BOLIGRAFO Y LIBRETA - Veterano, Bertín y Osborne, fotos,.
Veterano, Bertín y Osborne,.
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Un señor de Burgos quiere comprar viejos coñacs en Extremadura,.
Félix tiene 84 años y vive en Burgos. A pesar de ser burgalés de pura cepa, está suscrito al HOY y lo lee todos los días. Félix fue camionero hasta su jubilación y venía mucho a Extremadura a por géneros de alimentación. «Viajaba a distintos pueblos de la región, principalmente a Almendral, donde compré muchos y muy buenos garbanzos», me cuenta en una carta. ¡Una carta! Sí, han leído bien, aún quedan ciudadanos que escriben cartas y uno de ellos es Félix, un castellano tan enamorado de Extremadura, donde confiesa tener muy buenos amigos, que está suscrito al HOY desde hace años.
«Leo su periódico todos los días por saber lo que pasa en esa región, que me gusta mucho sobre todo por su público, que es muy amable y sincero», sigue la carta de Félix, escrita con una letra pulcra y bonita, una caligrafía minuciosa, una ortografía sin mancha y una prosa clara. Félix me pide un favor que me ha sorprendido: quisiera comprar botellas de los coñacs populares de su época, para ser más precisos, y como él especifica, 'brandis antiguos', es decir, Magno, Carlos III, Veterano, Centenario, Garvey, Soberano, 103, etcétera. Resulta que estos son los brandis que le gustan, pero le cuesta encontrarlos en Burgos y piensa que quizás haya en Extremadura bares o particulares que se los puedan vender.
Sé que su petición es poco moderna, poco propia de estos tiempos nuevos de gin-gazpachos y cremibellotas, pero me parece tan auténtica, incluso, tan atrevida, que me ha emocionado y me ha llevado a recordar aquellas frases publicitarias de mi infancia. ¿Recuerdan lo de: '¿Qué hora es?, la hora 103' o 'Está como nunca, el coñac que mejor sabe, ¡Fundador!'. O la publicidad del toro de Osborne: 'Te parió una madrugada preñada por el silencio. Y la sabia voz del pueblo, con timbre de cal y piedra, canta en voz baja el secreto batiendo palmas en la arena. ¿Quién te crió toro negro con esa casta tan honda? ¿Quién ha parido el quieto señorío de tu sombra? Veterano, Pura Casta'. Esto es muy viejuno, pero no está muerto. Y no lo desprecien: ahí está el éxito de Bertín Osborne.
El caso, en fin, es que hay un burgalés de 84 años suscrito al HOY que busca botellas de Veterano, 103 o Garvey en 2016. No me digan que no parece el comienzo de un guion del añorado Azcona. Así que ya saben, si tienen botellas de brandis antiguos y quieren vendérselas a don Félix García Arroyo, solo tienen que escribirle a su dirección: calle Carmen, 4, 3ºA, 09001 Burgos. Asegura que enviará a buscar y pagar las botellas.
Ya que estamos con ideas para guiones de Azcona, les detallo también lo que me ha contado Juan Miguel Méndez Peña desde Alconchel, aunque en este caso no ha sido por carta, sino por Messenger. El jueves pasado escribí sobre la popularidad de las sevillanas y el flamenco en el Alentejo. También comentaba que los jóvenes prefieren este baile y este cante al canto popular alentejano. En primer lugar, Juan Miguel me aclara que el canto alentejano ya es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde noviembre de 2014 (también me lo había especificado Javier Figueiredo, gracias). Juan Miguel Méndez dirige el Coro Folclórico de Cheles y acudió con esta formación a un festival en Granja (Mourão) que se anunciaba como flamenco-ecuestre. Al final, la verdad del flamenco alentejano consistió en «un grupo de chicas con trajes de faralaes» moviéndose al son de: «Y las gitanas lo bailan así / baila reggaeton».
Me encanta que los lectores maticen la realidad escrita a partir de la realidad vivida, ya sea la de la explosión del flamenco en el Alentejo, ya sea la vigencia de las bebidas de toda la vida.
TITULO: Comando Actualidad - Cada uno con su dieta,. Miercoles 20 enero,.
Cada uno con su dieta,fotos.
- Seis de cada diez españoles no están de acuerdo con su peso
- El setenta por ciento ha puesto en peligro alguna vez su salud por hacer una dieta
¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar para reducir una talla?
Seis de cada diez españoles no están de acuerdo con su peso,
casi el setenta por ciento ha puesto en peligro alguna vez su salud por
hacer una dieta y sólo dos de cada diez consiguen sus objetivos. ¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar para reducir una talla?
Lorena quiere bajar diez kilos. Nacho, su marido, pretende adelgazar 30. Han probado de todo, están desesperados y su última apuesta es la hipnosis. En dos sesiones el hipnoterapeuta, al que pagarán 900 euros, hará creer al subconsciente de este matrimonio madrileño que tiene instalada una banda gástrica virtual en su barriga. Sus mentes pensarán que han reducido sus estómagos al tamaño de una pelota de tenis. Diez kilos ha perdido Ana en los últimos dos meses. Ha pasado de una talla 42 a una 38. No sólo lo hace comiendo menos. Cada semana se somete a un tratamiento que le quita el hambre y la ansiedad a base de descargas eléctricas. La aguja, según los expertos, le adormece la hormona del apetito.
Hacer dieta es para unos una manera de perder peso, para otros, una forma de vida. Raimunda y Vicente llevan seis meses sin probar bocado. Se alimentan sólo de líquidos, del aire y del sol. Su nevera está vacía, en su congelador sólo guardan hielo y en su cesta de la compra solo caen naranjas y manzanas. No lo hacen para perder peso, sino que pretenden no gastar energía en digestiones pesadas. Practican la dieta licuariana, una dieta cuestionada por la ciencia y una manera de vivir que algunos psicólogos consideran una secta.
Carlos y Arancha son un matrimonio de la edad de las
cavernas. Levantan piedras, se suben a los árboles para hacer ejercicio y
caminan por el parque a cuatro patas. Practican la paleodieta. Comen,
aseguran, lo mismo que comían los hombres y mujeres del paleolítico:
carne, pescado, fruta y verdura. Tienen prohibido el azúcar, los
cereales y la leche.
En la cocina de Ana no entra nada que tenga madre y ojos. No cocina, no come carne, ni pescado, ni huevos, ni lácteos y los líquidos que ingiere son vitalizados. Desayuna anacardos, pulpa de coco joven, semillas de chía y frutos rojos. En vez de microondas tiene deshidratador y la compra la hace en el huerto de su propia casa. Es vegana, ha publicado 32 libros sobre nutrición. Sus recetas sin fuego, sin olla ni sartén tienen cada vez más seguidores.
La Duquesa es el alias de Ana Pizarro, una joven de Barakaldo que pesa 90 kilos y se mete en una talla 48. Es una modelo curvy. Una tendencia que va a más y que reivindica a la mujer de la talla XXL. Ana no rechaza el placer de saborear un trozo de pastel de chocolate. Está orgullosa de sus curvas, no hace dieta, reivindica a la mujer real.
‘Cada uno con su dieta’, este miércoles en Comando Actualidad.
Lorena quiere bajar diez kilos. Nacho, su marido, pretende adelgazar 30. Han probado de todo, están desesperados y su última apuesta es la hipnosis. En dos sesiones el hipnoterapeuta, al que pagarán 900 euros, hará creer al subconsciente de este matrimonio madrileño que tiene instalada una banda gástrica virtual en su barriga. Sus mentes pensarán que han reducido sus estómagos al tamaño de una pelota de tenis. Diez kilos ha perdido Ana en los últimos dos meses. Ha pasado de una talla 42 a una 38. No sólo lo hace comiendo menos. Cada semana se somete a un tratamiento que le quita el hambre y la ansiedad a base de descargas eléctricas. La aguja, según los expertos, le adormece la hormona del apetito.
Hacer dieta es para unos una manera de perder peso, para otros, una forma de vida. Raimunda y Vicente llevan seis meses sin probar bocado. Se alimentan sólo de líquidos, del aire y del sol. Su nevera está vacía, en su congelador sólo guardan hielo y en su cesta de la compra solo caen naranjas y manzanas. No lo hacen para perder peso, sino que pretenden no gastar energía en digestiones pesadas. Practican la dieta licuariana, una dieta cuestionada por la ciencia y una manera de vivir que algunos psicólogos consideran una secta.
En la cocina de Ana no entra nada que tenga madre y ojos. No cocina, no come carne, ni pescado, ni huevos, ni lácteos y los líquidos que ingiere son vitalizados. Desayuna anacardos, pulpa de coco joven, semillas de chía y frutos rojos. En vez de microondas tiene deshidratador y la compra la hace en el huerto de su propia casa. Es vegana, ha publicado 32 libros sobre nutrición. Sus recetas sin fuego, sin olla ni sartén tienen cada vez más seguidores.
La Duquesa es el alias de Ana Pizarro, una joven de Barakaldo que pesa 90 kilos y se mete en una talla 48. Es una modelo curvy. Una tendencia que va a más y que reivindica a la mujer de la talla XXL. Ana no rechaza el placer de saborear un trozo de pastel de chocolate. Está orgullosa de sus curvas, no hace dieta, reivindica a la mujer real.
‘Cada uno con su dieta’, este miércoles en Comando Actualidad.
- ¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar para reducir una talla?
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