Puerta con Puerta | Canal Extremadura ,.
Cada semana visitamos un edificio, una casa o un pueblo. Conoceremos Extremadura a través de personajes entrañables, disparatados, sorprendentes y divertidos pero que tienen algo en común: viven PUERTA CON PUERTA. Grupos de vecinos con mucho que contar y mucho que vivir. Mostramos la vida cotidiana, etc.
Una visita a La Jayona,.
Una visita a La Jayona - foto.
Cómo conocer esta espectacular explotación minera extremeña,.
El próximo 28 de agosto se cumplen 20 años de visitas organizadas a la mina. Hay que llamar por teléfono para reservar hora al 667 756 600. Aguardando a que salga el turno exterior, se disfruta del paisaje. Sierra Morena se ofrece espléndida cerrando el horizonte. Enseguida se descubre que la mayor parte de los visitantes son andaluces, que han hecho de los tesoros del sur de Extremadura una de sus excursiones favoritas de un día.
Una vez abierta la cancela que da acceso a la mina, se puede pasar al centro de recepción de visitantes, donde hay baños y máquinas de bebidas. Es preciso dar el nombre al encargado y ponerse una redecilla y un casco. El ambiente se distiende, se suceden las bromas y los selfis de «mineros» y Francisco, el guía que nos lleva, avisa de que no se pueden coger plantas, también está prohibido fumar, pero no hay ningún impedimento para grabar y fotografiar cuanto se quiera.
La mina de La Jayona tiene 11 niveles. Se empieza por la parte más baja y luego se va ascendiendo sin que las dificultades sean extremas. De hecho, en nuestro grupo iba una señora en silla de ruedas que pudo hacer la visita sin demasiados problemas. ¡Ah, importante!, es gratis.
Aunque no hay documentación que lo acredite, se cree que esta mina ya se explotaba en época romana. La mina era propiedad de unos marqueses, que se la venden a los hermanos Merlin, unos belgas que empiezan a extraer hierro y ven en La Jayona el negocio de sus vidas. Francisco, el guía, desgrana las explicaciones con solvencia, conocimiento y pedagogía. Su voz acompaña la visión de espacios sorprendentes: galerías, túneles, desfiladeros, espacios subterráneos de altura imponente, naturaleza que desborda...
El paseo discurre por caminos seguros, bien señalizados y protegidos. Cuenta Francisco cómo el mineral se llevaba primero en borricos hasta la estación de tren de Fuente del Arco, donde un ferrocarril minero de vía estrecha llevaba la carga hasta Peñarroya. Los hermanos Merlin construyeron un teleférico, que tenía casi seis kilómetros de longitud y transportaba, desde la mina hasta la estación de Fuente del Arco, 400 toneladas diarias de mineral.
El problema es que se descubrió un desfase de 750.000 toneladas entre el mineral extraído y el mineral declarado, lo que provocó que la mina fuera expropiada. Tras la primera guerra mundial, La Jayona empieza a perder importancia. En 1920, los empresarios bajan los sueldos por la crisis. Hay una huelga en Peñarroya y la mina se cierra un tiempo. Tras la Guerra Civil, la Jayona es del estado, no se invierte y acaban arrendándose los terrenos para pastos.
En 1998 comienzan las primeras visitas organizadas y 20 años después se contabilizan 400.000 visitantes. El recorrido tiene una especie de guion dramático muy conseguido. A medida que se avanza, el interés es mayor hasta pasar de la curiosidad a la fascinación y desembocar en la emoción.
El pabellón de ingenieros se ha convertido en aula didáctica. Francisco lo aclara todo, desde los tipos de culebras hasta las clases de pájaros y de orquídeas que se encuentran en la mina. Llegan después las galerías más espectaculares, las fallas, las estalactitas, los largos túneles... La Jayona, un lugar que ningún extremeño debería perderse.
TITULO: Equipo de Investigación - Viernes -20 - Julio - Los semáforos fantasmas de San Roque ,.
Equipo de Investigación - Viernes -20 - Julio.
Gloria Serra y su equipo se ponen detrás de la cámara para dar cuerpo a las investigaciones periodísticas más aclamadas de la televisión. El viernes -20- julio a las 22:30 por La Sexta, etc.
Los semáforos fantasmas de San Roque ,.
Los semáforos fantasmas de San Roque , foto.
Los vecinos reclaman que el Ayuntamiento pode los árboles que impiden la visibilidad de unos luminosos en Isidro Pacense,.
Estas señales luminosas apenas se pueden ver debido a dos árboles que están pegado a ellos y que no dejan verlos con claridad. Se encuentran al final de la calle Isidro Pacense, casi haciendo esquina con la carretera de la Corte de Peleas. Todos los vecinos de la zona los conocen perfectamente.
Todo comenzó hace ya casi dos años, cuando se habilitó un carril bus de esta última avenida. Las obras obligaron a modificar la ubicación del paso de peatones que existía hasta entonces y, con ello, de los semáforos de ambas aceras.
Se habilitó otro paso de peatones, unos metros más abajo, con el objetivo de garantizar la seguridad de los alumnos del Colegio Virgen de Guadalupe. Fue lo que en ese momento se conoció como «camino escolar seguro», puesto que se habilitaba un itinerario para que por ahí pudieran salir los niños del centro educativo sin tener que atravesar el carril bus.
El problema es que los nuevos semáforos pasaron a ubicarse junto a sendos árboles que dificultan poder verlos. En la señal que está a la izquierda en sentido Corte de Peleas cuesta ver el luminoso para los peatones (ver imagen adjunta). En el que está enfrente, el riesgo es para los conductores que ingresan en esa avenida.
José Rodríguez, un vecino de la zona, confirma que para los conductores se hace muy difícil ver el semáforo. «Incluso hay veces, cuando los coches están esperando a que se ponga en verde, que el segundo de la fila tiene que pitar al primero para avisarle de que ya se puede pasar», asegura.
«No se ve bien ni para los conductores ni para los peatones, tanto en una acera como en la otra, porque los árboles los tapan», asegura Pilar Rodríguez, trabajadora de una frutería muy cercana. Y añade: «Deberían podarlos antes de que pase algo».
Según los vecinos, no ha habido ningún accidente todavía en esa zona, porque en la zona ya están advertidos de que deben tener cautela con ese semáforo.
«La primera vez que pasé por ahí con el coche no me esperaba que hubiese un semáforo a esa altura. Me lo pasé y tuve que retroceder unos metros», reconoce Eduardo Pagador, propietario de una carnicería cercana. Él no solo propone podar o talar el árbol, sino reubicar el semáforo a su posición original. «Ahora ya me he acostumbrado, pero si alguien pasa por aquí por primera vez, es probable que se lo salte. No te lo esperas», concluye. Además, el semáforo está en una posición con otro obstáculo añadido: se encuentra en mitad de curva donde además hay un cambio de rasante, por lo que no se puede ver hasta que se está muy cerca.
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