jueves, 7 de diciembre de 2023

La Hora Musa - Los melenudos que se perdieron el Purple Weekend ,. Martes - 19 , 26 - Diciembre ,. / Cachitos de hierro y cromo - Música Navidad ,. Martes - 19, 26 - Diciembre ,./ Locos por las motos - El vudú de las motos,.

 

   TITULO: La Hora Musa -  Los melenudos que se perdieron el Purple Weekend  ,. Martes -  19 , 26 - Diciembre,.


 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes  -  19 , 26 - Diciembre  , fotos,.

  Los melenudos que se perdieron el Purple Weekend,.

Nostálgica historia de una época en la cual no abundaban los largos cabellos en el León más pueblo —con todas sus bondades— de los años 70 y 80,.


Entrabas a cualquier garito del Barrio Húmedo y pagabas tres pesetas por un vino. Todavía rondaba lo mejor de cada casa por la mítica zona de León donde se reunían por los bares gitanos y los más zorros de los barrios aledaños.

Tascas con solera, olor a vino amaderado mezclado con nieblas de humo de nicotina y algún que otro canuto, pedos descomunales y una especie de salvaje oeste en el que los mejores taberneros burlaban a la Policía a altas horas de la madrugada con trucos dignos de Juan Tamariz.

Entre toda esa maravilla de ambiente, que para muchos fue casa durante sus etílicos años dorados, había algo que brillaba por su propia marginalidad en el pueblo —con todas sus anheladas hoy en día bondades— que quería ser ciudad: los melenudos.

Dos melenudos en Carbajal de la Legua en abril de 1980.
Dos melenudos en Carbajal de la Legua en abril de 1980. 

Allá a finales de los 70 y principios de los 80 escaseaban los largos cabellos. Y los que había estaban estrechamente relacionados al ambiente musical de un León en el que no existía el Purple Weekend, que celebra su trigésimo cuarto cumpleaños con un total de 24 actuaciones entre el 7, 8, 9, 10 y 11 de diciembre.

Pero, ¿qué tenía de especial dejarse el pelo largo en ese contexto social? Era un momento histórico en el que los leoneses bebían de la Democracia después de la dictadura. Las nuevas corrientes culturales llegaban a España y la estética avanzaba amoldándose a estas.

Un melenudo posa en una calle del Barrio Húmedo a finales de 1979.
Un melenudo posa en una calle del Barrio Húmedo a finales de 1979. 

Ser un melenudo era un nuevo argumento de rebeldía. Una forma de expresar identidad y autenticidad: «no quiero ser como los demás». Más aún cuando los grandes iconos musicales ejercían de referentes vitales para muchos jóvenes de aquella época. De Jethro Tull a Syd Barret, de Jimmy Page a Camarón, los peludos estaban de moda.

Y en León no pasó desapercibida. «Era gracioso porque la gente te miraba por la calle y luego tú eras el primero en ayudar a la paisana que iba cargada hasta arriba con bolsas de la compra», relata Javi Campos, uno de esos jóvenes que lucían melena.

Aguarrás, con Carlos Herranz 'el Pelos' en primer plano, actuando en Rebollar de los Oteros en 1977.
Aguarrás, con Carlos Herranz 'el Pelos' en primer plano, actuando en Rebollar de los Oteros en 1977. 

Varios de los testimonios que han contribuido a la elaboración de este reportaje —junto a la indispensable, brillante labor de León Audio y su documentación sobre los grupos musicales desde los 50 hasta los 80— coinciden en que era una época más humana, a todos los niveles, ya que «León era un pueblo y nos conocíamos todos», como recuerda Luis Merino entre risas, destacando que apenas había tipos con el pelo largo.

Merino también llevó melena una buena temporada, aunque si hay alguien a quien todos recuerdan por la longitud de sus cabellos es Luis Miguel Puche, músico leonés que fue miembro de bandas como Gracoma, Deicidas o Los Cardiacos, entre otras.

Luis Miguel Puche 'Luismi', con su guitarra en un concierto
Luis Miguel Puche 'Luismi', con su guitarra en un concierto Luis Miguel Puche

Sin embargo, la ausencia de cámaras fotográficas en esa década de los 70 y 80 —sin teléfonos móviles— provoca que no existan tantos documentos gráficos como pudiera haber, y los conseguidos han sido con cuentagotas a base de rebuscar en antiguos álbumes por parte de sus dueños.

He aquí fotos de algunos otros grupos musicales que tampoco vivieron el Purple Weekend pero sí gozaron de la música, siempre acompañados de sus melenas.

Uno de los históricos grupos leoneses en la puerta de una bodega. León Audio

Juan 5 Almas, 1978

«Este grupo se mantuvo unido y operativo con los mismos componentes, durante mas de 18 años, lo que se considera el récord de unidad y compañerismo mas alto en todos los conjuntos músico-vocales de la ciudad a lo largo de los años 50-80. De izquierda a derecha: Isidro, Angel, Goyo, Ramón y Manuel», detalla León Audio.

Miguel Ángel, José Antonio, Carlos Sánchez y Enrique Martinez. 

LEO, 1975

Se llamaban Raylhest porque ensayaban en la calle Manuela López, por donde pasaba el tren, y los raíles de la vía inspiraron ese nombre. Sin embargo cuando Gelete, el mítico locutor de Radio León, se convirtió en manager del grupo, cambiaron de nombre.

Juanjo Velasco de Kikis Klan, junto a Manúx, Nori y Chiqui. 

Resurrección, años 70

«Nori, Manús y Velasco, fueron los tres miembros que siempre estuvieron en Resurrección, de principio a fin. El grupo, demasiado leñero y con un repertorio no apto para salas de baile, actuó sobre todo en Orense y Asturias en plan concierto», informa León Audio.

«Los melenudos eran hijos rebeldes de las influencias angloamericanas, que vivieron en un León conservador que sin embargo bullía cultural y musicalmente, con sus tribus urbanas bien definidas. También teníamos nuestros garitos de cabecera, donde nos mezclábamos todos para crear nuevos sistemas barnizados en marihuana y sustancias que permitían disfrutar más allá de las líneas terrestres», concluye Javi Campos, que acaba de cumplir 60 años, al otro lado del teléfono.

 

TITULO:  Cachitos de hierro y cromo - Música Navidad ,. Martes -19 , 26 - Diciembre  ,.

   El martes -19 , 26 - Diciembre  a las 22:30 horas por La 2, foto,.

 Música Navidad,.

Estos son los diez mejores álbumes de un género tan clásico como las fiestas en las que estamos pero alejados del cliché: discos para disfrutar y celebrar,.

Portada de "A Christmas Gift For You", de Phil Spector
 
Portada de "A Christmas Gift For You", de Phil Spector,.

No hay por qué torturarse con esos villancicos de hilo musical en el que suenan coros de niños con voz chillona, organillo de cafetera, panderetas chirriantes y finales de tormento. ¿Por qué no acudir a discos de Navidad hechos por gente que sabe y sin que te taladren la cabeza? De hecho, los discos de Navidad son todo un género en sí mismo y desde el siglo pasado causan furor en el mercado anglosajón. Pocos músicos se resisten a la idea de grabar un álbum navideño.

Y si no que se lo pregunten al mismísimo Premio Nobel Bob Dylan, quien se crio como judío pero amaba las melodías navideñas lo suficiente como para grabar un disco con sus favoritas en 2009. Eso sí, con resultados bastante poco edificantes, razón por la que no está en esta lista. Y valen todos los estilos a la hora de cantar a Papa Noel y los Reyes Magos. Desde el gangsta rap hasta el jazz; desde el reggae al indie-pop; desde intérpretes melódicos hasta el vibrante rock and roll o la new wave. El impulso de cantar una “Triste Navidad” o el clasicazo que es “Santa Claus llega a la ciudad” no conoce fronteras ni estilos.

¿Sabías que el villancico “White Christmas”, de Bing Crosby, es el sencillo más vendido de la historia de la música con más de 70 millones de copias? Así que si te ves contagiado del furor navideño y te pone de los nervios sentirte agredido por tanto villancico al uso, puedes acudir a los clásicos y deleitarte con interpretaciones mágicas y con revisiones que quizá no hayas escuchado y que te hagan emocionar. Aquí te proponemos diez de los mejores discos navideños de todos los tiempos.

10. Varios: “New Wave Xmas: Just Can’t Get Enough” (1996)

Esta edición especial de Rhino recopila un buen puñado de canciones de pop y new wave para todos los gustos. Están las nostálgicas y maravillosas “Fairytale of New York” (Pogues & Kristy MacCall) y “2.000 Miles” (Pretenders) junto a cosas más festivas como “Christmas” (Mathew Sweet), “Christmas Time” (Chris Stamey Group) y otras muchas. Porque la Navidad suele tener esa doble vertiente de melancolía y diversión. Y eso, lleno de melodías y frescura, es lo que ofrece esta recopilación de pop navideño de enorme calidad.

 Los villancicos por definición tienen que ser fanfarria, gritos desacompasados y percusiones abrasivas. Pero este disco propone exactamente lo contrario. Austeridad y minimalismo son la base. La pareja formada por M. Ward y Zooey Deschanel añaden ligereza a evocadoras canciones con motivos navideños y el resultado es entrañable y cálido. Guitarra, piano y ukeleles bastan para colorear temas como “Blue Christmas” o “I’ll Be Home for Christmas”. Para esas tardes junto a un buen fuego y una hermosa lectura.

8. Raphael: “Raphael vuelve por Navidad” (2013)

A pesar de que hace décadas ya estremeció a todo un país con un “Tamborilero” que más bien parecía una saeta, no fue hasta 2013 cuando el titán de Linares grabó un disco íntegro de villancicos, algo habitual en el mercado anglosajón, pero rareza por estos pagos. Nada se le resiste a esta figura. Se atreve hasta con el “Last Christmas” de George Michael. Sin complejos. De otra forma, no sería Raphael. Por eso hay emociones desbocadas a lo largo de la decena de temas del disco: “Noche de paz, noche de fe”, “Bendita y maldita navidad”, “A cantar” y, cómo no, su “Tamborilero” pueden dejar al borde del KO fulminante a cualquiera si te pilla desprevenido.

7. Ella Fitzgerald: “Ella Wishes You A Swinging Christmas” (1960)

Abran paso a la primera dama del jazz. Podría cantar la música del Telediario y salir airosa, así que poco más se puede añadir a su interpretación de este volumen de villancicos. En cortes como “Let It Snow! Let It Snow! Let It Snow!” o “Winter Wonderland”, Fitzgerald lleva sus cuerdas vocales hacia el mismísimo final del arcoíris. Porque no se puede cantar mejor. Es imposible cogerla en un tono falso y su capacidad para estirar las frases es antológica. Por eso triunfa con este disco de Navidad que además está impecablemente arreglado.

 

¿Alguien creía que los Beach Boys eran solo para el verano? Si hubieran hecho un disco sobre una visita al dentista también nos hubiera fascinado. Aquí aparecen seis originales, incluido el maravilloso “Santa’s Beard”. Y los clásicos “White Christmas” y “Blue Christmas”, ambos cantadas por Brian Wilson, suenan conmovedores. Que no te espante esa indescriptible portada con los muchachos de la playa enfundados en sus jerséis de punto montando un monstruoso árbol de navidad. Y encima solo tiene bolas rojas, que las debieron comprar a última hora. Eso sí, el contenido de dentro (las canciones) es encantador.

5. Frank Sinatra: “A Jolly Christmas from Frank Sinatra” (1957)

Y qué serían unas Navidades sin el bueno de Franky. De pequeño se cayó en la marmita del iluminado y ahí permaneció para siempre. Este fue el cuarto álbum que Sinatra grabó en un año (este hombre era de la América que madruga) y hay que ponerse el frac para escucharlo. Si te sientes tierno, escucha “I’ll Be Home For Christmas” y “Have Yourself A Merry Little Christmas” porque te entrarás ganas de abrazar a todo el mundo, inspectores de hacienda incluidos. Es que este hombre era único.

4. Varios: “A Motown Christmas” (1973)

Atención a la nómina de intérpretes: Miracles, Supremes, Jackson Five, Temptations, Marvin Gaye, Stevie Wonder y más desfilan por esta maravilla que llena de alma tu Navidad. Pone los pelos como lavadoras centrifugando escuchar a Michael Jackson decir “realmente vi a mamá besando a Papá Noel y se lo diré a mi papá”. Y qué decir del “What Christmas Means to Me” de Stevie Wonder o el “Children’s Christmas Song” de Diana Ross. Por cierto, que la reedición de 1999 incluye el “I want to come home for Christmas”, que en su día fue el lamento de año nuevo de Marvin Gaye por los soldados americanos en Vietnam.

3. Elvis Presley: “Elvis’ Christmas Album” (1957)

El mismo año que Sinatra sacó lo suyo llegó Elvis con su propuesta comercial y el resultado no decepcionó. Para variar, Elvis cumplió el encargo del Coronel Parker, y lo hizo a su manera: entregándose por completo a la causa. Irving Berlin, el autor de “White Christmas”, estaba tan escandalizado por la versión de Elvis que trató de prohibirla en la radio. ¿Era para tanto? No. Había más motivos para prohibir “Blue Christmas”, pero por el peligro de sufrir infarto de emoción.

2. James Brown: “James Brown’s Funky Christmas” (1995)

Recopilación que reúne temas de “James Brown Sings Christmas Songs” (1966), “A Soulful Christmas” (1968) y “Hey America It’s Christmas” (1970). A pesar de la temática, El Padrino del Soul no renuncia a hincar rodilla para cantar “Merry Christmas Baby” o “Please Come Home for Christmas” ni a destrozar cinturas con el funky de “Go Power at Christmas Time” o “Soulful Christmas”. James Brown siempre quita el sentido y siempre se tomó muy en serio todo lo que fuera ponerse delante de un micrófono para cantar lo que fuera. Y si había que ponerse firme y reivindicativo (“Santa Claus Goes to the Ghetto” o “Let’s Unite the Whole World at Christmas”), era el primero en ponerse al frente. No le tosía ni Santa.

1. Phil Spector: “A Christmas Gift For You From Phil Spector” (1963)

Este hombre era un peligro público, pero todo un regalo musical si tenías la fortuna de no conocerlo en persona. El muro de sonido llega a la Navidad con joyas como “Santa Claus Is Coming to Town” (The Crystlas), “Frosty the Snowman” (Ronnie Spector), “Christmas Baby, Please Come Home” (Darlene Love) y muchas más. No es solo que probablemente estemos ante el mejor disco de Navidad de todos los tiempos, sino que se trata de un álbum cuya calidad va más allá de la temática. No en vano, la revista “Rolling Stone” lo elevó al puesto 142 de su lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos. Y Brian Wilson lo calificó como su álbum favorito de siempre. Pues no se hable más.


TITULO:  Locos por las motos - El vudú de las motos,.

El vudú de las motos,.

 El vudú de las motos

foto / Victor vio como sus planes de futuro se derrumbaron cuando la cruda realidad de la vida adulta se impuso separando su grupo de música en el que había vertido tantas esperanzas e ilusiones. Nuestro protagonista continuó desempeñando el trabajo que le deba de comer pero este no satisfacía ni remotamente sus aspiraciones. Toda aquella energía creativa tenía que salir por algún lado y lo hará a través del diseño y creación de motos únicas fabricadas a mano.

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