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Soy analógico, ¿qué pasa?,.
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Los digitales dependen demasiado de un 'me gusta' y un retweet,.
Soy analógico, por lo tanto, soy mayor. Como casi todos los mayores, me niego a reconocerlo y me apunto a esa tontería de que uno es de la edad que se siente, pero cuando enciendo el ordenador, la cruel realidad me golpea a través de Hotmail y de Spotify. Entro en mi servidor de correo y todos los días me llegan mensajes de desconocidos que me ofrecen Viagra. ¿Cómo saben ellos mi edad, por qué creen que necesito Viagra? No tengo la menor idea, pero los mensajes me llegan anunciándome la mala nueva de mi decrepitud inminente.
Lo de Spotify es casi peor. Esos señores... Bueno, en realidad, creo que es una chica de Don Benito quien se ocupa de los gustos de los españoles... En fin, quien sea me recomienda una música acorde con lo que cree son mis gustos y con lo que estima es más adecuado a mi edad. Así que entro en 'Descubrir, recomendado para ti' y por allí se asoman las canciones de Camilo Sesto, las baladas de Juan Bau y los éxitos de Danny Daniel, Roberto Carlos, Dyango, Basilio y Mocedades.
Como aunque soy de educación analógica, vivo pegado a lo digital, lo que me dicen el smartphone, la tablet y el ordenador me toca la fibra sensible, ya sea en forma de Viagra, ya sea en modo 'El gato que está triste y azul'. Sin embargo, al no haberme educado plenamente en lo digital, aún soy capaz de escapar a sus nefastas influencias, apartarlas y abstraerme de un mundo digitaladicto en el que la felicidad y la autoestima dependen cada vez más de un me gusta, un comparto, un retuiteo, un emoticono o un comentario en una red social.
He procurado que todo correo que incluya la palabra Viagra sea dirigido hacia la carpeta de 'no deseado' y en cuanto a la música, me importa un bledo lo que me recomiende Spotify desde que escuché hace una semana a Elefantes, Love of Lesbian y Sidonie cantando el 'Te quiero' de José Luis Perales. Si los modernos se apuntan al '¿Y cómo es él?', ¿por qué me voy a preocupar yo de que me guste Emilio José?
Relativizo mucho los me gusta y no leo desde 2005 los comentarios cobardes de los trolls. Si los leyera, me podría suceder como a Dani Rovira, tan moderno y tan digital él, que tras presentar correctamente la gala de los Goya, ahora se arrepiente. «No me ha merecido la pena presentar los Goya», ha dicho, pero no porque lo haya hecho mal, sino porque en Twitter y en Facebook le están dando cera sin misericordia. ¡Caramba, Dani!, ¿qué esperabas, tío? Si te expones públicamente, te van a crucificar. El universo digital es así de guay. Relaciónate más con los analógicos y te explicaremos nuestros trucos para creer en nuestro trabajo o renegar de él, pero no por cómo se recibe en las redes, sino por nuestra 'analógica' capacidad de autocrítica.
El otro día estuve en el IES Vegas Bajas de Montijo, charlando relajadamente con los alumnos de Primero de Bachillerato. Me invitó el profesor José Luis Molina, del departamento de Filosofía, y pasé un rato muy agradable con los estudiantes. Les expliqué cómo, cuando uno es niño, escribe, pinta, danza o juega al fútbol porque disfruta, pero al crecer, empiezan a opinar sobre lo que hace, gana o pierde premios y, muchas veces, acaba escribiendo, pintando, danzando o jugando al fútbol para agradar a los demás.
Cuando llega ese momento en que se crea para agradar, comienza la verdadera decrepitud (no cuando te ofrecen Viagra o te recomiendan a Mocedades). Les puse ejemplos y les expliqué estrategias para superar la tiránica dependencia de los me gusta, comparto, retuiteo y para burlar a las jaurías de trolls que en esta vida intentarán humillarnos, destrozar nuestra autoestima, llenarnos de miedos y anularnos. No sé si lo conseguí, pero hice lo que debía: intentar que a los estudiantes de Montijo no les suceda como a Dani Rovira. Después, regresé a casa satisfecho, escuchando en el coche mi playlist de San Valentín con los 'Te Quiero' de Perales, Dyango y Nino Bravo y orgulloso de ser tan analógico.
TITULO: EL TIEMPO - Las lluvias provocan desprendimientos en las carreteras riojanas.
Las lluvias provocan desprendimientos en las carreteras riojanas,.fotos,.
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Un gran movimiento de tierra ha dejado cortada la carretera de Villavelayo,.
La carretera LR-113 ha quedado cortada en el punto kilométrico 10.300 (término de Villavelayo) después de que una de las laderas de los montes se ha precipitado sobre el asfalto a las 13.46 horas de hoy.
Este punto no ha sido el único dado que también se han detectado desprendimientos de rocas en el punto kilométrico 25,400 (Viniegra de Abajo) que donde ha quedado bloqueado uno de los carriles.
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La CHE informa de «una situación de mejora» con respecto al nivel del caudal del río Najerilla
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El río Ebro cuadruplica su caudal a su paso por Logroño en 24 horas
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