domingo, 2 de septiembre de 2018

ONDA CERO RADIO - Nadie es perfecto,./ UNA COPA VINO - MADRID RECUPERA A SU JOYA VINICOLA,.

TITULO: ONDA CERO RADIO  - Nadie es perfecto,.

Resultat d'imatges de nadie es perfecto onda cero padre angelNADIE ES PEFECTO' CON NACHO ARIAS, foto.

Padre Ángel: "Cuando hay buenos políticos, hay menos pobreza y más trabajo",.

La sección de Nacho Arias se llama "Nadie es perfecto", pero el invitado de hoy podría ser la excepción a la regla. Se trata del Padre Ángel, sacerdote y fundador de Mensajeros de la Paz. Hoy le rendimos homenaje a través de las voces de algunos testigos de su labor. José Bono asegura: "Todo lo que me pedía era para otros. El Cardenal Osoro nos cuenta que nunca le ha oído decir "una palabra en contra de aquellos que se meten con él". Euprepio Pádula confiesa que "en su Iglesia entran hasta ateos enamorados como yo". Por último, la declaración de Román - uno de los niños que acogió hace casi cinco décadas - consigue emocionarnos: "Yo le llamo papá". TITULO:  UNA COPA VINO - MADRID RECUPERA A SU JOYA VINICOLA,.
UNA COPA VINO - MADRID RECUPERA A SU JOYA VINICOLA, fotos.  MADRID RECUPERA A SU JOYA VINICOLA,.
El buenhacer de los bodegueros y enólogos madrileños ha hecho que los vinos de la región ganen cada vez más peso en la escena nacional e internacional
Este año la Comunidad permite un 10% más de producción durante la vendimia, que ya ha empezado
Resultat d'imatges de UNA COPA VINOEn un alto, a 900 metros de altura, en las estribaciones de la Sierra de Gredos, rodeados de pinares, encinas, enebros, jaras del bosque y plantas aromáticas, en un paraje único, se despliegan centenares de cepas en los ordenados viñedos de las bodegas Las moradas de San Martín. «Los altos lo que te ofrecen es menor cantidad pero más calidad. Son suelos austeros, de arena principalmente, con un suelo muy radical que te concentra la uva, y el entorno te aporta aromas de monte bajo», explica Isabel Galindo, enóloga y directora técnica de una de esas bodegas madrileñas que está recuperando la tradición de hacer buen vino y saber aprovechar la materia prima que da el terreno.
De las 4.329 bodegas que hay en España, sólo 52 están en Madrid, pero estas, conocidas como Vinos de Madrid con Denominación de Origen, empiezan a hacer ruido en el panorama nacional e internacional, aupadas por el buenhacer de sus responsables, por la recuperación de lo tradicional y el respeto al entorno. Las moradas de San Martín es un ejemplo.
«Se está empezando a hablar más de los vinos de Madrid, pero deberíamos estar en más sitios. Los bodegas estamos empezando a dar golpecitos en muchas puertas y se empieza a ver», señala la enóloga, que como el resto del sector madrileño está encontrando mucho apoyo de la alta restauración, pero no tanto de la resautración estandard, ya que 2.500 establecimientos de la región siguen tirando de Riojas y Riberas desconociendo el tesoro que los bodegueros madrileños tienen entre manos.
No en vano, como recuerda Isabel, en la literatura del Siglo de Oro se hablaba de los vinos de Madrid y de Toro como los mejores del panorama nacional. «Incluso en el siglo XVI habia viñadores que supervisaban que no entrara uva de fuera», apunta, durante un recorrido por el viñedo, Mario Barrera, director técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen, que se encarga de vigilar que el vino se elabore según las normas aprobadas por los productores y avaladas por la Unión Europea.
Estamos en una de las tres zonas productoras de vino de Madrid, San Martín de Valdeiglesias, donde se hacen tintos con garnacha y blancos con albillo real, una uva única y propia de la región. En Navalcarnero la variedad es el tempranillo mientras en Arganda es la uva malvar. «El albillo es una uva muy castiza, uva de comer y de hacer vino, con la piel fina, sin mucha pepita y poca presencia de hongos», señala la enóloga, que antes de comenzar en esta bodega, que produce unas 50.000 botellas al año, trabajó en Ribera del Duero.
«Solemos exportar entre el 40-50% de la producción aunque este año esperamos conseguir el 60%», aprecia Galindo, apuntando de alguna manera el déficit que tiene todavía el vino de Madrid en España. «Llamarse Vinos de Madrid en España es un hándicap pero en el extranjero es algo excelente, porque todo el mundo conoce Madrid», dice Barrera. Los países que más aprecian nuestros vinos son Canadá, Suiza, Alemania o Dinamarca.
El año pasado, debido a la sequía, la producción, que suele oscilar entre 20-25 millones de kilos, bajó hasta 15 millones, pero esta temporada se espera la mejor cosecha de la media de los últimos diez años por las intensas lluvias, y por eso, de forma excepcional, la Comunidad de Madrid ha autorizado un incremento del 10% en la producción máxima por hectárea admitida en la vendimia. «Esperamos, por cálculos técnicos que hemos hecho, que lleguemos a los 22 millones de kilos», dice.
En estos viñedos ya han comenzado la vendimia por el albillo. Varios trabajadores se afanan en cortar los racimos con sumo cuidado. «Hacemos una primera seleccion en el campo», confiesa la enóloga, cuya bodega ha recuperado viñedos de hace más de un siglo. ¿Y cuándo se hace la vendimia? «Miras el azucar, la acidez, el punto de maduración de las pieles, el envejecimiento de los pámpanos, la planta te va dando avisos», asegura esta concienzuda experta que se ha encargado que los vinos que salen de la bodega sean orgánicos, ecológicos y en todo el proceso se respete el entorno.
«Queremos que sepa al terreno, es una producción muy auténtica», subraya sobre la producción de un vino que fermenta en cubetas de acero inoxidable que lo mantienen fresco y luego en barrica de roble, donde están hasta siete años. Sorprendentemente, confiesa, apenas hay que tocar la uva garnacha de estas viñas, porque tiene una acidez «impecable», algo muy inusual. «No forzamos los tiempos, ni filtramos ni clarificamos, recuperamos vinos con mucha historia».
Por eso, la labor de estos bodegueros es tan importante, porque cada vez hay menos gente dedicada a la viña porque claro, esto es Madrid, y a veces compensa más vender el terreno que cultivarlo. «Muy pocos toman el relevo. En 1977 había 80.000 hectáreas dedicadas al vino y ahora sólo 9.000 hectareas», afirma Mario, que recuerda que a principios de siglo Madrid cuadriplicaba a La Rioja en producción. Por eso desde Vinos de Madrid se ofrecen rutas enológicas e históricas por las diferentes zonas, con visitas a las bodegas y explicaciones técnicas, para promocionar lo que la región ofrece en vinicultura. Porque estos tesoros hay que cuidarlos.

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