TITULO: A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER - Amazon ya luce su logotipo en su centro de la plataforma logística de Badajoz ,.
A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER,.
Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.
Amazon ya luce su logotipo en su centro de la plataforma logística de Badajoz,.
foto / Amazon ya luce su logotipo en las fachadas del edificio que construye en la plataforma logística,.
El gigante del comercio electrónico coloca su nombre en las cuatro fachadas del edificio y anuncia por primera vez su propiedad,.
Amazon cuelga su logotipo ya en el centro logístico que ha construido en la plataforma logística, en la carretera de Campomayor.
Trece meses después de que las máquinas comenzaran a mover el terreno, el gigante de comercio electrónico pone por primera vez su nombre en el recinto. Ni han colocado vallas en todo el año, .
TITULO: LA
BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - Nuevo rumbo de la OTAN,.
La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura.
Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna,
retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un
análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio
denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
La Linterna La Cope ,.
'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina,.
Nuevo rumbo de la OTAN,.
foto / Los acuerdos de la cumbre de Madrid refuerzan a la Alianza en la lucha de Europa contra el ataque de Putin a Ucrania,.
foto / El Concepto Estratégico acordado en Madrid por la OTAN sintetiza, 10 años después de su última versión, la nueva orientación de la defensa colectiva transatlántica. La guerra de Vladímir Putin contra Ucrania ha introducido urgencia e intensidad en un debate obligado a la vista de la marcha del mundo y sobre todo tras la aparición de nuevas amenazas. El núcleo del documento es la declaración de Rusia como amenaza directa a la seguridad, la paz y la estabilidad del área euroatlántica y la de China como desafío a los intereses, los valores y también la seguridad de los aliados.
Con la identificación de estos dos principales peligros estratégicos culmina una aproximación de 360 grados a la seguridad, de acuerdo con los diversos tipos de amenazas —híbridas, cibernéticas, económicas…—, pero también en clave geopolítica. Es el caso de las amenazas que radican en el continente asiático o las que siendo europeas afectan a todo el planeta, como sucede con las repercusiones de la actual guerra en la economía y el comercio globales. Tiene todo el sentido la participación de Japón, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur en la reunión donde ya se ha perfilado la ampliación de la incidencia global de la OTAN y su compromiso con el área del Indo-Pacífico.
El mensaje para Moscú no puede ser más claro, resumido por la frase del presidente de Estados Unidos, Joe Biden: Putin quería una Europa finlandizada y obtiene la otanización de Europa. Es todo un revés para Putin, y lo es también la luz verde de Turquía a Finlandia y Suecia, a pesar de los resquemores que puedan suscitar las exigencias de Recep Tayyip Erdogan respecto al terrorismo. La OTAN parece asumir el mal menor de las concesiones a aliados dudosos, o a veces incluso malignos, sea Turquía o sea Arabia Saudí, con tal de afrontar el mal mayor.
Sin embargo, tras cerrar filas, impulsar los nuevos despliegues en el flanco oriental y confirmar el incremento del compromiso militar de Estados Unidos con Europa, urge un alto el fuego cuanto antes. El presidente Putin puede leer esta cumbre de la OTAN como una exhibición de fuerza armamentística y estratégica de Europa, pero el objetivo es la defensa de Ucrania en busca del fin del fuego y de acabar con las secuelas de la guerra en múltiples lugares del mundo. El camino lo ha marcado la cumbre del G-7 en Baviera al incorporar a cinco países en los que vive una cuarta parte de la humanidad —Argentina, India, Indonesia, Senegal y Sudáfrica— afectada por la crisis inflacionaria, energética y alimentaria.
La realidad del mapa levantado por la cumbre es la de un mundo dividido y polarizado, que exige cerrar filas en defensa de Ucrania y en prevención de nuevas agresiones rusas. Pero el final de las hostilidades no se conseguirá alimentando el embrión de una nueva guerra fría, sino buscando una apertura a los países que han visto hasta ahora desde la barrera la agresión de la Rusia de Putin contra Ucrania, o incluso desde la complicidad tácita con él.
El régimen chino, a diferencia de la dictadura de Putin, ofrece márgenes para una negociación de los desacuerdos y una separación de las interdependencias de carácter estratégico. A pesar de su cruel represión en Xinjiang o de la condenable supresión de las libertades en Hong Kong, China no ha cruzado el umbral de lo irremediable, como Putin en Ucrania, y especialmente, con matanzas de civiles como en Bucha, ciudades arrasadas como Mariupol o el comportamiento vandálico y genocida de su ejército.
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