DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - EL HERMANO GALLEGO DE ATRIO,./ DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - NAIRO QUINTANA PIERDE PESO,.

TÍTULO: DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - EL HERMANO GALLEGO DE ATRIO,.

DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - EL HERMANO GALLEGO DE ATRIO, fotos.

El hermano gallego de Atrio

José Polo, responsable de la bodega del restaurante Atrio, una de las mejores del mundo.

• Juan Polo ha puesto de moda en Vigo su restaurante enoteca

No es su hermano secreto, ni mucho menos, pero en Cáceres pocos saben que Juan Polo, hermano de José Polo, tiene un restaurante en Vigo. José Polo es propietario, junto con Toño Pérez, del prestigioso restaurante Atrio. Su padre inculcó a Juan y a José la pasión por el vino y ambos hijos siguieron caminos parecidos, aunque uno en Extremadura y el otro, en Galicia.
José abrió Atrio y convirtió su bodega en una de las mejores del mundo (para su hermano Juan es la mejor y recurre para argumentarlo a la prensa mundial especializada). Juan tardó más en dedicarse a la hostelería. Primero estuvo centrado en el mundo de la administración y del arte hasta que en 2003, animado por Inés Jiménez, su mujer, decidieron dar un vuelco a sus vidas y abrir una casa rural o un restaurante para acabar apostando por lo que más les atraía, el mundo del vino.
Este mes de septiembre hace 12 años que Juan Polo abrió la enoteca Albar en el número 89 de la Vía Hispanidad de Vigo. Nació con la intención de potenciar el mundo del vino, sobre todo caldos de fuera de Galicia, pero desde 2003 hasta ahora, Juan Polo fue haciendo caso a sus clientes, que le pedían más cocina, y a las tendencias del mercado, que convertían los vinos gallegos, sobre todo los blancos, en una apuesta segura.
Hoy, el 'hermano de Atrio' ha convertido su enoteca en un afamado restaurante con una magnífica bodega, que no llega al nivel de la de José y Toño, pero cuenta con más de 400 referencias. Juan ha conseguido que cuando se hable en Vigo de vinos y maridajes, su local aparezca en todos los comentarios.
Claro está que Atrio y Albar no son lo mismo. Juan Polo prepara a mediodía platos tan de casa como la coliflor rebozada, los espaguetis carbonara o el besugo de ración a la plancha con ensalada que, junto con las costillas de cerdo con criollos y patatas al horno y la ensalada de tomates marinados con sardinillas, constituían su oferta de menú del día del pasado 25 de agosto. Un menú económico (incluye pan, bebida, postre y hasta café), pero de mucha calidad a la hora de comer; carta para cenar y tapas para maridar con el vino son la esencia de Albar, el restaurante de Juan Polo.
Pero no solo alubias con chorizo y pollo en pepitoria (oferta del menú del 24 de agosto) se preparan en los fogones vigueses de la familia Polo. Juan también ofrece la sofisticación de unas vieiras a la plancha con panceta, parmentier de remolacha, compota de frutas y crujiente de espinacas o acompaña con sangría de cava con fresas y melocotón unas anchoas del Cantábrico con encurtidos. Además, organiza unas concurridas catas comentadas con maridaje que tienen mucho éxito.
En las redes sociales, el restaurante y enoteca Albar obtiene comentarios para todos los gustos, aunque predominan los que destacan la selección de sus vinos y los que recomiendan probar sus tostas de foie con cava o champán.
En estos 12 años, la conexión Cáceres-Vigo, Atrio-Albar, ha ido más allá de la relación familiar. Ha habido cocineras del Albar, como Marina Álvarez, que, gracias a su estancia en el restaurante de Juan, pudieron pasar un tiempo en el restaurante de José, aprender creatividad en Atrio y demostrarla al regresar a Vigo, donde Marina ganó el importante concursos de tapas 'Petisquiños' de la ciudad olívica (Vigo no produce aceite, pero cuenta con un popular olivo municipal y urbano que ha propiciado este adjetivo con el que se la conoce en Galicia). Marina venció en el territorio de Juan Polo con una tapa muy del país de José Polo: era tan 'extremeña' que llevaba jamón ibérico, tomate, queso de cabra y tomillo fresco.

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Nairo Quintana pierde peso,.

Nelson Oliveira tira con fuerza de la fuga, antes de marcharse en solitario en busca de la victoria de etapa.. 

• El colombiano, enfermo, resiste a duras penas y hoy se enfrenta a la montaña cántabra,.

La Vuelta avanzó ayer camino de Tarazona a dos velocidades. Lenta, como Nairo Quintana, que se está quedando sin silueta, vacío de tanta gastroenteritis. Escondida su enfermedad tras las gafas, el breve puerto del Collado de Oseja, una colina del Moncayo, desveló su debilidad al poco de salir de Calatayud. Se quedó. Solo entre los coches. Arruinada la salud. «Lo ha pasado mal, muy mal», relataron en el Movistar. Pero se negó a tirar la Vuelta al hoyo. Se vino arriba, conectó con los demás y llegó con ellos a la meta. «Estoy mejor», dijo.
Hoy, en el Escudo y la Fuente del Chivo, empiezan tres días de montaña. A Quintana le ha ahuecado un virus. Pasó la noche del martes sudando frío. Fiebre. Vómitos. Diarrea. Ha perdido dos kilos de peso. Su candidatura al podio aún ha perdido más: ayer penó para sostenerse en el decimoprimer puesto de la general, a 3.07 de Aru, que anda pletórico, gordo de moral. Flaco, con la silueta consumida, Quintana teme por primera vez en su vida la llegada de su aliado natural, la montaña. O le resucita o le entierra. Hoy se verá.
La segunda velocidad de la Vuelta fue rápida. Oliveira, portugués con nombre de almirante, Nelson, tuvo más prisa que nadie para llegar a Tarazona. Se estaba meando. Venía en la fuga masiva: una veintena de dorsales. Buenos. Roche, Henao, Arroyo, Tepstra, Reza, Chavanel, Rojas, Monfort, Cummings, Meyer, Sicard... Y tres del Lampre, que era mayoría: Plaza, Conti y Oliveira. «Ha costado montar la escapada. Ha sido por fuerza», contó Plaza, que sumó puntos y le disputa a Omar Fraile el reinado de la montaña. Con tres bazas, más que nadie, el Lampre barajó primero. Salió un as. A treinta kilómetros de la muralla de Tarazona saltó Oliveira. «Era una locura. Han sido los 30 kilómetros más largos de mi vida», confesó el luso, joven, de 26 años y subcampeón del mundo sub 23 de contrarreloj.
Pero le vino un imprevisto. Si a Quintana le fallaban las tripas, a Oliveira le apretaba la vejiga. Qué apuro. Sudaba frío como Quintana en la cola del pelotón. Pero ni así aflojó. No podía malgastar una ocasión así. Las lesiones de rodilla le ocultaron durante su paso por el RadioShack, el equipo de su ídolo: Armstrong. Ahora, ya en el Lampre y con las piernas nuevas, recupera el terreno perdido. Tras tanto tiempo en barbecho por las lesiones, no se deja pasar un día así. Pida la vejiga lo que pida. Con el minuto de ventaja que tenía sobre el resto de la fuga, no le daba tiempo para arrimarse a regar la cuneta. Adelante, pues. Lo más rápido posible. Era urgente llegar a Tarazona y lo hizo el primero. Feliz.

Ruego del ganador

Si a Quintana le mata perder peso por el virus, a Oliveira le reconfortó desprenderse de la carga extra. Ya tenía tiempo para todo. Se sentó y contó su historia. Del ciclismo supo por su padre, que disputó la Vuelta a Portugal en los años sesenta y setenta. No duró. La bicicleta no le daba para vivir. El pobre ciclismo portugués. Para salir de allí había que ser como Joaquim Agostinho, una bestia, un exsoldado casi analfabeto que mató, bayoneta en mano, durante la guerra colonial de Mozambique. Con más de veinte años se hizo corredor, fue gregario de Ocaña y ganó etapas en el Tour y la Vuelta, hasta que se mató al cruzarse con un perro en la Vuelta al Algarve. Con 41 años. De las carreras con Agostinho, a Oliveira le hablaba su padre, que no llegó tan lejos. «Tuvo que dejar la bicicleta y ganarse el pan en la obra», contó ayer el hijo, que sí ha ido más allá. Y más que le queda. Dice Matxin, que fue su director en el Lampre, que Oliveira será un día campeón del mundo de contrarreloj.
Ayer era día para los gregarios. Hoy es turno para Aru, líder protegido por Landa.En la etapa que sale hoy desde Vitoria llega la montaña cántabra: el Escudo y la meta en la Fuente del Chivo. Mañana y el lunes esperan las cimas de Asturias. Tres juicios. «No se puede esperar al último día. Me tengo que mover desde el primero», avisó 'Purito' Rodríguez, segundo en la general a 27 segundos de Aru. Los dos tienen tres días para alejar a Dumoulin, tercero a 30 segundos. El tallo holandés tiene la misión contraria: resistir hasta la contrarreloj del próximo miércoles en Burgos. Tras ellos vienen Majka, Chaves, el 'cansado' Valverde, Moreno, Nieve, Branbilla y Quintana.