Estoy orgullosa de mi cuerpo y de todas sus marcas,.
-fotos , Kate Winslet: "Estoy orgullosa de mi cuerpo y de todas sus marcas"
Acaba de ganar su tercer Bafta, estrena 'La modista' y es, otra vez, candidata al Oscar. Lo que distingue a Kate Winslet sin embargo, es su resistenciaa ser una estrella al uso. Inteligente, rebelde, singularísima, así es la embajadora de Lancôme a los 40.
No me lo esperaba, pero ha sido como cruzar una frontera, sentir de verdad lo que significa, por fin, la madurez". Así describía la actriz británica Kate Winslet (Reading, Inglaterra, 1975) cómo se sintió al cumplir los 40 años, el pasado mes de octubre. Y añadía: "Es agradable mirar hacia delante y sentirse vigorosa, satisfecha y fuerte". Hay quien piensa que ya no tiene el encanto combativo de cuando reclamaba tener el cuerpo que le diera la gana y que todo ahora es un poco más impostado que hace una década, cuando rodó Revolutionary road o The reader [El lector], dos de sus películas míticas.
Prefiero que digan que parezco mayor a que parezco de piedra. No quiero falsearme.
kate WinsletActriz
Con su impecable acento británico, ligeramente posh, y su físico delicado y rotundo a un tiempo, tan carnalmente imperfecto, la actriz ha conseguido preservar su imagen de accesible chica de al lado, típicamente británica, y, a la vez, dejar intacto su misterio como actriz, esa desasosegante mezcla de oscuridad y de luz que ha caracterizado su forma de interpretar casi todos los papeles que le han tocado en dos décadas.
Tras convertirse, a los 22 años, en la actriz más joven de la historia en recibir dos nominaciones al Oscar y en una de las más famosas del mundo gracias a Titanic, Kate podía haber seguido el camino como una estrella de superproducciones, pero, en lugar de ello, se decidió por varios proyectos de bajo presupuesto. "No soy una estrella de taquillazos aseveró. Podría haberlo sido y ganar muchísimo dinero, después de Titanic, pero eso simplemente me habría destruido", explicaba una década después.
"¡Mírame ahora!"
De esos años son algunas de su películas más fascinantes: Holy Smoke, de Jane Campion (1999); Iris (2001), en la que encarna a la escritora Iris Murdoch en su juventud; y la cinta de culto Olvídate de mí (Eternal sunshine of the spotless mind) (2004), de Charlie Kaufman. Por el camino había dicho no a Shakespeare in love, El señor de los anillos y, quién sabe por qué, a Woody Allen y Match Point. Winslet simplemente había abandonado Hollywood después de Titanic y había escogido según sus propias leyes. "Aprendí que ser actriz no tiene nada que ver con el deseo de gustar y de que te tengan aprecio", reconoce.Nieta, sobrina, hija y hermana de actores, Winslet empezó a prepararse para llegar a serlo a los 11 años. Su primer contrato fue un anuncio de cereales antes de cumplir los 10 años y su primer papel de actriz le llegó en forma de serie adolescente de ciencia ficción a los 15. Era puntillosa, aplicada y perfeccionista, y muy consciente de su talento.
Pero sus años de escuela habían sido de sufrimiento: fue víctima de bullying hasta la adolescencia porque estaba "rechoncha". La llamaban "ballena grasienta". Incluso uno de sus profesores de actuación, según contó a la prensa tras recibir su tercer Bafta hace unas semanas, llegó a decirle que "podría irle bien si se conformaba con hacer papeles de chica gorda". "¡Mírame ahora!", dijo mirando fijamente a la cámara ante el beneplácito de la prensa.
Un profesor de teatro me dijo que solo debía aspirar a papeles de chica gorda. Se equivocó. No le creí.
Kate WinsletActriz
Todavía no había terminado el colegio, cuando llegó a su vida Peter Jackson mucho antes de convertirse en el director de El señor de los anillos y le encomendó uno de los dos papeles protagonistas de Criaturas celestiales: el de una adolescente fantasiosa y narcisista que decide asesinar a su madre. El otro era el de la escritora de novela negra Anne Perry, su íntima amiga, que la ayuda en el crimen.
Con apenas 17 años, encarnó con una seguridad pasmosa la oscuridad y la perversión que se esconden en el afán de pureza. La película ganó el León de Plata de Venecia de 1994. Un año después, Winslet era Marianne Dashwood, la luminosa heroína de Jane Austen, en Sentido y sensibilidad, capaz del amor más inocente y profundo, un papel que le proporcionó su primera nominación a un Oscar.
La actriz tenía ya la capacidad de encarnar la blancura y la negritud, la levedad y la rudeza, con la misma precisión y credibilidad. Y, sobre todo, de transmitir la mezcla de ambas. Lo llevó a la excelencia, 10 años después de Titanic,en su reencuentro con Leonardo DiCaprio, en Revolutionary road y, tiempo después en la nazi analfabeta de El lector. Ambas le valieron el récord de ganar dos Globos de Oro el mismo año por dos papeles diferentes.
Winslet tenía entonces 30 años. Se había casado y había sido madre muy joven con apenas 23 años,se había divorciado por segunda vez de Sam Mendes, que la había dirigido en Revolutionary road y había aguantado comentarios de todo tipo sobre sus curvas, su entrega como madre "Tres maridos y tres hijos, ¿qué le pasa a Winslet?", titulaba el Daily Mail en 2013.
Pero su franqueza, lejos de agotarse, fue en aumento. Se había convertido en el antiestereotipo de la delgadez dominante. Y, yendo aún más lejos, no dudó en criticar al establishment de la prensa femenina y de la industria de la belleza y cuestionar la omnipresente utilización de Photoshop. Su contrato con Lancôme, marca de la que es embajadora, incluye una cláusula que impide el retoque de sus arrugas y de su rostro.
"Tenemos una gran responsabilidad hacia los chicas más jóvenes explicaba recientemente. Ellas ven las revistas y buscan mujeres con éxito a las que puedan admirar y yo quiero decirles la verdad sobre quién soy, porque se merecen modelos fuertes. Debemos educar a mujeres fuertes. Prefiero que digan que estoy mayor a que parezco una piedra". "Sí, me pongo biquini, tengo estrías y una tripa flácida después de haber dado a luz tres hijos. Sí, llevo biquini, porque estoy orgullosa de mi cuerpo y cada una de sus marcas", escribía en Facebook tras la publicación de unas instantáneas en las que lucía un dos piezas negro y un cuerpo simplemente normal.
Mensaje a las mujeres
"Nunca sentí que me contrataban para ser "el rostro" de algo ha dicho Winslet sobre su relación con Lancôme, firma de la que es embajadora. Era mi mensaje a las mujeres sobre lo que significa ser honesta y sentirte cómoda en tu piel".Contracorriente
Esa misma sinceridad a la hora de enfrentarse a las convenciones de la belleza le ha jugado alguna mala pasada, como cuando juzgó "vulgar", en una reciente entrevista a la BBC, hablar del dinero que ganan hombres y mujeres en el cine, para después aclarar que ella solo quería decir que "por su educación inglesa" le costaba hablar de ello, pero que "por supuesto, hombres y mujeres deben ganar lo mismo". Sin embargo, poco después, volvió a desmarcarse alegando que sería injusto que ella se quejara y que envejecer le ha permitido obtener papeles cada vez más interesantes, al contrario de lo que alegan la mayoría de las estrellas femeninas de Hollywood.Winslet, acostumbrada a ir contra corriente, desfila en las alfombras rojas impecable, pero sigue su particular guerra contra el star system, y continúa pensando que el peor enemigo de una actriz no es la edad, sino acomodarse. Ella parece que nunca lo hará, a pesar de recibir entre hipidos su último Globo de Oro por Steve Jobs y ser candidata a ganar un nuevo Oscar.
TITULO: LIGA FUTBOL - REAL MADRID -0- ATLETICO M. -1- , CUESTION DE ORGULLO Y AUTOESTIMA,.
Hoy sabado 27 febrero a las 16:00
Resultado Final / foto,.
REAL MADRID -0- ATLETICO M. -1- ,
CUESTION DE ORGULLO Y AUTOESTIMA,.
JORNADA 26
El derbi del orgullo y la autoestima
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Muy alejados en puntos y juego del Barça, Real Madrid y Atlético afrontan un duelo que puede macar tendencia para la Champions
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Zidane promete no variar su estilo ofensivo, mientras Simeone cree que «a un partido, no hay diferencia de presupuesto»
Alejados a nueve y ocho puntos del imparable Barcelona en el torneo de la regularidad, Real Madrid y Atlético afrontan este sábado un derbi en el Santiago Bernabéu que tiene mucho más que ver con el orgullo y el honor de ser el primer equipo de la capital que con la importancia en sí de los puntos en la carrera de campeones. El choque examina por primera vez al Zinedine Zidane técnico en uno de esos grandes partidos que marcan tendencia y, seguramente, tendrá consecuencias en el devenir de ambos equipos en la Liga de Campeones.
Aunque tiene la eliminatoria ante la Roma más que encarrilada tras el 0-2 en el Olímpico, una derrota dejaría a los blancos muy tocados. Y la respuesta de su exigente afición apuntaría a los jugadores y al palco, con efectos quizá devastadores para el club. Después de ser incapaces de marcarles al Villarreal y al PSV, los 'colchoneros' acabarían con la moral y la autoestima muy golpeadas si caen frente a su eterno rival, que antaño les acomplejaba pero al que desafían de frente con Simeone.
Zizou busca la fórmula para derrotar al ejército del Cholo, que se le atragantó a varios antecesores en el banquillo merengue como José Mourinho, que perdió una final de Copa en el Bernabéu, Carlo Ancelotti y hasta Rafa Benítez, quien cosechó un empate en el duelo de la primera vuelta en el Calderón, donde Luciano Vietto anotó su único gol en Liga con el Atlético.
De ser una de las víctimas preferidas, el equipo de El Manzanares ha pasado a conquistar Chamartín en varias ocasiones. El curso pasado, el Atlético goleó 4-0 en el Calderón, horas antes de la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo, animada por el cantante Kevin Roldán, y marcó un punto de inflexión para Ancelotti. Y en el Bernabéu, se impuso por 1-2. Adelantó Tiago a los visitantes, empató Cristiano, de penalti, y Arda selló la victoria rojiblanca. Ni el centrocampista portugués, lesionado, ni en el enganche turco, traspasado al Barça, serán esta vez protagonistas. Y bien que los echa de menos un equipo peleado con el gol pero que sólo ha encajado 11 en 25 partidos.
En cuartos de final de la pasada Champions, se clasifició el Real Madrid tras un empate a nada en el Calderón y victoria por la mínima en el Bernabéu, con gol del mexicano Chicharito Hernández. Pero lo que aún duele en los corazones indios, heridos de muerte desde entonces, es la derrota en la décima Copa de Europa conquistada por el Real Madrid, hace dos años en Lisboa.
«Pase lo que pase, la temporada no se acaba con este partido», insistió Zidane en la víspera del duelo. Aseguró que que su equipo mantendrá el estilo y pensará en sí mismo a pesar del potencial del rival como bloque, más allá de su fortaleza defensiva. Simeone sostiene que deben «insistir» en su método para recuperar el gol, se agarra a las matemáticas para soñar con el título y advierte de que «a un partido, no hay diferencia de presupuesto». Sorprendió al afirmar que el «Real Madrid no es más que otro rival».
El equipo de Zidane aún no conoce la derrota, aunque flaqueó fuera de casa con sus empates en feudos del Betis y del Málaga. En Chamartín, goleadas y buen juego frente al Deportivo, Sporting, Espanyol y, en menor medida, Athletic. Nada menos que 20 goles a favor y tres en contra en esos cuatro partidos.
Sin MarceloRegresa el francés Karim Benzema para iluminar el ataque blanco y Cristiano ansía exibirse ante el Atlético. Sus dos goles en los nueve últimos derbis plasman la dificultad que tiene ante los de Simeone. Conocida la baja de Gareth Bale y de Pepe, Zidane lamentó el problema en el gemelo que deja en el dique seco a Marcelo, sin sustituto natural. Aunque su entrenador dice que no cambiará el dibujo, no es descartable que refuerce el centro del campo con más músculo.
El Atlético se presenta sin apenas descanso. Desde que aterrizó el jueves a primera hora en Barajas, tras la cita europea en Eindhoven, sólo habrán transcurrido 58 horas hasta el partido. Sin Savic, sin Tiago y sin Carrasco, su único extremo puro en la plantilla, Simeone planea hacer algunos cambios. Sobre todo, medita equilibrar el centro del terreno con el regreso del argentino Augusto Fernández, recuperado en tiempo récord de una rotura parcial del ligamento lateral interno de la rodilla derecha. El uruguayo Giménez acompañará a Godín en el eje de la zaga y en punta se espera Fernando Torres. Siempre competitivo, no está bien el Atlético, que sólo ha conseguido dos triunfos en sus últimos ocho partidos. La lectura positiva para el Cholo es que sólo ha perdido tres de 31.
Alineaciones probables:Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Carvajal; Kroos, Modric, Isco; James, Cristiano Ronaldo y Benzema.
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe Luís; Augusto, Gabi, Saúl, Koke; Griezmann y Fernando Torres.
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés).
Estadio: Santiago Bernabéu.
Horario y TV: 16.00 h. / Canal+ Liga.
TITULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - El frío exilio de MAKDA ·
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Conmemoramos
durante este año 1999 el sesenta aniversario del inicio del
exilio republicano español de 1939 [Aznar Soler, 1999a]. Un
exilio político de los vencidos en una guerra civil
provocada -no lo olvidemos- por un golpe de estado militar fascista
contra la legalidad democrática republicana. Un exilio que
fue el resultado de una tragedia fratricida soldada con la cifra
literaria de un millón de muertos, a los que hay que
añadir ese medio millón más de
españoles antifascistas que hubieron de atravesar la
frontera francesa en febrero de 1939. La muerte de Antonio Machado
el 22 de febrero de 1939 en el pueblecito francés de
Collioure constituye todo un símbolo de la tragedia
histórica a que fue condenado nuestro exilio
republicano.
En 1939 la derrota
militar de la II República española significó
la ruptura de un espléndido proceso cultural que hemos
convenido en llamar el proceso de nuestra Edad de Plata [Mainer,
1981]. Como consecuencia de la derrota, la intelectualidad
más cualificada hubo de exiliarse entonces y, entre esa
España Peregrina, sin duda nuestros mejores novelistas,
poetas o dramaturgos, para quienes el exilio constituyó una
experiencia larga y dura pero también, para muchos, fecunda
y enriquecedora. Y, entre ellos, repito, la mayoría de
nuestros mejores hombres y mujeres de la escena española
republicana [Aznar Soler, 1995], a los que habría que
agregar aquellos «niños de la guerra» que, con
el tiempo, llegarían a ser figuras relevantes en sus
países de exilio: actores como Edmundo Barbero, Augusto
Benedico o Miguel Maciá; actrices como María Casares,
Magda Donato, Ofelia Guilmáin o Margarita Xirgu;
críticos como Enrique Díez-Canedo; directores
escénicos como Álvaro Custodio, José Estruch,
Ángel Gutiérrez, Alberto de Paz o Cipriano de Rivas
Cherif; dramaturgos o escenógrafos como Salvador Bartolozzi,
Manuel Fontanals, Eugenio Granell, Gori Muñoz, Santiago
Ontañón, Miguel Prieto o Alberto Sánchez.
—12→
I. El drama
escénico de la dramaturgia desterrada
Si el teatro es,
por su propia naturaleza, un arte social, el exilio fue para la
continuidad de nuestra tradición escénica un hecho
radicalmente dramático [Monleón, 1984c]. Teatro
exiliado, teatro vencido y des-terrado que, al faltarle la tierra
de sus escenarios, perdía toda posibilidad de contacto con
su público natural, el público español. El
drama de nuestra dramaturgia desterrada implica, por tanto,
problemas no sólo de lugar y tiempo sino también de
público. Veamos.
1. Un teatro des-terrado
sin escena
En cuanto al
lugar, el des-tierro significa para el teatro la pérdida de
la tierra, es decir, de la escena, la pérdida de sus
escenarios naturales. En este sentido, no debe extrañarnos
que Madrid y Barcelona dejasen de ser en los años cuarenta
las capitales teatrales españolas para ser sustituidas por
Buenos Aires [Diago, 1994 y 1995] y México [Aznar Soler,
1997]. Así, por ejemplo, en el Teatro Avenida de Buenos
Aires se estrenaron durante la década de los años
cuarenta obras de mucha mayor calidad literaria y escénica
que las representadas en el Teatro Español de Madrid, obras
que significaban la continuidad de nuestra mejor tradición
teatral republicana, heredera de Valle-Inclán y de
García Lorca, ambos fallecidos en 1936: el primero de muerte
natural y el segundo asesinado por la barbarie fascista. Ambos
dramaturgos fueron considerados «rojos» por los
vencedores de camisa azul y ambos, lógicamente, estuvieron
prohibidos total o parcialmente por la censura franquista durante
los años cuarenta. Y ambos fueron condenados durante muchos
años más a ese limbo del silencio y del olvido que
fue el precio no de la paz sino de la Victoria.
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