TITULO: El Telediario La 1 - Las amenazas terroristas y el temor a una crisis migratoria tensan aún más el espacio Schengen,.
Las amenazas terroristas y el temor a una crisis migratoria tensan aún más el espacio Schengen,.
Varios países restablecen controles fronterizos tras el atentado en Bruselas y ante la posibilidad de que repunten las llegadas por el conflicto en Oriente Próximo,.
foto / ¿Está el espacio Schengen muerto? La pregunta volvió a flotar este jueves en Luxemburgo, donde los ministros de Interior de la UE se reunieron en un contexto de gran tensión que ha llevado a varios países a imponer en los últimos días nuevos controles fronterizos para frenar la inmigración que entorpecen el libre tránsito del que tanto se precia Europa. Además, la crisis de Oriente Próximo tras el ataque brutal de Hamás y la dura respuesta de Israel hace temer a los Veintisiete una renovada amenaza terrorista —que Francia y Bélgica ya han experimentado en carne propia—, y un potencial nuevo flujo migratorio que vuelva a poner a prueba al espacio europeo. El reflejo inmediato, una vez más, está siendo cerrar fronteras.
“No digo que esté muerto, pero Schengen está roto y tenemos que repararlo”, dijo el ministro austriaco del Interior, Gerhard Karner. “Y solo podremos hacerlo si defendemos masivamente las fronteras exteriores, tanto desde el punto de vista legal como el técnico”, agregó el representante de uno de los gobiernos que más han presionado para que Bruselas financie muros fronterizos. A su lado, su par alemana, la socialdemócrata Nancy Faeser, asentía, acotando que solo cuando se logre cerrar el largamente negociado pacto migratorio y de asilo europeo, “entonces Schengen podrá volver a trabajar con fronteras abiertas”.
En vísperas de la cita en Luxemburgo, donde se ha presionado también para que Austria y Países Bajos retiren sus vetos a la entrada en Schengen de Rumania y Bulgaria —algo que la presidencia española de turno de la UE espera lograr en diciembre, según ha dicho el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska—, Italia anunció que va a restablecer los controles terrestres con Eslovenia, ante el peligro de que puedan entrar terroristas por esa frontera. “Hemos suspendido el tratado de Schengen solo en la frontera con Eslovenia para evitar que por la ruta de los Balcanes lleguen terroristas que podría atacar nuestro país o en Europa”, afirmó el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani. En la lista oficial de motivos enviada a Bruselas, Roma alega un “aumento de la amenaza de violencia en la UE tras el ataque a Israel, el riesgo de una posible infiltración terrorista, una presión migratoria constante por mar y tierra y un incremento en el flujo migratorio del Mediterráneo central”.
Apenas 48 horas antes de la decisión italiana, en Bruselas, un inmigrante tunecino sin papeles —que había entrado por la isla italiana de Lampedusa a Europa y vivido durante temporadas en Suecia antes de instalarse, irregularmente, en Bélgica— había asesinado a tiros a dos ciudadanos suecos para “vengar a musulmanes”, según las primeras pesquisas, como reacción a la quema de ejemplares del Corán en Suecia en los últimos meses.
La facilidad con que un individuo con antecedentes penales y del que había habido avisos sobre su posible radicalización pudo evitar ser expulsado de Bélgica ha desatado las alarmas de los Veintisiete, que han decidido celebrar este viernes una reunión extraordinaria en Bruselas para discutir, como han exigido en los últimos días varios gobiernos europeos, la manera de facilitar o acelerar las devoluciones a sus países de origen de aquellos a quienes se deniegue el asilo y que puedan suponer un riesgo a la seguridad, según ha anunciado la comisaria de Interior, Ylva Johansson.
Ese mismo lunes en que se produjo el nuevo atentado extremista en la capital belga, apenas unos días después del asesinato en Arras (Francia) de un profesor de instituto por otro radicalizado de origen extranjero, Alemania también había anunciado el establecimiento de controles fronterizos fijos en los pasos con Polonia, República Checa y Suiza, así como la prolongación la misma medida que se viene aplicando desde 2015 con Austria. El motivo esgrimido por Berlín es la necesidad de reforzar la lucha contra el tráfico de migrantes y limitar las entradas irregulares, que no han dejado de aumentar en lo que va de año.
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, antes de participar en el consejo celebrado este jueves en Luxemburgo.
En total, y a pesar de que el tratado de Schengen deja claro que el restablecimiento de controles fronterizos internos debe ser una medida “de último recurso, en situaciones excepcionales y respetando el principio de proporcionalidad”, 10 de los 27 miembros de este acuerdo (23 de la UE, más los asociados Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) tienen actualmente en marcha o solicitados controles de fronteras. Pese a ser una medida temporal, que hay que notificar cada vez, algunos países, como Francia, Dinamarca o Alemania, llevan años, algunos al menos desde la crisis migratoria de 2015, estableciendo este tipo de controles temporales en sus fronteras que, hasta entonces, eran realmente una medida muy excepcional.
Las últimas decisiones unilaterales que restringen la libertad de movimiento entre los firmantes del tratado “son un signo evidente de que volvemos a estar en una grave crisis de Schengen”, dice Raphael Bossong, analista del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP). Aunque las razones que esgrimen los países para volver a imponer controles fijos seguramente tienen sustento legal, para este experto es evidente que el tratado ya no se respeta y que “cada vez más se está haciendo de él una lectura arbitraria”.
Además, acota la analista Camino Mortera, los argumentos suenan viejos. “Es el mismo discurso que teníamos en 2015″, cuando la oleada de refugiados sirios provocó una crisis migratoria en Europa, recuerda la jefa de la oficina de Bruselas del Centre for European Reform, que se dice cada vez más pesimista. Si tras la crisis de 2015 y 2016 llegó a la conclusión de que “Schengen había resistido relativamente bien” a la crisis, ahora cada vez está más convencida de que “capea el temporal sobre la base de estar cada vez más reducido”. “La raíz del problema es la falta de acuerdo y de visión global sobre lo que es una política de inmigración y seguridad europea”, subraya. Y mientras no se reconozca esto, y se actúe en consecuencia, “al final lo que se va a hacer es ir, poco a poco, erosionando Schengen hasta probablemente acabar en un mini-Schengen, o algo parecido (…) porque el consenso no está en tratar de encontrar una solución realista y práctica, sino en tratar de evitar que esto se convierta en un problema político”.
Johansson ha reconocido los problemas. “Por supuesto que tenemos muchos desafíos en el área Schengen”, ha dicho la comisaria de Interior en rueda de prensa. “Los controles fronterizos internos son uno de ellos, porque incluso si están justificados por cuestiones de seguridad interna o cruce ilegal de fronteras, todo control interno obstaculiza el movimiento libre y por supuesto que tenemos que evitarlo”, ha reconocido.
Según ha adelantado, su departamento está preparando un “informe con recomendaciones” tras hablar con los países que han establecido controles fronterizos internos. Y aunque ha valorado pasos “positivos” de los Estados miembros, ha pedido “más cooperación policial, más operaciones conjuntas y menos detener a la gente (en las fronteras)”. También ha urgido a España a que coloque entre sus “prioridades” del semestre europeo la aprobación “lo ante posible” de la reforma del reglamento Schengen, que busca asegurar que los controles fronterizos son restablecidos solo como “último recurso” y que evitaría las lecturas unilaterales e interesadas de los Estados. “Cuento con la presidencia española para que priorice esto, porque ayudaría también con otras medidas que se pueden adoptar en vez de imponer controles internos”, ha dicho. Bossong se muestra escéptico. Hay otras prioridades: “Con la actual crisis migratoria, a nadie le importa lo más mínimo”, concluye.
TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - La lluvia acumulada este jueves dejan ya en Villablino más de 12 litros,.
La lluvia acumulada este jueves dejan ya en Villablino más de 12 litros,.
El sur de las provincias de Ávila y Salamanca en alerta amarilla por copiosas lluvias y fuertes rachas de viento,.
foto / Lluvia en León,.
Las precipitaciones acumuladas a lo largo del día han dejado ya en la localidad de Villablino 12,4 litros por metro cuadrado. Las lluvias también se están dejando notar en otros puntos de Castilla y León como el Puerto del Pico (Ávila), donde hasta las 8 horas se han recogido 10,8 litros, o en Posada de Valdeón, con 10 litros; en Navasfrías, con 9 litros y en Ponferrada, con 8,8 litros, según la red de estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Estos valores están lejos de los 38,8 litros acumulados ya en Grazalema (Cádiz) o de los 24,2 de San Roque de Riomiera (Cantabria), puntos más lluviosos de España en una jornada en la que la Aemet ha activado la alerta amarilla en el sur de las provincias de Ávila y Salamanca, donde se podría registrar más de 50 litros a lo largo de doce horas y rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora.
Las precipitaciones serán este jueves persistentes en el sur de la Comunidad, tendiendo por la tarde a disminuir por el noroeste. La cota de nieve bajará hasta unos 1000-1200 metros al final de la jornada. Las temperaturas tenderán a bajar y las máximas entre las capitales de provincia se moverán entre los 14 grados de Ávila, Salamanca, Segovia y Zamora, y los 12 de Burgos y León.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Antonio Resines ,.
Este domingo - 10 , 17 - Diciembre a las 21.30,Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',foto,.
Antonio Resines ,.
Antonio Resines: "Decir que en el cine todos somos rojos es una gilipollez",.
Antonio Resines. Torrelavega, 1954. Hoy nos ahorramos las presentaciones. Ya saben quién es. Mañana estrena Historias de nuestro cine, su debut como director junto a Ana Pérez-Lorente, donde se sienta con (ilustres) amigos y hacen (hermosa) memoria.
- Hay una pregunta en el documental que haces pero no contestas: ¿qué es el cine para ti?
- Es que me valen las respuestas de todos los demás. Maribel Verdú dice "todo", Carlos Boyero dice "la vida"... y el que mejor lo explica es Fernando Trueba: "Es la única de las artes que gana al tiempo". El cine para mí no suponía tanto como para la mayoría de los que salen en la película, que estaban envenenados de cine desde pequeños y ya de niños querían ser actores o directores. Yo no. A los 18 o 19 años me metí en el cine empujado por amigos y porque no funcionó lo de Derecho, que es lo que empecé a estudiar. Lo que sí hacía en esa época era ir muchísimo al cine, cuatro o cinco veces a la semana. Cuando repetí primero de Derecho, me apunté a Ciencias de la Información y fue allí donde descubrí que podía vivir del cine.
- ¿Cero vocación?
- Nada. En el colegio (Santa María del Pilar) hacían unos test psicológicos absurdos para ver hacia dónde tirabas y a mí siempre me mandaban a Derecho, porque mi padre era abogado, o a periodismo, porque era el director de la revista del colegio. ¡Pero yo no escribía! Yo soy un negao para todo, pero tengo buen corazón, joder, eso también hay que valorarlo. Y soy organizado. Por eso pensé en la producción de cine. Esa era mi idea al apuntarme a la facultad, pero me arrastró el entusiasmo de mis amigos.
- La legendaria banda de 'Ópera prima'.
- Exacto. Ese grupo fundacional éramos Fernando Trueba, Óscar Ladoire, Carlos Boyero, Julio Sánchez Valdés, Juan Molina... Un huevo de gente a la que le apasionaba el cine y que seguimos trabajando en ello. Ellos tiraron de mí porque lo tenían mucho más claro. Fernando a los 12 años ya quería ser director de cine y yo andaba pensando en fútbol o en vete tú a saber qué. No quería ser actor, pero se me apareció la Virgen y descubrí el trabajo perfecto para mí. Seguramente, el único que puedo hacer bien.
- ¿Por qué?
- Porque soy muy disperso y ser actor me exige una concentración muy gorda, pero durante muy poco tiempo. Ahora cuando acabemos voy a un estreno, pero mañana no curro, que no es ninguna tontería. Los periodistas no estáis mal porque no madrugáis, pero esto es aún mejor. Así que si me voy a tomar una copa, que cada vez menos porque estoy muy mayor, no me tengo que preocupar por cómo estaré al día siguiente. Es cojonudo y eso la gente normal no lo puede hacer. Es un oficio, si te va bien, muy cómodo y muy gratificante. Que a la gente le parezca que eres un tío interesante, caigas bien y tu trabajo guste es fantástico. Llevo ciento y pico películas y habré hecho entre cinco y diez buenas. Eso ya me lo llevo puesto y está muy bien, porque no me imaginaba nada de lo que me ha pasado.
- Alguna más buena, hombre. El documental repasa casi todas las películas básicas del cine español y sales en un montón.
- Igual hay un exceso de mi jeta, pero es que otros hablan de esas películas, no es cosa mía. Lo prometo. Ópera prima, La niña de tus ojos, La buena estrella... tienen mucho que ver con la historia del cine en este país, con la llegada a la profesión de otra gente más importante y por ahí estaba yo. Tengo cierto don de la oportunidad.
- Y bigotazo. Eres de esos que, aunque se afeite, en nuestras cabezas siempre lleva bigote.
- Sí, nos pasa Aznar y a mí, sólo que él es mucho más feo que yo.
- Hablemos de los tópicos sobre el cine español. "Sois todos unos rojos...".
- Pues vale, pues muy bien, ¿y qué? Además, no es cierto. Es una gilipollez como decir que todos los del Ejército y de la Legión son unos fachas. Cada uno es de su padre y de su madre. Lo que todos somos en el cine es gente inquieta, que se interesa por las cosas, con cierto nivel cultural... y eso descarta ciertas ideologías. Nada más. Es un tópico que siempre usan los mismos y no hay que hacer ni caso.
- "Vivís de las subvenciones".
- Todas las industrias de este país están subvencionadas. Todas. Incluidos los periódicos, las radios y las televisiones, que son concesiones del Estado. Las ondas hertzianas son de todos y se otorgan en muchas ocasiones por razones políticas. Así que menos señalar. Los periódicos reciben publicidad institucional. La automoción, la agricultura, las eólicas, las eléctricas... Hasta los bancos. Las industrias culturales, no sólo el cine, somos el 3,5% del PIB. Es decir, para que lo entienda la gente sin estudios que es la que dice estas gilipolleces, facturamos anualmente entre 35.000 y 40.000 millones y damos trabajo a 700.000 personas. La cultura crea riqueza. Este año se han hecho 146 películas que han recaudado, sólo en taquilla, unos 100 millones y las ayudas al cine son de entre 20 y 30 millones anuales. Cualquier planta seria de automoción en España recibe entre 60 y 80 millones al año. Una sola planta. O sea, que no me toquen los cojones con el cine.
- "No veo cine español, porque es muy malo".
- Para darle razón a alguno de los tarados que dicen estás estupideces sin conocimiento de causa, sí, evidentemente algunas películas españolas son malas. ¿Qué pasa, que todos los programas de radio son buenos? ¿Todos los periódicos, cojonudos? Además, si no lo ves, tonto del nabo, ¿cómo sabes que es malo? Y te falta el tópico de la guerra, ¿no?
- En efecto: "Todo el día haciendo películas sobre la Guerra Civil".
- De 2000 a 2017, se rodaron unas 3.000 películas en España y sólo 27 eran de la Guerra Civil. Lo miré porque con la de Amenábar, que es una gran película, sabía que iba a salir el tema cualquier día. Pon que en estos dos años se hayan hecho tres o cuatro más. El porcentaje es ridículo. Los cuatro tópicos son tonterías de unos gilipollas que atacan siempre desde el mismo bando ideológico.
- Estás haciendo menos cine últimamente. ¿Es voluntario?
- No, no es voluntario. Simplemente me ha tocado esta fase, me llaman menos del cine y más de la tele.
- Te has reconvertido en cómico millennial con tu colaboración recurrente en 'La Resistencia'.
- Conocí a Broncano en una entrevista cuando yo aún era presidente de la Academia de Cine y nos meamos de risa. Tiempo después fui de promoción a La Vida Moderna y dije cuatro gilipolleces, que creo que les sorprendieron. Y cuando le dieron La Resistencia, me llamó para proponerme una historia muy rara de que interpretase cosas intangibles: la separación de poderes, la wifi... Una gilipollez, vamos. Pero le pregunté si pagaban, me dijo que sí, aunque poco, y fui. Si una cosa no son estos muchachos es tontos y vieron que a los jóvenes, que si acaso me conocía por Los Serrano, les hace gracia ver a un señor mayor ahí diciendo burradas. Y así llevamos tres temporadas. Y en El Hormiguero lo mismo. Fui de invitado, les hice gracia y ahí estamos. No ha sido premeditado, pero me lo paso muy bien. Y a raíz de eso me están llamando más para películas.
- En realidad, siempre has sido un actor eminentemente cómico aunque, como siempre, los premios llegasen por papeles dramáticos.
- Yo no sé hacer grandes papeles tenebrosos. Si me piden que haga de capitán Ahab, les digo que lo haga Josep Maria Pou, porque yo para eso no valgo. Todos tenemos nuestros límites y hay que conocerlos. Sé en qué espectro me muevo bien y de ahí no me paso, porque me voy a dar una hostia como un piano. Luego están los buenos de verdad, los que les da lo mismo ocho que ochenta y lo hacen todo bien. Pero de esos, queridos niños, hay muy pocos. Salen un par por generación y yo aún me sorprendo pensando cómo cojones lo hacen. Karra Elejalde haciendo de Unamuno después de Ocho apellidos vascos es un ejemplo. Eduard Fernández, Javier Bardem... Hay equipos de Champions y otros de Segunda, así es la vida. Yo no soy un actor de Champions, estoy en la zona tranquila de Primera, pero tengo mis momentos.
- Cuenta Imanol Arias que, cuando empezó, le daban muchos papeles porque los otros dos de su generación erais Juanjo Puigcorbé y tú y sólo él era guapo.
- Es verdad. Yo estaba en un término medio que me ha venido bien. Ni alto ni bajo, ni delgado ni gordo, ni feo ni guapo. Esa zona intermedia es buena para sobrevivir.
- 'Los Serrano' explotó totalmente ese perfil de español medio.
- Sí, en los 70 era Alfredo Landa y luego me tocó a mí. Aunque ya eran otro tipo de personajes. Los de Landa y Pepe Sacristán eran trabajadores, muy pocos con estudios universitarios, todos casados... Los míos estaban divorciados, eran arquitectos o profesiones liberales, una clase media un poco más moderna. Yo ahí me movía bien porque es mi origen social y, sí, la gente me compró como referente de ese español medio. Parece que me tienen cierto cariño. Y ya con Los Serrano fue una bestialidad.
- De ser el actor más famoso de España durante años.
- Prácticamente. Laboralmente fue la hostia, porque pillé la edad de oro de las series en España. Entraron las privadas, funcionaban como un tiro y se empezaron a pagar de maravilla. Ganábamos muchísimo dinero todos, así que los inconvenientes que pudiera traer la fama me compensaban. Además, me cogió con casi 50 años, me daba igual. Los que las pasaron putas fueron los chavales: Fran Perea, Verónica Sánchez, los niños... Pero para mí y para Bonilla era cojonudo: hacíamos caja y, luego, a nuestra vida tranquilamente. Luego hice más series y no funcionó ninguna. En esta profesión muchas veces no sabes por qué funcionan las cosas, así que relativizas bastante. Mira La Reina de España.
- ¿Es el mayor fracaso de tu carrera?
- En términos económicos, sí. Fue por el boicot que se lanzó porque Fernando (Trueba) había dicho que no se sentía español. Las manifestaciones de Fernando no fueron las más acertadas, pero había pasado un año y pico. Dio igual. Se montó una campaña conservadora dirigida por gente muy potente y la bola fue tan acojonante que no fue nadie a verla el día del estreno, antes de que se supiera si era buena o mala. Ni dios. A una peli con un reparto acojonante y que continuaba un éxito como La niña de tus ojos. Conclusión: una película que había costado 11 millones recaudó 1,2. Yo había puesto algo de dinero, así que el hostiazo fue... Por eso estoy haciendo todas estas tonterías de la tele que hago ahora (risas).
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