Miles de estudiantes se manifestaron ayer por segundo día consecutivo en Francia en contra de la expulsión del país de alumnos extranjeros .
MUNDO
Leonarda en el país de la mentira
El padre de la gitana expulsada de Francia confiesa que solo él es kosovar y que el resto de la familia nació en Italia
-foto y REVISTA TIEMPO
Miles de estudiantes se manifestaron ayer por segundo día
consecutivo en Francia en contra de la expulsión del país de alumnos
extranjeros sin papeles como Leonarda Dibrani, la gitana de 15 años
enviada a Kosovo junto a su familia. Denunciado por violencia doméstica,
el padre ha confesado que mintió a las autoridades galas ya que solo él
es kosovar mientras que su mujer y cinco de sus seis hijos nacieron en
Italia. «Leonarda no es responsable de lo que su padre haya podido
hacer», dijo ayer Valérie Trierweiller, pareja del presidente François
Hollande.
En Mitrovica, donde los Dibrani han sido alojados en un
piso alquilado por el ayuntamiento, el cabeza de familia reconoció no
haber dicho la verdad cuando llegaron a Francia en enero de 2009
procedentes de Italia. Resat Dibrani, de 46 años, alegó que pensaba que
les resultaría más fácil conseguir papeles si decía que eran kosovares y
reveló que había comprado por 50 euros un falso certificado de
matrimonio en el mercado negro de París.
En realidad su esposa, Gemilja, de 40 años, nació en
Italia, donde dio a luz a cinco hijos durante su prolongada estancia en
Fano, cerca de Roma. La benjamín vino al mundo hace 17 meses en Francia.
El Gobierno de Kosovo ha pedido a Italia las partidas de nacimiento
para desenredar el embrollo administrativo y determinar si son
ciudadanos europeos.
También ha transcendido que Leonarda y su hermana mayor,
María, de 17 años, habían denunciado en enero a su padre por violencia
física. Estuvieron varias semanas en un centro de acogida hasta que se
retractaron y retiraron la querella. «Abofeteé a mi mujer pues trataba
de hablar en mi lugar y yo soy el jefe de la familia», se ha justificado
en 'Le Monde' Resat, que jura no haber pegado jamás a sus hijos.
Tanto el padre como la madre se expresan con mucha
dificultad en francés, todo lo contrario que Leonarda y sus hermanos
escolarizados en la enseñanza pública. El mal dominio de la lengua fue
uno de los motivos de rechazo de sus peticiones de regularización por
entender los servicios competentes que no habían hecho ningún esfuerzo
para insertarse en la sociedad gala. Agotados todos los recursos, eran
objeto de una orden de expulsión desde el 19 de junio que fue ejecutada a
principios de mes.
En una excursión escolar
El padre fue expulsado el 8 de octubre y el resto de la
familia al día siguiente. Cuando la Policía de fronteras acudió a las
seis y media de la mañana a buscar a Gemilja y sus seis hijos faltaba
Leonarda. La adolescente se había quedado a dormir en casa de una
compañera de clase para estar puntual por la mañana en la salida de una
excursión escolar. Fue su propia madre quien la llamó al móvil para
decirle que se los llevaban a un vuelo a Pristina que salía a la una de
la tarde de Lyon y no podía quedarse sola en Francia.
La gitanilla bajó llorando del autobús del colegio en un
alto del trayecto y montó en un coche patrulla fuera de la vista de sus
compañeros. El escándalo estaba servido. Se había mancillado el
sacrosanto santuario escolar, como en tiempos del conservador Nicolas
Sarkozy. La izquierda puso en el disparadero a Manuel Valls, el ministro
más a la derecha del Gobierno socialista.
En el ojo del huracán, el titular de Interior acortó un
viaje oficial a las Antillas para recibir hoy en París las conclusiones
de la investigación sobre lo ocurrido. El Elíseo consideró inadmisibles
las peticiones de dimisión del gobernante más popular. Hollande
permaneció callado. Pero dejó a su pareja preparar el terreno. «La
escuela está para ofrecer la igualdad de oportunidades y no para
excluir. Menos aún cuando se juzga a los padres y no a los hijos»,
declaró Trierweiller. ¿Podrá Leonarda regresar a un país en el que se
sentía integrada desde un país que no es el suyo y cuya lengua ni
siquiera conoce? La respuesta en las próximas horas.
TÍTULO; REVISTA DE MODA ,Karolina Kurkova, la modelo que se convirtió en marca registrada,.
Un par de vaqueros y una camiseta. Karolina Kurkova no necesita más para seducir a la cámara. Lleva 15 años haciéndolo.
Ha llovido muchísimo desde aquella sesión: portadas, campañas y hasta programas de televisión de máxima audiencia. Y a Karolina ya no le hace falta sonreír. Es una de las modelos mejor pagadas según Forbes y se ha convertido en una marca global que vende perfumes, moda, coches y hasta causas solidarias (es portavoz de organizaciones como Aids Life en la lucha contra el sida e imagen de la campaña contra el cáncer de mama del Council of Fashion Designers of America). Hoy, cuando Kurkova abre la boca, el mundo mira –y escucha– atentamente. El por qué de su éxito no es ningún secreto. Ella misma lo comparte en su cuenta de Instagram, convertido en el códice de la futura top model: «Para ser irreemplazable, hay que ser diferente».
¿Qué cualidades debe tener una supermodelo?
Tiene que ser multidimensional: funcionar delante de la cámara, aportar ideas y tener personalidad. Pero también debe tener visión empresarial. Una modelo es CEO de su propia marca.
¿Se considera una marca?
Absolutamente. Llevo 15 años trabajando en ella. En esta industria, lo que haces te define. Por eso me involucro solo en proyectos con los que me identifico. Si hago algo, quiero que la gente lo vea y diga «es muy Karolina». Mantener esa integridad no es negociable.
Nunca enseñaría el pubis. No es elegante. Nadie necesita ver una vagina en primer plano.
Es una auténtica mujer de negocios. ¿Ha hecho amigos en esta industria o es todo trabajo?
Hay personas con la que trabajas, y otras con la que conectas a otro nivel. Supongo que he conectado con algunas. De lo contrario, no estaría donde estoy.
¿Admira a alguien del mundo de la moda?
Esa es una pregunta trampa. Admiro a mucha gente. Sobre todo diseñadores. El suyo es un trabajo complicado: tienen que innovar, ser creativos, pero sin perder de vista que esto es un negocio y hay que vender. Meten la moda en nuestra vida y nos animan a convertirla en una declaración sobre nosotros mismos.
Habla mucho de individualidad.
Hoy, y más con Internet, surge una cara nueva cada día. Una chica it que dura 15 minutos. Encontrar a alguien con talento es difícil. La gente no se toma el tiempo de construirse a sí misma, de hacerse una carrera paso a paso. El éxito puede ser inmediato. Lo difícil es mantenerse arriba.
¿Qué ha tenido que sacrificar usted para conseguirlo?
Tiempo. Pero tiene su lado positivo: este trabajo te enseña a relativizar. Aprendes cuáles son tus prioridades y a manejar tu tiempo acorde a ellas.
Desde que tuve a Tobin [que cumple cuatro años este mes], me he convertido en malabarista. Me divido entre el trabajo y la familia. Son dos aspectos importantes de mi vida, y creo que no son incompatibles. La clave es el equilibrio. Ahora soy más selectiva a la hora de aceptar trabajos, y procuro hacer tiempo para estar con mi hijo y mi marido [Archie Drury, el actor de cine convertido en productor].
¿La ha animado a pasarse al mundo del cine?
Ha llegado a decir que le gustaría ser directora… ¿Por qué no? Me he encargado de la dirección creativa de más de una campaña y editorial de moda. Soy una persona creativa. Me seducen los proyecto nuevos. De hecho, el último par de años he trabajado en cine y televisión. Soy una show woman por naturaleza. Disfruto delante de la cámara.
Entre sus muchas ocupaciones está la de poner cara a causas solidarias.
Ir por la calle y que la gente te reconozca te hace ser consciente del poder de la fama. Hay personas que te toman como ejemplo, que siguen cada paso que das. Usar eso para dar a conocer una buena causa me parece más que justificable.
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