domingo, 8 de junio de 2014

El renacer de los dinosaurios,./ ¿ QUE HACE FALTA PARA DESARROLLAR CON EXITO LA INVESTIGACION?

  1. TÍTULO:El renacer de los dinosaurios,.

    El descubrimiento, en los últimos años, de nuevas especies de dinosaurio está revolucionando la paleontología. Los dos últimos hallazgos, ...-foto.
     
    Paleontología

    El renacer de los dinosaurios

    El descubrimiento, en los últimos años, de nuevas especies de dinosaurio está revolucionando la paleontología. Los dos últimos hallazgos, una nueva especie en China bautizada como 'Pinocho rex' y un dinosaurio gigante en Argentina, han cambiado la forma de ver la evolución de estos grandes depredadores. Y es aún más apasionante de lo que era. Se lo contamos.
    El cazador más poderoso de aquel bosque de finales del Cretácico buscaba, desesperado, una presa. Era extraño que un tiranosaurio de su especie, un 'Tyrannosaurus rex', hubiera fallado en dos ocasiones.
    Dos presas grandes y apetitosas habían logrado huir de sus mandíbulas despertando en él un hambre voraz. Doce metros de hueso y músculos necesitaban combustible. Precisaba comer. Cazar. Matar.Pocos minutos más tarde, un olor acre llegó a su hocico. Posibles presas se escondían tras un muro de coníferas. Con lentitud asomó su cabeza a un claro en el bosque y vio un grupo de Nankangia, dinosaurios emplumados que podrían saciarlo, pero cuya agilidad le pondría las cosas difíciles. Cuando se lanzó al ataque, el bosque pareció cobrar vida. Otro tiranosaurio de aspecto diferente surgió de la espesura. Era más estrecho, más pequeño, menos poderoso. Pero mucho más veloz. El nuevo actor atrapó sin vacilación a uno de los Nankangia y lo arrastró a la espesura mientras nuestro hambriento tiranosaurio intentaba, corriendo en vano tras él, atrapar otro de los dinosaurios emplumados. Una vez más, su primo de morro estrecho le había tomado la delantera.
    Setenta millones de años más tarde, otra especie iba a encontrarse por sorpresa con este tiranosaurio ágil y mortífero: el hombre. Un grupo de trabajadores chinos que excavaba en las obras de una carretera en la provincia de Jiangxi dio con un cráneo fosilizado, propio de un dragón de su milenaria historia. Los expertos se pusieron a trabajar en la extracción y clasificación de los fósiles. El cráneo parecía el de un tiranosaurio, pero su morro era mucho más largo y estrecho que el del Tyrannosaurus rex, y en su superficie terminal, sobre los orificios nasales, presentaba unas protuberancias. No era un T. rex. Alguien recordó entonces que pocos años antes se habían desenterrado cráneos similares, de menor tamaño, en Mongolia. Los expertos habían concluido que eran de tiranosaurios juveniles. Se equivocaron.
    Tras un largo periodo de trabajo, en mayo, cinco investigadores de la Academia China de Ciencias Geológicas y Stephen Brusatte, de la Universidad de Edimburgo, dieron la noticia al mundo. Una nueva especie de tiranosaurio, primo del archiconocido T. rex, nacía para la ciencia. Su nombre, Qianzhousaurus sinensis, quedó inmediatamente eclipsado en los medios de comunicación por el apodo con el que lo bautizaron: Pinocho rex. El morro alargado le jugaba así una mala pasada a uno de los más poderosos depredadores que haya conocido nuestro planeta. Desde hace unos años se está nombrando una nueva especie cada dos semanas. Incluso en la misma semana que se daba a conocer el Pinocho rex se ponía nombre a un nuevo dinosaurio predecesor directo de las aves. Gran parte del mérito de este 'Renacimiento' en el mundo de los dinosaurios se lo debemos a China. Pero el gigante asiático no es el único que está proporcionando grandes sorpresas.
    El sur de argentina viene sorprendiendo al mundo de la paleontología desde finales del siglo pasado. Los mayores animales que jamás hayan pisado la Tierra han ido apareciendo en la mitad sur del gigantesco país sudamericano. Los saurópodos, los herbívoros de cuello y cola descomunales que con frecuencia llamamos genérica y equivocadamente Diplodocus, los más grandes entre los dinosaurios, parecen haber poblado lo que hoy es el cono austral americano en número y variedad sin precedentes.
    A finales de 2011, un campesino descubrió en la provincia de Chubut, 1300 kilómetros al sur de Buenos Aires, el hueso de un animal de un tamaño imposible. Cuando los paleontólogos comenzaron a excavarlo en enero de 2013, no daban crédito a lo que tenían delante. Era un fémur, pero un fémur 14 veces más grande que el de un elefante actual. Aquel animal tuvo que pesar cerca de cien toneladas. Además, en el lugar del primer hueso aparecieron muchos otros, restos de siete animales de la misma especie, lo que permitió a los científicos montar las patas, el torso, la cola y parte del cuello del colosal dinosaurio; algo insólito hasta la fecha. «Al excavar, el fémur nos sorprendió por su tamaño: es el más grande que se conoce de un dinosaurio comenta José Luis Carbadillo, paleontólogo del Museo Egidio Feruglio de Trelew, pero nos quedamos más impactados según íbamos cavando y encontrábamos restos de costillas, caderas, una cola completa, un húmero... que nos dejan ver que eran animales grandes que comían y se movían en grupo. Con estos restos podemos reconstruir el animal íntegro».
    Hace unos días se daba a conocer el hallazgo. Los dinosaurios desenterrados, que vivieron hace 95 millones de años, tenían la altura de un edificio de siete plantas y un peso cercano a 90.000 kilos. Es, sin ninguna duda, la especie de dinosaurio más grande de todas cuantas se conocen. Los descubrimientos de la última década también han colocado a España en el punto de mira de la paleontología. A los grandes saurópodos de Teruel y Soria se suman los hallazgos de dinosaurios emplumados en Cuenca y, recientemente, el descubrimiento de huevos de dinosaurio en el Prepirineo ilerdense.
    Albert g. sellés, del instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, se está convirtiendo en una eminencia mundial en huevos de dinosaurio. El año pasado, Sellés descubrió los primeros huevos de cuatro especies de dinosaurio en los yacimientos de Coll de Nargó, en Lérida. Y hace apenas unos días ha dado a conocer dos nuevas 'ooespecies' que es como llaman los paleontólogos a los huevos de especies determinadas: Prismatoolithus trempii, una especie carnívora de la que se conocen muy pocos restos fósiles en Europa, y Spheroolithus europaeus, un hadrosaurio (dinosaurios conocidos como 'pico de pato'), grupo del que no se había encontrado ningún huevo hasta la fecha. Con estos hallazgos, los yacimientos catalanes se convierten en los más importantes del mundo en el estudio de huevos de dinosaurio.
    A finales del siglo pasado, los hallazgos en China ya iniciaron una revolución en nuestra forma de ver y entender a los grandes gigantes que dominaron la Tierra hasta hace 66 millones de años. Los grandes predadores como el tiranosaurio se vistieron de delicadas plumas, aparecieron dinosaurios pequeños... Ahora estamos comprobando que fueron mucho más numerosos, variados y adaptables de lo que creíamos. 
    PARA SABER MÁS: Living Dinosaurs: The Evolutionary History of Modern Birds. G. Dyke & G. W Kaiser Ed. Wiley-Blackwell, 2011.
TÍTULO: ¿ QUE HACE FALTA PARA DESARROLLAR CON EXITO LA INVESTIGACION?,.

  1. El premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2014 ha recaído sin que se hayan dado cuenta los miembros del jurado, ...-foto

    ¿Qué hace falta para desarrollar con éxito la investigación?

    El premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2014 ha recaído sin que se hayan dado cuenta los miembros del jurado, entre los que figura desde hace muchos años el autor de este artículo en tres químicos singulares que habrían podido figurar en la lista de los químicos que impulsaron la Revolución Industrial.
    En mi opinión, los miembros del jurado no se percataron a tiempo del doble significado que entrañaba la elección de tres químicos como los de antes, pero totalmente nuevos: Avelino Corma, Mark E. Davis y Galen D. Stucky, los galardonados, representan la herencia de antaño, pero ejemplifican de qué estamos hablando cuando lo hacemos de la nueva o novísima Revolución Industrial.
    No olvidaré nunca ni el nombre ni la estampa de las tres estatuas doradas de Boulton, Watt y Murdoch. Y cuando digo 'doradas', quiero decir que en Birmingham, donde están ubicadas, se pintaron de oro las tres esculturas de estos tres sabios que dieron curso a la Revolución Industrial. Fue muy llamativo recordar, como jurado de los Príncipes de Asturias, la implicación del gentío de la calle cuando las estatuas se restauraron hace pocos años y la popularidad de los ingenieros e industriales (los tres fueron claves en la invención de la máquina de vapor) que dieron cauce a la Revolución Industrial.
    Como entonces, la gente en la calle ha vuelto a congeniar con los científicos que le estaban abriendo las puertas a las nuevas tecnologías. Boulton, Watt y Murdoch habían explicado los mil vericuetos de la luz a su público, de la misma manera que Avelino Corma, Mark E. Davis y Galen D. Stucky divulgan una materia para la que están mejor versados que los cuánticos. Una característica que une a estos tres químicos es que son científicos a la vanguardia en la creación de nuevos materiales; concretamente, de los llamados 'microporosos' y 'mesoporosos'.
    Los primeros se caracterizan por poseer una estructura con poros de un diámetro inferior a dos nanómetros, entre los que se encuentran las zeolitas aluminosilicatos naturales o artificiales de extraordinarias propiedades absorbentes y como catalizadores industriales; los segundos tienen una estructura con poros de hasta 50 nanómetros de diámetro y abarcan sustancias como la sílice, la alúmina u óxidos de diferentes elementos mecánicos. Gracias a Avelino, Mark y Galen aprenderemos y lo sabremos todo de los materiales nuevos.
    La segunda característica de los químicos galardonados con el premio Príncipe de Asturias es que, igual que los impulsores de la Revolución Industrial, se han pegado literalmente al sector empresarial, utilizando los métodos adecuados para formar la unión necesaria entre tecnología y sector industrial. El futuro está en el aprovechamiento mutuo de los dos sectores, el tecnológico y el industrial, algo que en España no se ha sabido aprovechar o inventar.
    El tercer rasgo que comparten los viejos químicos y los nuevos galardonados con el Príncipe de Asturias es que unos y otros consideran que el que trae el dinero para financiar la nueva inversión no puede controlar también la forma de instrumentar el trabajo o la nueva tecnología. Financiar y crear son dos cosas distintas; la mayor parte de las veces, absolutamente distintas.
    Por último, vale la pena mencionar que, además de trabajar, hace falta dar a conocer los resultados. Avelino Corma, por ejemplo, posee más de cien patentes de invención, aparte de estar entre los 25 químicos más citados del mundo el primer español. Echamos de menos en el sector científico lo que el grupo de Avelino Corma domina: una vez más, lo que se necesita es convertir los dos modelos en uno solo.

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