- En los albores del siglo XX, el escritor Eugenio Noel dedicó su talento y energía a denunciar los toros y el flamenco como raíz de los males de ...En los albores del siglo XX, el escritor Eugenio Noel dedicó su talento y energía a denunciar los toros y el flamenco como raíz de los males de España, en una auténtica cruzada antitaurina y antiflamenquista recogida en su 'Diario íntimo', que ahora, medio siglo después de su publicación, se reedita.Recorrer España y América predicando contra los toros y el flamenco, en su particular interpretación del legado intelectual de quienes integraron la Generación del 98, de la que fue epígono, le llevó a vivir al día, como va consignando en este 'Diario íntimo', a renunciar a cualquier comodidad y, finalmente, a morir en la indigencia.Pero lo más llamativo de su vida y de su cruzada no fueron las penurias que hubo de superar, sino el hecho de que de la lectura de su 'Diario íntimo'», así como de la de otros artículos y textos publicados en la prensa de su época -vivió entre 1885 y 1936- se desprenda admiración por lo que dice despreciar, sobre todo en el caso de la fiesta de los toros . A la vez que denuncia los toros como rémora para el progreso del país, Eugenio Noel no pierde la oportunidad de fotografiarse junto a los toreros más importantes de su época vestidos de luces, inmediatamente antes o después de una corrida.Además, reproduce en ese libro las conversaciones que mantiene con ellos y las observaciones que estos le hacen, como si fuese lo más importante que le pasa en su vida.Esa «paradoja» ha sido destacada por la editorial Almuzara, que ahora ha reeditado en un solo volumen de más de 800 páginas estos diarios que Noel fue llevando durante años con la idea de convertirlos en una especie de autobiografía, para la cual había pensado en el título de 'Novela de la vida de un hombre', fracturada por su muerte a la temprana edad de 51 años.Un portavoz de Almuzara ha recordado que Noel, en su juventud, pretendió ser torero y que la lectura de muchas entradas de su diario causa «el efecto contrario sobre aquello que quiere condenar», ya que hay páginas que parecen «una exaltación de los toros y el flamenquismo». Ese hecho fue detectado incluso por sus contemporáneos, y Max Aub en su novela 'La Calle de Valverde' hace que un personaje diga: «Acabaremos viviendo exclusivamente del turismo, disfrazados de españoles castizos. Nos pasa a todos como a Eugenio Noel, que escribe contra los toros porque le gustan».Y Azorín, en 1914, advirtió: «Nadie duda de que Eugenio Noel es un adversario acérrimo de los toros y el flamenquismo. Mas la lectura de sus trabajos nos produce el efecto de una exaltación de lo que se trata de deprimir y condenar (...) Noel sabe menudamente todo lo que se refiere a los toros (...) Nadie como él nos informa tan bien de las cosas y los lances del flamenquismo».Otros autores han señalado el crudo sentimiento de infortunio y fracaso que nunca dejó de estar presente en cada página escrita por Noel, al menos en las de su 'Diario íntimo', como cuando consigna en estas páginas los mil incidentes, entre ellos agresiones, insultos y persecuciones, que por esos pueblos de España le acarreó su púlpito antitaurino.Periodista, escritor, conferenciante y polemista, Noel, de orígenes muy humildes, gozó de niño de la protección de una aristócrata que lo mando al seminario, donde adquirió el gusto por la literatura para luego, descubierta su vocación de escritor, integrarse en las filas de la bohemia, de las que acabó desertando imbuido del espíritu del 98.Nacido Eugenio Muñoz Díaz, tomó el Noel del apellido de una de sus compañeras sentimentales, con el que firmó obras de aliento regeneracionista como 'España, nervio a nervio', 'Piel de España' o 'Nervios de la raza'.También editó seminarios de vida efímera como El Flamenco o El Chispero, lo que no impidió que muriera en un hospital de beneficiencia de Barcelona, carente de otra posesión que su obra y maltratado por el infortunio.
- Facebook, Twitter y Google anuncian cambios pensando en la publicidad que chocan con la privacidad de la comunidad.
Vida digital
Las redes sociales buscan en la publicidad su oro negro
Facebook, Twitter y Google anuncian cambios pensando en la publicidad que chocan con la privacidad de la comunidad
En su eterno e hiperactivo intento de tocar la tecla de la eterna rentabilidad y hacer saltar la banca por los aires, las compañías de internet lanzan prospecciones recurrentes para hallar nuevos yacimientos de ingresos, y que prácticamente en la totalidad de la ocasiones se nutren de los datos personales, un ajuar vigilado con creciente celo por los usuarios, cada vez menos dadivososos con su información. Google, Twitter y Facebook han tomado decisiones en los últimos días relacionados con la publicidad que han vuelto a reavivar los rescoldos del enconado debate.En el caso del buscador más famoso de internet, Google ha hecho público que a partir del 11 de noviembre podrán utilizar el nombre, imágenes o gustos de los perfiles de su red social para aderezar cualquier anuncio dentro del universo Google -incluído la tienda de aplicaciones para Android- con la repercusión que ello conlleva. El avatar, lo que se comparta o lo que se marque con un +1 podrá ser susceptible de convertirse en aliño publicitario. «El gran problema de este cambio es que su aceptación está activada por defecto. Pero no decir que no, no es lo mismo que decir que si», analiza María Gómez, directora de privacidad de la consultora Mind Your Group. «Me pregunto si lo usuarios están entendiendo claramente las implicaciones del cambio», agrega cuando se le pregunta por el asunto.Los que tienen que lidiar con datos masivos para el análisis de tendencias suelen reconocer que es en Twitter donde tiene algo más fácil recolectar material, dada la naturaleza abierta de la mayoría del contenido que se publica en la plataforma. Para evitar las miradas de curiosos y cotillas se habilitaron los mensajes directos, una opción que permitía escribir micromensajes privados. La única condición para hacer uso de la etiqueta DM no era otra que el receptor fuese seguidor. Una cláusula que ahora se ha borrado de un plumazo. «Esto facilita la tarea a las marcas que quieran ponerse en contacto con ellos y ahorra mensajes públicos del tipo '¿Me sigues? Me gustaría contactar contigo en privado'», comenta Usúe Madinaveitia, directora de comunidades de Marca de la agencia 101.De momento, la opción de estos envíos está al alcance de un pequeño sector del nido del azulado jilguero pero se espera que se vaya extendiendo al resto de la comunidad. Aunque antes de recibir nada haya que dar el visto bueno, muchos creen que esto abre una puerta a campañas de publicidad más agresivas, mensajes no deseados y spam. «De su buen uso o abuso por parte de las marcas, depende el éxito de esta nueva funcionalidad», dice Madinaveitia, quien destaca que hay que esperar a los filtros que despliegue Twitter para evitar estos problemas. El caso de Instagram es de ida y vuelta. Tras el incendio creado tras querer llevarse las fotos de su parroquia a las marquesinas y carteles, ahora en Facebook llevarán imágenes promocionales a la popular aplicación.Una de las mayores incógnitas creadas cuando la empresa de Mark Zuckerberg tiró de talonario para hacerse con Instagram era cómo iba a conseguir sacar beneficio a la plataforma, que en ese momento no tenía ingresos conocidos. «Si queremos que Instagram siga existiendo, y queremos, tendrán que encontrar la forma de rentabilizarlo y parece que la publicidad es la forma más realista», acota Madinaveitia. Pero no es la única decisión controvertida adoptada en el cuartel general de la compañía.Y es que los adolescentes tendrán acceso al panel de control de la configuración de los niveles de privacidad de manera que podrán compartir lo que quieran no solo con sus contactos. La medida parece resguardarse en que los jóvenes son los más familiarizados con la herramienta - «los más inteligentes» entre los que la utilizan, reza el comunicado- y que quieren «ser escuchados».El tema ya ha levantado alguna ampolla que otra, como en el seno del Centro para la Democracia Digital, cuyo máximo responsable ha alertado de la ecléctica variedad de depredadores que rastrean la red social para sus intereses. «Los adolescentes no tienen necesariamente un buen criterio», argumenta Jeffrey Chester. «Hay dos líneas rojas: la confianza o la transparencia y los menores», sostiene María Gómez., quien cree que «no se está jugando limpio» con el usuario.
lunes, 21 de octubre de 2013
El día a día de la cruzada antitaurina de Eugenio Noel,./ Las redes sociales buscan en la publicidad su oro negro
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