Cuando el pasado viernes me levanté media hora más tarde de lo debido, a las siete, tuve el presentimiento de que todo iría mal . El paseo al perro fue apenas de tres compases de rumba pero con ritmo de gregoriano, se me cayó el móvil al subirme al coche al tratar de apagar la alarma que ahora si sonó al volumen correcto y una compañera borde cuando la llamo equivocadamente para avisar de que llego tarde, me contesta sabiendo perfectamente que era yo: "se ha equivocado"... y me cuelga el teléfono... Pensé:
- Vale, arrieros somos y en el camino nos veremos.
Tuve suerte con el aparcamiento y cuando empiezo a caminar los 800 metros que me separan de mi trabajo, noto que mi pie izquierdo tiene un sonido diferente contra el enlosado de granito de la ciudad; algo así como un foxtrop cojo... Tardo varios segundos en darme cuenta de que la suela está desprendida hasta el talón, intento mantener la dignidad no cojeando... ¿Alguien a las 8,10 de la mañana se fija en las personas con las que se cruza? Probablemente no. Todos vamos como zombis y es que si hay algo que se palpa, es la falta de ilusión y esta se nota cuando lo que haces no sirve para nada....
- ¡Uff, todo está resultando como pensé! ¡Menos mal que es viernes!
La mañana olía a limpio y por fin llego al portal. Un Santi sonriente como siempre me desea buenos dias. ¡Para que no se diga que no hay compañeros encantadores! Y además tiene un remedio para mi cojera: un buen tubo de pegamento instantáneo que me permite por fin levantar todo el pie sin temor.
- ¡Bueno, son las 8 y 20 y esto parece que va mejorando!
Los "Manolos" y la felicidad
La hora del café es perfecta para hacer una prospección por las zapaterías colindantes; debe haber por lo menos unas 8 y he aquí que ya cuando salgo de la tercera me tropiezo con la fila de los zapatos desahuciados, miro uno y ya casi paso de largo cuando la jovencita que atiende la tienda me comenta:
- "Sientan muy bien y son de..." (Y cita una marca que no conozco de nada, lo que tampoco tiene nada de particular). Cuando todas mis amigas querian comprarse unos "Manolos", a mi, como no me gustaba la serie de "Sexo en NY" y la Carry adicta a dicha marca, ni sabia de que hablaban.
Igualito que José, padre de una novia el verano pasado, un dia de lluvia, que cuando baja del coche y le da el brazo a su hija, esta compungida dice:
- "¡Ay mis Manolos!"
El padre la mira, y con cara de preocupación le dice:
- "Hija, te vas a casar con Pablo, ¿estás segura de lo que haces?".
En fin, que miro su cara y adivino que no ha habido demasiados clientes, me pruebo el zapato y... como por arte de magia me veo convertida en princesa de cuento. Me estaban esperando; hace dos años que me estaban esperando. Pago ¡diez! euros y siento que se han alejado las negras sombras...
Realmente la felicidad depende de cosas sencillas y lo que nos hace sentirnos bien es la sonrisa amable de un compañero que después de años de verte, sigue teniendo una sonrisa cuando llegas, aun cuando él llegue bastante antes y salga más tarde; de tener soluciones para problemas ridículos pero que nos complican la vida, porque ante los grandes, poco se puede hacer. Pero todo se agrava cuando nos encerramos en nosotros mismos y contestamos de malas maneras negándonos a hacer a los demás el menor favor, o cuando los problemas ridículos pasan a tener la entidad de grandes problemas. Recuerdo que la semana pasada una amiga me comenta que repitió un informe técnico cinco veces, una vez era porque a su jefe no le gustaba donde estaba la firma, otro faltaba un acento... En fin, asi hasta cinco veces, aunque el informe no varió, pero sí el aspecto pasó por varias correcciones.
- "Y si al menos lo corrigiera en el ordenador, no gastaba papel, pero quiere verlo impreso...".
Un respiro... Mirar la primera nube que pase
Sientes que el mundo está loco y sin solución. Otro amigo me llama por la noche y me dice: "Vivimos en una sociedad empeñada en complicarnos la vida y si no hay suficientes problemas, no te preocupes, el Gobierno se encargará cada viernes de complicarla un poco más. ¿Te has enterado del casco obligatorio para la bici? ¿Y del derecho de pernada de las eléctricas, refugio de nuestros politicos?" Pienso sobre la marcha: Vivimos en una sociedad que sí, que se ha endeudado a lo bestia para rescates millonarios, y sí o sí, tiene lo suficiente para que todos tengamos lo minimo para vivir dignamente.
Necesitamos un respiro, un par de zapatos de 10 euros que te sientan como a cenicienta. Y si no, tumbarnos en la arena de la playa o sobre la hierba en el campo. Mirar la primera nube que pase.
- No pienses, siente como el cielo te envuelve y la brisa te llena.
Hoy es un buen dia y mañana será mejor. Sólo necesitamos sacarnos de encima a la gente que nos la complica, llámese pareja, compañero de trabajo o políticos. No caigamos en la trampa de la resignación.
El accidente del tren o la inesperada muerte de una conocida empresaria tiene que servirnos para darnos cuenta de que lo importante realmente es que no sabemos si estaremos aquí en la próxima hora....Hacer lo que se debe hacer, sin importar las consecuencias, es una manera de esperar sin angustia el momento inevitable de nuestra partida.
TÍTULO; 113 MIRADAS A UN MUNDO EN MOVIMIENTO,.
Son imágenes que han dado la vuelta al mundo, a un mundo
en movimiento, permanentemente convulso y en donde se solapan todo tipo
de circunstancias y emociones. La Fundación Mercedes Calles-Carlos
Ballesteros de Cáceres ofrece hasta el próximo día 20 de octubre una
selección hecha con 113 imágenes. Las principales proceden del premio
Nacional de Fotoperiodismo 2012 y 2013, aunque también las hay del
premio World Press Photo y del Pulitzer de autores españoles y
extranjeros.
Las salas del Palacio de los Becerra se convierten en el
marco en el que van sucediéndose grandes trabajos fotoperiodísticos.
Imágenes que son muy elocuentes, que explican cosas sin palabras, solo a
través de miradas y momentos. A primer golpe de vista priman los
conflictos, pero si se dedica un tiempo se puede comprobar que en
realidad se plasma una enorme radiografía social. Hay autores como Manu
Brabo, que ganó el premio Pulitzer en 2012 por su foto sobre la guerra
de Siria. El inconsolable rostro de dolor de un padre con su hijo muerto
encima describe el dolor de la guerra en toda su crudeza.
Hay imágenes con su punto de comicidad, como la caida del
Rey Juan Carlos I que recogió Juan José Guillén, de la Agencia EFE.
Hayfotos de protestas callejeras, del movimiento 15-M o de la Plaza
Tahrir, protestas por los recortes en educación o en sanidad. La pobreza
se retrata en fotografías como 'Autovía de circunvalación', que logró
el premio Enrique Meneses y en la que puede contemplarse a un indigente
tendiendo la colada, en retrato de pura dignidad. Además del desamparo,
hay espacio también para plasmar la alegría. Fiestas populares como los
San Fermines, la última corrida de toros de la Monumental de Barcelona o
imágenes de deporte y superación llenan este paseo fotográfico. También
cuenta con retratos de personajes que fueron actualidad en los últimos
años como Mario Vargas Llosa, José Saramago, Mariano Rajoy, Stephane
Hessel, Santiago Carrillo, Sara Baras o Juan José Padilla.
Además, se incluyen los trabajos de dos fotógrafos
extremeños, ambos colaboradores del diario HOY, Armando Méndez, con la
procesión del Cristo Negro y Jorge Rey, con una instantánea de una
protesta contra la reforma laboral en Cáceres.
«Ganar guerras»
Esta exposición está organizada por la Asociación Nacional
de Informadores Gráficos y Prensa en Extremadura (Anigp-TV), en
colaboración con la Federación de Asociaciones de Periodistas de España
(FAPE), la Asociación de Periodistas de Cáceres (APC) y la propia
Fundación Mercedes Calles. La celebración en Cáceres del Congreso
Nacional de la FAPE este fin de semana ha propiciado la organización de
esta muestra, que puede verse de manera gratuita de 11 a 14 horas y de
17 a 20 horas de lunes a sábado y los domingos de 11 a 14 horas.
El director de la Fundación Mercedes Calles-Carlos
Ballestero, Luis Acha, destacó ayer la importancia de los
fotorreporteros como testigos directos de la historia. «La fotografía
gana guerras de todo tipo».
En la presentación de esta exposición Eduardo Méndez, su
comisario, habló de que a pesar de lo evocadora que resulta una imagen y
una fotografía, el periodismo «tiene muy poco de romanticismo» y mucho
trabajo sin horas, de estar esperando el momento idóneo en condiciones
adversas. Muchos fotorreporteros arriesgan su vida para conseguir una
imagen de esas que, en efecto, y pese al tópico, valen más que mil
palabras.
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