COMANDO AL SOL - La revolución llega a la agricultura africana,. fotos,.
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Varias aplicaciones de Internet ofrecen ya a los agricultores información en tiempo real sobre el precio de sus productos o el tiempo previsto,.
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En un continente donde el campo aporta una cuarta parte del PIB, la tecnología se antoja fundamental,.
accra (Ghana). William Diwayu se lamenta al ver las nuevas cifras: el precio de las naranjas vuelve a rozar el máximo histórico. Desde octubre pasado, el saco de 100 kilos de este cítrico ha pasado de costar 1.751 chelines (cerca de 16,8 euros) a 3.012 chelines (28,9 euros) en el mercado mayorista de la localidad keniana de Mombasa, donde reside Diwayu. Al margen de lo dramático que supone este incremento numérico para un simple negociante como él, un elemento resulta ciertamente llamativo: el empresario recibe toda esta información en tiempo real, tan solo, con la ayuda de su teléfono móvil.
Diwayu es solo un minúsculo grano dentro de la revolución agraria que sacude el continente africano. En la actualidad, en esta región, el sector agrícola aporta cerca del 25% del PIB regional, pese a emplear a casi un 60% de la fuerza laboral, de acuerdo a las cifras del Banco Africano de Desarrollo (BAFD).
«La agricultura es el empleador más grande de África y tiene el potencial para absorber millones de nuevos solicitantes de empleo. El aumento de atención a esta actividad podría mejorar la productividad, reducir los precios de los alimentos y aumentar los ingresos», afirma Eric Mwasau, quien cuenta con una cooperativa dedicada al negocio, entre otros, de las patatas.
Según un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), un crecimiento del 2% en este sector permitiría que cerca del 1% de la población -en concreto, ocho de cada 1.000 individuos- saliera de la pobreza. Sin embargo, en comparativa, el mismo crecimiento en el sector servicios reduce la proporción de pobres 'solo' en alrededor de un 0,28%.
Para muestra de la complejidad del proceso, valgan los ejemplos de un país africano -Mozambique en este caso- y otro asiático -Vietnam aquí-. Pese a sus notables similitudes (importancia de la productividad agrícola y notable crecimiento en la renta per cápita), ambos difieren en sus resultados de reducción de la pobreza. En este sentido, cinco años después de su boom de desarrollo, Vietnam fue capaz de mejorar la productividad agrícola, justo al contrario que Mozambique.
En el país asiático, las reformas iniciales se centraron en los derechos de uso de la tierra, la privatización de los bienes colectivos, la liberalización de los precios y la racionalización de los subsidios agrarios, lo que se tradujo en una reducción de la pobreza del 4,6% anual entre 1992 y el 2004, por el 2,6% del país africano en un periodo similar. Con ello, la experiencia de Mozambique muestra que la acumulación de capital concentrado en sectores que generan poco empleo no contribuye significativamente a la reducción de la miseria.
Renovarse«Las ganancias en la agricultura son básicas en el continente debido a que es un sector, al contrario de la minería y la industria, donde los trabajadores permanecen ocupados durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, también resulta necesario renovar la actividad para que sea competitiva internacionalmente, sobre todo con el mercado asiático», reconoce Hezron Bedzimba, uno de los más conocidos analistas económicos regionales. Recientemente, el ministro de Agricultura y Alimentación de Ghana, Fifi Kwetey, pedía un cambio de modelo en África a fin de que el continente en conjunto pudiera beneficiarse de su potencial.
«Para hacer realidad esta edad de oro de la agricultura en África, que es un requisito previo para el siglo de oro económico continental, tiene que haber un cambio de paradigma en el enfoque de la agricultura», admitía. Para Kwetey, «el cambio no sólo debe estar en el nivel de liderazgo sino también a nivel de los pequeños trabajadores y la población africana en su conjunto». Solo en Ghana, cerca de la mitad de la población entre los 15 y 49 años se dedica a actividades agrícolas.
Y la renovación ya es una realidad. Por ejemplo, en Kenia, una reciente herramienta electrónica, M-Farm, ofrece a sus clientes el precio en tiempo real de hasta 42 cultivos del mercado mayorista en cinco ciudades diferentes del país. Todo ello con solo mandar un simple mensaje de texto. El servicio, desarrollado por el gigante de las telecomunicaciones Safaricom, cuenta ya con cerca de 10.000 clientes, quienes reciben información sobre precios, así como de la compra y venta de la cosecha colectiva. En este sentido, M-Farm funciona como herramienta de transparencia para que los agricultores locales puedan obtener el precio de venta de sus productos.
La medida, en cualquier caso, se está contagiando ya a otros países. En Camerún, por ejemplo, desde 2011 el gobierno local ha estado promoviendo una campaña denominada 2G -la llamada agricultura de 'segunda generación'-, destinada a alentar a los agricultores a abandonar los métodos rudimentarios y abrazar la mecanización, las nuevas técnicas de riego, los fertilizantes y los pesticidas subsidiados.
En tierras camerunesas, los pequeños productores representan el 97% del conjunto total de agricultores. Diwayu continúa mirando la pantalla de su teléfono móvil. A cada nuevo dato, sus naranjas se acercan más al futuro. Otra cosa, eso sí, es que vean reducido su precio.
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