martes, 3 de julio de 2018

El Objetivo LA SEXTA - Se enfrenta a 12 años de cárcel por continuos abusos a su sobrino en reuniones familiares,./ Salvados La Sexta - Fidel Narváez, del activismo al Consulado de Ecuador en el Reino Unido,.

TITULO: El Objetivo LA SEXTA -Se enfrenta a 12 años de cárcel por continuos abusos a su sobrino en reuniones familiares,.

El Objetivo LA SEXTA,.

El Objetivo es un programa de televisión de entrevistas y actualidad informativa, producido por Newtral para Atresmedia Televisión y presentado por Ana Pastor García. Es el primer formato español de televisión basado en el género de la verificación de hechos o periodismo de datos. Se emite en laSexta cada domingo a partir de las 21:30, etc.

 Se enfrenta a 12 años de cárcel por continuos abusos a su sobrino en reuniones familiares,.


( foto ) La Audiencia de Zaragoza juzgó este miércoles a un zaragozano que está acusado de abusar del nieto de su hermana durante ocho años, desde que el chico tenía 6 hasta que cumplió los 14. Durante la vista oral, tanto la Fiscalía como la acusación particular, consideraron probado que Ángel Francisco C. M. comenzó a realizar tocamientos al niño cuando tan solo contaba con 6 años aprovechando reuniones familiares, y con el tiempo fue agravando sus abusos.
Según estas acusaciones, durante una estancia en Uncastillo, cuando el menor tenía 7 años, el acusado "se las apañó" para quedarse solo en una habitación con él, se bajó los pantalones y le instó a que le tocara el pene y realizó idénticas acciones con el niño. Pasado el tiempo, cuando la víctima había cumplido 12 años, y hasta en dos ocasiones, Ángel Francisco C. M. le practicó felaciones (una vez en el portal de la vivienda del niño y la otra en el piso del acusado en Nochevieja, aprovechando que el nieto de su hermana se había quedado a dormir allí) y en uno de esos episodios, incluso, le obligó a practicarle una a él. "Se trata de unos hechos de extraordinaria gravedad", señaló el fiscal José Luis Edo, que pidió una pena de 12 años de cárcel por un delito de abuso sexual y 6.000 euros en concepto de responsabilidad civil. La acusación particular, ejercida por Carmen Alquézar en nombre de la familia del menor, solicitó la misma pena de prisión pero elevó la responsabilidad hasta 24.120 euros por los daños morales, las secuelas y el coste de la terapia a la que se están sometiendo tanto la víctima como sus padres y su hermana pequeña.
Ángel Francisco C.M., que se encuentra en prisión preventiva, negó los hechos, aunque reconoció parte de ellos, como que estuvo desnudo en la misma habitación con el menor durante el fin de año de 2014, pero no le tocó, dijo. Su defensa, ejercida por Alejandro Sarasa, pidió la absolución.
La víctima, que tardó varios años en confesar los abusos y no dejó que sus padres denunciaran hasta pasado un año, declaró que lo mantuvo en secreto porque no quería "defraudarles" ni "torturarles". Preguntada sobre por qué tardaron en ir a la Policía, la madre dijo que el menor no quería. "Nos amenazaba con suicidarse si lo hacíamos", declaró ante el tribunal. Los forenses que examinaron al niño determinaron que sufría un cuadro compatible con los que sufren las víctimas de abusos.
En el juicio también declaró un sobrino de la esposa del acusado, que también fue víctima de abusos durante ocho años. Este testigo admitió que hace dos décadas, su tío le práctico felaciones y tocamientos. Estos abusos no tuvieron reproche judicial porque "se resolvieron en la familia", según declararon la víctima y el acusado.

TITULO:Salvados La Sexta - Fidel Narváez, del activismo al Consulado de Ecuador en el Reino Unido,.

 Salvados La Sexta ,.

 Salvados es un programa de televisión español de reportajes de actualidad, producido por Producciones del barrio desde octubre de 2015, y anteriormente por El Terrat desde 2008 hasta 2015, emitido por La Sexta y conducido por Jordi Évole. El programa, que se estrenó el 24 de febrero de 2008 como una serie de programas especiales temáticos, se emite semanalmente los domingos a las 21:30., etc.

 Fidel Narváez, del activismo al Consulado de Ecuador en el Reino Unido,.

“Mi trabajo lo concibo como un servicio público que busca también la defensa de los derechos humanos” , foto.


“Las reformas migratorias podrán mejorar o empeorar la situación actual de los inmigrantes de hoy, pero el sistema seguirá produciendo nuevos emigrantes”. “En este país la discriminación esencialmente no es racial, sino económica”. Fidel Narváez.



Tenía 16 años cuando fue nombrado presidente del Concejo Estudiantil y cuando por primera vez apareció en la prensa. Era un día de febrero de 1986, dedicado al tradicional acto de juramento a la bandera. Sin pensarlo dos veces, y ante un auditorio bastante nutrido, Fidel quemó una figura que personificaba al entonces Presidente de Ecuador, León Febres Cordero.
Su gesto no fue contra la academia, fue contra un poder corrupto y humanamente devastador. Fue un gesto irrefrenable pues, por un lado, su padre era dirigente sindical de izquierda y, por otro, estudiaba en un colegio donde el ambiente era muy politizado. De hecho, sus años de formación política coincidieron con un periodo de mucha represión y de violaciones a los derechos humanos por parte de un gobierno de ultraderecha.
Después, tras recibir una beca, viajó a la República Checa para adelantar, en la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Economía de Praga, estudios de Comercio Internacional. Con el tiempo, muchos de sus compañeros de clase pasaron a ser parte del servicio diplomático checo.
Regresó a su país en el 94. Allá asumió la gerencia comercial de una empresa checa, y dos años después la dirección ejecutiva de la Fundación Junto con los Niños (Juconi). Posteriormente fue Secretario Técnico en Ecuador de la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, Pidhdd, y Miembro del Comité Ejecutivo de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos del Ecuador.
Su trabajo y compromiso fueron sumando hechos y, por ello, en Junio de 2007 fue seleccionado, entre 250 activistas de todo el mundo, para participar en el International Center for Tolerance Education en Nueva York. Días antes de salir, una conocida emisora le dedicó un programa entero como un homenaje a su compromiso público con la revolución ciudadana. En octubre de 2007 decidió radicarse en el Reino Unido, donde hoy vive con su esposa Sylvia y sus hijos Amaru, de 12 años, y Amiaz, de 9 años.
Se trató de una decisión sopesada, pues ya había estado acá varias veces y había recorrido otros países por asuntos de trabajo o de estudio, como cuando estuvo en la Universidad de la Habana o en la Fundación General de la Universidad Politécnica de Madrid. Sí, su vida estaba y está ahora acá.
Por eso, al poco tiempo de haber llegado, se unió al Movimiento Ecuador en el Reino Unido, MERU, porque le interesaba vincularse con la comunidad. Ése fue unos de los primeros espacios que encontró y con el cual halló muchas coincidencias en cuanto a la identificación con el proceso político ecuatoriano. Además, el MERU había querido contactarle porque sabían que Fidel había hecho un reclamo formal a la BBC de Londres por una información distorsionada sobre su gobierno.
Lo cierto es que ese Fidel traductor, escritor ocasional, estudiante rebelde, conferencista y activista, es ahora el Cónsul de Ecuador en el Reino Unido, quizás el primero que puede serlo sin haber seguido la carrera diplomática en Ecuador y que proviene de un segmento de inmigrantes crítico, deliberante, activo y luchador.
Fidel habla con mesura, pensando cuidadosamente las palabras, sonriendo poco, pero con una expresión amable y tranquila que sostiene durante una entrevista extensa en la que su espíritu beligerante permanece intacto, pese a su nuevo cargo y su contemporaneidad. “Los jóvenes – explica Fidel – son rebeldes por naturaleza. Yo ya no soy tan joven pero espero que la rebeldía nunca se me agote.”

Cuando Rafael Correa visitó el Reino Unido en octubre de 2009, ya corría el rumor de que iba  a ser nombrado cónsul. ¿Sabía de ello?
Más allá de los rumores me siento orgulloso de tener una buena relación con muchos “cuadros”, como decimos en el argot activista, del actual gobierno del Ecuador. Y desde que llegué a este país, en la medida de mis posibilidades, me he dedicado a promover el proceso político que está dándose en Ecuador. Un proceso sobre el cual poco se conoce en el exterior, pese a las propuestas de vanguardia que lo caracterizan.
¿Pero estaba usted enterado de esa posibilidad?
No tengo porque ocultarlo. Es algo que siempre estuvo en consideración.
¿Por qué se fija el Gobierno en usted?
Antes de nuestro encuentro en Londres, el Presidente ya conocía mis escritos y, de hecho tuvo la deferencia de mantener conmigo un breve intercambio sobre algunas tesis que había hecho públicas acerca de su gobierno. Contrario a lo que muchos piensan (que el presidente no acepta criticas), creo que él ha sabido valorar las críticas que suelo permitirme hacer públicas. Para sorpresa de muchos, aun así ha puesto la confianza en mi para dirigir el Consulado.

¿Conocía de su trabajo como activista?
No lo sé. Pero yo he sido activista prácticamente toda mi vida y en alguna ocasión, antes de que el fuera presidente, tuve la oportunidad de entrevistarlo e, incluso, de posibilitar una conferencia suya en el exterior.

¿Cómo un activista, generalmente reacios a los puestos oficiales, termina siendo cónsul?
En efecto, muchos habíamos concebido al activismo como la lucha contra el poder constituido y representado muchas veces por funcionarios públicos. Y en el proceso político ecuatoriano, para muchos activistas del movimiento social, existe un dilema sobre qué hacer cuando hay un gobierno que está tratando de hacer realidad muchas de las demandas por las cuales siempre nosotros habíamos luchado. Hay quienes no se han animado a aceptar ser parte de las estructuras de gobierno y hay otros tantos que sí lo hemos hecho. No ha sido una decisión fácil, porque en lo personal significa marcar claramente posiciones políticas, a veces no coincidentes con compañeros que miran con mucho recelo el proceso político ecuatoriano.
Sin embargo, es evidente que para empujar un cambio de estructuras se requiere de un enorme contingente humano en todas las estructuras estatales. Y no hay suficientes cuadros que combinen la visión política y las cualidades académicas y técnicas para cargos de dirección. El propio presidente Correa suele resumirlo diciendo que está jugando las grandes ligas con un equipo de segunda categoría.
Evidentemente eso te pone en una disyuntiva, pues tu puedes escoger quedarte fuera para criticar constructivamente un proceso, desde la academia o desde la opinión critica o, meterte para tratar de influir desde adentro. Yo he optado por lo segundo. Pero esa es una opción que no la hubiera hecho con ningún otro gobierno. No lo hubiera aceptado.
¿Puede lucharse de la misma forma desde un consulado, que siendo activista?
Tal vez no de la misma forma, pero se puede luchar desde cualquier espacio. Hay muchos otros activistas que podrán con creces cubrir el espacio que temporalmente se deja en la comunidad. Lo importante ahora es aprovechar, de la mejor manera, las posibilidades que un cargo de esta responsabilidad puede ofrecer en términos de gestionar más y mejor atención desde el propio Estado, en términos de interlocutar a nivel oficial con representantes del Estado receptor. Por ejemplo, como simple activista yo muy poco podría hacer por mis compatriotas que están en prisión. Como cónsul siento que no sólo tengo la posibilidad, sino la obligación de ayudarlos.
¿No se pierde un poco esa libertad de criticar, siendo cónsul?
Sí, y, honestamente, no sé todavía cómo manejar las limitaciones que implica ser un representante oficial del Gobierno. Los activistas no tenemos ningún recato en meternos en los asuntos ‘internos’ de otros países. Los diplomáticos no tenemos esa posibilidad. Eso en términos de mis limitaciones frente al entorno británico. Pero respecto a mis pronunciamientos sobre lo que sucede en mi país, creo y espero que pueda seguir realizándolos.
¿Sigue vinculado al MERU?
La principal obligación de un cónsul es la de brindar protección a sus conciudadanos y esto tiene que estar despojado de cualquier simpatía u opinión política, por tanto les he dicho a los compañeros – y tanto ellos como yo hemos mandado una mensaje a la comunidad – que en mis nuevas responsabilidades dejo de un lado la camiseta del MERU, más allá de que cuento con el apoyo de ellos para avanzar en iniciativas de beneficio de toda la comunidad.

El MERU promueve los derechos de los migrantes y el proceso ciudadano que ocurre en su nación. ¿Qué opinión le merece?
Es un grupo que va creciendo en todos los sentidos, en su dimensión organizativa y en el numero de simpatizantes. Tiene claro que el trabajo comunitario es un trabajo basado en derechos y un trabajo en derechos lo concibo como un trabajo emancipatorio. De esa forma es que hubo una identificación con el grupo. No todos los simpatizantes del MERU coinciden al 100% en su lectura o visión política del proceso ecuatoriano, pero, en el fondo, el horizonte es el mismo.
¿Cómo han reaccionado sus compañeros y conciudadanos, en términos de que a sus luchas se les haya abierto un camino acá en el Reino Unido?
La expectativa es muy grande y, por tanto, la responsabilidad lo es mucho más. Es la primera vez que un cónsul ecuatoriano de Londres no viene del servicio diplomático y que sale de la propia comunidad.
La realidad latinoamericana es compleja y dividida. Algunos países nuestros tienen gobiernos de derecha que abiertamente se han opuesto a la revolución del actual gobierno ecuatoriano. ¿Cómo puede manejarse esto, en su ejercicio como cónsul, frente a las entidades diplomáticas (de derecha) del Reino Unido?
De momento mi tarea consular está volcada hacia mis compatriotas, esa es la responsabilidad que tengo dentro de la misión diplomática. Las relaciones con otros miembros o representantes diplomáticos de otros países la llevan funcionarios de la embajada ecuatoriana. Pero en todo caso, entiendo que mis limitaciones oficiales se refieren a pronunciamientos públicos. No creo que pueda yo callar opiniones políticas a nivel personal y privado.
Usted ha trabajado en derechos humanos. ¿Cuál es su planteamiento frente a estos? ¿Qué tanto se han respetado en Ecuador y en Latinoamérica?
Si concebimos los derechos humanos de una manera integral, esto es derechos políticos, sociales, económicos y de nueva generación (ambientales, por ejemplo), estos no están respetados en plenitud en ningún lugar del planeta. Latinoamérica tiene un triste y vergonzoso historial de violaciones a los derechos ciudadanos. Sin embargo, el momento histórico que nos ha tocado ahora presenciar abre una esperanza.
¿Es decir, que la violación de derechos humanos que se daba en Ecuador se ha reducido?
Sin lugar a dudas. Hay un esfuerzo muy significativo por evitar las practicas condenables que en épocas pasadas hicieron las diferentes ramas de la Fuerza Pública y, sobre todo, por primera vez, hay una seria intención de combatir la impunidad. En este gobierno ha sido posible una exhaustiva investigación, a cargo de una Comisión de la Verdad, que ha develado documentada y detalladamente lo que los defensores de los derechos humanos siempre supimos: que las fuerzas del orden, la Policía y los militares cometieron muchos abusos al punto de que podemos hablar de prácticas sistemáticas de violaciones de derechos humanos. Y desde el punto de vista de los derechos económicos y sociales, la inversión social que se está haciendo, no tiene precedentes en toda la historia de Ecuador. Eso, sin duda, se irá reflejando cada vez más, en el acceso de los sectores más vulnerables a sus derechos elementales de salud, educación y vivienda.
¿Cómo percibe la realidad que viven los inmigrantes en el Reino Unido? ¿Puede tener algún cambio?
El Reino Unido es un ejemplo muy diciente del drama de la migración. Siempre digo que en este país hay ciudadanos de primera, de segunda y de tercera categoría, y que la discriminación esencialmente no es racial, es una discriminación económica. Si tienes documentos, estás en una categoría privilegiada. Si no los tienes, estás expuesto a que te irrespeten tus derechos. Un patrón explotador no necesariamente es un inglés blanco de ojos azules, puede ser otro latinoamericano, o un asiático o un africano que tiene la ventaja de tener otra condición migratoria.
¿A qué se debe que esa discriminación sea principalmente económica?
El Reino Unido es un ejemplo de lo que sucede en otros países receptores de inmigración, que proviene de lo que conocemos como países en desarrollo. En Nueva York me consta que la situación es muy similar, y estoy seguro que en París o en Roma el fenómeno es igual. Es una relación que está marcada por el sistema económico imperante.
Yo tuve la experiencia de ser un trabajador inmigrante en esos trabajos que son más comunes entre mi comunidad, el sector de la limpieza, en hoteles, o lavando platos en un restaurante. Siento que eso me hace sentir mucho respeto y admiración por quienes no tienen otra alternativa que sobrevivir con ese tipo de trabajos.
¿Puede cambiar esta realidad?
Esta realidad es producto del sistema y mientras no cambie el sistema, lamentablemente, seguirán existiendo ciudadanos de primera y de segunda categoría. Las reformas migratorias podrán mejorar o empeorar la situación actual de los inmigrantes de hoy, pero el sistema seguirá produciendo nuevos emigrantes, inevitablemente. De manera que la realidad de explotación estará ahí siempre que se mantenga el sistema económico actual.
¿Está la nueva política ecuatoriana en capacidad de frenar esa migración?
Sí. Orgullosamente puedo decir que la política migratoria ecuatoriana es una política de vanguardia, nuestra Constitución reconoce la migración como un derecho humano, enarbola el concepto de ciudadanía universal y establece que nadie puede ser considerado ilegal. Ecuador, es el primer país de puertas abiertas en el mundo. Ningún ciudadano, provenga de donde provenga, necesita visa para visitar el Ecuador.

¿Y a la inversa, de retener a los ecuatorianos?
Si tienes esa política inmigratoria, evidentemente tienes que hacer algo por tus ciudadanos emigrantes, más aún un país que ha sufrido un éxodo migratorio casi sin precedentes en la historia: aproximadamente casi un 20% de la población, en un periodo de 10 años. Es como pensar que en el Reino Unido, en  menos de 10 años se van entre 10 y 12 millones de británicos. Hay un esfuerzo muy grande por incentivar el regresó de los ecuatorianos a casa.

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