jueves, 1 de mayo de 2014

LOS 15 €, Una de las cosas que me toca soberanamente las narices / LA FACTURA,.

TÍTULO: LOS 15 €, Una de las cosas que me toca soberanamente las narices,.

  LOS 15 €-foto.

 Una de las cosas que me toca soberanamente las narices es la discusión ¿eres viajero o turista? Cuando alguien se define como viajero y para reafirmarlo se mofa de los turistas me hierve la sangre.
Para empezar porque conozco a muy pocos viajeros de verdad y la mayoría de los que se autotitulan así desde luego no lo son. Y luego porque no sé quien es poseedor de la milagrosa vara de medir la calidad de un viajero o de un turista. ¿Es mensurable una acción de aprendizaje interior y de mera satisfacción personal como la de viajar? ¿Se puede medir de forma precisa, como si fuera un trozo de cuerda o un hectárea de terreno, quien es mejor viajero que otro? ¿hay elementos empíricos que definan que tú eres un viajero y el otro un turista, o que fulanito es mejor viajero que zutanito?
Yo soy turista. Lo confieso. Y me honro de serlo. Y todo el que viaja con un billete de vuelta a su misma vida anterior, se vaya una semana, un mes o un año, sigue siendo para mi un turista, con todo mi aprecio y reconocimiento. Sé de turistas que viajan dos semanas al año porque no pueden permitirse más, pero que lo hacen de una manera tan humilde, tan abierta, tan tolerante y con tantas ganas de aprender de los otros que tienen todo mi reconocimiento y mi estima por ello.
Y sé de otros viajeros que se jactan de tener en su pasaporte más sellos que nadie y no han aprendido lo más importante que debería enseñarte viajar: humildad.
Jamás se me ocurrirá medir la calidad de un viajero o decir yo soy mejor viajero que él o ella. Todo el que es capaz de abandonar su vida cómoda el tiempo que le sea posible para cruzar puertas y mirar con respeto lo que hay al otro lado de ellas es digno de elogio por mi parte. Incluso los que solo se atreven a ir en un viaje organizado con todo bajo control.
Pero sí que hay viajeros a los que admiro más que otros, sin clasificarlos. Admiración por su capacidad de salir de viaje sin billete de vuelta (quizá lo único que diferenciaría a un viajero de un turista), de afrontar la vida como un viaje sin retorno.
Aquí van 10 webs y blogs de gente que está ahora mismo viajando por el mundo sin billete de vuelta. Toda mi admiración para ellos,.

TÍTULO: LA FACTURA,. 

la factura, foto,.

Junto a los grandes presupuestos en restauración de obras de arte, frente a colosales ferias y congresos sobre patrimonio o desde la apuesta por la formación de clusters en innovación, el hallazgo de la firma de Potriquín en una imagen de la iglesia de Balboa —el mismo día en que la Reina inauguró ARPA—, quedó en mera anécdota de café y poco más. Esta escultura de madera policromada, repintada hace años sin que el artista aplicara método de restauración homologado (salvo la supervisión del párroco), lleva la firma en la falda de la Virgen del Carmen que, con letra grande y rotunda, rubrica: T. López, añadiendo bajo el garabato la fecha de 1919. Al observarla, recordé el relato de una factura de la que habla Ramón Carnicer en su Cronicón berciano.
Se trataba del villafranquino Tomás López, pintor de brocha gorda (apodado Potriquín), cuya especialidad era de la rotular escaparates y repintar imágenes por las iglesias de la geografía circundante. La pieza en cuestión pertenece al repertorio iconográfico de la iglesia de Balboa y el trabajo distó mucho de aumentar la devoción de aquellos feligreses de secano a la Virgen del Carmen, pero tampoco perpetró la pérdida de fe ante la carencia de policromía de la pequeña talla.
Escribe Carnicer en su Cronicón, sobre una curiosa factura del tal Tomás López, enviada al cura de Corullón por unos trabajos que le adeudaba la parroquia. Es todo un prodigio de ingenio, aunque no fuera su autor muy dado a chanzas, pues con doce hijos a la espalda no tenía mucho tiempo para urdir chistes con los que divertir a sus clientes. Sin embargo la factura le salió ingeniosa al describir los trabajos de restauración de diversas piezas con temática bíblica. Dice así: «Por corregir los Diez mandamientos, 15 ptas; por embellecer a Poncio Pilatos y ponerle una cinta en el sombrero, 8 ptas; por renovar el Cielo, apuntar y ajustar las estrellas y limpiar la luna, 40 ptas; por avivar las llamas del purgatorio y restaurar almas, 160 ptas; por volver a encender el fuego del infierno, poner una cola al diablo, componer su pezuña y hacer varias menudencias a los condenados, 40 ptas., etc. Y así hasta un total de 341 pesetas, por la mejora de los asuntos religiosos en esculturas y pinturas, para disfrute de los fieles de la iglesia de Corullón, donde había trabajado…

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