Oscuro cierre del abono de La Maestranza
Cartel de campanillas, decepción
mayúscula. Lote deslucidísimo de 'juampedros' para un Morante exquisito;
discreta vuelta de 'El Juli'; -foto--Talavante, irregular
El primer toro de Juan Pedro se paró en seco después de
picado. Antes tuvo el honor y el gusto de catar el capote de Morante en
un saludo airoso y caro. Morante se retiró de la escena como si no
hubiera pasado nada y fue a colocarse detrás del caballo de pica. La
manera de recoger y doblar la capa fue deliciosa. El puyazo fue trasero y
lesivo. Aplomadísimo, pareció incapaz de moverse el toro. Morante le
pegó tres bellos muletazos de pitón a pitón antes de atacar con la
espada. Una estocada trasera.
La primera decepción de la tarde pero no la única ni la
última. Iba a ser, con la excepción de los dos toros que mató Talavante,
corrida sin aire ni voluntad ni chispa ni fuerza. Un marmolillo el toro
que abrió el desfile; distraído y escarbador el segundo, el toro con
que el que reaparecía 'El Juli' en Sevilla tras la grave cornada de la
Feria de Abril; parado y solamente topón el segundo de Morante; brusco y
a la defensiva el quinto de la tarde.
La gente quería volver a ver a Morante torear de capa, pero
hasta eso les negó a las dos partes el cuarto de corrida, que al tercer
lance ya estaba echando los bofes. Se pidió con cierta bronca la
devolución del toro. No procedía. Morante tomó al toro de cerca, le pegó
seis muletazos de buen compás y pareció saber mejor nadie que el toro
iba tan solo a pegar topetazos. Media estocada.
Franceses, catalanes, vizcaínos, aragoneses, portugueses,
madrileños de Colmenar y de la capital, muchísimos extremeños, de todas
partes habían venido a ver a Morante en la última de sus cuatro tardes
de abono en Sevilla . Un chasco. Estaba la plaza llena hasta la bandera.
'El Juli' cumplió el trámite sin empacho ni paciencia: solo
al delantal en el toreo de capa, once lances en línea al segundo de la
tarde, no tantos al quinto. Muy regañados los medios viajes del segundo
juampedro, que o echaba las manos por delante o claudicaba; correoso y
escarbador el quinto, y entones anduvo porfión Julián, que acertó con la
espada en los dos turnos. Un quite de Morante a Santi Acevedo en
banderillas -el capote revoladísimo y Morante, cruzándose en cuanto pasó
perseguido Acevedo- se celebró sin ruido.
Aunque planteadas en buen terreno y hasta bien armadas, las
dos fueron faenas de más a menos y en las dos, algo eléctricas, vino a
subrayarse un desencanto creciente. Tal vez a Alejandro Talavante le
pesara en el sexto el ambiente de decepción. El sobrero le había dado la
oportunidad de cambiar el signo de la corrida.
TÍTULO; PON UNA MELE EN TU VIDA, PAU GASOL,.
Pon una melé en tu vida
La jugadora Patricia García invita a buscar en nuestras vidas instantes de rugby-foto.
Valores: El
rugby enseña a sus practicantes el valor del esfuerzo y del sacrificio
por los demás, la camaradería y la solidaridad, la colaboración, la
tolerancia y el autocontrol. Palmarés:
Junto a su equipo, Campeona de Europa de Rugby XV y 7, Copa de Plata
World Series Seven Dubai y Honk Kong 2011, Campeona de Francia a XV,
Sub-campeona de Europa de Rugby XV y 7, Campeona del Mundo Universitario
Rugby 7... Juega en Nueva Zelanda. 'Las leonas' de España han visto
recortado este año su presupuesto casi a la mitad.
La vida viene a ser como un balón de rugby... nunca sabes
hacia dónde leches va a salir votando. Y, bien mirado, nuestra
existencia tampoco difiere mucho de un partido: hay choques
descomunales, disputas a brazo partido, carreras, mucho barro,
solidaridad, sudor, unas pocas alegrías, algunas patadas y... por mucho
que uno lo intente, no se puede hacer un ensayo sin el apoyo de los
demás.
Patricia García, una jugadora de la selección española de
rugby elegida para el siete ideal del planeta, ha querido ligar el rugby
y la vida con una iniciativa tan hermosa como insólita. Pasar y posar
por el mundo como si jugáramos con un balón ovalado. Lo ha bautizado
'rugbing'. Se trata de hacerse fotos que reconstruyan un momento ligado
al rugby y colgarlas luego en Facebook a través de su página personal.
Ella se hizo la primera placando al gigantón Pau Gasol. No lo tuvo
difícil, la verdad, y le regaló un placaje de libro, de los que derriban
torres, al pivot de Los Angeles Lakers transformado para la ocasión en
un segunda línea de fuste. Claro que con sus 2,13 como para tratar de
agarrarle por los hombros...
Patricia García, que juega como medio de melé o apertura en
los seleccionados nacionales de rugby 7 y XV, ha sido uno de los
abanderados españoles de Madrid 2020 (el rugby a 7 será olímpico en Río
2016) y coincidió en Buenos Aires con el gigantón catalán. Se le
encendió la bombilla y... dicho y hecho. Gasol y nuestra medio de melé
son los primeros embajadores del 'rugbing' por el mundo.
Esta serie de actividades virales están muy de moda en la
red. Ahí está el 'scarlettjohanssing', que nació después de que a la
sensual actriz Scarlett Johansson se le ocurriera colgar una foto
'entoallada' y luciendo ante el respetable la parte más baja de su
espalda. El bombazo culero reclutó de inmediato miles de imitadores...
También existe el 'planking', que consiste en tumbarse donde a uno le
venga en gana e inmortalizar el instante con una fotografía.
Así que, bien mirado, tampoco resulta tan extraño disputar
una 'touche' o saque de lateral en una cola de autobús, formar un 'maul'
junto a los amigos o los veteranos de tu equipo y tratar de arrebatarle
el oval a un autobús urbano, sortear los Toros de Guisando con un
imponente cambio de pie que los deje de piedra, guindarle una melé al
magnolio del parque o cargar con gesto ceñudo, a muerte, tú o yo, contra
el maldito ordenador o la máquina de café de todos los días... Todo
vale. La imaginación del rugby al poder.
Hombre, uno intuye que entre los seguidores de este
movimiento deberán deslizarse también algunas instantáneas del tercer
tiempo, esa ceremonia de la convivencia y el perdón de los pecados que
logra unir después de los 80 minutos de rigor a encarnizados
adversarios, después del infalible conjuro de una cerveza fresca y unas
canciones. Como dice el argentino Jorge Búsico, los jugadores de rugby
«han crecido sabiendo que hay que respetar al contrario y al árbitro y
que hay que acomodarse al barro, al frío y a la adversidad: los botes
del balón son traidores, pero no hay que quejarse... Así es la vida».
Estos próximos meses Patricia García Rodríguez, la única
española designada embajadora de la marca técnica Canterbury, ha seguido
la llamada de su pasión y se ha enrolado con su compañera Irene
Schiavón en las filas del equipo de la región neozelandesa de Waikato.
El pasado fin de semana fueron las primeras extranjeras en vestir su
camiseta negra, roja y amarilla, los mismos colores de los Chiefs donde
juegan Aaron Cruden, Liam Nessam, Richard Kahui o Brodie Retallick,
entre otros seleccionados 'all blacks'.
En dos años, a la absoluta
La carrera de Patricia García Rodríguez ha tenido un
desarrollo veloz. Empezó jugando en el paquete, en la melé, y apenas dos
años después de iniciarse (es licenciada en Ciencias de la Actividad
Física y del Deporte) y tocar su primer balón de rugby es convocada por
las selecciones absolutas de Rugby XV y 7. «El rugby se convierte ya, en
el oxígeno necesario para respirar cada día», dice. Poco después se
enrola en el equipo francés Lons R. C., con el que conquista el
campeonato femenino galo. Cuando regresa a España, vuelve con un
objetivo claro: «Además de seguir evolucionando como jugadora quiero
compartir experiencias, compartir lo aprendido, compartir lo
desarrollado» y asume también tareas de entrenadora.
Su empuje, el que le hace encontrar sí o sí el hueco en la
línea rival o la espalda del zaguero contrario, le lleva ahora a vestir
la vida de rugby. Participar es jugar, jugar es vivir. Hay que seguir a
Patricia.
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