domingo, 20 de julio de 2025

MAS VALE TARDE LA SEXTA - BICICLETA - La lotería - Cruz Roja - La loteria jueves - LA NOCHE ABIERTA - Ciclismo - Evenepoel vuela en la crono y Pogacar se viste de amarillo tras la quinta etapa del Tour de Francia ,. / Hora Punta, el programa de TVE de Javier Cárdenas - El tribunal de Estrasburgo responsabiliza a Rusia del derribo del avión que sobrevolaba Ucrania y causó la muerte de 298 personas en 2014,.

 

 TITULO:  MAS VALE TARDE LA SEXTA - BICICLETA - La lotería - Cruz Roja - La loteria jueves   -   LA NOCHE ABIERTA  - Ciclismo - Evenepoel vuela en la crono y Pogacar se viste de amarillo tras la quinta etapa del Tour de Francia,.  

MAS VALE TARDE LA SEXTA - BICICLETA - La lotería - Cruz Roja - La loteria jueves - LA NOCHE ABIERTA -   Ciclismo -  Evenepoel vuela en la crono y Pogacar se viste de amarillo tras la quinta etapa del Tour de Francia ,. fotos,.

 LA NOCHE ABIERTA ,.

Resultat d'imatges de la noche abierta 

Progroma presentado por Pedro Ruiz, entrevistas por La 2 los martes a las 22:30, un gran espacio de música, foto , etc.

 

Evenepoel vuela en la crono y Pogacar se viste de amarillo tras la quinta etapa del Tour de Francia,.

 Evenepoel  tour de Francia

 El ciclista belga Remco Evenepoel (Soudal Quick-Step) en la contrarreloj de la quinta etapa del Tour de Francia.

 

El belga ha impuesto su condición de campeón del mundo, aventajando por 16 segundos al esloveno un día en el que Vingegaard pierde más de un minuto,.

 

Pavarotti cantaba como comía o como respiraba, que como si fuera lo más fácil del mundo, abría la boca y de ahí salía un chorro de voz modulado, y hasta las piedras se derretían como hechas de mantequilla. Así, dicen, son los cracks, talento imposible, un don llamado vatios que fluyen y se manifiestan de forma natural en las pedaladas de Remco Evenepoel en una contrarreloj, el arte más alto del ciclismo, el corredor solo con su cabeza y sus piernas, un casco dorado olímpico con visera de astronauta, un mono arcoíris de campeón del mundo del reloj, y una carretera que devora contra el viento y a favor del viento a 54 por hora. Se clava en el sillín, deja caer los brazos en el manillar, extiende el tronco, se dobla por la bisagra de la pelvis y ahí se queda, fijo, y, como si fueran las de un autómata, las piernas se mueven autónomas, sin aire de esfuerzo aparente en su ligereza y fuerza, y a su alrededor el viento gira. Todos se quitan el sombrero a su paso, como si fuera un emperador, y lo es, y pasa volando, un ovillo que se ríe del aire en su bici dorada. 

 

Gana la contrarreloj, of course, el niño prodigio belga, y está feliz, pero no del todo, porque no logra el maillot amarillo a juego con el dorado que rodea su vida, el dorado brillante que ofende a los ojos —qué brillo de baratillo, comparable al de la estatua de Juana de Arco de la plaza de al lado del canal— de su rodillo único en el que calienta antes de empezar ante un ventilador con humidificador incorporado. No tanto por lo menos como Tadej Pogacar, de lunares de payaso vestido, que terminado el día que más temía, 33 kilómetros en una disciplina en la que siente que no controla todos los resortes, hace cuentas y ve sorprendido que solo ha perdido 17s con el campeón olímpico y del mundo, “el mejor contrarrelojista, seguro”, lo alaba, y se ve vestido de amarillo, y ve a Jonas Vingegaard inexplicablemente lejos, a más de un minuto en la distancia.

“Esperaba que Remco me metiera más segundos”, dice Pogacar, líder por 42s sobre el olímpico, que recuerda que hace un mes, en la Dauphiné, el belga le sumergió en una crisis de confianza cuando le aventajó en 49s en una contrarreloj de 17 kilómetros.

Todo esto ocurre en Caen el quinto día del Tour, aún, y aire de juicio final, ciclistas al galope todo el día por calles que solo se sombrean cuando la tarde declina y junto a un hipódromo donde los caballos compiten a la normanda, controlando el trote, y el jinete va en carroza, como le gustaría ir, quizás, a Vingegaard triste que nada más comenzar empieza a recibir broncas por el pinganillo que suenan feroces aunque el que las lanza, Grischa Niermann, intenta modular su voz Órdenes: “¡Encuentra el ritmo! ¡Baja la cabeza! Dalo todo! ¡Te juegas el Tour!” Y el mundo se derrumba a su alrededor. Todos los cálculos se deshacen. Quedan solos el ciclista y su miedo. Niños que se empeñan en un destino más fuerte que sus fuerzas. La soledad.

La contrarreloj es una exhibición de tecnología y de flaquezas que no pueden esconderse. Los cascos brillan, las bicis son navajas que cortan el viento, los calcetines están medidos al milímetro y los vórtices que giran en sus ranuras matan las turbulencias. Todo está medido. En los boxes de salida, los directores están a un lado, divagando, organizando los coches; los fisiólogos a otro, ordenadores y análisis, y una app de meteorología mil veces refrescada al segundo. En los rodillos, sudan sus chicos. Todos saben traducir los vatios en kilómetros por hora. Todos saben lo que va a pasar, tan exacta es ya la ciencia. Solo Evenepoel llegará a 54 por hora, anuncia un sabio de los vatios la víspera. Lo clava. Todos ven la confirmación del dato no como un portento del belga, sino como una consecuencia inevitable de las leyes de la física. Pero a todos sorprende y descoloca, lo inesperado, que viven como una tragedia. Remco, lógico, recuerda que

“Ya vimos después de unos kilómetros que ya le sacaba Remco 8s, y siguió perdiendo tiempo toda la contrarreloj [y terminó perdiendo 1m 21s, 13ª clasificado, quién lo iba a pensar viendo su exuberancia, agresividad y potencia en las peleas menores de las cuestas de Ruán y Boulogne]. Perdió tiempo en todos los tramos de la contrarreloj. Aún no he hablado con él, pero, por supuesto, esperábamos más”.

El momento más triste de Pogacar en las 110 etapas de Tour que ha disputado, lo vivió en la contrarreloj de Combloux, en la que Jonas le asestó un golpe de 1m 38s en poco más de 20 kilómetros. Allí perdió el Tour del 23. El Tour del 25, que tendrá aún otra contrarreloj, la cronoescalada de Peyragudes, es también para él el Tour de la redención. Salió fortalecido de la contrarreloj, le esperan lugares cuyo recuerdo aún perturba el placer de la memoria, los lugares de Vingegaard: Hautacam, Ventoux, la Loze… La ruta que rehará. Fuerte y confiado, con tres de los cuatro maillots distintivos —amarillo, verde t lunares, en su bolsa, para el blanco ya es viejo— y unos dorsales adhesivos con el número uno que se negará a despegar cuando eche a la lavadora su maillot amarillo. Y si el pegamento se deshace y no resiste los 16 días de Tour que quedan, siempre se los clavará su Joseba Elguezabal con imperdibles, que le gustan casi más al niño de Eslovenia, imberbe y feliz.

TITULO: Hora Punta, el programa de TVE de Javier Cárdenas - El tribunal de Estrasburgo responsabiliza a Rusia del derribo del avión que sobrevolaba Ucrania y causó la muerte de 298 personas en 2014,.

El tribunal de Estrasburgo responsabiliza a Rusia del derribo del avión que sobrevolaba Ucrania y causó la muerte de 298 personas en 2014,.

El organismo acusa a Moscú de múltiples violaciones de derechos humanos en Ucrania y sostiene que la ofensiva del Kremlin amenaza “la coexistencia pacífica” en toda Europa,.

 Familiares de víctimas del derribo del vuelo MH17 en 2014, ante la sede del TEDH, que este miércoles ha considerado a Rusia culpable de aquel siniestro.

foto - Familiares de víctimas del derribo del vuelo MH17 en 2014, ante la sede del TEDH, que este miércoles ha considerado a Rusia culpable de aquel siniestro. 

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha declarado este miércoles a Rusia culpable de violaciones de derechos humanos “generalizadas y flagrantes” a partir de 2014 en Ucrania: desde asesinatos extrajudiciales de soldados y civiles a torturas, desplazamientos forzosos de civiles y secuestro de menores. Los jueces instan a Moscú a iniciar de inmediato mecanismos para devolver “sin demora” a todas las personas que mantiene retenidas, especialmente los niños. Además, consideran al Estado ruso responsable del derribo del avión de Malaysian Airlines MH17 en julio de 2014, en el que murieron 298 personas.

“El Estado demandado debe liberar o devolver de manera segura y sin demora a todas las personas privadas de libertad en territorio ucranio bajo ocupación por Rusia y las fuerzas controladas por Rusia antes del 16 de septiembre de 2022 y que todavía están bajo custodia de las autoridades rusas”, ha decretado el TEDH. De igual modo, emplaza a Moscú a “cooperar sin demora” para la creación de un mecanismo internacional e independiente que permita “la identificación de todos los niños transferidos desde Ucrania a Rusia y a territorio controlado por Rusia antes del 16 de septiembre de 2022”.

Además, Rusia debe permitir la “reanudación del contacto” entre los menores secuestrados y sus familiares supervivientes o custodios legales y trabajar para la “reunificación segura” con los mismos, reclaman los magistrados, que subrayan la gravedad de unas acciones sin precedentes en las últimas décadas y sostienen que estas amenazan la paz en Europa.

“Los acontecimientos en Ucrania no tienen precedentes en la historia del Consejo de Europa”, fundado en 1949, señalan los jueces en su fallo. “La naturaleza y magnitud de la violencia, así como las ominosas declaraciones sobre la condición de Estado de Ucrania, su independencia y su propio derecho a existir, representan una amenaza para la coexistencia pacífica que Europa ha dado por sentada desde hace mucho tiempo”, advierten los magistrados, que lamentan el “flagrante desprecio por el Estado de derecho” que muestra Moscú con unas acciones que “pretenden socavar el tejido mismo de la democracia”.

La decisión ha sido tomada de forma unánime por la Gran Cámara del tribunal de Estrasburgo, compuesta por 17 magistrados. El TEDH había decidido unificar varias demandas contra Rusia presentadas por Ucrania y Países Bajos, de donde procedían la mayor parte de los pasajeros fallecidos en el vuelo de Malaysian Airlines que viajaba desde Ámsterdam a Kuala Lumpur cuando, al sobrevolar Ucrania, fue abatido por un misil tierra-aire ruso en julio de 2014. Aunque Moscú fue excluido del Consejo de Europa —del que depende el TEDH— el 16 de marzo de 2022, poco después de la invasión a gran escala de Ucrania, los jueces de Estrasburgo todavía examinan casos previos a esa fecha, incluidos los de estas demandas que datan de 2014, 2020 e incluso de comienzos de 2022.

En las dos sentencias emitidas este miércoles, los jueces consideran probado que se han producido “prácticas administrativas”, es decir, ordenadas por el Estado ruso, para perpetrar “asesinatos extrajudiciales de civiles y de militar personal ucranio fuera de combate”, así como “torturas y trato degradante e inhumano”. Rusia también es responsable de prácticas de “trabajo forzado”; detenciones “ilegales y arbitrarias” de civiles; “destrucción, saqueo y expropiación de propiedades de civiles y empresas”; “intimidación, acoso y persecución” de grupos religiosos; y “traslado y desplazamiento” de civiles, entre otros.

Los jueces consideran probadas las acusaciones de secuestro y traslado a Rusia de menores desde Ucrania y, “en muchos casos”, de la “adopción” rusa de niños ucranios, más allá de “suprimir la lengua ucrania” e imponer el “adoctrinamiento en la educación”. Todo ello implica múltiples violaciones del Convenio Europeo de Derechos Humanos, especialmente del artículo 2 sobre el derecho a la vida y los relativos a la prohibición de la tortura, respeto a la vida y a la libertad de pensamiento.

El TEDH también ha considerado, de manera unánime, que Rusia violó los derechos consagrados en el Convenio con el derribo del avión MH17 en 2014. Aunque una investigación de la ONU ya decretó, el pasado mayo, la responsabilidad de Rusia en el siniestro de ese vuelo de Malaysia Airlines, el fallo de este miércoles en Estrasburgo supone la primera decisión condenatoria de carácter judicial. Pero, dado que Rusia ya no forma parte del sistema del Consejo de Europa, su valor es sobre todo simbólico, especialmente para las familias que llevan más de una década reclamando justicia.

 

El primer ministro en funciones neerlandés, Dick Schoof, ha calificado este miércoles el fallo del tribunal de “un paso importante hacia la justicia”. El titular de Asuntos Exteriores, Caspar Veldkamp, ha dicho: “No es que Putin vaya a admitir mañana todo lo que se ha hecho mal aquí, pero es importante que los jueces europeos, de forma unánime, determinen ahora que Rusia es responsable”.

La causa por el derribo del vuelo civil se inició en enero de 2022, siete años y medio después de la catástrofe, cuando Países Bajos, que perdió a 196 de sus ciudadanos en esa catástrofe aérea, acusó a Rusia ante el tribunal de Estrasburgo de haber violado el Convenio Europeo de Derechos Humanos por su participación en el derribo del MH17. La demanda señalaba el suministro ruso del misil lanzado contra el avión de pasajeros, y el hecho de haber dirigido las fuerzas armadas que lo utilizaron.

Moscú se negó a cooperar en la investigación internacional y difundió información falsa sobre las causas de lo ocurrido. La denuncia ante el TEDH era también una forma de apoyar a los familiares de las víctimas por el dolor añadido derivado de la obstrucción rusa, algo reconocido ahora por los jueces en su sentencia. El trauma fue nacional para los neerlandeses, y las familias directamente afectadas querían que se reconociera que fue Rusia la responsable de la muerte de casi 300 personas inocentes.

El pasado mayo, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), una agencia especializada de Naciones Unidas, ya consideró a Rusia culpable del derribo del MH17. El caso fue presentado por Países Bajos y Australia, los dos países, de un total de diez, de donde procedían la mayoría de las víctimas. Las conclusiones de la OACI allanaron el camino para exigir una indemnización a Rusia. En esta ocasión, el caso se basó en la violación del Convenio de Chicago (1944), que actualizó las normas de la aviación casi al final de la Segunda Guerra Mundial acordando la prohibición del uso de armas contra vuelos civiles.

El juicio de Estrasburgo viene precedido de las conclusiones, publicadas en 2023, de un equipo conjunto de investigadores de Países Bajos, Australia, Bélgica, Malasia y Ucrania sobre la participación rusa. Según estos expertos, el presidente ruso, Vladímir Putin, autorizó personalmente la entrega de sistemas de defensa aérea a los separatistas ucranios. El armamento incluía el misil Buk que derribó el avión, aunque la inmunidad presidencial impide juzgarlo por ahora.

Un año antes, la justicia de Países Bajos había condenado a cadena perpetua a tres de los cuatro acusados de haber participado en la operación. Un cuarto cómplice fue absuelto. Se trata de los ciudadanos rusos Igor Girkin y Sergei Dubinski, y el ucranio Leonid Jarchenko. El ruso Oleg Pulatov fue exonerado.

En el momento de los hechos, Girkin era ministro de defensa de la República Popular de Donetsk, en territorio de Ucrania, y mantenía contacto con Rusia. Dubisnki era el jefe del servicio de inteligencia en Donetsk, y su adjunto, Pulatov, coordinaba al grupo rebelde de la zona. Jarchenko comandaba a los combatientes rebeldes. El tribunal neerlandés puso el énfasis en determinar que se derribó un avión de forma intencionada. Los cuatro fueron sentenciados en rebeldía, ya que Rusia se niega a extraditarlos.

Marieke de Hoon, experta en Derecho Penal Internacional de la universidad de Ámsterdam, ha señalado en las redes sociales la importancia de que Estrasburgo reconozca como “sufrimiento adicional de las víctimas” el hecho de que “Rusia no haya cooperado” y también que “haya generado pruebas falsas”.

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