miércoles, 7 de mayo de 2014

EL DESAYUNO DEL MIERCOLES ,. Cosas de hombres,./ LA CENA DEL MIERCOLES, ¡SIGUEN DE UNA PIEZA,.! / MIERCOLES, CINE, LAS CUATRO PLUMAS,.

  1.  

    Cuando los hombres, en general, se enteran de que escribo en un periódico, se ponen muy serios y me hablan de cosas de hombres: el paro, ...

    Cosas de hombres,.

    • Los varones españoles somos indignados de sofá,.

      Cuando los maridos o los novios de mis amigas o de las amigas de mis amigas o de las amigas de mi mujer. Cuando los hombres, en general, se enteran de que escribo en un periódico, se ponen muy serios y me hablan de cosas de hombres: el paro, la crisis, los recortes y el Atlético de Madrid.
      Yo temo esos encuentros en los que tengo que poner cara de mucho interés, aunque no me interese nada de lo que me cuentan. Pero los hombres somos así, incapaces de rebajarnos a charlar de temas que consideramos intrascendentes y frívolos. Eso lo dejamos para ellas.
      Lo que peor llevo de esas reuniones, en las que los hombres se sientan en el tresillo y las mujeres en la mesa camilla, es que no me entero de lo que cuentan ellas, que son quienes de verdad hablan de lo que me concierne. Pero cómo dejar el sofá si en ese momento alguien diserta sobre la corrupción de la clase política, justo después de explicar cómo se ha ahorrado 2.000 euros pagando sin el IVA la reconversión de su trastero en bodeguilla.
      En la mesa camilla, proponen estrategias maternas para controlar a los hijos y remedios infalibles contra la neurastenia primaveral. Incluso ironizan sobre la aparición del Espíritu Santo en forma de paloma durante la procesión de la Virgen de la Montaña.
      Pero yo me tengo que aguantar y tragar un rollo insoportable sobre los estragos de la competencia china y los sueldos millonarios de la banca, temas suficientemente tratados en todos los medios, pero que los hombres repiten una y otra vez en las tertulias como si no supieran hablar de otra cosa o, mucho peor, como si hablar de otra cosa fuera en menoscabo de su hombría.
      Si no saben que escribo en un periódico, siempre hay alguno que se desmadra, suelta cuatro barbaridades y anima el cotarro. Pero como descubran la condición de columnista, se acabó. Empiezan a soltar rollos sobre la burbuja inmobiliaria o a teorizar sobre la valla de Melilla y después me miran esperando que entre en liza con algún razonamiento brillante.
      Yo, como estoy aburridísimo, no me he enterado de nada y lo que quiero es escapar a la mesa camilla para aprender y divertirme, compongo un gesto que aprendí en Galicia y que quiere decir que sí, que no y que todo lo contrario y me zafo como puedo de la encerrona.
      Los hombres suelen decirme que sus mujeres me leen. No acaban la frase por educación, pero se nota que quisieran decirme que ellos, no, que ellos prefieren leer columnas que solucionen la crisis, la independencia de Cataluña y la mala suerte del Atleti.
      Para sus mujeres y para mí dejan las tonterías sobre el 'wasap', las ironías en torno a las dietas milagrosas de cada primavera y los análisis sobre temas tan trascendentales como la manía de hacernos amigos de todos los padres de todas las novias de nuestros hijos, que, al final, no se casan nunca, pero nosotros acabamos con una ristra de consuegros de aquí te espero.
      Una vez trabajé en un instituto donde en mi departamento había varios columnistas y novelistas. La gente pensaba que hablábamos sin parar de literatura y de sociología política, pero lo único que hacíamos era partirnos de risa con maldades y chascarrillos.
      Nunca he sido tan feliz como en aquel instituto donde cada café era una fiesta y los hombres y las mujeres huían de las cosas de hombres y preferían la vida y la ironía: sexo, comida, consumo, maldades retorcidas, anécdotas jugosas y todo lo que supiera a risa y a sorpresa. Y si había que hablar de literatura o de política, se hablaba, pero con mucha distancia y mucha mala leche.
      Yo creo que los problemas de España se acabarán cuando los hombres olviden las apariencias y dejen de hablar de cosas de hombres. Cuando paguen el IVA, dejen de indignarse en el sofá y se sumen a la tertulia sincera y vitalista de las mujeres en la mesa camilla.

       TÍTULO: LA CENA DEL MIERCOLES, ¡SIGUEN DE UNA PIEZA,!

      LA CENA DEL MIERCOLES, ¡SIGUEN DE UNA PIEZA,¡-fotos,.


      1. Golpes, lesiones, moratones y hasta carreras al hospital. Telecinco ha elevado la exigencia en la nueva edición de ¡Mira quién salta!, el reality .

        Telecinco estrena este jueves '¡Mira quién salta!'. Además de "los moratones", el concurso "psicológicamente es muy duro",.

        Golpes, lesiones, moratones y hasta carreras al hospital. Telecinco ha elevado la exigencia en la nueva edición de '¡Mira quién salta!', el reality en el que los famosos se tiran a la piscina desde trampolines olímpicos. Arranca el jueves a las 22.30 horas, para hacerle la competencia a 'Cuéntame' (TVE). "La gente en sus casas no se imagina el peligro que supone saltar desde diez metros de altura, lo pueden comprobar asomándose desde un cuarto piso", explicaba ayer gráficamente Jesús Vázquez, de nuevo metido a 'socorrista': "Hemos tenido algún que otro susto. ¡Pero todos siguen de una pieza!"
        Este año los saltos serán más espectaculares. Ya no vale eso de tirarse desde un metro, el mínimo son tres metros y de ahí para arriba, lo que quieran. Otro cambio respecto a la primera edición: el escenario. Se han trasladado desde Canarias a la piscina olímpica del Centro de Natación Madrid '86, que han convertido en un gigantesco plató televisivo.
        "Tengo moratones hasta en la punta del pelo", contaba Laura Manzanedo, la que fuera actriz de 'Al salir de clase' y actual locutora de radio: "Psicológicamente es muy duro. He llorado mucho. Nos han salvado las pastillas de Olivia". Es Olivia Valere, la participante más veterana (67 años) y famosa por ser la propietaria de una conocida discoteca marbellí. "Normalmente me salto las comidas, las piscinas nunca", bromeaba tras explicar que tuvo que aprender los ejercicios de respiración "en la piscina para niños".
        Aunque los hay que venían más preparados. Como el futbolista Benjamín Zarandona o el exboxeador Javier Castillejo, que se enfrentarán a retos más complejos. Porque el jurado, formado por los televisivos Boris Izaguirre y José Corbacho, y las deportivas Gemma Mengual y Lola Sáez, valorarán a cada uno según su progresión y esfuerzo en el concurso. "Queríamos ver cómo superan sus miedos, sus traumas personales, sus límites", explicó Amparo Castellano, productora ejecutiva del concurso.
        "Del hotel a la piscina"
        En esta edición participan 18 nadadores: exconcursantes de 'realities' de Telecinco, tertulianas del corazón... y el vidente Sandro Rey, que de la mano del 'coach' del concurso, el saltador olímpico Javier Illana, consiguió realizar un doble salto mortal a la primera. "Nunca había probado, sobre todo he jugado al fútbol"
        - ¿Ha adivinado quién gana?
        - Soy una persona sensitiva, pero no sé quién lo gana.
        Otra de las novedades de esta edición es que los participantes han estado concentrados como si de deportistas de élite se tratara. "Solo han ido de la piscina al hotel y del hotel a la piscina en todo este tiempo", comenta Jesús Vázquez.
        El jueves estrenarán los bañadores. Dieciocho modelitos distintos... y cuatro más que tienen preparados porque los ganadores del primer '¡Mira quién salta!' -Raquel Mosquera, Víctor Janeiro, Verónica y Fortu- competirán contra los ganadores de la presente edición en una gala adicional. ¿Quién se atreverá con el trampolín de diez metros?

       TÍTULO: MIERCOLES, CINE,  LAS CUATRO PLUMAS,.

      Reparto
      Las cuatro plumasHeath Ledger, Kate Hudson, Wes Bentley, Djimon Hounsou, Michael Sheen, Alek Wek, Kris Marshall,.
       
       Harry Feversham es admirado por sus compañeros y está considerado como uno de los mejores soldados británicos de su regimiento. Apasionadamente leal a su bella prometida, Ethne, a Harry se le presenta un prometedor futuro en el ejército y una vida feliz junto a la mujer a la que ama. Pero cuando un ejército de Sudaneses rebeldes ataca la fortaleza colonial británica en Khartoum y su regimiento es llamado a filas y enviado al Norte de África, Harry se siente embargado por la duda y la incertidumbre y renuncia a su misión mientras su regimiento zarpa hacia la guerra. Conmocionado por la decisión de su hijo, el padre de Harry lo repudia. Asumiendo que está asustado, tres de los mejores amigos de Harry -e incluso Ethne, su prometida- le envían una pluma blanca, un símbolo de cobardía, ya que ninguno puede entender la reacción de Harry.

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