Que gracia volver hablar contigo por aquí eh!!!
Iba a mirar el foro de febrero y he visto que carolgarcia!!! y me ha hecho gracia...
Pues a mi me gusta mucho la de "Duermete pronto mi amor" de Juanes, me recuerda mucho a Chema porque se la cantaba cada dia, es muy dulce, a ver si te gusta.
Oye te llamo para quedar, vale!
a mi me gusta mucho una bueno dos de rossana yo se las dedico a mi niña una es la de :no puedo estar sin ti ,si tu no estas aqui me falta el aiiiire .y luego hay otra que no esta tan oida como esta y a mi, que me costo mucho tener a mi niña ..bueno que me enrollo. se titula descubriendote y es asi la letra :te imagino y la soledad se me llena de ti,y no es facil poder decir lo que llego a sentir...llevo tiempo buscandote en mi alma y mi ser llevo tiempo soñando que no te quiero perder ..eres tan fragil como la luz abres mi amanecer si no me alumbras yo no me acabo de encender .......es preciosa esta la escuchaba cuando estaba embarazada y se me salian las lagrimas snif..snif es ahora y es que nada eh no puedo escucharlas sin llorar ayy!sere pava!bueno ya no me enrollo mas .
te la pongo
A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Niño, deja ya de ... con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.
Niño, deja ya de ... con la pelota...
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día nos digan adiós.
A ver, en mi opinión la de Carlota de Melendi está bien, pero sin duda alguna, para mi gusto, Te ví, de Hombres G, sé la dediqué a mi hija desde el mismo día que nació. Y luego hay otra que ahora se la canto casi todo el día (me gusto mucho cantarle a mi niña) y se llama Te amaré y es de Silvio Rodríguez.
Espero que las escucheis xq son muy bonitas, pero si alguien las usa, que sepa que MI HIJA TIENE LA PATENTE!!!! Jajajajaja.
Un beso.
TÍTULO: MUY HOMBRES,.
Eso de mentar la
“testosterona” y los “cojones” para
hablar de la paternidad y la igualdad
puede ser vulgar, pero también muy
eficaz para transmitir determinado
mensaje. Por eso me ha encantado el
atrevimiento de Miriam González,
la abogada española casada con
el viceprimerministro británico
y líder del Partido Liberal, Nick
Clegg, para hablar de masculinidad
con tales palabras. No solo lo ha
explicado muy bien, sino que le ha
entendido todo el mundo, incluidos
los británicos que, como el resto del
planeta, tienen los “cojones” entre
su escaso vocabulario español. González pidió la
palabra en una conferencia en Londres en la que
participaba su marido para afirmar que “el cuidado
de los hijos no afecta al nivel de testosterona” y que
“los hombres que tratan a sus mujeres como seres
iguales son quienes tienen más cojones”.
Y lo hizo
porque su marido está impulsando políticas de
permisos de paternidad desde el ejecutivo presidido
por David Cameron y, además, se ha enfrentado a
alguna polémica por el mucho tiempo dedicado a
ejercer de padre de los tres hijos de la pareja.
A mayor igualdad de trato, mayor
seguridad en sí mismo, estoy de acuerdo. De la
misma forma que cuando un hombre presume de
su lado femenino, lo escribí en el último artículo,
es porque está muy seguro de su masculinidad. Y el
cuidado de los hijos ha sido visto hasta ahora como
algo muy femenino. De ahí que los hombres más
inseguros aún se sientan incómodos con la presión
social en contra de la exhibición pública de una
paternidad entregada. Que duden de los efectos de
su imagen amorosa al lado de los niños.
Que sigan sufriendo de comentarios maliciosos, de bromas, de indirectas, sobre su masculinidad cuando sacrifican otras actividades por el cuidado de sus hijos. En ese ambiente, es reconfortante que parejas poderosas y carismáticas como la formada por Miriam y Nick Clegg tengan una actitud activa en favor de un cambio de la imagen pública del hombre paternal.
Porque a las mujeres se nos olvida demasiadas veces que los estereotipos sociales también les persiguen a ellos. Y que la dudosa masculinidad asociada a la entregada paternidad es uno de ellos. Y con las mujeres en primera línea de cuestionamiento, como lo prueba el hecho de tantas que miran con aire de sospecha a los perfectos amos de casa. ¿Será gay, afeminado, rarito, dominado por su mujer? Pues no, muy hombre, más bien, como dice Miriam González de su marido.
Echo de menos en el otro lado a hombres que hablen de los “ovarios” o de lo que sea el equivalente de los “cojones” para defender la feminidad de las mujeres que mandan ejércitos, o juegan al fútbol o al rugby, o conducen camiones, o compiten para ganar, o valoran el físico de los hombres, o gustan de imponer sus opiniones. También se cuestiona su feminidad y no veo por ahí a hombres que, como Miriam González, cuenten al mundo que esas mujeres tan decididas y rompedoras lo son porque están doblemente seguras de su feminidad. O porque tienen más “ovarios”.
Que sigan sufriendo de comentarios maliciosos, de bromas, de indirectas, sobre su masculinidad cuando sacrifican otras actividades por el cuidado de sus hijos. En ese ambiente, es reconfortante que parejas poderosas y carismáticas como la formada por Miriam y Nick Clegg tengan una actitud activa en favor de un cambio de la imagen pública del hombre paternal.
Porque a las mujeres se nos olvida demasiadas veces que los estereotipos sociales también les persiguen a ellos. Y que la dudosa masculinidad asociada a la entregada paternidad es uno de ellos. Y con las mujeres en primera línea de cuestionamiento, como lo prueba el hecho de tantas que miran con aire de sospecha a los perfectos amos de casa. ¿Será gay, afeminado, rarito, dominado por su mujer? Pues no, muy hombre, más bien, como dice Miriam González de su marido.
Echo de menos en el otro lado a hombres que hablen de los “ovarios” o de lo que sea el equivalente de los “cojones” para defender la feminidad de las mujeres que mandan ejércitos, o juegan al fútbol o al rugby, o conducen camiones, o compiten para ganar, o valoran el físico de los hombres, o gustan de imponer sus opiniones. También se cuestiona su feminidad y no veo por ahí a hombres que, como Miriam González, cuenten al mundo que esas mujeres tan decididas y rompedoras lo son porque están doblemente seguras de su feminidad. O porque tienen más “ovarios”.
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