OBAMA-foto.
Obama se niega a la negociación
El presidente de EE UU denuncia que
el cierre de la Administración por falta de acuerdo sobre los
presupuestos se debe a «una cruzada ideológica»
Las oficinas de gobierno de EE UU cerraron ayer sus
puertas y un tercio de sus funcionarios públicos se volvieron a casa sin
trabajo ni sueldo hasta nuevo aviso. «Y todo porque una facción de un
partido, en una cámara del Congreso, en una rama del Gobierno, ha
decidido que no le gusta una ley», la de Asistencia Médica Asequible, y
se niega a aprobar los Presupuestos hasta que se derogue o se posponga,
explicó ayer Obama, empeñado en que todos sus ciudadanos entiendan lo
que ni él mismo alcanza a comprender. «Han cerrado la Administración por
una cruzada ideológica para negarle un seguro médico asequible a
millones de estadounidenses», resumió.
«Esto no tiene sentido, esto no tiene sentido», repitió en
su tercer discurso a la nación en menos de 24 horas. «Han perdido la
cabeza», corroboró el líder del Senado, Harry Reid, en referencia a sus
colegas de la Cámara Baja. «Siguen mandándonos la misma cosa una y otra
vez».
El Senado sólo busca aprobar una prórroga de los
Presupuestos para seguir financiando el Gobierno seis semanas más, pero
los republicanos se empeñan en incluir la anulación de una pieza clave
de la reforma sanitaria que obliga a todos los ciudadanos a contratar un
seguro médico privado. «Mientras yo sea presidente no le voy a negar
asistencia sanitaria a millones de estadounidenses para satisfacer las
demandas ideológicas de nadie», juró Obama, más encendido de lo que se
le ha visto nunca en público.
El cierre de la Administración estadounidense por falta de
presupuesto no ocurría desde hace 17 años, cuando los republicanos
liderados por Newt Gingrich sostuvieron el duelo con Bill Clinton
durante 21 días para que éste aceptara su forma de equilibrar los
presupuestos. En aquella ocasión en la que se batían dos viejos zorros
políticos, Clinton ganó la partida. Al año siguiente los republicanos
perdieron su mayoría en el Congreso, y la economía 1.500 millones de
euros.
Muchas cosas han cambiado desde 1996. Los republicanos que
protagonizan este nuevo levantamiento del Gobierno contra el Gobierno
tienen garantizado su puesto gracias a los fanáticos del Tea Party, que
han pedido a gritos este verano retirar los fondos a la reforma
sanitaria de Obama caiga quien caiga. Uno de sus líderes, el senador
texano Ted Cruz, acusó a los congresistas de tener un espíritu tan
vencido que ni siquiera intentan sacar adelante lo que les pide la
gente. Y John Boehner, actual portavoz del Congreso, ha decidido
embarcarse con ellos en esta cruzada que puede acabar con su carrera
política y con la economía estadounidense. Sobre todo si la
intransigencia se prolonga hasta el día 17, fecha en la que se acabarán
los fondos del Tesoro para seguir pagando la deuda. La mera posibilidad
de que eso ocurriera provocó en 2011 que las agencias de calificación de
riesgo devaluaran a EE UU por primera vez en la historia.
Obama recordó ayer a sus ciudadanos que no se tratará de
aumentar el déficit de EE UU, sino de cumplir con las obligaciones que
ya se han contraído. «Piénsalo bien: si quieres ahorrar no decides
comprarte una casa pero dejar de pagar la hipoteca, porque entonces
simplemente te la embargan», explicó el mandatario. Pero si los
republicanos no son capaces de aprobar una simple extensión de los
Presupuestos, mucho menos elevar el techo de la deuda. En palabras del
ex aspirante presidencial republicano Jon Huntsman, «si el cierre de la
Administración es como lanzar una granada de mano a la economía, no
aumentar el techo de la deuda será como provocar una explosión nuclear»,
advirtió a sus correligionarios, que viven una guerra civil dentro del
partido conservador.
«Siento que estoy trabajando en la mayor guardería del
país, sólo que nosotros estamos a cargo de la chequera y de la maleta
nuclear», suspiró uno de los senadores. Ayer, cuando los legisladores
volvieron a la cámara, la cafetería del Capitolio estaba cerrada, al
igual que el gimnasio, el limpiabotas o el kiosko. Nadie se encarga ya
de los servicios de los legisladores y al propio vicepresidente del
Gobierno sólo le queda un empleado en su mansión.
Día histórico
«Hoy es un gran día para los anarquista», afirmó sarcástico
el líder del Senado. Con todo, Obama prefirió celebrarlo como un día
histórico, porque pese a los desesperados esfuerzos de la oposición, el
capítulo principal de la Ley de Asistencia Sanitaria en la que ha
empeñado su capital político entró ayer en vigor, «y le va a cambiar la
vida al 15% de los estadounidenses que no tiene seguro», prometió.
El mandatario admitió que el estreno ha expuesto
deficiencias técnicas, «pero Apple lanzó hace dos semanas un sistema
operativo con algunos fallos y no recuerdo que nadie sugiriese que
dejara de hacer iPhones. Los corrigió y siguió adelante, porque así es
como operamos en este país». El orgullo de ser americano, sin embargo,
también está en excedencia estos días.
TÍTULO; EL ALTA DEL REY,.
España
El Rey recibe el alta hospitalaria,.foto.
«Bien, muy bien gracias. Ya veis, estupendamente», declara Don Juan Carlos a la salida del hospital,.
Tal y como avanzó ayer la Reina, el Rey ha recibido esta mañana el alta hospitalaria tras la operación de cadera izquierda que se le practicó el martes de la semana pasada
para sustituirle la prótesis que se le había infectado. La noticia se
confirmó a través del parte médico que fue hecho público a las doce del
mediodía por la directora gerente del hospital Quirón, Lucía Alonso. [Lee el parte médico completo (PDF)]
El escueto parte médico señala lo siguiente: «Su Majestad el Rey Don Juan Carlos ha recibido el alta hospitalaria tras haber completado de forma muy satisfactoria el postoperatorio y haber conseguido autonomía suficiente para los movimientos cotidianos». [El Rey abandona el hospital, en imágenes]
«En las próximas semanas, Don Juan Carlos continuará con el
tratamiento, las revisiones postoperatorias y el programa de
recuperación previsto en régimen ambulatorio».
A su salida del hospital, el Rey ha declarado a los periodistas encontrarse bien: «Bien, muy bien gracias. Ya veis, estupendamente».
Don Juan Carlos ha pronunciado algunas palabras más, pero los gritos de
«¡Viva el Rey!» y los aplausos no han dejado escucharlos.
El Monarca ha estado hospitalizado exactamente siete días,
ya que ingresó el martes de la pasada semana y esa misma noche el doctor
Cabanela le sustituyó la prótesis de la cadera izquierda
por una provisional para atajar una infección. Esta mañana, tras firmar
el parte médico, el doctor Cabanela ha regresado a Rochester (EE.UU.),
donde se encuentra la Clínica Mayo. El traumatólogo volverá a Madrid
dentro de unas semanas, junto a su colega estsdounidense Robert
Trousdale, para implantar al Rey la prótesis definitiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario