En la pista, tres jugadores se amontonan en el hielo, uno
cae al suelo y un 'stick' se levanta en el aire. En la narración, el
periodista de Teledeporte (TVE) se angustia: «¡Le da! No sé si con la
bota o con la cuchilla en la cara, terrible...». Y, por si no fuera lo
suficientemente gráfica la retransmisión, ponen un rótulo de apoyo:
'H... como panes'. Permanece solo unos segundos en pantalla. Pero
alguien toma nota al otro lado y remite una queja a RTVE porque entiende
que expresiones como esa no son de recibo en una televisión, y menos en
la pública. «Efectivamente es un rótulo vulgar que igual no deberíamos
haber emitido». Entona el 'mea culpa' Álvaro Calvo, director de gestión y
planificación deportiva de TVE. Le llamó 'al orden' Elena Sánchez,
Defensora del Espectador de la cadena pública, que dedicó su último
programa a analizar el lenguaje deportivo en RTVE. Este rótulo de 'H...
como panes' fue el hilo desde el que tiró, y salió de todo.
Esta vez fue en La 1, en el bloque de deportes del
informativo. Hablaban de Leo Messi así: «Messi lleva 212 minutos sin
mojar en Liga», una expresión «ordinaria» que les costó un ramillete de
quejas. Y Álvaro Calvo vuelve a dar explicaciones: «Los espectadores
tienen razón, es un poco vulgar. Hemos hablado con el redactor para que
no vuelva a ocurrir pero nos ha dicho que es un tecnicismo
futbolístico».
Elena Sánchez tiene claro que «TVE debe utilizar un
lenguaje serio y no entrar en el juego de otras cadenas». Aunque a veces
no es tanto lo que se dice, sino lo que se ve. Porque otro de los
reproches que han hecho los televidentes es el exceso de violencia de
las imágenes. Y remiten a un vídeo sobre los graves incidentes en un
estadio de Brasil, donde se ve a varios aficionados pisando la cabeza a
otro. «Las imágenes son violentas porque así son los hechos. A la
redacción de TVE llegaron planos muy duros, de sangre. Los tratamos de
evitar en favor de otros más abiertos», explicaron a la defensora, quien
recordó que el código ético que rige el quehacer periodístico en la
casa anima a «huir de aquellas imágenes que puedan incitar al regusto
morboso».
Las medallas de Belmonte
Otras veces el error no es tanto verbal o visual sino de
elección de contenidos. Varios televidentes han afeado a la cadena
pública la pobre cobertura informativa que hizo de las cuatro medallas
que ganó Mireia Belmonte en los Europeos de natación. «Solo abrieron el
bloque de deportes con ella cuando ganó la cuarta». Y en RTVE
respondieron a la queja con una promesa que es más bien un recordatorio:
«Nadie debe dudar del compromiso de la cadena con el deporte femenino y
minoritario». Palabras que se quedaron cortas para Elena Sánchez, que
aprovechó el programa para apostillar: «Será sensibilidad de género,
pero no tenéis muy en cuenta lo difícil que es para una mujer un logro
de esos. Pedimos que sean tratadas en condición de igualdad». Y entonces
sí, Álvaro Calvo concedió: «Quizá ha sido un error puntual de un día».
Más errores, esta vez en una noticia fronteriza con el
deporte. Se informaba del regreso a los entrenamientos del delantero del
Betis Rubén Castro, tras su detención por una denuncia de malos tratos.
La noticia se ilustró con unas imágenes de aficionados aplaudiendo al
futbolista, lo que molestó a muchos espectadores. La Defensora reconoció
que se «había valorado con ligereza la información y se debería haber
rotulado el teléfono 016 de ayuda a las víctimas».
Y por último, las quejas de siempre. Que se habla mucho de
fútbol, y demasiado del Barça y del Madrid. «TVE no emitió el partido de
cuartos de Champions entre el Málaga y el Borussia Dormunt y sí el
Galatasaray-Real Madrid», lamentaron muchos seguidores andaluces.
«Buscamos el interés general», zanjaron los responsables de los deportes
de RTVE. Una respuesta que más que contentar, abre un debate: ¿Quién
decide el interés general?
TÍTULO: LUNES, CINE, UNA HABITACIÓN CON VISTAS,.
TÍTULO: EL DESAYUNO DEL LUNES, EXORCISMO EN LA RAYA, 
La Iglesia Católica dice que está tratando con el
incremento en la adoración satánica con la formación de un equipo cada
vez mayor de sacerdotes especializados en mantener al diablo a raya,
según afirma un artículo de The Daily Beast.
lenguaje «ordinario» 
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