La laguna de las Encantás de Montijo: una romería para los que quieran pedir un deseo,.
Gracias a los esfuerzos de la archivera municipal, Antonia Gómez Quintana, y de estudiantes del pueblo, esta leyenda se ha recuperado como tradición, y cada año, al anochecer del 23 de junio, desde el centro de la población parte una auténtica romería laica que cumple con el ritual de portar hasta la laguna un vaso de agua
La mítica noche de San Juan, concretamente desde las doce de la noche del día 23 hasta el amanecer del 24 de junio, era la noche más corta y esperada del año por campesinos de toda Europa, incluidos los extremeños.
Publio Hurtado ya aseguraba en 1902 que en esa noche mágica “se abren de par en par las invisibles puertas de las grutas y palacios encantados, las reinas moras y
las infantas prisioneras de un ensalmo, que los habitan , salen de su
paseo anual suspirando por el tardío milagro de su redención; las gallinas y polluelos de vistoso plumaje, las vacas y cabritas de pelo plateado y cuernos de oro surgen del centro de la tierra a lucir sus preciados atavíos; las losas que ocultan los tesoros se remueven y dejan al descubierto las inapreciables riquezas que guardan a los rarísimos mortales predestinados a su hallazgo; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad; las salutíferas centuplican sus virtudes y el rocío de esta noche no sólo cura cien enfermedades, sino que hermosea y rejuvenece”.
Bien lo sabían nuestros abuelos y lo
intuimos nosotros, porque de un tiempo a esta parte hemos tenido el buen
seso de recuperar leyendas y mitos que a punto estuvieron de irse a
pique en la laguna del olvido.
Algo de esto es lo que ha pasado con la leyenda de “Las Encantás”, “Las Encantadas” o “Las tres damas”, como las conocen en Montijo. Allí, en el camino viejo de Barbaño (un antiguo cordel medieval y pastoril que enlazaba con la Cañada Real Soriana), ha resurgido de la nada, gracias a los vecinos, la legendaria y mítica “Laguna de Las Encantás”.
Cuenta la leyenda, escrita ya para la posteridad a la vera de sus aguas, que hace muchos años, en una noche de San Juan,
tres hermanas de nombre María contemplan las estrellas, que por alguna
extraña razón se muestran muy bajas, grandes y brillantes. Las jóvenes
se acercan, curiosas, a verlas reflejadas en las aguas verdes de la
laguna, y el encanto se produce de inmediato. Obedeciendo a un
irreprimible impulso, deciden bañarse en aquella laguna sin fondo, y se
lanzan a sus aguas para nunca más volver a salir a su superficie.
Desde entonces, duermen para siempre en el fondo de sus aguas, despertando solamente en la Noche de San Juan
para aquellos privilegiados que consigan llegar a la laguna con un vaso
de agua en la cabeza del que no hayan derramado ni una sola gota en
todo el camino. Afirman los más viejos del pueblo que si algún
afortunado lo consigue, las tres encantadas emergen de las aguas y
danzan para él, para después concederle un deseo.
Ahora, gracias a los esfuerzos de la archivera municipal, Antonia Gómez Quintana,
y de estudiantes del pueblo, esta leyenda se ha recuperado como
tradición, y cada año, al anochecer del 23 de junio, desde el centro de
la población parte una auténtica romería laica que cumple con el ritual
de portar hasta la laguna un vaso de agua (ya no es en la cabeza, sino
en la mano). Si el caminante consigue no derramar ni una sola gota hasta
llegar a la laguna, y siendo ya las 12 de la noche, vacia el vaso al
tiempo que formulan tres deseos, las encantadas se encargarán de
convertirlos en realidad.
Y algún deseo se habrán concedido las
encantadas a ellas mismas, porque hace solo unos años el humedal estaba
cegado por basura, escombros y desperdicios, maleza y arbustos secos.
Ahora, si tiene usted la suerte de acercarse al atardecer como lo
hicimos nosotros, podrán sentir el cimbreo de los juncos meciéndose en
el viento, el aleteo de un pato entre sus aguas, y allá, en el centro,
las ondas concéntricas que anuncian los suspiros liberados por las damas
encantadas del agua.
TITULO:RADIO ANTIGUA - TELEVISOR ANTIGUO - Entrevista a - Maestros espaderos,.
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Maestros espaderos,.
El concurso estadounidense 'Forjado a fuego', que en España emiten Historia y Mega, se ha instaurado en la parrilla con un buen número de fieles seguidores
«Esta arma mata» es la frase que más esperan los espaderos después de que el filipino Doug Marcaida haga las pruebas pertinentes sobre los muñecos de gel con sus hojas recién creadas. Marcaida es uno de los jueces de 'Forjado a fuego' (un programa original del canal Historia que emite los miércoles a las 22:55 horas nuevos episodios exclusivos y que actualmente también se puede ver en Mega), pero también hace las veces de contratista militar e instructor de uso de armas para policías; siempre para defenderse y nunca para atacar. También es un especialista en combate cuerpo a cuerpo, y diseñador de armas, de ahí su labor en el concurso. Prácticamente, una enciclopedia viviente en la evolución de las herramientas de guerra. De hecho, tal es su dominio que ni siquiera se le escapa la «navaja española».
El juez asiático lleva presente desde 2015, cuando se estrenó el programa. Cuatro herreros especializados compiten en la fabricación de armas blancas. Una especie de 'Masterchef', pero cuyo producto final es capaz de asestar golpes mortales. Los concursantes compiten en una serie de desafíos eliminatorios utilizando un almacén de herramientas, y todo a contrarreloj, como suele ocurrir en este tipo de 'talent shows'.
El filipino cuenta que empezó a diseñar armas «hace más de 25 años», que también se dedica a enseñar «cómo usarlas de la manera correcta» y, sobre todo, a «cómo defenderse con ellas». Confiesa que para él, «las espadas son hermosas», pero que «tampoco puedes llevar una siempre en la cintura». Por eso, el miembro del jurado reconoce que prefiere diseñar hojas más pequeñas, de las que «puedes llevar en casi cualquier sitio», incluso «en un bolso o un bolsillo».
El formato va ya por su quinta temporada, que cada vez cuentan con un mayor número de capítulos. De hecho, la primera solo contó con ocho entregas, mientras que la quinta consta de cuarenta. Una longevidad y unos resultados que no esperaba el propio filipino. «Lo que más me ha sorprendido es lo mucho que ven el programa las generaciones más jóvenes. Eso es algo que me encanta. Conozco a muchos padres que son fans de 'Forjado a fuego', y que lo ven con sus hijos, también con sus hijas. Un formato «maravilloso» que se ha hecho un hueco y que compite en una era liderada por los «aparatos electrónicos y los videojuegos», dice.
Ppor supuesto, todavía le impresionan más las cotas de éxito que ha alcanzado el programa también fuera de los Estados Unidos, incluido España, donde no es difícil encontrar seguidores. Menciona que es un formato que disfruta mucho, pero que, sin duda alguna, su parte favorita es la de la comprobación. «Al final del día, tienes que probarlo. Es como los concursos de cocina. Puede ser un plato muy bonito, pero a la hora de la verdad, tiene que estar bueno. La parte más emocionante es cuando puedo probar las armas y constatar que pueden matar», comenta.
Como contrapunto, y sabiendo por experiencia propia lo complicado que es la fabricación de armas, para Marcaida la parte más difícil es sin duda decirle al concursante que «su hoja ha perdido, que no es lo suficientemente buena». «Es muy duro oír esas palabras tras tantas horas de trabajo detrás».