sábado, 5 de octubre de 2013

VELAZQUEZ EL FOTOGRAFO REAL,./ CONCURSO DE GRAFFITTI CADENA 100, 7 DE OCTUBRE FIN DEL PLAZO,.

TÍTULO; VELAZQUEZ EL FOTOGRAFO REAL,.

Velázquez, el 'fotógrafo real'SOCIEDAD

Velázquez, el 'fotógrafo real'

El Prado presenta una exposición sobre el trabajo del pintor en la corte de Felipe IV y su influencia en otros artistas de la época

El rey Felipe IV le insistía a Velázquez que volviera de Roma y ocupara en Madrid su posición como jefe máximo de los pintores de la Corte, como gerente de la imagen real. Le necesitaban. Había muchos retratos por hacer. Pero el artista estaba muy a gusto en la ciudad italiana. Había tenido un hijo y disfrutaba de un espléndido clima cultural. La Iglesia le pagaba bien y no tenía prisa en regresar.
A pesar de que ambos fueron amigos durante décadas, el monarca no fiaba de él. Velázquez le daba largas, o le mentía. Felipe IV se quejaba en público de su carácter impasible, mientras que el pintor, flemático pero muy discreto, jamás dijo nada del rey más sabio en cuestiones artísticas de la historia. Quizá porque le llevó a la cima de su carrera en la corte. El pintor accedió por fin a las peticiones del monarca, que se acababa de casar en segundas nupcias con Mariana de Austria y quería cuadros con su imagen. Volvió a Madrid en 1651 y hasta su muerte en 1660 revolucionó el arte del retrato. Si antes se le consideraba un género menor respecto a la pintura religiosa y de historia, el sevillano demostró que podía tener tanta o más complejidad narrativa, filosófica y compositiva. Sólo un dato: 'Las meninas' es de 1656.
El Museo del Prado presentó ayer 'Velázquez y la familia de Felipe IV', una exposición sobre esta década del artista y su influencia en los siguientes pintores de la corte, como su yerno Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño de Miranda, de los que también se recoge su trabajo. La muestra está comisariada por Javier Portús, jefe de conservación de pintura española (hasta 1700) del Prado, y patrocinada por la Fundación AXA. El presidente del patronato, José Pedro Pérez-Llorca, explicó ayer muy gráficamente la utilidad de los retratos en la época: «Como los príncipes y princesas se casaban con sus primos para mantener o para crear alianzas entre las casas dinásticas, antes de hacerlo se mandaban cuadros para irse conociendo».
Los retratos eran cosa de familia. En aquellos años mandaba en Madrid la Casa de los Austrias y las relaciones con Viena eran muy estrechas. El emperador Leopoldo I reclamaba constantemente imágenes de sus familiares. Dos de ellas, referidas a sus sobrinos Felipe Próspero y la infanta Margarita, con la que terminó por casarse, se hallan en la muestra.
Personajes muy parecidos
Dedicarse a esta familia le supuso a Velázquez un problema. Acostumbrado a pintar retratos de hombres maduros, se encontró con que debía hacerlo de mujeres y niños, por lo que pasó de los tonos oscuros a los más claros y de la sencillez a una mayor atención a los detalles. Por si fuera poco, todos se parecían mucho, porque se casaban entre ellos y tenían la misma sangre. De modo que el pintor se esforzó por sacar a la luz sus escasas peculiaridades.
El director del Prado, Miguel Zugaza, recordó lo mucho que significa Velázquez para la pinacoteca, «su casa», el centro que conserva sus mejores obras. Fue el sevillano, añadió Zugaza, quien gracias a la exposición realizada con sus cuadros en 1990 revolucionó el Prado y lo abrió a un público amplio, una línea que llega hasta la actualidad. Ayer, sin ir más lejos, la cola atravesaba toda la explanada de la entrada de Goya y doblaba la esquina en dirección a la puerta de Villanueva.
Javier Portús, por su parte, desgranó las dificultades que tuvo que afrontar Felipe IV, con revueltas internas como la de Els Segadors en Cataluña, guerras contra Francia, Inglaterra y de independencia como la de Portugal, con la bancarrota de la corona y la presión para que tuviera un hijo varón que le sucediera. En medio de este desastre, floreció el arte más eminente.
La muestra recoge en la primera parte algunos retratos que realizó Velázquez en Roma, como el del papa Inocencio X, su protector, una obra maestra de la indagación psicológica del personaje, que cuando lo vio terminado dijo aquella frase del «troppo vero», demasiado sincero.
Las primas Mariana de Austria y María Teresa, la infanta Margarita, reina indiscutible de la muestra, y un curioso retrato de la familia del artista pintado por su yerno Martínez del Mazo inspirándose en 'Las meninas' aparecen también en esta nueva entrega del museo. Un ruego de Javier Portús: La exposición termina en sala 12 del edificio de Villanueva. Allí se encuentra la apoteósis del retrato del Siglo de Oro. 'Las meninas' de Velázquez.

TÍTULO; CONCURSO DE GRAFFITTI CADENA 100, 7 DE OCTUBRE FIN DEL PLAZO,.

La plaza España amaneció con graffitis y llena de papel

Los vecinos sospechan de un grupo de jóvenes que se reúne allí por las noches. Aseguran que se incrementaron los desmanes desde que no están los artesanos. 

 Uno de los muchachos del quiosco de la esquina de 9 de Julio y Montevideo -frente a la plaza España-, llegó al trabajo cerca de las siete de la mañana. Su compañero, antes de cederle el relevo, le comentó: "No sabés... la plaza estaba llena de papel higiénico".

Así coinciden otros vecinos que pasaron por la zona en horarios posteriores y que vieron los vestigios de una noche en la que al parecer un grupo de jóvenes, habitué de este paseo, provocó daños arrojando rollos de papel higiénico (enroscado en los árboles) y pintando graffitis y sténciles (ver aparte) en los bancos, el piso, el friso y el monumento. También se registraron otros daños menores, aunque no hubo roturas estructurales.

Entre las frases que se podían encontrar pintarrajeadas figuran algunas como "Amame que hace frío", como un sténcil en el suelo; "Flor", detrás de un banco; "Exigimos libertad. Autocultivo libre", junto al dibujo de una hoja de marihuana, ubicado sobre el monumento a la hermandad latinoamericana.

Además de otro cartel con la leyenda "Vendo droga 156547123"; nadie atendió los llamados que Los Andes realizó a este número.

Claudio, otro de los habitantes de la zona que pasó muy temprano por el paseo, alrededor de las 8, contó que "en el centro de la plaza había uno de esos carritos que usan para la limpieza. Estaba abierto pero no había nadie cerca. En la plaza había papel higiénico por todos lados".

Recuperación del espacio

Ciertamente la plaza España convoca, desde hace varios años, a adolescentes de diferentes tribus urbanas y a algunos grupos de gays y travestis, que viven en los alrededores.

Muchos vecinos señalan que los actos de vandalismo se acentuaron desde el desalojo de los artesanos que anteriormente tenían allí sus puestos y fueron trasladados a calle Las Heras, mediante un plan de reordenamiento territorial encarado por la comuna capitalina hace un par de meses.

"Acá siempre vino mucha gente, incluso esos muchachos con los pelos parados y los travestis. Pero al quedar gente de los puestos nunca hacían lío. El tema es ahora que no hay nadie en la plaza. A nosotros nos da miedo por el descontrol que hay, pero que yo sepa no se meten con la gente", contó Beba (64), quien vive frente a la plaza.

"Seguro que fueron los "punkitos" que se juntan siempre acá. Yo no los vi, pero deben ser ellos. Los pibes se descontrolan pero no le hacen daño a nadie. El tema es que en la plaza no hay nadie de noche y por eso pueden mandarse cualquiera. Cuando estaban los artesanos esto no pasaba", comentó un cuidacoches de la zona.

El precio del vandalismo

Según cuentan desde el departamento de Prensa de Capital, por año gasta $ 180 mil sólo en reparar plazas, paseos y alumbrados. Aproximadamente $ 450 mil demandan los trabajos de plomería, albañilería, pintura, herrería y carpintería en monumentos, bancos y juegos.

Más de $ 300 mil se ocupan en reponer bombas y picos de riego, cañerías, luces y elementos de bronce. Entre las zonas más afectadas, figuran el Parque Central y el O´Higgins, la plaza Sarmiento y la Mathons, además de los paseos del barrio San Martín.

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