sábado, 10 de mayo de 2014

Revista, Mujer Hoy.De Cerca,.Portada, Silvia Abascal: "Ahora soy más consciente de mis valores"/ PROTAGONISTAS, MUNDO, AMORES PERROS Y SATUNOS,.


  1. En mi caso, los valores siguen siendo los mismos. Es verdad que ahora lo son con una conciencia mayor. Lo que he aprendido bien, rebién, ...
     
    Hasta 2011, era la actriz de “El lobo” o “Vida y color”. Ahora la conocemos también como la mujer que superó un ictus sin perder el coraje (ni la sonrisa). Tras un largo retiro concentrada en su recuperación, vuelve a la escena pública como rostro de la campaña primavera-verano de Hoss Intropia.
    Han pasado tres años desde que se desplomó en un hotel de Málaga y recibió un diagnóstico escalofriante: derrame cerebral por malformación vascular congénita. Tuvo que reiniciar su vida desde cero y lo hizo con una serenidad y un tesón que nos asombraron a todos. Silvia Abascal ha pasado por dos intervenciones quirúrgicas, una laboriosa rehabilitación –tuvo que volver a aprender a caminar, a coger objetos, a conducir, a ver, a oír–, una ruptura sentimental y un cambio de aires para alejarse de los ruidos de la gran ciudad, incompatibles con su hipersensibilidad auditiva. Pero ahora está lista para volver al escenario. Ha dado ya sus primeros pasos, en el mundo de la publicidad, y planea dar el salto al otro lado de la cámara: muy pronto dirigirá su primer cortometraje.
    Mujer hoy. Hace apenas unas semanas, volvió usted al Festival de Cine de Málaga, el evento en el que sufrió aquel terrible derrame cerebral en 2011. ¿Cómo vivió aquel momento? 
    Silvia Abascal. Fue un reencuentro necesario. Por muchos recuerdos y emociones que se me movieran allí, necesitaba volver para enfrentarme a un origen. Aunque me queden pasos por dar en mi recuperación, sentí que cerraba un ciclo.
    MH. En el festival, recibió usted una larguísima ovación. Ese cariño del público indica que se ha convertido en un ejemplo de fuerza y superación para mucha gente. ¿Cómo le hace sentir eso? 
    SA. No me siento un ejemplo, pero sí una más en una dificultad, que intenta fluir en ella. El cariño de la gente sí me llega, afortunadamente, y es algo que siento de una manera muy directa. La mayor recompensa, por ejemplo, de haber escrito un libro sobre toda esta experiencia [“Todo un viaje”, publicado por Temas de hoy] está en cada carta y correo electrónico que me llegan. Que, sin conocerte, haya personas que dediquen tiempo y espacio para hacerte llegar su calor, reflexión o emoción... es mucho más que un regalo.
    MH. La confianza siempre ha sido muy importante para usted. ¿Sigue estando ahí, fuerte? 
    SA. Sigue aquí, presente. Hay una frase del poeta Wallace Stevens que para mí define este sentimiento: “La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas”.
    MH. ¿Quiénes son sus pilares fundamentales? 
    SA. Mi familia, mis hermanos... Sin duda alguna.
    MH. ¿Cambian las prioridades tras un derrame cerebral? 
    SA. Se dice que vivir una experiencia personal tan radical cambia por completo tu escala de valores, tus prioridades... Pero no me siento identificada con esto. En mi caso, los valores siguen siendo los mismos. Es verdad que ahora lo son con una conciencia mayor. Lo que he aprendido bien, rebién, es que mi realidad puede cambiar de la noche a la mañana. Así que valorando al máximo la noche estoy. Y la mañana... mañana ya veremos.
    MH. ¿Cómo se encuentra ahora? ¿Tiene algún pronóstico más claro sobre cómo evolucionarán las secuelas de su derrame?
    SA. Equilibrio, coordinación, vista, agilidad mental... van muy bien. Los acúfenos [sonidos y pitidos] persisten las 24 horas del día. No hay garantía ni conozco profesional médico, por el momento, que asegure su desaparición. La hiperacusia [hipersensibilidad a los sonidos] sigue, pero en un nivel infinitamente menor al de antes, que era de ciencia ficción. Sé que es un profundo proceso de reaprendizaje auditivo, pero tengo toda la confianza en su progresiva y continua evolución.
    MH. Se mudó al campo, precisamente, para reducir el nivel de contaminación acústica a su alrededor. ¿Planea seguir viviendo en plena naturaleza? 
    SA. Sé que, si quiero incorporarme de nuevo a los rodajes y las funciones teatrales, no puedo hacerlo desde el retiro de una montaña, así que combinaré ambos entornos. Para ritmos interiores, naturaleza; para laborales, ciudad.
    MH. También hace meditación. ¿Le ayuda con esas secuelas? 
    SA. Está comprobado científicamente que la meditación puede activar cambios en nuestro cerebro. No hay que ponerse místicos para definirla ni para practicarla. Meditar consiste, simplemente, en reservar un pequeño espacio al bienestar y desarrollo de nuestra mente.
    MH. Y su hiperacusia, ¿sigue siendo un obstáculo profesional? 
    SA. Ahora no me resulta tan lejano pensar en un rodaje o una obra de teatro; de hecho, ya estoy a la búsqueda de ese primer proyecto. En estos años me han llegado propuestas que me habría gustado hacer. Pero tenía claro que me tocaba ocuparme de algo infinitamente más importante.
    MH. ¿Qué papel le gustaría interpretar en el futuro? 
    SA. Muchos de mis personajes preferidos son teatrales, pero sé que me falta edad para poder interpretarlos. No tengo un favorito en concreto; el que acabo de ver, el que esté por llegar... Hace poco, viendo de nuevo “El piano”, se me afilaron los colmillos hasta el suelo. Qué tremendo personaje el de Holly Hunter. ¿Se puede decir más sin una sola frase de guión?
    MH. Su currículum sigue detenido en 2011. ¿Le angustia eso, en esta profesión suya, tan marcada por la necesidad de “estar ahí”? 
    SA. Sí, no he hecho un trabajo como actriz desde entonces. Pero que se detenga mi currículum no significa que yo lo haya hecho. He estado más de año y medio enfrascada en la escritura y publicación de mi libro, he hecho dos campañas publicitarias y, lo más importante, he estado en una rehabilitación que necesitaba de tiempo, trabajo y concentración. No me preocupa “estar ahí”, me ocupa “estar aquí”.  
    MH. Por suerte, ha vuelto usted a ponerse ante las cámaras, gracias a sus campañas con Hoss Intropia y Rochas. ¿Por qué ha elegido la publicidad para volver a su actividad profesional? 
    SA. A la hora de ir retomando ritmo laboral, me pareció muy buen medio para ir chequeando capacidades y reacciones. Han sido dos experiencias fantásticas. El “beauty film” de Rochas recreaba una noche navideña en una casa de ensueño y el “fashion film” de Hoss tenía lugar en uno de mis escenarios preferidos, el Teatro Español. Lo sugerí yo y les pareció estupendo.
    MH. ¿Qué ha supuesto para usted ser la imagen de esta marca? 
    SA. Para mí, en publicidad, es importante identificarme con los valores de la firma. En este medio no trabajas un personaje, expones tu imagen y personalidad, así que procuro que sean elecciones en las que creo, en las que no tengo que usar la imaginación para defenderlas. Y esto me pasa con Hoss.
    MH. Hoss siempre busca mujeres con sueños, espíritu de superación, carácter... para sus campañas. ¿Qué cree que han visto en usted? 
    SA. Eso es algo que deben decir ellos. Pero vinieron a nuestra primera reunión con mi libro, señalado por notas y post-it. Ese gesto ya decía mucho del lugar donde ponían su atención. Trabajan con la imagen, pero partiendo de la personalidad que hay tras ella.
    MH. Y ahora, ¿cuál será su próximo paso profesional? 
    SA. La dirección. Si todo sigue confirmándose como hasta ahora, comenzaré a rodar mi primer cortometraje a principios de verano. Me apetece ponerme al otro lado de la cámara; dirigir a los actores, coordinar a un equipo técnico... Mucha responsabilidad y muchas ganas. Ilusión doble también, al ser algo que nace de mí, un texto que he escrito yo.
    MH. ¿Y qué hay de su futuro personal? ¿Qué desea ahora Silvia Abascal? 
    SA. Nunca fui de metas a largo plazo, pero ahora lo soy todavía menos. Espero evolucionar, en todos los sentidos. Sentir que me mantengo muy despierta, que sumo aprendizaje a través de cada nueva experiencia.
    Muy personal  ● Nació en Madrid, en 1979.
    ● Debutó en televisión con el programa “1, 2, 3”, pero saltó a la fama con la serie “Pepa y Pepe”.
    ● Su hermana Natalia, con síndrome de Down, actuó con ella en la película “Vida y color”.
    ● Sufrió un ictus en el festival de Málaga de 2011. En 2013 publicó un libro sobre su experiencia.

    TÍTULO: PROTAGONISTAS, MUNDO, AMORES PERROS Y SATUNOS,.


    -foto-“Éramos grandiosos en la cama. Los problemas aparecían de camino al bidé” Ava Gardner

     Hay amores de alto voltaje que no están hechos para una mínima apacibilidad cotidiana. Hay pasiones que arrasan los días con una alevosa furia nocturna. Vino y rosas antes del seguro naufragio. Carne de guión de una película aún por hacer más allá de los baratos telefilmes que confunden los romances rosas con la historia de jadeos desgarrados que en verdad fue. Grandiosa entre sábanas, divertida y cruel a ratos, patética en los momentos en que se avecinaba la calma y se quería tormenta. Tiene la relación de Ava Gardner y Frank Sinatra todos los elementos literarios para un infame serial de sobremesa y, al mismo tiempo, fue una historia que para ellos se convirtió, para siempre, en la historia. Y, con ella, la leyenda. Esta última repite la anécdota de Sinatra enarbolando la portada de una revista con el rostro de Ava y diciéndole chulapón a los colegas: “Esta chica va a ser mía”. No hubiera sido la primera vez que Frank se fijara en una presa y la hubiese acechado con la implacable determinación del depredador. Hasta el salto del tigre. Sin embargo, la crónica contrastada sitúa su primer encuentro en el Mocambo de Sunset Strip. 1941. Por entonces la actriz estaba haciendo sus primeros pinitos en películas de la Metro. Estaba casada inverosímilmente con el cómico, bailarín y parlanchín Mickey Rooney, un matrimonio que no duraría un año y que tenía todas las trazas de artimaña promocional de gran estudio cinematográfico. Se encontraban tomando unas copas (Ava empezaba a conocer la noche y nunca más se separaría de ella: “Es que, cariño, cuando se pone el sol, me siento más, no sé, más despierta”, escribió en sus memorias, Ava, con su propia voz) cuando apareció Sinatra, que conocía bastante bien a Rooney, exhibiendo una de sus mayores armas de seducción, la sonrisa de anuncio de dentífrico: “Eh, ¿por qué no te he conocido antes que Mickey? Hubiera podido ser yo quien se casara contigo”, le espetó el crooner. En ese momento Ava no era todavía la Ava que bien pudiera haberle devuelto la vacilada con alguna réplica mordaz y desarmante: “Me cogió desprevenida. Supongo que le devolví una sonrisa vacilante, pero creo que no dije nada. Porque en aquella primera época, yo siempre me sentía desplazada. Conocer a Frank Sinatra ya era bastante emocionante. Pero que me dijera algo así me dejaba completamente sin habla”, escribe en las mentadas memorias.

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