REVISTA XL SEMANAL - EL CAFE MAÑANA - Teenage': el hilo que lleva desde el jazz hasta las Juventudes Hitlerianas , fotos.
Teenage': el hilo que lleva desde el jazz hasta las Juventudes Hitlerianas,.
Jon Savage escribe cómo la primera mitad del siglo XX inventó la idea de juventud con una mezcla de consumismo, romanticismo y violencia
Piensen en Gangs of New York, en El joven Werther, en Rebeldes del swing, y en las películas de Rodolfo Valentino. Piensen en Cabaret y en Adiós a Berlín, en Jules y Jim y en El mago de Oz. Piensen en el jazz y en Zelda Fitzgerald, en las Juventudes Hitlerianas, en Retorno a Brideshead y en Rupert Brooke, «el poeta más guapo de Inglaterra». La línea que une los puntos lleva hasta Teenage, de Jon Savage (editado por Desperta y Ferro), un ensayo monumental que cuenta el nacimiento de la idea de juventud y su desarrollo desde 1875 hasta 1945. O sea: antes de la televisión y del rock, los hitos a los que asociamos siempre la plenitud de la cultura juvenil.
Jon Savage contesta en un correo electrónico desde Londres, donde el tango no debió de tener mucho impacto. Gardel no aparece en su libro, porque éste tiene cuatro escenarios norteños para narrar su historia: Nueva York, Berlín, Londres y París.
"Las cuatro ciudades tenían gangs de delincuentes juveniles a finales del siglo XIX y las cuatro tenían clases trabajadoras urbanas. Conozco bien las cuatro ciudades, conozco su color", cuenta Savage. "París significa una visión más intelectualizada y retórica; en Nueva York los ángulos son más afilados, la bohemia es más dura. Londres es la claustrofobia y algunos espasmos de color. En Berlín hay algo de seriedad, y también un ritmo industrial".
Aquí, entre nosotros: las páginas más emocionantes de Teenage son las que hablan de Berlín: «Berlín es una ciudad maravillosa que vivió los años 20 y 30 de la manera más dramática posible».
Ahora que ya tenemos el escenario, vamos a la sustancia. Savage identifica tres ideas que confluyen en la invención de la juventud. Primer concepto: la masificación de las ciudades y la quiebra de la familia del siglo XIX abandonan a miles de adolescentes a la mala vida callejera. Segunda idea: el romanticismo del siglo XIX, que conduce a una idea estetizada de los años de inocencia y formación. Y tercera: la aparición de la sociedad de consumo, que desde muy temprano privilegia a la juventud.
A esos tres argumentos hay que sumar la realidad que escribe su propio guion. Así, por ejemplo, el desarrollo tecnológico llevó a que la música entrara en las casas. Teenage incluye cientos de páginas dedicadas al jazz y al swing y al efecto que causó en los jóvenes de la primera mitad del siglo XX. Un poco más allá aparecen las guerras del periodo más violento de la Historia. Guerras en las que los jóvenes iban al frente y los viejos tomaban las decisiones desde la retaguardia.
"Antes de la I Guerra Mundial, nadie sabía lo que era una guerra moderna. Los jóvenes fueron al frente con entusiasmo patriota. Cuando volvieron del frente, muchos de ellos se entregaron al hedonismo y a nuevas formas de espiritualidad. Cuando llegó la II Guerra Mundial ya se sabía a qué iban los soldados. En el Reino Unido, como mínimo, los jóvenes iban con terror. Cuando volvieron a casa, muchos se refugiaron en el socialismo o en el consumismo».
Hay hilos irresistibles en Teenage. Por ejemplo, el que lleva desde el romanticismo alemán hasta las Juventudes Hitlerianas con escala en el idealismo naturalista/nudista/panteísta de los años 20.
La tentación es pensar que el autoritarismo del siglo XX no hubiera tenido el éxito que tuvo sin esa idealización de la juventud. «Eso no es del todo justo. Es verdad que la idea de juventud participaba de un deseo de reinventar el mundo, pero no debemos ver esa idea en términos de blanco y negro. Ese proyecto a veces era agresivo y autoritario y otras veces era liberal y hedonista», sostiene Savage.
Otro recuerdo español: se ha contado mil veces que Giménez Caballero y Alberti fueron amigos hasta muy poco antes de la guerra y que se tomaban mutuamente el pelo. A uno por comunista y al otro por fascista. En el fondo, los dos sentían que eran parte de un imaginario partido de la juventud y el mundo nuevo. «La polarización política se da en los años 30 en todo el mundo. Y es verdad: las Juventudes Hitlerianas vendieron a los alemanes la idea de un nuevo mundo que pertenecería a los jóvenes».
TITULO: 'Voy y vuelvo': adiós,. SILENCIO TARDE,.
fotos / El poeta chileno, creador de la antipoesía y
ganador de numerosos galardones literarios, entre ellos el Premio
Cervantes, murió este martes en Santiago, a los 103 años. Sus
admiradores recurrieron a sus versos para darle el último adiós y lo
convirtieron en tendencia mundial en las redes sociales.
Chile se despertó este martes con la noticia de la muerte del poeta Nicanor Parra que con sus versos cargados de humor, ironía y su lenguaje coloquial creó la llamada “antipoesía” y ganó numerosos reconocimientos literarios.
“Con gran pesar informamos de la pérdida del más grande anti-poeta del mundo. 103 años de genialidad. Nicanor Parra por siempre”, anunció a primera hora el ministro de Cultura chileno Ernesto Ottone, quien no informó de la causa del deceso.
Nacido en San Fabián de Alico en 1914 y el mayor de nueve hermanos, entre ellos la folclorista Violeta Parra, Nicanor era científico y académico, pero se acabó convirtiendo en una leyenda de la literatura latinoamericana con obras como ‘Hojas de Parra’, ‘Poesía y Antipoesía’ y ‘Versos de Salón’. Entre las distinciones con las que fue reconocido está el Premio Nacional de Literatura (1969), el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1997) y el Premio Miguel de Cervantes (2011).
Una de las primeras en reaccionar a la muerte del poeta fue la expresidenta chilena Michelle Bachelet: “Chile pierde a uno de los más grandes autores de la historia de nuestra literatura y una voz singular en la cultura occidental. ¡Estoy conmovida por el fallecimiento de Nicanor Parra! Mi más profundo pésame a su familia”.
Por su parte, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien en 2017 fue reconocido con el Premio Cervantes, seis años después que el chileno, recordó a Parra como un “infaltable poeta de cabecera”:
Desde que se conoció la muerte del profesor de Física convertido en poeta, se multiplicaron las reacciones de sus admiradores que lo hicieron ‘tendencia mundial’ en la red social Twitter.
Muchos de quienes querían homenajearlo usaban frases del poeta para darle su último adiós como quienes replicaban los versos de su obra ‘Epitafio’:
“Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!”
Parra era considerado el último sobreviviente de la gran literatura
del siglo XX. En 1962 publicó ‘En Versos de salón’, la obra que supuso
el quiebre con la tradición, que incluye el poema ‘La montaña rusa’:Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!”
“Durante medio siglo / la poesía fue el paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo / y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices”.
Entre las frases de despedida a Nicanor Parra, algunos admiradores
del poeta recordaban algunas de sus reflexiones de tinte social como
esta en la que comparte su preocupación por la desigualdad en la
sociedad chilena:Hasta que vine yo / y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices”.
“Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona”.
Otro de los aspectos por los que será recordado Nicanor Parra es por
sus artefactos, bocetos inspirados en el dadaísmo. “Los artefactos
resultan de la explosión del antipoema. Se podría dar una definición al
revés. Decir, por ejemplo, que el antipoema es un conglomerado de
artefactos a punto de explotar”, dijo el propio Nicanor Parra.
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