La pequeña Orduña, con sus tradicionales fiestas de Otxomaios, y la mágica Sevilla, en el apogeo de la Feria de Abril, se unen en apenas 24 horas para los aficionados taurinos de Bizkaia. No deja de resultar extraño que una pequeña localidad de 4.000 habitantes y situada en plenos montes vascos cuente con dos matadores de toros, tres en realidad, pues el llodiano Javier Lara también presenta Orduña en su partida de nacimiento. Y la casualidad ha querido que Iván Abasolo sea el protagonista de las fiestas de su pueblo una tarde antes de que su paisano Iván Fandiño cierre el cartel de la semana de farolillos.-foto
Serán casi mil kilómetros de separación geográfica, pero la distancia taurina quizás sea más grande. La de este sábado en Orduña fue la primera corrida del año para Abasolo, un festejo ante sus conocidos, con el apoyo de paisanos con la intención de arroparle en una aventura de la que sacará poco más que la experiencia de una de sus primeras tardes de luces. Un festejo de poco eco para alguien que empieza y con mucho esfuerzo. El primero, el económico, porque no son tiempos para excesos y costará mucho trabajo cuadrar el presupuesto de la corrida.
El público respondió y eso ayuda. Más de 500 personas en los tendidos es una buena entrada, con numerosos aficionados desplazados desde localidades cercanas, para dar empaque al centenario coso –inaugurado en 1913- situado a la sombra de la Virgen de la Antigua. Los toros, de la prestigiosa divisa de El Ventorrillo, permitieron además una entretenida tarde; bien presentados y de buen juego, salvo el primero que le tocó en suerte a Abasolo.
Media entrada en Orduña
Plaza de toros de Orduña. Casi media entrada.Cuatro toros de El Ventorrillo, bien presentados, serios y de buen juego, salvo el segundo. Destacó el sensacional tercero. Miguel Murillo, estocada caída (saludos) y estocada (oreja). Iván Abasolo, pinchazo, estocada baja, pinchazo y estocada (palmas) y estocada casi entera (dos orejas).
Saludó en banderillas Carlos Donaire, tras parear al segundo.
Abasolo no se ha dejado un ápice de deseo ante sus paisanos. A la decisión le sumó saber hacer ante su primero, el morlaco más complicado, que siempre se le quedó corto y embistió con muchos problemas. El vizcaíno los tapó como pudo y estuvo digno. El de las dos orejas fue el que ha cerrado la tarde; un buen toro, serio y con clase, que Iván Abasolo supo entender en varias tandas antes de acabar con algunos alardes alborotados cuando la lluvia se hizo presente con fuerza en la plaza. Aunque el de El Ventorrillo tardó en caer, su labor fue suficiente para salir en hombros en medio de un chaparrón.
La buena corrida de Orduña que sirve para abrir la temporada en Bizkaia, estuvo lejos, muy lejos, de lo que supone una tarde de feria en la Real Maestranza; en una de las plazas más importantes del mundo, con los victorinos delante y la posibilidad de consagrarse como figura del toreo. Hoy será el segundo paseíllo de Iván Fandiño en el ciclo sevillano, con la vitola de figura y con la obligación de poner un broche sonado a uno de las ferias más deprimentes en el coso hispalense.
Es la distancia de los diferentes peldaños del toreo unida por la ilusión de quien empieza, Iván Abasolo, y de quien debe consolidar su carrera, Iván Fandiño. Dos jóvenes de Orduña con el mismo deseo pero con diferentes realidades en apenas 24 horas y con casi mil kilómetros de distancia. Y habrá algún orduñés que doble la antiguamente llamada piel de toro para estar en vivo en las dos citas de sus paisanos. Iván e Iván, 24 horas, Orduña y Sevilla unidas por el toro.
TÍTULO: TRAZOS, LO QUE DEJO LA LLUVIA,.
Mucho se puede escuchar estos días de las consecuencias que hay en los caudales de los ríos por la continuidad de las lluvias que han llegado a través de varios temporales. Peligros de desbordamiento y también situación de alerta en algunas de las cuencas de nuestro país. ( foto )
Lo cierto es que Ávila no ha tenido que vivir esta situación de emergencia ni el temor a las consecuencias que de ella se podrían derivar, aunque también las lluvias han dejado sus ‘restos’ en forma de agua en los ríos.
Como ejemplos de esta situación se puede poner en el punto de mira el aumento de agua embalsada, pero también la subida de algunos de los caudales.
Es el caso de El Burguillo hay muy buenos datos, lo que hace que todo haga presagiar un buen verano en el abastecimiento de los pueblos de la zona. En estos momentos este embalse de la cuenca del Tajo tiene 170 hectómetros cúbicos de los 201 que suponen su cantidad máxima. Llega a esa cifra tras subir once hectómetros cúbicos durante la semana pasada (tres la anterior), lo que deja al pantano a casi un 85 por ciento de su capacidad.
Otro ejemplo. Las Cogotas. En su caso hay que tener en cuenta que se trata de un embalse más reducido que tiene una capacidad máxima de 59 hectómetros cúbicos. Actualmente cuenta con 35 hectómetros cúbicos de agua embalsada, lo que supone que durante los últimos días ha almacenado cuatro hectómetros cúbicos más.
Con estas cifras se sitúa ligeramente por encima de los datos del pasado año cuando tenía 30 hectómetros cúbicos embalsados, aunque por debajo de la media de los últimos diez años, que asciende a 39,7.
Si hablamos de ríos, encontramos la estación de aforo del río Adaja en Ávila que, según los últimos datos publicados por la Confederación Hidrográfica del Duero, se encuentra a un nivel de 0,99 metros y un caudal de 7,12 metros cúbicos por segundo. Llega a estos datos tras una importante subida registrada en el mes de febrero, ya que al inicio del segundo mes del año estaba a 0,80 metros y con un caudal de 4,32 metros cúbicos por segundo. Si lo comparamos con el año pasado, se ve que actualmente hay más agua puesto que entonces el nivel se situaba en 0,79 metros y el caudal en 4,36 metros cúbicos por segundo. Eso sí, lejos quedan datos como los del mes de abril del pasado año, cuando se llegó a un nivel de 1,43 metros y a un caudal de 31,40. Veremos si este año vuelve a suceder.
Trasladándonos a otro punto, se llega al Alberche donde se puede acceder a la medición que se hace de este río a su paso por Navaluenga. En este caso son los datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo los que indican que el nivel del río está a 0,69 metros con un caudal circulante que este mismo domingo se situaba en 24,36 metros cúbicos por segundo. Esto supera con amplitud la media de los meses de febrero que se sitúa en 11,87 metros cúbicos por segundo y aún queda por ver cómo continúa el resto del mes.
De todas formas, aunque los datos oficiales nos hablan de ese aumento de caudales, quizá no haya mejor indicador que dar un paseo por los pueblos de la provincia y ver cómo sus ríos se han ido llenando de agua en los últimos días.
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