miércoles, 12 de diciembre de 2018

DESAYUNO CENA FIN SABADO - Musas de un nuevo cine,./ DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -Las chicas son vaqueras ,./ Las rutas Capone - Dos guardas forestales holandeses se niegan a sacrificar ciervos sanos en una reserva natural ,. / FUTBOL - Champions League - Valencia -2-Manchester United-1-,.

TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - Musas de un nuevo cine,.

De izquierda a derecha, Paloma Bloyd, Ingrid García Jonsson, Megan Montaner y Marina Salas. DESAYUNO CENA FIN SABADO - Musas de un nuevo cine, fotos,.

Musas de un nuevo cine,.

Castings’ por Skype. ‘Web-series’, películas ‘low cost’,‘crowdfunding’. De pronto, una gran producción y 15 minutos de fama convencional. Así es la realidad de una nueva generación de actrices españolas. Estrellas emergentes que desembarcan en un escenario muy diferente,.


Resultat d'imatges de desayuno lunes
Resultat d'imatges de pescado de merluza empanadaIngrid García Jonsson aún suele buscar su nombre en Twitter. Husmea, por ejemplo, para ver qué comentan sobre ella los numerosos seguidores de Aliados, una serie argentina para adolescentes de notable éxito en Latinoamérica y con más de un millón de seguidores en redes sociales. En los episodios interpreta a Bianca Rock, la mala de la segunda temporada, rubia y española sobre el guion. La actriz consiguió el papel gracias a una prueba que grabó desde su casa en Madrid y envió por Internet a Buenos Aires, y a una posterior entrevista por Skype con Cris Morena, la creadora y productora de este y otros petardazos televisivos a ese lado del Atlántico (Rebelde Way, entre otros). Así funcionan los castings en el siglo XXI. Entre los comentarios de los fans, cuenta García Jonsson, le llegan amenazas e insultos. Del lado de allá, asegura, la odia “todo el mundo”. Se meten con su acento impostado. Critican su pelo teñido. En general, pocos saben que es realmente española y de madre sueca. Que ni el acento ni el color de pelo son falsos. “Yo es que no soy muy famosa”, se excusa García Jonsson por fisgar las reacciones de la audiencia. “Supongo que cuando uno es conocido deja de hacerlo”. Del lado de acá, en el momento de la entrevista en Madrid, le sucede un poco lo mismo. Resulta una cara anónima. Virgen en los cines. Pero mientras se escribe este reportaje, algo está cambiando ahí fuera: el 30 de mayo se estrenó la película que puede dar un vuelco a su vida, Hermosa juventud, del reputado cineasta catalán Jaime Rosales, triunfador de los Premios Goya de la Academia Española de Cine en 2008. En el largometraje, García Jonsson, de 22 años, interpreta a una joven sobreviviendo a la miseria económica de la Gran Recesión en un barrio de la periferia madrileña. Algunos entendidos sugieren ya su nombre como candidata al Goya a la actriz revelación. En el momento de la entrevista, la intérprete acaba de volver del Festival de Cannes, donde se presentó el filme. Por eso exhala y dice: “Una cosa loca. ¿Qué hago yo en Cannes? ¿Qué hago yo en una peli de Rosales?”.

 De izquierda a derecha, Paloma Bloyd, Ingrid García Jonsson, Megan Montaner y Marina Salas.
El rodaje de Hermosa juventud ha sido “lo más bestia” que ha hecho en su breve trayectoria. Aún le cuesta ver la película. “Pasé las cinco semanas de grabación viviendo en la casa del personaje, en una habitación de nueve metros cuadrados, sin teléfono, sin Internet y sin televisión, con tres libros deprimentes que me había dado Jaime; y no podía hablar con nadie del equipo, incomunicada, centrándome en ser única y exclusivamente Natalia”. Para conseguir el papel, mintió en la prueba. Se quitó años. Se maquilló de forma exagerada. Aseguró que era de barrio. Le desapareció el Jonsson de entre sus apellidos. Rosales, que suele buscar intérpretes con una biografía similar a sus personajes, mordió el anzuelo y aún hoy, según la actriz, se sorprende cuando descubre datos reales.
Hija de artistas plásticos afincados en Sevilla y de madre sueca, García Jonsson se puso por primera vez delante de una cámara para grabar reconstrucciones de asesinatos en el programa El rastro del crimen, de Antena 3. Tendría unos 15 años. Luego hizo algún papelito en un programa del dúo cómico Los Morancos. Y entonces comenzó a abrirse un hueco como doble de actrices. La historia comenzó en 2009, cuando aterrizó en su ciudad el rodaje de la superproducción de Hollywood Noche y día, con Tom Cruise y Cameron Diaz en el reparto. La sevillana deseaba secretamente convertirse en actriz y se colocó tres veces en la cola para aparecer de figurante. La directora de casting se fijó en ella, le tomó los datos y una semana después comenzó a trabajar de doble de Cameron Diaz (que le saca 20 años). No hay forma de comprobarlo. Ni de saber el número de películas en que ha suplantado a la intérprete estadounidense. Este tipo de figuración se lleva en silencio. Teóricamente no existe. A ella, en cualquier caso, le dio el empujón que le faltaba. “O me dedico a esto… o voy a ser infeliz siempre”. Se mudó de Sevilla a Madrid, aprovechando una beca Séneca para estudiar cuarto de Arquitectura. La capital le inoculó el veneno del todo. Abandonó la carrera. Se apuntó a la prestigiosa escuela de interpretación de Fernando Piernas. Cortometrajes. Películas de bajo presupuesto. Web-series. “Es un defecto que tengo”, dice. “Me llamas para rodar cualquier cosa y voy corriendo. Me apasiona”. Se abrió un hueco en las alcantarillas del cine español, un hábitat semioculto, fermentado gracias a la escasez de los últimos años, donde se rueda mucho sin apenas dinero, y se estrena más bien poco. “El cine low cost”, lo denomina García Jonsson. “De ahí vengo yo”. Pe­lículas “pequeñitas pero interesantes”, añade, como Todos tus secretos, que se estrenó el año pasado, bajo el decálogo del movimiento Little Secret Films, entre cuyas exigencias se encuentra que se grabe en menos de un día, que nadie cobre y no exista promoción en prensa. O Erika’s Eyes, en la que trabajó sin cobrar hace tres años, y que se pudo ver por primera vez en gran pantalla en el reciente Festival Internacional de Cine de Gran Canaria. La nueva generación de talentos del cine español se curte estos días entre la industria tradicional y el circuito de bajo presupuesto. Cogiendo tablas en televisión y dando el salto a un cine de pocos recursos. Con un pie en lo comercial y otro en lo independiente. Obligados por la necesidad de un sector en carne viva. Y en el que las formas de armar una película han dado un giro de 180 grados. “Tiene que haber alternativas, si no nos quedaríamos todos en casa”, dice la actriz Silvia Alonso, de 24 años, que salió de la nada cuando era estudiante de la Real Escuela de Arte Dramático (RESAD) para convertirse en una de las protagonistas de la serie Tierra de lobos. Estos días puede uno verla en un vídeo colgado en la página web de financiación colaborativa mymajorcompany.com pidiendo fondos para el rodaje de Estirpe y explicando su argumento para que los donantes se animen. Hace unos meses recaudaron 10.000 euros. A cambio de un donativo de 40 euros, por ejemplo, uno podía aparecer como figurante en una escena de la película. El proyecto ha nacido del cineasta novel Adrián López, cuenta con el actor Sergio Peris-Mencheta en el reparto y con el músico Xoel López en la banda sonora. Entre sus mayores mecenas figura el humorista Joaquín Reyes. Y según la explicación escrita del realizador Adrián López en la página web: “Con los 10.000 euros que os pedimos [ya recaudados] podremos empezar a rodar dos tercios de la película: los flashbacks y el documental, dejando para más adelante la parte de la adaptación del cómic, ya que es la más cara debido al vestuario, maquillaje especial, arte y posproducción, llevándose ella sola más de la mitad del presupuesto”. Y en ello andan. Intentando cuadrar agendas –siempre más complicado cuando hay poco dinero de por medio– para acabar el rodaje de esos primeros dos tercios. Soñando con encontrar fondos para terminar la última parte. “Tampoco sé muy bien cómo va a salir”, explica Alonso. “Ahí están las ganas de la gente de seguir adelante y hacer cosas, de innovar y probar”. Mientras tanto, ella combina este rodaje con el de una nueva serie, una comedia para una de las grandes cadenas, de la que, por contrato, aún no puede decir nada. La tele. Ésa es la gran escuela. El lugar donde los jóvenes se foguean y aprenden el oficio de intérprete a base de rapidez y constancia. Hay una cámara en medio de la Plaza Mayor de Madrid y una decena de curiosos mirando. Por lo demás, nadie se daría cuenta de que aquí, a los pies del caballo de Felipe III, se está rodando. Es martes a media tarde. Una voz grita: “¡Chicos! ¡Todos a primera por favor!”. Y entonces los actores y figurantes desandan el camino que acaban de hacer hasta que otra voz añade: “En situación y… ¡Acción!”. Todos vuelven a recorrer sus pasos y la cámara sigue a una joven de media melena azabache, con gafas y gabardina oscura, pisando con fuerza con sus tacones sobre los adoquines y girando la cabeza a uno y otro lado. Kathelen Mullins, una turista de Ohio, toma fotos de la escena y se interesa por la actriz: “Es espectacular. ¿Sabes quién es? Parece Angelina Jolie”. La intérprete Megan Montaner cruza por delante de ella y cuando alcanza los arcos que ribetean la plaza se para. Cortan. Vuelven todos al principio. Y así, casi sin darse uno cuenta, repetirán la misma escena seis o siete veces. En torno a las ocho, en un receso, Montaner se acerca y dice que se encuentra “atacadísima” y se esfuma a ensayar la siguiente toma, con una pistola en la mano. Es el último día de rodaje de la primera temporada de Sin identidad (Antena 3),cuyo primer episodio consta como el mejor estreno de una serie en España en los últimos tiempos. El equipo lleva en estos momentos 11 horas de rodaje a sus espaldas. Durante la pasada semana Montaner ha tenido grabación todos los días. Aparece en el 85% de las secuencias. Los productores añaden que ha sido un acierto elegirla: “El otro día comentaba que aún le queda energía para más”.
Normal. Durante casi dos años, Montaner, de 26, se metió en la piel de uno de los personajes clave de El secreto de Puente Viejo, una ficción diaria de Antena 3. En ella se han educado y siguen haciéndolo un buen puñado de jóvenes actores. Montaner apareció en 381 capítulos, “una marcianada”, bromea ella. “Ya casi no podía con mi vida. Recuerdo incluso decir: ‘¡Por favor, matadme ya!”. Se murió en la serie el mismo día de su cumpleaños en la realidad. Una señal. Un renacer. Pero con mucho viaje ya a sus espaldas. Cuatro de las siete actrices de este reportaje han pasado por El secreto… o por Amar es para siempre (antes Amar en tiempos revueltos), otro de los seriales diarios de la televisión en España. Montaner ha aparecido en ambas. Y con ese bagaje, dice: “Cualquier serie diaria es una escuela superbuena. No en cuanto a creación y a profundización, porque vas a todo trapo. Es una academia de ritmo, de fluidez, de técnica, de memorización”.

La nueva generación de talentos
del cine español se mueve estos días entre la industria tradicional
y el circuito de bajo presupuesto

Cuando paró el año pasado, se tomó cuatro meses de vacaciones. Se fue a Nueva York a estudiar inglés. Viajó por la Costa Oeste de EE UU. Volvió a España. Empezó en otra serie (Gran hotel) y enseguida la llamaron para hacer cine. Lo primero que hizo en su vida fue un secundario en Por un puñado de besos, un producto para adolescentes, respaldado por una de las grandes cadenas de televisión (Antena 3); un proyecto mainstream. En breve aparece en otra película, de corte más independiente: Dioses y perros, protagonizada junto a Hugo Silva y dirigida por David Marqués. Su primer papel principal en el cine. El gran objetivo.
En palabras de la actriz Marina Salas, que también acaba de rodar su primer protagonista en una película para televisión, El café de la Marina, dirigida por la dos veces ganadora del Goya Silvia Munt y coproducida por TVE y TV3: “Vaya tela, eh. He flipado por el rigor, la disciplina y la concentración que has de tener para sostener el peso de una película; por la confianza que requiere en el director, en los compañeros, y por dónde has de colocarte mentalmente…”. Salas, de 25 años, lleva casi un decenio dedicada a la actuación. Casi siempre interpretando a personajes secundarios, algo igual o más duro que un principal porque uno ha de tener, según Salas, “mucha humildad y generosidad; y currar también mucho”.
Ha sido actriz de reparto en la exitosa serie El barco (Antena 3), a la sombra de Blanca Suárez y Mario Casas; en las películas taquilleras Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti, protagonizadas, de nuevo, por Mario Casas junto a María Valverde y Clara Lago; en Por un puñado de besos, encabezada por Martiño Rivas y Ana de Armas. Ha crecido dando la réplica a las jóvenes estrellas. Dice que lo que ella persigue es ser “buena actriz”. Y por eso muchos de sus trabajos, últimamente, tienen que ver con proyectos de bajo presupuesto, en los que uno puede desarrollarse con mayor libertad: el año pasado ganó el premio a mejor actriz que concede el programa de cine Versión Española, por su papel en el cortometraje Sexo explícito; participa en una película financiada en parte por crowdfunding titulada Sonata para violonchelo (en el reparto figuran Jan Cornet y Juanjo Puigcorbé); y en mayo estrenó en La Trastienda,una pequeña sala alternativa de teatro en Madrid, la obra Como si pasara un tren. “Esto habla mucho de la actriz que quiero ser. Lo que aprendo en el teatro no lo aprendo en ningún lado”.
El actor y coach de actores Jorge Elorza, que conoce a Salas desde hace tiempo y estas últimas semanas ha coincidido con ella mientras ambos presentaban obra en La Trastienda, no tiene reparos en compararla con la actriz Candela Peña: “Es una gran bestia de la interpretación para su edad. Quizá ha sido más secundaria porque se aleja del arquetipo de protagonista que buscan el entramado de cadenas y productoras. Pero la suerte que ha tenido es que sus personajes han sido, a menudo, mucho más ricos que los protagonistas. Y eso le ha dado carta blanca y le ha permitido crecer”.
Como preparador de interpretación, Elorza tiene trabajo fijo como coach en la serie El secreto de Puente Viejo. Es la persona que intenta dar algo de coherencia en las actuaciones cuando se rueda a un ritmo frenético. Ayudó a Megan Montaner desde el primer episodio hasta el 381. Y tras la marcha de ésta apareció una jovencísima Charlotte Vega, que pasó nueve meses en la serie. De ambas asegura Elorza que serán “rostros del mañana”, en la medida en que mantengan el espíritu “inconformista” con el que él se encontró al conocerlas. “Son luchadoras y tienen ganas de crecer. Son esponjas y muestran el deseo de subir peldaños en esta larga maratón”.

Cualquier serie es una academia de ritmo,
de fluidez, de técnica.
Vas a todo trapo”, dice megan montaner, curtida en televisión
Charlotte Vega, de 20 años y ascendencia mitad británica, mitad española, pero criada en Sitges, estrenó el 27 de junio Mi otro yo, la nueva película de Isabel Coixet, en la que comparte pantalla con Sophie Turner (Juego de tronos). Es secundaria, pero ahí queda eso. Tampoco era su primera película. Ya había rodado, como protagonista, un largometraje de terror llamado Los inocentes, dirigida por 12 alumnos de último curso de la prestigiosa escuela de cine catalana ESCAC (allí estudiaron Juan Antonio Bayona, Mar Coll y Kike Maíllo). Se estrenó el año pasado en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. Y Vega asegura que durante las pruebas para que la eligieran, se enganchó a la profesión. “Me encantó. Dije: ‘Tengo que hacer esto el resto de mi vida’. En estos momentos, filma El club de los incomprendidos, una película dirigida al público juvenil basada en la novela Buenos días, princesa del autor Blue Jeans. Un pelotazo editorial trasladado al cine del que, si los números van como se espera, quizá se hagan tres películas (porque hay otras tantas novelas).
Su carrera llena de quiebros, y de extremos, no se parece a ninguna otra. La primera vez que Paloma Bloyd se colocó ante una cámara fue en el concurso de televisión Supermodelo 2007. Tenía 18 años. Llegó a semifinales. Después la llamó Verónica Forqué y le dijo que era su concursante favorita del programa. Quería contar con ella para una obra de teatro llamada Adulterios, de Woody Allen, protagonizada por Forqué, María Barranco y Miriam Díaz Aroca. Se unió al reparto. Hicieron más de ochocientas representaciones por España. Esa fu gran escuela.
Desde entonces, Bloyd ha ido creciendo a base de personajes episódicos en series. El año pasado dio vida a Catalina de Aragón en la serie europea Los Borgia y también logró el papel de Niki, una joven que se enamora de un hombre en los cuarenta, en Perdona si te llamo amor (se estrenó hace una semana). Y como no podía ser de otra forma, le salió ese otro proyecto tan habitual en el cine de ahora, de menor presupuesto y más de batalla: Little Galicia, el primer largometraje de Alber Ponte, un gallego con casi una treintena de cortometrajes a sus espaldas. Esta comedia, que cuenta también con la interpretación de Gustavo Salmerón, narra la historia de una colonia de gallegos en Nueva Jersey. Casi como Bloyd: de padre estadounidense y madre asturiana, creció en EE UU y vino a España a los 18. Pero entre tanto ajetreo de rodajes ha sacado tiempo para dejarse ver también por Los Ángeles.
La meca del cine. Un objetivo común en esta hornada. La actriz Alicia Sanz, ceutí de 26 años, asegura que ha convertido su casa casi en un estudio de grabación: allí registra en vídeo las pruebas que luego envía a través de Internet a los directores de casting de Hollywood. Ha mandado muchas últimamente, desde que logró el visado especial para trabajar en Estados Unidos hace un par de meses. Curtida en la escuela de Juan Carlos Corazza (de la que han salido Javier Bardem y Elena Anaya, entre otros), al poco de empezar a estudiar interpretación le dieron un papel en el culebrón Gavilanes (Antena 3) donde pasó dos temporadas.
El año pasado dio su primer salto a la gran pantalla en la película de terror adolescente Afterparty. Y hace poco se dejó ver por Amar es para siempre. Mientras espera una llamada, quién sabe, prepara la obra de fin de curso y ciclo de la academia de Corazza. Su lugar de “entrenamiento”, lo llama. En eso consiste también la cuerda floja del cine. En saber buscarse la vida en los momentos de parón. En sobrevivir a la montaña rusa.
Ingrid García Jonsson, por ejemplo, aseguraba que le esperaban un par de semanas de entrevistas y presentaciones de la película antes del estreno en España. Pero había algo más urgente que atender: “Para empezar, esta noche tengo que volver al bar”. La de intérprete es una profesión algo esquizofrénica. Sobre todo en sus inicios. Un día está uno en Cannes, al día siguiente poniendo copas detrás de la barra.

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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - Las chicas son vaqueras , fotos.

Resultat d'imatges de Las chicas son vaqueras Lucía Guerrero a la estrella Blanca Suárez Las chicas son vaqueras ,.


De una prometedora Lucía Guerrero a la estrella Blanca Suárez, cinco actrices de televisión muestran su lado 'cowboy' y nos cuentan por qué su profesión es arriesgada y altamente competitiva.




Resultat d'imatges de cafe con tostada de jamon y quesoUna mañana de octubre, el día en que cumplía 18 años, Lucía Guerrero se levantó temprano, tomó un taxi y acudió por primera vez en su vida a una sesión de fotos. Como dijo su representante: "Se va a hacer mayor dos veces el mismo día". Hasta ese momento, igual que hasta hoy, era una estudiante de Comunicación Audiovisual de primer año y una actriz desconocida cuyas facciones, de aspecto nórdico, y cierto parecido razonable con Belén Rueda, le habían guiado hasta una ambiciosa serie de televisión llamada Luna. El misterio de Calenda, en la que interpretaría a la hija de Rueda y en la que se vería envuelta en una trama al estilo de Crepúsculo, pero con hombres lobo. Un presunto próximo éxito de la cadena Antena 3, con el sello de los guionistas de El internado. Durante las últimas dos semanas, según contó Guerrero, se habían estado reuniendo los actores de la serie en torno a una mesa -la mesa italiana- con separatas del guión, leyendo en voz alta para que los diálogos fueran tomando forma. En otras palabras, Luna... estaba a punto de comenzar a rodarse y, por tanto, no quedaba demasiado (ahora queda aún menos; se estrena en algún momento de este primer trimestre de 2012) para que su rostro nórdico se volviera, de pronto, reconocible y familiar para miles, quizá millones, de telespectadores. Su vida, al menos la vertiente pública de la misma, se encontraba a punto de dar un vuelco. Nadie sabía casi nada de ella, pero pronto muchas personas querrían saberlo todo. "Prefiero ni pensarlo", dijo la actriz. "Me da pánico".

"Quería comerme el mundo. Con el tiempo me di cuenta de que todo puede ser efímero", dice Ana de Armas
Resultat d'imatges de judias verdes con almejas"Tenía que cambiar de registro. Con 26 años seguía anclada haciendo papeles de niña", explica Esmeralda Moya
"En esta profesión no dependes de ti misma. Al final, siempre es otro el que decide por ti", cuenta Blanca Suárez
Hasta entonces, según recordaba, solo la habían reconocido dos veces por la calle. Había hecho "algo de publicidad" y apareció fugazmente en Karabudjan, una miniserie que pasó por Antena 3 sin pena ni gloria, rodada en 2009 con Hugo Silva de protagonista. Luego, Rodríguez se coló en dos episodios de Doctor Mateo (Antena3) y en uno de Águila roja (TVE1). Aunque todo esto no lo contó el día de su graduación fotográfica. Su representante, Amelia Azorín, madre del actor Eloy Azorín, había preferido concertar la entrevista unos días más tarde, cuando ella pudiera estar presente. "Es su primera vez", argumentó, dando a entender que, en sus primeros pasos, un intérprete se juega mucho y convenía avanzar con agarraderas. Así, mientras la actriz explicaba sus sensaciones en un mundo nuevo con palabras como "pataflús", Azorín añadía que no era fácil encontrar "niñas preparadas y maduras" como Lucía, y que a menudo recordaba a sus representados que han de mantener "los pies en la tierra" para sobrellevar aquello que se les viene encima como una tormenta: "Es fundamental que estén armados como individuos".
Guerrero era la más joven e inexperta de las que posaron para esta sesión de moda vaquera. Un folio en blanco sobre el que se irían proyectando en el futuro los éxitos, las dudas y los anhelos de las otras cuatro actrices con las que fue retratada. Todas, chicas de la tele; con alguna que otra incursión en el cine. A Lucía le esperaba, si tomamos la palabra de sus colegas, una carrera "dura", "complicada", "arriesgada". Y competitiva: antes de comprometerse a la sesión, las representantes de todas ellas se aseguraron de conocer bien la lista de retratadas; una de ellas, incluso, pidió expresamente que, por favor, su representada no coincidiera en maquillaje con otra de las actrices. Por si acaso.
En el otro extremo a Lucía, por edad, se encontraba Esmeralda Moya, quien en estos momentos se hallaba en transición hacia papeles de mujer joven (pero no tan joven) e intentaba esquivar ese síndrome de Michael J. Fox con dedicación y cursillos. Se había visto atrapada en un papel de estudiante de instituto en Los protegidos (Antena 3), y decidió abandonar la serie en 2011. "Tenía que cambiar de registro. Con 26 años seguía anclada haciendo papeles de niña". Comenzó a redefinirse con cursos de interpretación, e incluso de voz, para lograr un timbre más adulto. Así, cuenta, le salió hace poco el papel de baronesa Thyssen para una miniserie de Telecinco en la que, según dejó intuir, se sintió por fin algo más cómoda y cerca de su sitio.
"Los principios son muy difíciles", contó Andrea Duro en un impasse de la sesión. A ella, por ejemplo, solían confundirla (a veces llegó al grado de molestia) tomándola en la calle por Yoli, la adolescente de aires poligoneros de Física o Química (Antena 3), a la que interpretó a lo largo de 4 años y 77 episodios. Ahora le tocaba superar otra valla: el miedo al vacío, a un buzón sin guiones. Porque la serie en la que se hizo mayor de edad acabó en 2011. De vez en cuando se sigue llamando con un compañero, Javier Cabo, y se dicen: "Pronto tendremos algo". Duro añadió sobre el parón: "Lo intentas llevar lo mejor que puedes. Como he estado cuatro años sin parar, el descanso me viene bien para sacarme el carné de conducir, estudiar inglés, interpretación...".
Incluso, la actriz Blanca Suárez, quizá la de mayor reconocimiento de entre las cinco, confesó ese miedo a la nada, a pesar de que tenía previstos dos estrenos de cine (The Pelayos y Miel de naranjas) y seguía rodando El barco (Antena 3). Así veía Suárez su profesión, en la cuerda floja: "Tienes un contrato temporal, y eso supone que si termino la serie en marzo, me quedo en paro y no sé cuándo voy a volver a trabajar, o si ni siquiera voy a volver a trabajar". A los dos días de pronunciar estas frases recibió el Ondas a la mejor actriz de ficción. Unos meses antes se había paseado por Cannes junto a Pedro Almodóvar, Antonio Banderas y Elena Anaya, el director y sus compañeros de reparto en La piel que habito, la película que probablemente le haya cambiado la vida para siempre. Por este papel de hija neurótica de Banderas ha sido nominada al Goya como mejor actriz revelación. "Pero esta profesión no depende de uno mismo", añadió Suárez. "Al final, siempre es otro el que decide por ti. Lo único que puedes hacer es esforzarte al máximo".
María Alburquerque, la profesora de teatro con la que empezó a los nueve años en la escuela Tritón -donde aún la llaman "Blanquita" y tienen colgadas fotos de ella desde que era una niña-, recuerda la primera vez que le impactó su carácter: "Habíamos preparado una obra de Molière. El día de la representación se puso mala, con fiebre. Se tomó no sé cuántas cosas y vino a hacer su función, completamente grogui". En esa época, la interpretación era aún un juego. De hecho, Blanca siguió estudiando sin tener muy claro cómo acceder a ese otro mundo desconocido. Alburquerque le decía: "Primero te cogerán en un casting, porque eres muy guapa y esta profesión es así". Luego le tocaría demostrar sus cualidades. Ocurrió más o menos así: llegó el director de casting Pepe Armengoll a la escuela Tritón, grabó a varios adolescentes y, al cabo de un tiempo, Suárez se estrenaba en el cine con la película Eskalofrío. Tenía 18 años. Ahora, con 23, ha empezado apenas a esbozar su repertorio, según su antigua profesora: "No tiene límites. Posee un registro cómico que aún no se le ha visto. Y en el dramático puede ir aún mucho más allá. Solo necesita tiempo, es muy joven".
Entre medias, Suárez pasó por El internado, una de las canteras de actores más prolíficas. De allí surgió también Ana de Armas, una exótica cubana de 23 años que ha ido limando su acento con el paso de los años en Madrid. Pisó esta ciudad por primera vez en 2006, cuando acudió al estreno de Una rosa de Francia, de Manuel Gutiérrez Aragón, rodada en Cuba y en la que De Armas, que entonces estudiaba en un grupo de teatro, se coló gracias a un casting en La Habana. Se quedó con la copla madrileña. Siguió en la escuela de interpretación. Rodó tres películas antes de los 18. Y en cuanto se hizo mayor de edad voló de nuevo a Madrid y se instaló en el sofá de unos amigos. Al mes, el director de casting Luis San Narciso le abrió las puertas de El internado, donde pasó tres años. "Al terminar, tomé la decisión de irme. Necesitaba hacer algo para mí, no otra serie. Desconectar de todo". Estudió inglés en Nueva York y volvió para rodar Hispania (Antena 3) hasta que volvió a decir basta. "Soy impaciente", dijo De Armas con un ligero seseo. "Tengo apetito de cosas nuevas". Ahora estaba interesada en proyectos "más personales y comprometidos", al estilo de la película que acababa de rodar, El callejón. Y concluyó con una reflexión sobre sus inicios: "Cuando llegué estaba deslumbrada. Quería comerme el mundo. Con el tiempo te das cuenta de que todo puede ser pasajero, efímero, muy triste". No era su caso, dijo.
En ese momento destellaron los focos. Lucía Guerrero, que cumplía 18 años, se estrenaba ante la cámara de Sergi Pons.

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Dos guardas forestales holandeses se niegan a sacrificar ciervos sanos en una reserva natural ,.

Un ciervo en la reserva Oostvaardersplassen.La población ha crecido demasiado en Oostvaardersplassen, y los tribunales han dado luz verde a la reducción preventiva de 1.800 cabezas, foto,.

El sacrificio de 1.800 ciervos sanos en la reserva natural holandesa de Oostvaardersplassen, situada en Flevoland (en el centro del país) ha puesto en un aprieto a sus guardas forestales. Dos de los cuatro con que cuenta el lugar han declinado disparar contra los rumiantes, y han sido sustituidos por sendos colegas. La población de cérvidos ha crecido demasiado, y los tribunales han atendido las peticiones de la Comisión Forestal: no quiere más de 490 cabezas para que superen el invierno. Las batidas darán comienzo la próxima semana.
La decisión de los jueces ha sido tomada después de que un comité independiente concluyera que “dejar morir a los animales de inanición, cuando llegue el frío, es todavía menos popular”. Tres organizaciones ecologistas habían interpuesto una demanda, que han perdido. En años pasados, sí se acababa con los ejemplares más débiles -también hay caballos y ganado vacuno- para ahorrarles sufrimiento. “Como ya habían sido seleccionados por la propia naturaleza, contra esos se puede disparar, pero no contra piezas sanas”, ha dicho ahora uno de los guardas objetores de conciencia, para explicar su renuncia. Su colega “ha recibido amenazas de muerte si seguían adelante con el sacrificio de ciervos”, pero las autoridades holandesas prefieren guardar silencio sobre ello. El ganado vacuno no ha crecido tanto y se puede quedar. Una parte de los equinos serán trasladados a otros lugares. Los ciervos, sin embargo, no resisten bien el estrés, y de ahí su sacrificio, al ritmo de 20 al día durante tres meses

El invierno pasado, las imágenes de animales muriendo de hambre llenaron las televisiones nacionales, y la gente se lanzó en gran número a llevarles forraje. Su gesto provocó el rechazo de los responsables de la reserva, que temieron accidentes dentro y fuera del lugar. Los animalistas también se quejaron de que el perímetro completo del lugar estuviera vallado, impidiendo así una migración controlada en busca de otros pastos. Los zoólogos respondieron que no se trataba de mascotas y la naturaleza debía seguir su curso, pero al final, el Gobierno de la provincia permitió llevar balas de heno.
Creado en 1968 en un área de 56 kilómetros cuadrados, Osstvaardersplassen es uno de los humedales más importantes de Europa. Anidan allí 31 especies de aves. Hay además bovinos de Heck, caballos konik (originarios de Polonia) y ciervos, introducidos a partir de los años ochenta para controlar de forma natural el crecimiento del bosque. El problema es que ninguno de estos mamíferos tiene enemigos, y en 2017, antes del invierno, había ya un total de 5.230 cabezas, según cálculos de la Comisión Forestal. Demasiados, para que superaran el invierno y la falta natural de alimento. A partir de ahora, la Comisión Forestal deberá asegurarse de que no haya más de 1.500 grandes rumiantes en la reserva, para mantener su equilibrio.

TITULO: FUTBOL - Champions League -  Valencia -2-Manchester United-1-,.

 Resultado Final - Valencia -2-Manchester United-1-,foto.

 El Valencia se despidió de la Champions con una victoria que dará lustre en su palmarés internacional a pesar de que el partido se disputó a baja intensidad. Mereció el equipo de Marcelino la victoria y los tres puntos le permitirán descender a la Europa League como cabeza de serie. Aun así, el United tuvo tiempo de demostrar en Mestalla porqué están losmejores en la competición del balón de las estrellas. Tras 87 minutos casi desparecido, asedió la portería de Jaume al final y, a punto estuvo de lograr el empate.

 Resultat d'imatges de el valencia gano manchester united

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