FÚTBOL SALA,.
Rusia 3 España 7España, siete veces campeona de Europa,foto.
La selección de Venancio se impuso con contundencia a Rusia en la final para alzar su séptima corona continental,.
No fue de cualquier manera. España tenía una misión en Belgrado y la solventó con grandeza y simbolismo. Con siete goles ante su histórico rival continental, más que nunca en una final, y ya con siete europeos en la vitrina y en la memoria. Un logro incomparable.Tenía que ser Rusia, para bien o para mal. Tenía que ser ante ellos, rival ya íntimo, enemigo en cinco de las ocho finales europeas que España ha disputado en los últimos 20 años. Tenía que ser con nuestras circunstancias, definidas por un reguero de lesionados que hizo relajar las ambiciones antes del torneo. Y con las suyas, huérfanos de su máximo referente Eder Lima, expulsado en la semifinal, pero confiados a Robinho, verdugo en el cruce de hace dos años con un gol en el último minuto de la prórroga.
¿Pesó el recuerdo? Nada. Tres veces chutó España en el primer minuto, aunque pronto apareció también Romulo para desarmar el dominio con el látigo de su pierna derecha. Obligó a Sedano por abajo y se mostró sobrio el portero del Barcelona, más exigido si cabe en la salida de balón ante la presión rusa. Le costó a España engarzar su juego, pero aprovechó cada ocasión para sacarle brillo, mucho.
Lo hizo primero Miguelín con una tijereta que habría desmontado el pabellón si no se llega a encontrar con el larguero, y continuó el trabajo la selección a base de convertir cada opción de estrategia, cada saque de banda, en una joya. En uno de esos llegó la primera ventaja del partido, tras una conexión entre Bebe y Álex, novato y novato, para abrir el marcador y apuntalar, o eso parecía, la Bota de Oro del 'Diablo'. Se empezaba difuminar el recuerdo de los ausentes.
1-4 al descanso
Aprovechó España para asentar su plan, pendiente de los aclarados para Robinho en la banda derecha, pero más ambiciosa en la presión, el otro filón para el gol. Llegó el segundo tras robo en campo contrario y aguanís de Pola, tranquilísimo ante el veterano Gustavo, y al minuto volvió la estrategia: saque de banda bombeado al segundo palo y trallazo de Rivillos, sensación durante todo el torneo.Parecía sentenciada la final y sólo tardó unos segundos España, otra vez gracias a Pola, en consolidar el diagnóstico y poner el 4-0 a tres minutos del descanso. Celebró el del Inter con dos mortales que sonaron a epílogo, y lo habrían sido si Rómulo no hubiese encontrado primero el palo y después la red a cinco segundos del final de la primera parte.
Con tres de ventaja, los dos equipos pasaron el descanso pensando en el precedente de Kazajistán, que consiguió asustar en los últimos minutos pese a parecer desahuciada. Rusia empezó a usar el portero-jugador a un cuarto de hora del final y los de José Venancio dieron un prudente paso atrás que terminó por dar sus frutos. Sin especialistas en esa situación, la superioridad numérica planteada por Skorovich apenas sirvió para permitir a España cumplir el deseo que expresaba Álex antes del partido: "Que meta dos Miguelín, otros dos Mario y otro yo, así nos llevamos la Bota de Oro todos". Que así sea.
Pocos broches más apropiados para una selección que sin sus referentes lo apostó todo al bloque y al grupo. Como tal celebraron, abrazados todos frente a un Belgrado Arena repleto que acabó por aplaudir sus goles y olvidar que su selección acababa de perder el bronce unas horas antes.
TITULO: BALONCESTO - PAU GASOL, MÁS ETERNO EN LA FIESTA DE KOBE BRYANT,.
El español aumenta su leyenda esta noche (2.30 horas ), disputando su sexto All Star: "Quería ser parte de esto" - foto,.
El All Star es baloncesto con esmoquin, purpurina, glamour. No hay que pretender nada más, ni añorar lejanas pujanzas. Como pura fiesta NBA, siempre busca su leitmotiv, un actor principal sobre el que giren sus luces de neón. Y en la presente edición, la 65, la primera que se celebra fuera de los Estados Unidos, los focos se posan evidentemente en Kobe Bryant, como hace exactamente un año lo hicieron sobre los hermanos Gasol y la dimensión internacional de la mejor liga del mundo. [En vivo: Oeste vs Este (2.30 horas)]
En los títulos de crédito, Pau pasa de protagonista absoluto a actor secundario, pero por el camino sigue haciendo historia, engordando un palmarés único. Esta noche (2.30 h.) en el Air Canada Centre de Toronto, hogar de los Raptors, será su sexta comparencia, justo una década después de aquella experiencia iniciática, y también inolvidable por la amigdalitis que a punto estuvo de dejarle en el dique seco, en Houston. Si Tyronn Lue, técnico del Este (y de los Cavaliers), tiene a bien mantenerle en pista más de nueve minutos, el español superará a Tony Parker, al que iguala en participaciones, como el segundo europeo con más minutos sobre la pista en un Partido de las Estrellas. Por delante de ellos, sólo el inalcanzable Dirk Nowitzki, ausente esta vez.
Más allá de lo deportivo, de un show en el que precisamente el estilo Gasol no se siente cómodo del todo, claro que será especial para Pau. No tanto por ser el único no estadounidense de la cita, tampoco el único de raza blanca, mucho más por estar cerca de su otro «hermano», quien no le pudo acompañar el año pasado por lesión. «Trataremos de disfrutar los momentos que estemos juntos en la cancha, será un momento muy emocionante», ha lanzado el de Sant Boi sobre Kobe. En plena gira de despedida, la estrella de los Lakers hace pausa en el All Star, merecido baño de multitudes para un mito que pronuncia un largo adiós, exprimido físicamente a sus 37 años. «Debería ser más una celebración sobre lo que ha dado al deporte y todos sus logros. Por eso quería ser parte de esto».
Reafirma esta presencia de Pau entre las estrellas (Curry, LeBron, Durant, Westbrook, Harden, Cousins y compañía pugnarán por el MVP) su bendita vejez. Camino de los 36, inigualable hace unos meses al mando de la selección española en el oro continental, sosteniendo ahora (17 puntos y 11 rebotes por noche) a los zigzagueantes Bulls, apenas rastro del paso del tiempo en sus piernas. «Tenía pensado ir a un lugar cálido para tumbarme y relajarme cerca del agua, pero los planes han cambiado», bromeaba el viernes, a su llegada a la ciudad canadiense. Ni siquiera que fuera llamado a última hora por el comisionado Adam Silver para sustituir a Jimmy Butler, su compañero lesionado, resta un ápice de mérito, pues hasta él mismo, siempre cauteloso, nunca victimista, reclamó la «injusticia» de su ausencia en primera instancia, cuando se había quedado a un puñado de votos de ser elegido por los aficionados para el quinteto inicial, olvidado después por los entrenadores. Con Pau, eterno, cada éxito puede ser el último, pero se empeña en retrasarlo. «Es un honor estar aquí, entre estos jugadores y ser reconocido como uno de los mejores de la liga»
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