sábado, 12 de julio de 2025

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El año en el que el Supremo de Estados Unidos dio una victoria tras otra a Donald Trump ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Trump gana el pulso a la cadena CBS por una entrevista a Kamala Harris en campaña ,. / Donde comen dos - Sardinas Cuca - Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas» ,.

 

TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES - VIERNES -  El año en el que el Supremo de Estados Unidos dio una victoria tras otra a Donald Trump   ,.

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El año en el que el Supremo de Estados Unidos dio una victoria tras otra a Donald Trump  , fotos,.

El año en el que el Supremo de Estados Unidos dio una victoria tras otra a Donald Trump,.

Además de ahondar en su revolución conservadora, el alto tribunal actuó de emergencia en el curso que termina en 19 ocasiones ante peticiones del Gobierno,.

 Supreme Court

 Foto de grupo de la actual composición del Supremo estadounidense. Sentados, desde la izquierda, Sonia Sotomayor, Clarence Thomas, el presidente, John Roberts, Jr., Samuel A. Alito, Jr. y Elena Kagan. De pie: Amy Coney Barrett, Neil M. Gorsuch, Brett M. Kavanaugh y la última en entrar, Ketanji Brown Jackson,.

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(Desayuno)

El Tribunal Supremo clausuró el viernes pasado un curso judicial victorioso para Donald Trump del mismo modo que lo hizo con el anterior en julio de 2024: dando más poder al presidente, y con él, a la institución que el republicano representa. 

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(Cena )

Si entonces sus nueve magistrados decidieron ampliar la inmunidad de Trump en el desempeño de su cargo —concretamente, en las decisiones que tomó en los meses que condujeron al asalto al Capitolio—, algo que allanó su camino de vuelta a la Casa Blanca, hace unos días, recortaron el poder de los jueces federales para oponerse a la agenda de un Ejecutivo en plena expansión. Ya no podrán dictar suspensiones cautelares que paren los efectos de las órdenes de Trump en todo el país mientras los tribunales decidan, un tiempo que puede prolongarse durante meses o años.

Ambas sentencias se resolvieron del mismo modo: con seis votos a favor, los de los jueces conservadores del Supremo, y tres en contra, los de las liberales. Una de las últimas cosas que hizo Trump antes de perder las elecciones de 2020 frente a Joe Biden fue nombrar a la carrera a la sustituta de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida en septiembre. Eso desequilibró la composición del alto tribunal y permitió al republicano dejar una huella que se sentirá durante décadas, dado que los cargos del Supremo son vitalicios.

Además de esa última designada, Amy Coney Barrett, que fue la que firmó el fallo que acaba con el poder de los jueces inferiores de oponerse a la agenda presidencial, Trump logró colocar a otros dos magistrados: Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh. Gracias a esa inflación de nombramientos en un solo mandato, el Supremo tiene una supermayoría conservadora inédita desde los años treinta.

El curso que ahora termina era el primero de este tribunal con Trump en la Casa Blanca, y la labor de sus magistrados se ha visto definida tanto por ese hecho como por la impaciencia del presidente de Estados Unidos, al que han concedido un triunfo tras otro en asuntos planteados de urgencia por su Administración; entre ellos, el que estudiaba si los jueces federales se habían excedido en sus poderes al parar la aplicación de un decreto firmado en el primer día de Trump en el Despacho Oval. Con él, el presidente pretendía poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento de los hijos de inmigrantes indocumentados.

El Supremo no entró en el fondo del asunto (la constitucionalidad de atacar un derecho reconocido por la Decimocuarta Enmienda), pero sí emitió un fallo de enorme calado, que, según Paul Collins, profesor de Derecho de la Universidad de Massachusetts y experto en la politización del alto tribunal, “altera el equilibrio de poderes en la democracia estadounidense”.

Gobernar a golpe de decreto

En total, la Administración de Trump ha pedido en sus primeros cinco meses que el Supremo actúe de urgencia 19 veces, las mismas que lo hizo la de Biden en cuatro años. Eso se explica porque el actual presidente está batiendo récords de gobernar a golpe de poder ejecutivo: ha firmado 165 decretos, 45 memorandos y 70 proclamaciones presidenciales. También, porque la principal resistencia a su agresiva agenda ha estado hasta ahora en los tribunales inferiores, que han admitido a trámite más de 300 demandas contra la Administración de Trump en este tiempo.

Esas 19 resoluciones del Supremo han servido para revertir suspensiones cautelares de medidas que despojan a los inmigrantes de sus derechos o que permiten deportarlos sin la intervención judicial o a terceros países, como Sudán; que autorizan al ejército a expulsar a militares trans; o que desprotegen a los funcionarios frente a esa motosierra del gasto público llamada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

Protesta contra los jueces conservadores del Supremo, la semana pasada, ante su sede en Washington.

Las resoluciones de emergencia no gozan de buena fama entre los juristas: sus críticos se refieren a ellas como “expedientes en la sombra” (shadow dockets). Suelen implicar escasa deliberación y a menudo no incorporan argumentación o vienen sin firmar. Son, en teoría, temporales (no siempre en la práctica). Este curso han crecido exponencialmente (de las 44 del año pasado a las 113 de este).

Los “expedientes de mérito” (merit dockets) son los casos estudiados sin prisa (46 esta temporada que ahora acaba). Acostumbran a estar previstos desde el principio. Se discuten en una vista oral en la sede del Supremo en Washington y esta deja paso a un debate de meses en el que los magistrados tienen tiempo para escribir sus opiniones, mayoritarias y particulares. En esos expedientes, el Supremo ha confirmado este año su decisión de ahondar en la revolución conservadora que se inició con la entrada de Barrett en 2020 y que tuvo su ejemplo más sonado en la derogación del derecho al aborto a nivel federal dos años después.

Lo han hecho con sentencias como la que permite a los padres vetar en los colegios de sus hijos libros de temáticas LGTBIQ+ (un fallo que se resolvió el pasado viernes con un 6-3), la que autoriza a los Estados exigir la verificación de edad para el acceso al porno (también el viernes, 6-3) o la que les permite a los Estados vetar los tratamientos de género a los menores trans (la semana pasada y, de nuevo, 6-3).

Pese al enfrentamiento ideológico evidente en el seno del Supremo, también ha habido casos decididos por unanimidad. Tres ejemplos: el que rechaza la demanda de México a los fabricantes de armas en Estados Unidos por enriquecerse con el tráfico ilegal; aquel en el que dieron el permiso de seguir litigando a una mujer blanca heterosexual que se sintió discriminada en su trabajo frente a dos personas homosexuales; o uno en el que avalaron la prohibición de TikTok en Estados Unidos (no sirvió de nada; Trump permitió a la compañía china seguir operando hasta hoy).

El viernes pasado, último día del curso, empezaron las largas vacaciones de los magistrados, que no tienen que volver al trabajo hasta octubre. Será otro curso trascendental, el quinto con supermayoría conservadora. Pam Bondi, fiscal general, aventuró en una conferencia de prensa el viernes pasado que será también el año en el que el Supremo decida sobre el derecho a la ciudadanía por nacimiento.

Si Bondi está en lo cierto, se tratará, sin duda, de uno de los casos más sonados. Entre los que ya están previstos para 2025-2026 hay otros dos que también darán que hablar. En uno, el Supremo podría cambiar las reglas de la financiación electoral y acabar con ciertos topes al dinero que entra en las campañas, una vieja aspiración republicana. La participación de mujeres trans en el deporte femenino será otro de esos polémicos asuntos que protagonizarán el curso.

El alto tribunal tiene tres peticiones en torno a ese controvertido asunto. Y esa “podría ser la escaramuza en la guerra cultural [que se vive en Estados Unidos] de mayor perfil desde el caso” que tumbó el aborto, según escribe el abogado John Elwood en la web SCOTUSblog. Después de todo, es otra de las obsesiones de Trump. Las apuestas sobre si esta vez el Supremo le dará una nueva victoria están abiertas. 

 

TITULO:   EL PAPEL HIGIENICO ROJO -  EL D.N.I. - Trump gana el pulso a la cadena CBS por una entrevista a Kamala Harris en campaña ,.

 EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -  Trump gana el pulso a la cadena CBS por una entrevista a Kamala Harris en campaña ,fotos,.

Trump gana el pulso a la cadena CBS por una entrevista a Kamala Harris en campaña,.

El presidente, que recibirá 16 millones de dólares de Paramount, la propietaria de la televisión, acusaba al programa ‘60 Minutes’ de manipular una respuesta para beneficiar a los demócratas,.

Paramount siempre negó las acusaciones de manipulación. Trump llegó a decir, a mediados de junio en la Casa Blanca, que la respuesta de Harris fue “horrible”: “Yo diría que incluso una amenaza para las elecciones. Su respuesta puso en peligro las elecciones, fue incompetente”. Pero el daño estaba hecho.

Sede de la Paramount en Hollywood, en 2022.

Como candidato, el neoyorquino exigió a la cadena nada menos que 10.000 millones de dólares. Cuando llegó a la Casa Blanca, la guerra se recrudeció: decidió redoblar la apuesta y exigir 20.000. Y todo por una demanda que, como han denunciado periodistas, editores, responsables de la cadena y asociaciones independientes de medios, no tiene fundamento. Tanto los abogados expertos consultados por The New York Times como por Los Angeles Times afirman que no tiene base: no había mentiras ni imprecisiones, simplemente, una edición de vídeo y una manera u otra de ofrecer la información y de escoger lo más importante. Pero el equipo del presidente llegó a afirmar que dicha edición le causaba al mandatario, literalmente, “angustia mental”.

 

Ahora, el acuerdo alcanzado —a través de un mediador con el que las dos partes llevan sentadas dos meses— es de 16 millones de dólares, además de las tasas y costos. No será Trump quien los gane: irán destinados a su biblioteca presidencial, aun por construir. Además, como parte del pacto, Paramount ha acordado publicar las transcripciones de las entrevistas que el programa 60 Minutes realice a candidatos presidenciales, una vez emitidas. Eso sí: pese a la presión, en algo han ganado los periodistas, que se han negado a ofrecer una disculpa. El acuerdo no la incluye.

 

Una fusión de 8.000 millones de dólares

Pero el embrollo no queda ahí, porque Paramount, con unas deudas de 400 millones de dólares, está en pleno proceso de venta. De hecho, tiene comprador: otra gran empresa audiovisual, Skydance, que está dispuesta a pagar 8.000 millones de dólares por el conglomerado. La principal accionista de Paramount, la heredera y empresaria Shari Redstone, y su familia (que controla el 77% de las acciones) están deseando venderla; de hecho, ella misma se ha pronunciado muy a favor de que CBS y 60 Minutes llegaran a un acuerdo que no pusiera en peligro los escasos activos de la empresa.

Larry Ellison y David Ellison, en Los Ángeles.

También el otro lado, los Ellison, dueños de Skydance —a su vez productora de las últimas entregas de las películas Misión: Imposible y Top Gun, y de series de acción como Jack Ryan, Cross o Reacher—, reman a favor del acuerdo. Sería David Ellison, otro heredero, en este caso el del magnate Larry Ellison, cofundador y antiguo director ejecutivo de la tecnológica Oracle, además de apoyo constante de Trump. Productor y antiguo actor, David está deseoso de hacerse un nombre en la industria del entretenimiento, y sería el encargado de ponerse a los mandos de Paramount y de sus centenarios estudios en la avenida Melrose, en el corazón de Los Ángeles, así como de la nueva megacompañía que surgiría de unir ambas. Eso sí, se esperan despidos.

Pero para que esa unión llegue a buen puerto, hay otro elemento más: tiene que ser aprobada por la Comisión Federal de las Comunicaciones, o FCC, por sus siglas en inglés. Y el responsable de la misma es Brendan Carr, un abogado especializado en telecomunicaciones, favorito de Elon Musk y que también fue nombrado por Trump para ese puesto. En enero, Carr exigió que CBS mostrara el metraje completo de la entrevista de Kamala Harris. No había ninguna manipulación en él. En una entrevista con CNBC en mayo, Carr afirmó que la demanda del presidente no estaría vinculada con el destino final de la fusión entre Paramount y Skydance. “No está siendo largo”, afirmó sobre la toma de decisiones sobre esa unión, que lleva casi un año sobre la mesa, y asegurando que había muchos procesos abiertos y pendientes para la FCC.

Para que la propuesta llegue a término y no acabe por causar una catástrofe financiera para Paramount, la unión de ambas empresas debería cerrarse en octubre, como muy tarde. Con ello, Skydance tendría que inyectar cientos de millones para cubrir la deuda de la histórica compañía, pero pasaría a tener el control de CBS, así como de canales como Comedy Central y el infantil Nickelodeon. Y los Redstone, con Shari enferma de cáncer de tiroides desde primavera y en tratamiento, se quitarían un peso de encima.

Sin embargo, por el camino han perdido parte de la credibilidad de su cadena más prestigiosa. En abril su muy conocido productor, Bill Owens, dijo adiós. Después, uno de sus reporteros veteranos, Scott Pelley, informó a los espectadores de que el programa estaba bajo supervisión de la central para obtener la aprobación necesaria para la ansiada venta de Paramount: “Nuestras historias no han sido bloqueadas, pero Bill siente que ha perdido la independencia que el periodismo honesto necesita”. También afirmó que cualquier acuerdo sería “muy dañino para CBS, para Paramount, para la reputación de las empresas”. En mayo, dimitió bajo presiones la responsable de noticias de CBS, Wendy McMahon, que aseguró marcharse al “tener claro” que ella y la empresa no iban “por el mismo camino”.

La asociación sin ánimo de lucro Freedom of the Press Foundation (Fundación para la Libertad de Prensa) denunció que Paramount estaba cediendo libertades de la Primera Enmienda de la Constitución de EE UU, que asegura la libertad de prensa y expresión, y ya ha amenazado con demandar a la major si pactaba con Trump.

Hasta George Clooney se ha enfrentado a Trump por esta demanda. Pero la cuestión ha llegado hasta el Congreso, porque hay tres senadores demócratas que le han advertido a Shari Redstone de que, dependiendo del pacto al que llegaran con Trump y de las cantidades, podrían llegar a demandarles por soborno, por ponerle en bandeja al presidente que diera su visto bueno para la aprobación por parte de la FCC.

Con estos 16 millones, el fondo para la futura biblioteca presidencial de Trump va engordando a base de los medios de comunicación. El pasado diciembre, la cadena ABC acordó pagar 15 al presidente por una demanda de difamación. Fue por unas declaraciones que uno de sus presentadores estrella, George Stephanopoulos, realizó sobre Trump y el caso de abuso sexual y difamación por el que fue condenado a pagarle cinco millones de dólares a la escritora E. Jean Carroll. Entonces, ABC tuvo que realizar una disculpa pública. Aquí, sus periodistas podrán mantener su clamoroso silencio contra el presidente.

 

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Donde comen dos -  Sardinas Cuca - Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas» ,.    fotos,.

 Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas» ,.

Las recetas caseras de la panadería La Nueva seguirán endulzando los paladares de los vecinos de Toral de los Guzmanes gracias a la llegada de un joven marroquí,.

 Imagen principal - Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas»

Hace tres años la panadería de Tomás echaba la trapa sin ningún atisbo de volver a endulzar los paladares de los vecinos de Toral de los Guzmanes. El olor a pan recién hecho, a pastas, a 

 Sardinas picantes | Conservas Cuca

anís, las manchas de harina y los madrugones llegaban a su fin un 31 de diciembre. La Nueva cerraba después de más de 70 años horneando pan, primero de la mano de su padre y después junto a su hermano Arcadio.

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Los hermanos Ámez fueron los panaderos del pueblo hasta su jubilación, en una profesión que no entiende de horarios, ni de fiestas, ni de vacaciones, porque el pan se come todos los días: «Yo empezaba a las tres de la mañana, terminábamos de hacer el pan y a las ocho ya salía un furgón con pan y luego yo a las nueve salía para Valencia, Villademor o San Millán porque los que estábamos en la panadería salíamos también a repartir» recuerda Tomás Ámez, panadero, ya jubilado, de Toral de los Guzmanes.

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No bajaban de las 700 al día llegando hasta las 1.200 un domingo entre barras normales, chapatas, bregados, tortas, integrales o sin sal. Un sinfín de variedades que, con el cierre inesperado, dejaban casi huérfanos a toda una comarca.

Años de sacrificio, esfuerzo y trabajo constante de Tomás, su hermano, su mujer y su cuñada que llegaron a su fin con la tristeza de no encontrar un relevo a un negocio que tantas alegrías les había dado. Pero, el destino les tenía preparada una sorpresa.

«Un 31 de diciembre dejé de hacer pan y la puse a traspasar. No preguntaron por ella hasta este último año que han venido a verla cuatro», comenta Ámez, pero el local, en el que habían llegado a trabajar hasta ocho personas, era demasiado grande para todos: «Hasta que vino el amigo este, se atrevió y por lo que le veo tiene muchas ganas, está cogiendo clientes y el pan lo está haciendo, por no decir igual, a lo mejor hasta mejor que yo», comenta entre risas.

Y con «este», Tomás se refiere a Imad Niya, que se ponía en contacto con él y en menos de 15 días ya tenían un acuerdo cerrado. La Nueva volvía así a encender un horno en una singular permuta multicultural donde el aprendizaje y la solidaridad fueron fundamentales: «Si nos necesita, tanto a mí como a mi hermano, venimos y le echamos una mano si tiene algún problema con alguna máquina o algún cliente», explica Tomás.

Una ayuda que no sólo se ha quedado en asuntos meramente laborales sino que ha ido más allá proporcionándoles a Imad y a su mujer las recetas de todos los dulces que se vendían en La Nueva antes de que Tomás apagara los hornos: «El tema de la repostería lo ha cogido su mujer y él hace las empanadas, que las hace riquísimas, y su mujer hace las pastas y las palmeras muy bien. No se distingue de las que hacíamos nosotros a las de ahora», comenta Ámez.

«Tomás es muy buena persona. Nos han ayudado mucho tanto él como su hermano y su cuñada. Nos han enseñado a hacer pastas caseras, rosquillas o magdalenas con su receta» explica Imad, un joven marroquí de 32 años que hace 10 decidió poner rumbo a España para ganarse la vida. Llegó solo y ahora vive con su mujer y su hija de 14 meses en Toral de los Guzmanes, un pueblo al que llegó después de haber vivido en Logroño, Zamora y Palencia.

  Imad posa con una variedad de empanadas.
 
Imad posa con una variedad de empanadas. 

«En Marruecos trabajé de mucho de panadero y aquí en España también, pero quería empezar un negocio mío», comenta el joven que llegó a Toral un 23 de mayo de 2025 después de ver en internet el anuncio del traspaso de la panadería de Tomás y su conexión fue inmediata: «No lo dudó, vino, lo vió, le gustó y dijo que sí. En 15 días lo teníamos hecho», recuerda Tomás.

Ahora, junto a su mujer, regenta la panadería con la responsabilidad de volver a hacer que el olor a pan recién hecho vuelva a colarse por las ventanas de los vecinos de Toral: «Se empieza primero con el pan, después las empanadas, la bollería y después a hacer los pedidos con la furgoneta hacia Valencia de Don Juan, tiendas, bares, restaurantes y a las diez se abre la tienda», comenta con ilusión Imad.

Ganas e ilusión no les faltan como tampoco lo hacen Tomás y su familia dándoles el espaldarazo que necesitaban para ganarse a todo un pueblo en poco más de un mes: «El estigma social está ahí pero se está ganando la confianza de la gente y no va a tener ningún problema. Se les ve con ganas, ilusión y más no se les puede pedir con una panadería que estaba cerrada desde hacía tres años y lo que están haciendo, que están haciendo ya 200 barras más los molletes y el resto, más no se les puede pedir», comenta orgulloso Ámez.

 Tomás y Imad detrás del mostrador de la panadería.

Tomás y Imad detrás del mostrador de la panadería. 

«Nadie en el pueblo me ha dicho algo malo del pan, me han dicho que está todo muy bueno. Se puede comer el pan de hoy, mañana» explica Imad que ya se plantea el introducir productos procedentes de Marruecos: «Sí, voy a meter, pero ahora todavía no porque tenemos mucho jaleo con la mujer que es la que sabe hacerlo, pero para más adelante lo voy a hacer».

Un relevo generacional que, aunque no sea consanguíneo, comparte un corazón con mucha miga.

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