Adiós al ébola tras dos años de epidemia,. foto
La OMS ha anunciado hoy el fin de la epidemia del virus del
Ébola cuando se cumplen 42 días desde que el último afectado por la
enfermedad en Liberia diera negativo por segunda vez. No obstante, la
institución asegura que aún queda mucho por hacer y que la prevención y
respuesta ante posibles nuevos brotes “es una responsabilidad que
requiere la colaboración de todos”.
Desde su inicio hace ya más de dos años, el ébola ha afectado a 28.000 personas y se ha cobrado la vida de unas 13.000. Hoy, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado el fin de la epidemia cuando se cumplen 42 días desde que los análisis de sangre del último afectado en Liberia dieran un resultado negativo.
Meliandou es un pequeño pueblo situado en una ‘zona caliente’ para el brote, ya que se trata de un lugar cerca de las fronteras entre Guinea, Liberia y Sierra Leona.
La pobreza, la insalubridad de estas regiones y los movimientos migratorios facilitaron que el virus se propagase rápidamente por estos países.
Las primeras sospechas
En los días posteriores a la muerte del niño aparecieron casos de personas afectadas por una enfermedad desconocidas en un hospital de Guéckédou, una ciudad vecina a Meliandou, que los médicos relacionaron con el cólera –ya que siete de los enfermos dieron positivo en los análisis de la bacteria que lo provoca–, aunque no quedaron demasiado convencidos con este diagnóstico.
Se enviaron muestras al Instituto Pasteur de París (Francia) donde descubrieron que el causante de aquellos fallecimientos era el virus del Ébola e identificaron que se trataba de la cepa Zaire, la más agresiva de todas.
El 23 de marzo, casi tres meses después de la muerte del ‘paciente cero’, la OMS publicó la notificación oficial de la epidemia.
La expansión del virus
El virus se extendía con rapidez. En abril, ya había causado 80 muertes en Guinea y MSF declaraba que se trataba de un episodio “sin precedentes”. La OMS alertaba a los países limítrofes del país sobre el brote y aconsejaba aumentar la vigilancia de la enfermedad en las fronteras terrestres.
Desayuno: Un vaso de leche o yogur, en definitiva, algún lácteo; y
tostada o algún otro tipo de cereal; también se le puede añadir una
pieza de fruta.
La danza es un trampantojo. Cuerpos ingrávidos, piruetas improvisadas, armonía que parece haber estado siempre allí. Y, detrás de tanta belleza, esfuerzo: años de trabajo que esculpen músculos, deforman pies y convierten los cuerpos en instrumentos al servicio de la música y la emoción.
El artista británico Rick Guest, fascinado por las luces y oscuridades del ballet, ha pasado los últimos tres años fotografiando en su estudio a bailarines profesionales, decidido a capturar en imágenes todo el sacrificio y la fuerza de voluntad de los que son capaces.
El resultado es la exposición 'What lies beneath' (lo que hay debajo), que puede verse en el Hospital Club de Londres hasta finales de mes.
Guest
es un veterano en mostrarnos los cuerpos llevados al límite del ballet.
Hace seis años, una revista le encargó una producción de moda con el
bailarín del Royal Ballet Edward Watson y aquel fue el principio de una obsesión.
Desde entonces, ha explorado el físico (y el alma) de la danza en
series como The language of the soul o en sus sesiones con el English
National Ballet o la bailarina Julia Weiss.
En 'What lies beneath', despoja a los artistas de toda parafernalia para mostrar su esencia más pura. La muestra es un adelanto del libro del mismo título (publicado, en edición limitada, por Push Press), con prólogo de Tamara Rojo, directora artística del English National Ballet.
Desde su inicio hace ya más de dos años, el ébola ha afectado a 28.000 personas y se ha cobrado la vida de unas 13.000. Hoy, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado el fin de la epidemia cuando se cumplen 42 días desde que los análisis de sangre del último afectado en Liberia dieran un resultado negativo.
En algo más de dos años el virus del ébola ha afectado a 28.000 personas y se ha cobrado la vida de unas 13.000
Todo comenzó el 26 de diciembre de 2013, cuando un niño de dos años
enfermaba en Meliandou (Guinea), con fiebre, heces negras y vómitos. El
niño, fallecido dos días después, sería identificado tres meses más
tarde por la OMS como el primer caso de enfermedad provocada por el
virus del Ébola (EVE) en África Occidental.Meliandou es un pequeño pueblo situado en una ‘zona caliente’ para el brote, ya que se trata de un lugar cerca de las fronteras entre Guinea, Liberia y Sierra Leona.
La pobreza, la insalubridad de estas regiones y los movimientos migratorios facilitaron que el virus se propagase rápidamente por estos países.
Las primeras sospechas
En los días posteriores a la muerte del niño aparecieron casos de personas afectadas por una enfermedad desconocidas en un hospital de Guéckédou, una ciudad vecina a Meliandou, que los médicos relacionaron con el cólera –ya que siete de los enfermos dieron positivo en los análisis de la bacteria que lo provoca–, aunque no quedaron demasiado convencidos con este diagnóstico.
No se identificó el ébola como causa de las primeras muertes hasta tres meses después de la aparición del primer caso
La situación se agravaba con el paso de las semanas: aparecieron
vínculos entre las muertes ocurridas en diferentes lugares y las
sospechas crecieron entre la OMS y el personal de Médicos Sin Fronteras
(MSF), que se encontraba en Guinea para hacer frente a un brote de
paludismo.Se enviaron muestras al Instituto Pasteur de París (Francia) donde descubrieron que el causante de aquellos fallecimientos era el virus del Ébola e identificaron que se trataba de la cepa Zaire, la más agresiva de todas.
El 23 de marzo, casi tres meses después de la muerte del ‘paciente cero’, la OMS publicó la notificación oficial de la epidemia.
La expansión del virus
El virus se extendía con rapidez. En abril, ya había causado 80 muertes en Guinea y MSF declaraba que se trataba de un episodio “sin precedentes”. La OMS alertaba a los países limítrofes del país sobre el brote y aconsejaba aumentar la vigilancia de la enfermedad en las fronteras terrestres.
Desayuno: Un vaso de leche o yogur, en definitiva, algún lácteo; y
tostada o algún otro tipo de cereal; también se le puede añadir una
pieza de fruta.
Cena: Revuelto de espinacas o espárragos con huevo, y pollo a la plancha,.
TITULO:¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ENREDATE - Danza sin artificios: cuerpo de baile,.
vivir
Danza sin artificios: cuerpo de baile
Detrás de su imagen etérea, el ballet esconde todo un mundo de dolor y sacrificio que esculpe cada músculo. El fotógrafo británico Rick Guest ha explorado el físico (y el alma) de la danza en una siere de retratos.
La danza es un trampantojo. Cuerpos ingrávidos, piruetas improvisadas, armonía que parece haber estado siempre allí. Y, detrás de tanta belleza, esfuerzo: años de trabajo que esculpen músculos, deforman pies y convierten los cuerpos en instrumentos al servicio de la música y la emoción.
El artista británico Rick Guest, fascinado por las luces y oscuridades del ballet, ha pasado los últimos tres años fotografiando en su estudio a bailarines profesionales, decidido a capturar en imágenes todo el sacrificio y la fuerza de voluntad de los que son capaces.
El resultado es la exposición 'What lies beneath' (lo que hay debajo), que puede verse en el Hospital Club de Londres hasta finales de mes.
Los bailarines tienen tanta energía y gracia, tanto poder para evocar emoción...
Rick Guest
En 'What lies beneath', despoja a los artistas de toda parafernalia para mostrar su esencia más pura. La muestra es un adelanto del libro del mismo título (publicado, en edición limitada, por Push Press), con prólogo de Tamara Rojo, directora artística del English National Ballet.
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