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Adele, la estrella escondida
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Desde que es madre, hace dos años y medio, la cantante no ha actuado en directo ni se ha prodigado en público. En noviembre saca disco nuevo y tendrá que volver al mundo,.
Eso de la hiperexposición no va con Adele. En estos últimos años, nos hemos acostumbrado a que las grandes estrellas de la música nos vayan informando de las minucias de sus vidas, tanto de las que nos importan como de las que no: la vanidad se ha convertido en un estupendo aliado de la promoción. Pero Adele, esa hada madrina de la industria que ha vendido más de cuarenta millones de copias de sus dos álbumes, utiliza las redes sociales a su manera, como suele hacerlo todo. El blog de su web se actualizó por última vez en junio de 2012: «Estoy encantada de anunciar que Simon y yo estamos esperando nuestro primer hijo», dice ese 'post' casi arqueológico, acerca de un niño que anda ya por los dos años y medio. El perfil oficial de Facebook solo presenta una entrada desde febrero de 2013, y fue para difundir una campaña de la oenegé que dirige su pareja, el ya citado Simon Konecki. Y la cuenta de Twitter no pasa de un rácano goteo, con dieciséis tuits en todo 2014 y siete en lo que va de 2015: el mejor, el de su cumpleaños en mayo, cuando compartió unas descacharrantes fotos en las que aparece disfrazada de George Michael.
Esta semana, el mundo entero está hablando de que el tercer álbum de Adele, continuación de los exitosísimos '19' y '21', se editará por fin en noviembre. La noticia, una filtración publicada por la revista 'Billboard', no ha sido corroborada oficialmente por nadie, y desde luego no ha movido a la vocalista inglesa a abandonar su existencia retirada y discreta. Adele lleva esos dos años y medio de maternidad sin actuar en directo, dedicada a preparar su disco y a vivir, que en su caso son dos asuntos muy relacionados: sus canciones siempre han sido radicalmente autobiográficas, lo que hasta ahora ha dado lugar a dos álbumes consagrados a rupturas y malos rollos, y ya anunció en su momento que probablemente necesitaría «cuatro o cinco años» para completar su siguiente referencia. «No sacaré más música hasta que sea mejor que '21'. No espero vender tantos discos, pero no quiero publicar una mierda. Además, ¡no tengo nada sobre lo que escribir! Estaría mintiendo», declaró a la revista 'Vogue' a principios de 2012, cuando los premios y las ventas la habían afianzado ya en lo más alto.
Del disco se sabe poco, aunque cabe suponer que su actual vida apacible en una casa campestre junto a Simon y el pequeño Angelo dará como resultado un repertorio más luminoso que el de los dos anteriores, descarnados análisis de relaciones desgraciadas. Se ha rumoreado que puede contener colaboraciones de Lady Gaga y Beyoncé, una artista a la que Adele idolatra, pero el invitado estelar que está confirmado es Pharrell Williams, que ha manifestado su pasmo ante la sinceridad lírica de las nuevas canciones: «Es como si Adele te dijese: 'De acuerdo, voy a abrir mi diario durante veinte minutos'».
Concierto a los 3 añosAdele Laurie Blue Adkins siempre ha parecido muy real, quizá demasiado, en un entorno que promueve las figuras huecas y prefabricadas. Su madre la tuvo con 18 años; su padre, un fontanero galés, se marchó de casa dos años después, y Adele se curtió en las calles de Tottenham y Brixton, que no son precisamente el Londres más pijo. De aquella infancia y aquella juventud salió una mujer malhablada, de risa brusca, propensa a beber y fumar de más -ahora dicen que ha dejado los dos vicios- y apasionada de la música: su madre la llevó a un concierto de The Cure cuando solo tenía 3 años, después vino su obsesión duradera por las Spice Girls y más tarde descubrió a las grandes divas de la música negra. Otra cosa muy distinta es que le agrade la fama, con todas esas servidumbres que tienen tan poco que ver con el acto de cantar: «Odio la alfombra roja. No es que me sienta insegura, simplemente pienso que no es lo que quiero hacer. Literalmente me da dolor de estómago», ha dicho.
Los tabloides británicos han publicado esta semana que la artista ha rechazado una oferta de 110 millones de euros para presentar en gira su nuevo disco, y también que los casinos de Las Vegas están dispuestos a pagarle hasta un millón por concierto. Mientras tanto, por alguna misteriosa razón, muchos medios españoles se han hecho eco de un extraño bulo que asegura que la cantante ha adelgazado un montón: 30 kilos según unos y nada menos que 68 según otros, que no se sabe en qué cifra alucinante estimarían el peso original de Adele. Con cosas como esta, no es raro que se le quiten las ganas de volver al mundo.
TÍTULO: Muere Ruiz-Mateos a los 84 años de edad,.
El empresario estaba siendo procesado por estafa, insolvencia punible y fraude,.
- Perfil: foto Ruiz-Mateos descarrila (20/03/2011),.
- El hombre de la abeja que creó un imperio piramidal,.
- El empresario José María Ruiz-Mateos
ha muerto a los 84 años de edad en un hospital del Puerto de Santa
María (Cádiz), según ha informado el que fuera su abogado durante muchos
años, Joaquín Yvancos y han confirmado en fuentes del entorno de la
familia.
El fundador de Nueva Rumasa estaba ingresado en este centro hospitalario desde mediados de agosto, cuando sufrió una caída en el Puerto de Santa María que le provocó una fractura de cadera, cuya operación se complicó con una neumonía.
Actualmente, Ruiz-Mateos, nacido el 11 de abril de 1931 en Rota, Cádiz, se enfrentaba en los tribunales a varias acusaciones de estafa, insolvencia punible y fraude a la Hacienda pública, causas en las que están implicados varios de sus hijos. El juez llegó a ordenar su ingreso en prisión el pasado 18 de junio, aunque fue ingresado en un hospital por los graves problemas de salud que arrastraba desde hace tiempo.
La excarcelación se produjo en respuesta a una petición del equipo jurídico del abogado, que había recurrido el decreto de prisión y solicitado la suspensión de la pena ante la "enfermedad muy grave con padecimientos incurables" de su defendido. Según varios informes, presentaba un deterioro de su habilidad cognitiva y funcional.
El fundador de Rumasa pasó de ser un emprendedor modelo a protagonizar uno de los escándalos financieros más relevantes del panorama español al expropiar el primer Gobierno socialista este holding. La expropiación, de la que siempre culpó al ministro de Economía de la época, Miguel Boyer, abrió una larga pugna judicial entre el Estado y Ruiz Mateos, que le reclamó la devolución de las empresas y el pago del justiprecio, pero el Tribunal Supremo le denegó la reversión y el Tribunal Constitucional ratificó en varias ocasiones la legalidad del decreto del Ejecutivo.
Con Boyer, Ruiz-Mateos sostuvo una de las más enconadas rivalidades en la vida pública española en los años de la democracia con el ya mítico "que te pego, leche", frase que le espetó a la cara el empresario al ministro cuando intentaba agredirle. En marzo de 1983 huyó a Londres. Fue extraditado de vuelta a España en noviembre de 1985. También se fugó en octubre de 1988 cuando, en una comparecencia en la Audiencia Nacional aprovechó un descuido de los policías que le custodiaban para huir disfrazado con una peluca y una gabardina, otro de sus momentos más recordados.
Ruiz Mateos llegó a sacar dos escaños en unas elecciones europeas en el año 1989. Él mismo fue eurodiputado, lo que le sirvió para que el caso de Rumasa pasara al Tribunal Supremo.
Años más tarde, en 2011 y en esta ocasión con Nueva Rumasa, Ruiz-Mateos volvió a tener problemas con la justicia. El asunto más controvertido fue la emisión de unos pagarés con los que engañó a los inversores y que no llegó a pagar al caer en quiebra este nuevo holding. La Audiencia Nacional le procesó por supuesto fraude por este motivo. El empresario será enterrado este martes en Rota.
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