DESAYUNO--CENA--DOMINGO, PILAR JURADO,
Pilar Jurado: "Cuando actúo, me siento como una sacerdotisa"
Tengo seis títulos superiores de
Música. Soy compositora y directora de orquesta y estoy preparando mi
tercera ópera, que se estrenará en EE.UU. Me voy de gira por América con
'El diablo en el poder', mi último disco.
XLSemanal. Dicen de usted que es una mujer precoz...
Pilar Jurado. [Se ríe]. Sí. Nací un mes antes de lo que se esperaba; con ocho meses me pasaba el día pintando; a los nueve meses ya corría; con un año hablaba bastante y empecé a cantar; y a los seis escribía cuentos.
XL. Soprano, directora, compositora, pianista...
P.J. Toco muchos palos. No creo que haya nadie en el mundo que haga más cosas distintas que yo [se ríe].
XL. Su primera profesora de canto le dijo que se dedicara a otra cosa porque, desde la primera fila, no se le iba a escuchar. ¡Qué ojo clínico!
P.J. [Se ríe]. Ahora dicen que, cuando hago los pianos, se me escucha con fuerza desde la última butaca de arriba. Por suerte, soy muy independiente y tomo mis propias decisiones cuando veo las cosas de otra manera.
XL. Dice que las situaciones más incómodas se las han provocado las mujeres...
P.J. A veces, entre mujeres se generan tensiones que van más allá de lo que se suelen generar con hombres. Somos más competitivas.
XL. Se pone el mundo por montera...
P.J. Es que eres tú quien construye el universo en el que quieres vivir, y el mío no tiene limitaciones.
XL. «Diva, pero solo en el escenario»...
P.J. Cuando actúo, me siento un poco la sacerdotisa que hace que los demás reaccionen ante el mensaje que manda. Luego procuro aprender de todos los que me rodean. Es el otro el que tiene que verte diva, no tú.
XL. Lo de El diablo en el poder, su último disco, de arias de ópera española y zarzuela, mejor no tomarlo al pie de la letra...
P.J. El diablo siempre pulula por el poder porque el poder atrae al diablo. La sensación de fuerza que da el poder hace que el que no tenga muy clara su escala de valores se corrompa. La crisis, más allá de lo económico, es una crisis de valores.
XL. Ha probado hasta el heavy metal, con Mägo de Oz...
P.J. Sí [se ríe]. Hay que atraer a los jóvenes a la lírica porque el público se nos está quedando muy envejecido.
XL. Quéjese de algo.
P.J. La no obligatoriedad de la música en las escuelas. Los niños necesitan la música y cantar, porque es la manera como se desarrolla su psicomotricidad. Esto lo tenían claro los griegos desde la época de Mesopotamia.
Su desayuno: «Soy más de proteínas que de dulces. Un café con leche, dos huevos fritos y fiambres. Y nada de zumo de naranja: me produce reflujo gástrico».
La cena-- pescado con patatas fritas, pan, beber agua, postre una pera,.
TÍTULO: LA COCINA DOMINGO, Magret' con endibias, cítricos y miel,.
foto
Pilar Jurado. [Se ríe]. Sí. Nací un mes antes de lo que se esperaba; con ocho meses me pasaba el día pintando; a los nueve meses ya corría; con un año hablaba bastante y empecé a cantar; y a los seis escribía cuentos.
XL. Soprano, directora, compositora, pianista...
P.J. Toco muchos palos. No creo que haya nadie en el mundo que haga más cosas distintas que yo [se ríe].
XL. Su primera profesora de canto le dijo que se dedicara a otra cosa porque, desde la primera fila, no se le iba a escuchar. ¡Qué ojo clínico!
P.J. [Se ríe]. Ahora dicen que, cuando hago los pianos, se me escucha con fuerza desde la última butaca de arriba. Por suerte, soy muy independiente y tomo mis propias decisiones cuando veo las cosas de otra manera.
XL. Dice que las situaciones más incómodas se las han provocado las mujeres...
P.J. A veces, entre mujeres se generan tensiones que van más allá de lo que se suelen generar con hombres. Somos más competitivas.
XL. Se pone el mundo por montera...
P.J. Es que eres tú quien construye el universo en el que quieres vivir, y el mío no tiene limitaciones.
XL. «Diva, pero solo en el escenario»...
P.J. Cuando actúo, me siento un poco la sacerdotisa que hace que los demás reaccionen ante el mensaje que manda. Luego procuro aprender de todos los que me rodean. Es el otro el que tiene que verte diva, no tú.
XL. Lo de El diablo en el poder, su último disco, de arias de ópera española y zarzuela, mejor no tomarlo al pie de la letra...
P.J. El diablo siempre pulula por el poder porque el poder atrae al diablo. La sensación de fuerza que da el poder hace que el que no tenga muy clara su escala de valores se corrompa. La crisis, más allá de lo económico, es una crisis de valores.
XL. Ha probado hasta el heavy metal, con Mägo de Oz...
P.J. Sí [se ríe]. Hay que atraer a los jóvenes a la lírica porque el público se nos está quedando muy envejecido.
XL. Quéjese de algo.
P.J. La no obligatoriedad de la música en las escuelas. Los niños necesitan la música y cantar, porque es la manera como se desarrolla su psicomotricidad. Esto lo tenían claro los griegos desde la época de Mesopotamia.
Su desayuno: «Soy más de proteínas que de dulces. Un café con leche, dos huevos fritos y fiambres. Y nada de zumo de naranja: me produce reflujo gástrico».
La cena-- pescado con patatas fritas, pan, beber agua, postre una pera,.
TÍTULO: LA COCINA DOMINGO, Magret' con endibias, cítricos y miel,.
foto
Ingredientes: 2 magrets de pato, 2
endibias, 75 g de zumo de pomelo, 50 g de zumo de naranja, 2 cucharadas
soperas de miel, 30 g de mantequilla y otros 20 g para ligar la salsa,
sal y pimienta.
Elaboración: se retira el sobrante de grasa del magret. Se le hacen cortes por el lado de la piel formando una cuadrícula, sin cortar la carne. Se coloca por el lado de la piel sobre una sartén antiadherente, se salpimienta y se cocina 5 minutos a fuego bajo. Se da la vuelta y se cuece 3 minutos más. Se retira del fuego y se acaba en el horno, 5 minutos, a 180 ºC. Se saca y se deja reposar 5 minutos sobre una rejilla cubierto con papel de plata, haciendo dos agujeros en forma de chimenea.Mientras reposa, se cortan las endibias en 4 a lo largo y se marcan en otra sartén con la mantequilla y sal. Se confitan rociándolas con su propio jugo durante 5 minutos, se retiran y se dejan reposar en la rejilla con el magret.
Acabado y presentación: se agrega la miel a la sartén, se desglasa con el zumo de pomelo y naranja y se monta la salsa con otra pizca de mantequilla fría en dados pequeños. Se corta el magret en lonchas de bocado y se acompaña con las endibias confitadas y la salsa de cítricos y miel.
Reinos de humo, por Carlos Maribona
Coleccionistas de restaurantes
Siempre han existido, pero las redes sociales han multiplicado su presencia. Son los coleccionistas de restaurantes. Gente cuya principal aspiración es visitar la mayor cantidad de establecimientos, a poder ser con estrellas Michelin, y dejar constancia de ello en Twitter o en Instagram. A muchos no les importa tanto disfrutar de la comida, que debería ser lo principal, como exhibir en sus redes todo lo que han comido. Prefieren dejar que los platos se enfríen a renunciar a hacer artísticas fotografías con su teléfono de última generación. Por supuesto, todos ellos piden siempre el menú más largo posible, e incluso solicitan al cocinero algún plato más para poder presumir.
Muchos son también coleccionistas de vinos. Le piden al sumiller que guarde todas las botellas que van consumiendo, grandes champanes, los mejores vinos franceses, algún español sobresaliente, para fotografiarlas al final en otra muestra de poderío. En algunos casos son tantas que surgen serias dudas sobre si se las han bebido todas o sobre el estado del hígado del coleccionista y de sus compañeros de mesa. A diferencia de la fauna que utiliza las redes sociales para insultar y difamar, no hacen daño a nadie. Pero tal vez en tiempos de crisis, cuando hay gente que apenas tiene para comer, ese exhibicionismo roce, en ocasiones, lo impúdico.
Elaboración: se retira el sobrante de grasa del magret. Se le hacen cortes por el lado de la piel formando una cuadrícula, sin cortar la carne. Se coloca por el lado de la piel sobre una sartén antiadherente, se salpimienta y se cocina 5 minutos a fuego bajo. Se da la vuelta y se cuece 3 minutos más. Se retira del fuego y se acaba en el horno, 5 minutos, a 180 ºC. Se saca y se deja reposar 5 minutos sobre una rejilla cubierto con papel de plata, haciendo dos agujeros en forma de chimenea.Mientras reposa, se cortan las endibias en 4 a lo largo y se marcan en otra sartén con la mantequilla y sal. Se confitan rociándolas con su propio jugo durante 5 minutos, se retiran y se dejan reposar en la rejilla con el magret.
Acabado y presentación: se agrega la miel a la sartén, se desglasa con el zumo de pomelo y naranja y se monta la salsa con otra pizca de mantequilla fría en dados pequeños. Se corta el magret en lonchas de bocado y se acompaña con las endibias confitadas y la salsa de cítricos y miel.
Reinos de humo, por Carlos Maribona
Coleccionistas de restaurantes
Siempre han existido, pero las redes sociales han multiplicado su presencia. Son los coleccionistas de restaurantes. Gente cuya principal aspiración es visitar la mayor cantidad de establecimientos, a poder ser con estrellas Michelin, y dejar constancia de ello en Twitter o en Instagram. A muchos no les importa tanto disfrutar de la comida, que debería ser lo principal, como exhibir en sus redes todo lo que han comido. Prefieren dejar que los platos se enfríen a renunciar a hacer artísticas fotografías con su teléfono de última generación. Por supuesto, todos ellos piden siempre el menú más largo posible, e incluso solicitan al cocinero algún plato más para poder presumir.
Muchos son también coleccionistas de vinos. Le piden al sumiller que guarde todas las botellas que van consumiendo, grandes champanes, los mejores vinos franceses, algún español sobresaliente, para fotografiarlas al final en otra muestra de poderío. En algunos casos son tantas que surgen serias dudas sobre si se las han bebido todas o sobre el estado del hígado del coleccionista y de sus compañeros de mesa. A diferencia de la fauna que utiliza las redes sociales para insultar y difamar, no hacen daño a nadie. Pero tal vez en tiempos de crisis, cuando hay gente que apenas tiene para comer, ese exhibicionismo roce, en ocasiones, lo impúdico.
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