domingo, 11 de mayo de 2014

DESAYUNO DE DOMINGO CON LUJÁN ARGÜELLES,./ HISTORIAS ¿ CON O SIN KÉTCHUP? / LA COCINA DEL DOMINGO, "Tartar" de ostras, atún y salmón

TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO CON LUJÁN ARGÜELLES,.

  1. 'Cenicienta llevaba tacones de 15 centímetros' es mi primer libro. ... desde el marido que te deja por una prostituta hasta el que te planta por ir ...
     
    Desayuno de domingo con...

    Luján Argüelles: "Lo que cuento es real, hasta el marido que te deja por una prostituta!

    Soy asturiana, de 1977. Con 19 años estudiaba Historia y Piano. Mis programas me han convertido en la casamentera oficial de la tele. 'Cenicienta llevaba tacones de 15 centímetros' es mi primer libro.
    XLSemanal. ¿Se ha quedado a gusto con esta experiencia literaria?
    Luján Argüelles. ¡Me he quedado con ganas de más! ¡Si me dejaran a mí con mi tiempo, mi tranquilidad y mi cosa, me haría otro libro!
    XL. ¿Sus amigas son como las describe: una ninfómana, una megapija, unafashion victim, otra rica riquísima...?
    L.A. Todas son reales y lo que cuento nos ha pasado: desde el marido que te deja por una prostituta hasta el que te planta por ir con su madre a misa.
    XL. ¿Sus amigas son como las de Sexo en Nueva York pero a la española?
    L.A. Me encantaría porque el éxito que ha tenido esa serie es tremendo, pero no somos ni tan ricas ni tan fashion ni tan triunfadoras como ellas.
    XL. Reconozca que sus amigas están bastante desquiciadas...
    L.A. Pues sí, pero es que la sociedad está bastante desquiciada, y hombres y mujeres no nos entendemos bien. En España, el 70 por ciento de las parejas se rompen, por algo será.
    XL. ¿Buscan mirlos blancos?
    L.A. Buscamos la relación soñada, el príncipe azul; ese que me deje ser y me deje estar y consiga que le deje yo también ser y estar a él.
    XL. ¡Muy profundo!
    L.A. Es que somos cenicientas, pero con tacones de 15 centímetros; no de las que se quedan en casa en zapatillas a esperar a que venga el señor. Nosotras ya somos autónomas y llevamos las riendas de nuestra vida.
    XL. Por lo que cuenta, las llevan fatal...
    L.A. A nivel emocional, fatal [ríe].
    XL. ¿Todas han tenido unos padres tan déspotas?
    L.A. Es que la sociedad de nuestros padres era muy rígida y ha chocado de bruces con la nuestra. Somos fruto de la resaca de la dictadura.
    XL. ¿No hay que ser muy friki para ir a televisión a buscar pareja?
    L.A. Son especiales y están felices de serlo. Los frikis somos los demás, que nos pasamos la vida intentando ser lo que se espera de nosotros.
    XL. Trabajó con Luis del Olmo y Carlos Herrera y hacía información política. Explíqueme su salto al reality...
    L.A. Cuando me ofrecieron esto de la tele, Carlos Herrera me dijo: «Nena, lárgate. Nadie ha dicho que no vayas a volver a la radio». Y estoy encantada.
    XL. Por cierto, ¿es verdad que le dijo adiós a su marido por WhatsApp?
    L.A. ¡Eso es lo que se publica! No digo que sea moderada ni madura, pero sí coherente, y esa reacción no lo es.

    Su desayuno es el siguiente, el terror de los bufes,.

    Un café con leche y sacarina, y nada más hasta la hora de comer. Pero cuando voy a un hotel hago la paletada de ponerme morada, que para eso lo he pagado,.

    TÍTULO: HISTORIAS ¿ CON O SIN KÉTCHUP ?,.

    Una de las mejores sorpresas de ser abuela es descubrir un montón de cosas en las que no se reparó como madre. O por lo menos yo no lo hice; tuve a mi primera hija con poco más de veinte años y no estaba para descubrimientos sociológicos, bastante tenía con descubrir las increíbles sorpresas de la maternidad. Ahora, en cambio, con mi más descansado estatus de abuela enrollada, puedo dedicarme al que ha sido tradicionalmente el rol de los mayores y que me parece importante. Contar historias, servir de transmisora de la sabiduría y cultura popular. He descubierto así que, de la generación de mis hijas a las de mis nietos, se ha producido lo que ahora llaman un cambio de paradigma. Esto es, en la aceptación de ideas y creencias establecidas tradicionalmente.
    Desde que el mundo es mundo y hasta hace poco, los niños escuchaban sin que se les moviera un pelo historias en las que la muerte (Caperucita o Blancanieves), las injusticias y abandonos (Pulgarcito, Hansel y Gretel) y hasta el incesto (Piel de asno) estaban a la orden del día. Conscientes de lo políticamente incorrectos que pueden llegar a ser los cuentos clásicos, hasta el momento todos los tuneábamos un poco para que sonaran mejor, y problema solucionado. ¿Pero qué pasa, por ejemplo, con otras historias que forman parte de nuestro acervo cultural? La semana pasada tuve tremendo tropiezo con El Cid Campeador. Mis nietos (mi nieta Carmen es aún muy pequeña) adoran las historias de caballeros. Hasta el momento había sobrevivido sin contratiempos relatándoles la leyenda de Merlín el Encantador, por ejemplo; pasé luego a la de Ricardo Corazón de León, e incluso pude contar sin falsear demasiado la de Ricardo III y los niños encerrados en la Torre de Londres.
    Pude hacerlo porque, aunque en todas estas historias se producen muertes, los que pasan a la categoría de fiambres son los malos. Mas hete aquí que, encantada con mi misión de transmisora de nuestro rico bagaje cultural etcétera, se me ocurrió contar la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, su espada, Tizona, y su caballo, Babieca. Al principio, todo fue bien. Llegué sin problemas al momento culminante del relato, ya saben, cuando muere el Cid y sus fieles lo atan al caballo para que los moros (¿podemos llamarlos así o esto también hay que tunearlo?) huyan despavoridos. Aquí se complicó todo. «Oye, abuela interrumpió Jaime, mi nieto mayor, mojando una croqueta en rojísimo kétchup (la cena es nuestro momento de contar cuentos). Luego resucitó, ¿verdad que sí?». Vacilé un minuto. Soy de las que creen que los cuentos y leyendas cumplen una función catártica y que, como dice Bruno Bettelheim en su Psicoanálisis de los cuentos de hadas, desde la noche de los tiempos estos han servido para ayudar a los niños a comprender cómo es, en verdad, el mundo.
    Puedo aceptar que el Lobo no se trague ya a la abuela de Caperucita, pero ¿qué hacer con historias y leyendas que forman parte de nuestro bagaje cultural? ¿Hay que edulcorarlas/falsearlas también? ¿Qué hacemos entonces con la mitología griega, chorreante de sangre y de injusticias, en la que suelen ganar los malos o los pícaros? Y más peliagudo aún: ¿qué hacer con las historias de la Biblia? ¿Tuneamos todo para que Noé no sea un borracho; Jacob, un redomado tramposo; o Abraham, un infanticida? Hay quien propone que así sea. Hay quien sugiere incluso que no se enseñe Historia Sagrada, puesto que, además de ser una antigualla religiosa sin pies ni cabeza esto lo dicen sobre todo por la historia de la creación de Adán y Eva, es muy poco edificante. De lo que no cabe duda es de que las historias de siempre no se ajustan a la sensibilidad actual.
    ¿Pero es esa razón suficiente para renunciar a lo que ha sido nuestra cultura? ¿En qué situación quedan entonces la comprensión de la literatura, por ejemplo, de la música o de la pintura si nadie sabe quienes son Goliat, Judith, María Magdalena, Zeus o Afrodita? ¿Y qué pasa, por cierto, con nuestro medio de comunicación por antonomasia, la lengua, que está llena de sobrentendidos y complicidades que remiten de los personajes extraordinarios, reales o de ficción, que nos han precedido? Yo, por si acaso, no renuncio a dar a mis nietos a medida que crezcan y estén en condiciones de entenderlas su buena dosis de historias reales con todos sus aditamentos. Pienso que un poco de kétchup nunca ha traumado a nadie y aquí estamos todos nosotros, tan campantes, para atestiguarlo.

    TÍTULO: LA COCINA DEL DOMINGO, "Tartar" de ostras, atún y salmón,.


    1. Ingredientes: 12 ostras, 125 g de lomo de atún fresco,125 g de salmónfresco y 12,5 g de huevas de trucha. Para la vinagreta: 5 g de ...-foto,.
       Ingredientes: 12 ostras, 125 g de lomo de atún fresco,125 g de salmónfresco y 12,5 g de huevas de trucha. Para la vinagreta: 5 g de jengibrerallado, 25 g de zumo de lima, media cucharilla de ralladura de lima, 20 g de chalota picada,15 g de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharilla de cebollino picado, sal y pimienta. Para la crema chantillí: 50 g de nata para montar, media cucharilla de mostaza y una pizca de ralladura de lima.
      Elaboración: se escaldan las ostras en agua hirviendo durante un minuto. Se sacan del agua y se refrescan rápidamente en agua con hielos.Se abren las conchas de los moluscos, se los retira de su valva, se les quita el músculo tensor y se pican en dados pequeños de cinco milímetros de lado aproximadamente.Las conchas de las ostras se conservan para utilizarlas en el momento de emplatar. Se pican también el salmón y el atún en dados aún más pequeños, de unos tres milímetros de lado. En paralelo, se prepara la crema chantillí: en un bol que previamente habremos enfriado en el frigorífico se monta la nata con la ayuda de unas varillas o con la batidora y, cuando el chantillí esté prácticamente listo, se le agregan con cuidado la mostaza y la ralladura de lima. Se mezclan bien todos los ingredientes, levantándolos con las varillas hasta que se amalgamen, y se reservan en el frigorífico. En otro bol se mezclan las carnes picadas de las ostras, el atún y el salmón. Se les añaden la chalota picada muy finamente, el aceite de oliva, el zumo de lima y el jengibre rallado. Se incorporan el cebollino y la ralladura de lima y se mezcla bien. Se pone al punto de sal y pimienta y se reserva.
      Presentación: se coloca el tartar sobre la concha de la ostra y se coloca por encima una cucharillade café de crema chantillí y las huevas de truchas.
      Mis trucos
      Este tipo de tartar se puede hacer con pescados de distintos tipos. Lo fundamental es partir de una materia prima fresquísima y muy bien refrigerada. para picarla, la tabla debe estar bien limpia y el cuchillo, perfectamente afilado.





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