”. Tres años después, en 1987, el empuje definitivo procedía de la televisión: “Estaba viendo un programa sobre los desfiles de París y las fabulosas creaciones de Christian Lacroix me dejaron estupefacto. Empecé a escribirle cartas de admiración a monsieur Lacroix”. El creador francés hizo algo más que responder a las misivas: accedió a conocer a un adolescente.
    Zanini en uno de sus viajes a Milán. “Ese encuentro fue decisivo, me animó a convertirme en diseñador”. Más de 20 años después, Lacroix se ha encargado de dar el pistoletazo de salida a la nueva encarnación de la “maison” con una colección tributo presentada en París en julio. “Fui al desfile y me emocionó que se acordara de mí”, cuenta Zanini.
    El otro reto es que la firma lleva casi 60 años fuera del circuito. “Pero sus creaciones ha sido siempre las más imitadas y referenciadas por los diseñadores de todas las épocas”, apunta. Sin ir más lejos, el año pasado Miuccia Prada se enfrentó a Schiaparelli en una exposición en el MET donde las dos italianas hablaban y se respondían con ropa. Y algunas prendas de Elsa ganaban en vanguardia. “Era una solista audaz e intrépida que siempre miraba hacia delante –añade el diseñador–. En sus piezas hay una mezcla sublime de austeridad, líneas simples, visión irreverente y opulencia”. Y esas van a ser las premisas de su primera colección, que presentará en enero: “Luego traduciremos esos códigos al “prêt à porter” y los accesorios, pero la primera parada es la más alta costura a medida”, concluye. 

    Seis razones para adorar a Elsa
    1. Creó su primer vestido para sí misma. No tenía nada para ir a un baile de gala y compró una tela azul marino que ajustó
    con un imperdible.
    2. Fue la gran rival de Coco. Chanel decía que era una “artista que hace ropa”; Schiaparelli la llamaba sombrerera, su primer oficio.
    3. Elevó el jersey de punto a la categoría de prenda “it”. Lo hacía con doble puntada, para que no se diera de sí. Se lo enseñó una refugiada armenia.

    4. Sorprendía a sus clientas. Tenía una enorme jaula en el escaparate de su tienda de la Place Vendôme, conocida como Schiap Shop.

    5. Se inventó la falda pantalón que la tenista Lili de Álvarez llevó en Winbledon en 1931. Fue la primera en crear una línea deportiva.

    6. El frasco de su perfume más famoso, Shocking, tenía forma de busto con las medidas de una de sus amigas y clientas, la actriz Mae West.


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