TITULO: Viajeros Cuatro - Los cinco rincones de Santiago de Compostela que todo peregrino debe visitar,.
El Miércoles - 6, 13 Diciembre a las 22:45 por La
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Los cinco rincones de Santiago de Compostela que todo peregrino debe visitar,.
Estos cinco lugares de la ciudad son indispensables para conocer a fondo su historia y su cultura,.
Europa se construyó caminando a Santiago. Así lo marcan las piedras de la ciudad piadosa, la frase está grabada con fuerza en las aceras y en las puertas y los ladrillos de cada casa del casco histórico. En las mentes de cada compostelano. Pero antes de desvelar los cinco rincones que todo peregrino debe visitar, hará falta entender por qué el peregrino camina hasta aquí y no a cualquier otro lugar.
Como la mayoría de los apóstoles, Santiago el Mayor recibió una muerte terrible, decapitado por órdenes de Herodes Agripa. Para salvar sus restos de la profanación que seguro sufriría a manos de judíos y romanos, dos de sus discípulos consiguieron llevar el cuerpo del santo a Hispania, donde según la tradición, había estado varios años atrás predicando el Evangelio. Furtivamente lo subieron a un barco y atravesaron las Columnas de Hércules, hasta llegar a Gallaecia, luego lo enterraron y el secreto se disipó con los siglos. Fue el Obispo Teodomiro, en el año 813, quien encontró la sepultura. Y comenzó una peregrinación sempiterna que llega hasta nuestros días.
Una vez aclarado el motivo de por qué Santiago de Compostela es uno de los centros de peregrinaje cristianos más importantes del mundo, busquemos ahora los cinco rincones imprescindibles para el visitante.
La colegiata de Santa María de Sar
Los edificios más antiguos de Santiago guardan en los recovecos de su piedra siglos de historias por descubrir. Quiero pensar que allí esconden los peregrinos sus pecados, bien dentro para no verlos nunca más, sus faltas y sus oraciones, sus sueños, sus miedos. Y la piedra de la ciudad aguanta el peso de estas sensaciones, casi hasta estallar. Las columnas de la colegiata, construida en el siglo XII con un estilo claramente románico, son el ejemplo perfecto de este fenómeno espiritual, en Santiago ocurre así, lo abstracto cobra forma y se solidifica hasta que, pasados los años, puedes alargar la mano y palpar.
Un simple vistazo basta para asombrarse y comprobar que las columnas interiores de la colegiata están inclinadas. No aguantan mucho más. El motivo de esta inclinación no está claro, es un misterio, por eso podría ser, quizás, que nueve siglos de oraciones con la piedad que caracteriza a Santiago hayan terminado por provocar esta extraña postura.
Museo do Pobo Galego
La cultura gallega es una radicalmente diferente a la del resto de España. Sus ascendientes llegaron milenos atrás desde los mares del norte, quizás huyendo de una fantástica amenaza que ni siquiera sus propias leyendas están dispuestas a recordar. La similitud entre la cultura celta en Galicia y los ritos escoceses o vikingos permite dudar y volar con la imaginación. ¿Qué terrible criatura habitó en los bosques del norte, cuando solo los más violentos humanos lo aguantaron mientras el resto se desperdigó por Europa?
Partiendo de esta base, la cultura gallega se ha alimentado del paso de la Historia, la influencia de los peregrinos medievales ha tallado ciertos detalles deliciosos de desbrozar para el visitante curioso. El mejor lugar para descubrirlos sería el Museo del Pueblo Gallego, aquí vienen expuestos todos los detalles que conforman el entramado de Galicia. En la vestimenta tradicional se encuentran nuevos rasgos similares con los pueblos del norte europeo, zuecos incluidos, y un gracioso chubasquero fabricado con hebras de paja muestra un asombroso parecido con la indumentaria de los hechiceros africanos.
Aunque todavía no cuenta con una zona dedicada a la cultura celta, en este momento se está llevando a cabo una ampliación del museo, y para finales de este años podremos disfrutar de un nuevo pedazo del misterio gallego, en su faceta más mágica y mitológica. La única pega del museo, incomprensible a mi parecer, es que todos los carteles explicativos están en gallego, no se puede encontrar uno solo en inglés o en castellano. Una pésima idea cuando pretendes mostrar tu cultura a los pueblos de fuera, aunque supongo que así de incoherente es el mundo en que vivimos ahora.
El Mercado de Abastos
Abre todas las mañanas menos los domingos. Una exquisita muestra de bullicio, amor por la tierra y olores de leyenda se barajan entre cada uno de sus edificios, abiertos para que el visitante conozca nuevos aspectos de la cultura gallega. Una hora de compras bastará para llevarse de vuelta a casa los ingredientes necesarios para un manjar. Quesos de tetilla, frutas de tantos colores que los ojos no tienen tiempo a descifrarlos, carnes deliciosas, pescados frescos que coletean en busca del mar, sabores imposibles de explicar, son los frutos de un jardín de las delicias escondido entre las rías.
Una buena forma de visitar el mercado es recién despertados, con un café para llevar en la mano y buscando los puestos donde venden tartas de Santiago en miniatura. Se deleita uno con ellas, sentado en los bancos de piedra de los bordes del mercado, y continúa la excursión.
La Catedral
La visita más importante. La más sobrecogedora y espiritual. No es necesario ser cristiano para tantear su piedra y sentirla palpitar. La presencia de los peregrinos en la plaza do Obradoiro, embarrados y de sonrisas holgadas porque han alcanzado su destino, trasmite al visitante una sensación de victoria compartida, y aquí se encuentra el núcleo que vuelve viva una ciudad como Santiago. Es esta sensación de victoria, el murmullo de los pecados y las oraciones haciéndose un hueco entre las piedras.
Construida entre 1075 y 1211, con capacidad para albergar a 1.200 fieles, es en sí misma un espectáculo de piedad visual. Las gárgolas y los ángeles tallados en la roca, ligeramente verduzcos por la humedad, vigilan con ojo atento que no entre una sola pizca de mal por sus puertas. El campanario guarda un silencio sobrecogedor hasta las horas en que es preciso llamar a toda la ciudad. Pregunte el visitante las historias que esconde la piedra. Que las busque tras las columnas, entre las tumbas de los hombres santos.
Actualmente la Catedral está en obras, no puede visitarse la tumba del apóstol y por esto, algún viajero pensará que no merece la pena entrar en ella. Error. Ahora mismo se está haciendo historia en el interior del templo. Cada martillazo da nuevas formas a su leyenda. Igual que leemos con infantil interés sobre los artesanos que colocaron las primeras piedras, hoy podemos conocer a esos mismos artesanos en su versión contemporánea. Llevan cascos de plástico y cinturones de herramientas colgando de sus caderas. Son la nueva generación de los constructores de las catedrales y es excitante pensar, mientras se escucha el golpe de cada martillo, que en este mismo momento se están escribiendo nuevas líneas en el grueso libro de Santiago.
Los mejores lugares para comer
Un peregrinaje espiritual no puede abandonar el lado físico. Será por esto que Santiago es una de las ciudades donde mejor se come en Galicia. Cuando se visita la catedral y el casco histórico, en torno al mediodía y tras el desayuno obligado en el Mercado de Abastos, el lugar al que acudir está claro: la rúa do Franco, un escaparate de bares y restaurantes donde el secreto se encuentra en la excelente materia prima que manejan.
La mejor selección de carnes - estoy hablando de chuletones de buey rozando el kilo y medio - abrió hace apenas un año en la rúa Nova de Abaixo. Es el Asador Gonzaba y no deja indiferente a nadie, ni siquiera a los leones. Al ver los excelentes asadores tostando las piezas a fuego lento, no pude evitar pensar que su cocinero tiene uno de los mejores oficios del mundo, y llegué a sentir ciertos rastros de envidia. Si el visitante está dispuesto a complacer el estómago sin miedo a pagar el precio que requiere, este es su lugar.
Una de carne y otra de pescado, una de nuevo y otra de clásico. El Restaurante San Clemente, abierto desde hace 40 años, es conocido en toda la ciudad por el mimo y el sabor con que cocina su excelente variedad de pescados y mariscos. No es pecado si se hace con amor. Aunque se pueda comer en la terraza o en el interior, mi recomendación es sentarse en la barra. Ignoro por qué razón, pero el marisco de San Clemente sabe mejor si se come exento de remilgos,.
TITULO: Ven a cenar conmigo - EL HOROSCOPO - Ramón García- Que cada palo aguante su vela,.
Ramón García- Que cada palo aguante su vela,.
No merece la pena presentar a quien toda España ya conoce. Si a alguien se le escapa, el Grand Prix ya lo arreglará,.
fotos / Ramón García,.
Presentar a Ramón García (Bilbao, 1961) es quizás el acto más absurdo que uno puede acometer en la vida. Porque, salvo que haya vivido encerrado en una cueva los últimos 30 años, no existe español medio que no reaccione ante el nombre de Ramontxu, no relacione la capa con las Campanadas o no tararee la sintonía de Qué apostamos o el Grand Prix. Y si a alguno se le escapaba, está de vuelta el programa del abuelo y el niño del abuelo. Siéntense cómodos que empieza.
- ¿Qué se siente en ese plató del Grand Prix? ¿Le ha caído alguna lagrimita con la vuelta?
- La palabra es emoción de volver a vivir lo de hace 28 años cuando creamos ese formato. Yo voy cosido a este formato, me acuerdo de los compañeros que ya no están. De hecho, en la última grabación vinieron compañeros jubilados que han trabajado en el Grand Prix y fue precioso. Y sí alguna lagrimita cayó cuando vi la grada llena de gente botando el primer día.
- ¿Nunca pensó que no iba a volver a hacerlo?
- Carlo Boserman, el productor ejecutivo, y yo hemos lucha todos los años. Carlos nunca se ha rendido pero sí dijo en algún momento que igual había que dejarlo, pero llegaba la fecha y volvíamos a contraatacar. Y la audiencia nos está dando la razón, el Grand Prix es un formato eterno, sólo tiene que ir pegado a los tiempos, sin perder la esencia. Los datos entre los niños que nunca lo habían visto son espectaculares, de estudio.
- Siempre se dice que este país ha cambiado mucho en 20 años, pero al menos en los niños parece que no tanto por esos datos
- Ha cambiado a mejor, estamos mucho mejor en todo, pero el Grand Prix es tan entretenido, tan sencillo y tras divertido que los niños se quedan hipnotizados. Los de ahora, los que vendrán y los que estuvieron. Por lo tanto.
- En esa renovación, ¿echa de menos la vaquilla?
- Ya no existe ese debate. Cuando no estaba la Ley de Bienestar Animal, siempre luchaba por el Grand Prix con vaquilla, siempre ha habido quejas y problemas, ya desde el principio. Cuando sale la ley, se acabó la conversación, es como cuando se prohibió fumar en los sitios. La ley está por encima de cualquier razonamiento. Yo soy taurino y soy el que más he luchado para que esté la vaquilla, pero no se puede ir contra la ley. Eso solo lo piensan los tontos, que hay más que botellines.
- ¿Ha tardado demasiado en volver el Grand Prix?
- Sí, podría haber vuelto a los dos años de quitarlo con datos impresionantes, que se lo hagan mirar los directivos que dijeron que no. Fueron quitando estos programas porque son muy caros, pero dan buen rendimiento. Eran otros tiempos, a mí en TVE me han quitado programas con un 20 o 22% de share y ahora está en un 9% la media. Nosotros hemos hecho un 26,1% en el primero, hemos triplicado la audiencia de la cadena. No lo hace nadie y tiene mucho mérito. Es una lección para muchas personas en los despachos que no valoran el trabajo, el esfuerzo y la memoria del público. Espero que los que nos dijeron que no hagan una reflexión del gravísimo error que cometieron.
- ¿Les guarda rencor?
- No, qué coño, al contrario, es trabajo. Yo sólo pido que reflexionen y entiendan que teníamos razón para defender este proyecto. El tiempo nos la ha dado.
- Igual hay que volver al entretenimiento y no sólo a las tertulias políticas.
- Puede ser, lo que hay que hacer es televisión, no radio televisada. Hoy en día cuatro personas sentadas hablando de política o de corazón ya son un programa. Eso es radio televisada, la tele es espectáculo e imagen. Pero es mucho más barato sentar a cuatro tíos con tres cámaras y ya está. Por eso, la gente que no conocía el Grand Prix se ha apuntado mayoritariamente al colorido, los decorados y los juegos.
- ¿Puede ser Ramón García el tío más querido por los pueblos de España?
- No lo sé, pero me hicieron una estatua en un pueblo que estuvo en el Grand Prix y me quedé alucinado.
- Alguna comida gratis también caería, ¿no?
- No, no, no, yo soy muy respetuoso y muy tímido. Yo nunca di un pregón, y me pedían muchos, porque no tenía tiempo y era un agravio comparativo dar unos sí y otros no. Me he sentido muy querido, nosotros vivimos en ciudades donde no sabemos ni quien es el vecino de enfrente. Esa cercanía de los pueblos es maravillosa y yo me siento muy cercano a ellos.
- Si hemos desempolvado el Grand Prix, ¿podemos desempolvar otra vez la capa?
- Mi capa siempre está guardadita y cuando hay una oportunidad interesante la saco. Yo sigo haciendo las Campanadas, pero en un medio diferente. He dado las campanadas en cuatro décadas distintas, desde 1995, nadie ha hecho eso. Yo ya lo tengo cubierto, he tenido audiencias que ya nadie más va a tener y me gusta hacer cosas nuevas. Por eso se lo propuse a Ibai porque me gusta juntarme con gente joven, me da vida.
- ¿Las críticas de periodistas a Ibai las entiende?
- Ibai es un grandísimo comunicador, sin duda de los mejores en este país. Y con una flexibilidad que ya quisieran muchos veteranos. Ya la quisiera yo. Los que le critican es por pura envidia y porque son unos mediocres que no son capaces de llegar donde él.
- ¿Y el Twitch lo controla? ¿Ha entrado alguna vez?
- En mi vida, y sigo sin entrar. Hay alguna cosita me interesa, pero hay una brecha generacional. Yo ocupo mi poco tiempo libre en otras cosas y a esas plataformas hay que echarles tiempo. Pero son el presente y el futuro, quien no quiera verlo está equivocado. Por eso fui yo el que le propuse a Ibai esas campanadas, no él a mí como se dice. Si 400.000 personas se ponen a ver a un tío en una plataforma comiendo pizza con los amigos, hacen algo interesante. Y encima es paisano y seguidor de mis programas desde que era niño.
Si pierdo la ilusión o flojeo, me iré yo solo de la televisión, no me lo tendrá que decir nadie
- Sus inicios son como DJ, ¿aún sigue con ello?
- Yo pincho música en mi programa en Castilla-La Mancha todos los días y el previo del Grand Prix siempre lo hago con música. Es un chute de adrenalina y la disfruto mucho.
- ¿En el trap y en el reguetón ha entrado?
- Yo pongo de todo, absolutamente de todo. Yo no soy muy de reguetón por mis años, pero si hay una canción que suena mucho de reguetón ese verano la pongo. ¿Cómo no la voy a poner si le gusta a un público mayoritario? No se puede ir en contra de la mayoría, yo no escucho reguetón en el coche, pero si a la gente le gusta se la pongo. En las discotecas de mis padres yo siempre les decía a los dj que había que poner la música que a la gente le gusta bailar. Y yo hago lo mismo.
- Ahora, junto a Juan y Medio, es usted el cupido de las personas mayores pero en Castilla-La Mancha.
- Son siete años largos con tres horas de directo cada tarde en En compañía. No conozco a nadie que lo haga con mi edad, pero por encima de eso está ayudar a la gente de verdad y me hace muy feliz trabajar aquí. Hemos hecho más de mil parejas, personas mayores que estaban solas, que vienen luego a darte besos y llorar de la ilusión. Eso no hay dinero que lo pague ahora mismo. Es una paliza brutal compaginarlo con el Grand Prix, pero a mis 40 años de profesión esto es un regalo. Y fue Juan, que es como un hermano, el que me animó a hacerlo.
- ¿Echaba de menos la tele nacional?
- No, para nada, mis expectativas profesionales y emocionales las cumple perfectamente En compañía. El Grand Prix ha sido un regalo, todo lo que venga ya en esta edad es un regalo en lo profesional. No he perdido ni un ápice de ilusión cada vez que se enciende el piloto de la cámara porque me hace feliz. La gente me dice que estoy mejor que con 40, tirándome por el suelo y disfrutando.
- Ganas de jubilarse, ninguna, por lo que veo
- Por ahora no, este es mi oficio y me sigue gustando. Pero el primer crítico con Ramón García es Ramón García y el día que vea que flojeo, que he perdido la ilusión o no estoy en condiciones, me iré yo solo, no me lo va a tener que decir nadie.
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TITULO: ¿Te lo vas a comer ? - El cacereño que cocina desde que tenía tres años . ,Alberto Chicote,.
El Miércoles - 6 , 13 - Diciembre a las 22:45 por La sexta ,fotos,.
El cacereño que cocina desde que tenía tres años ,.
lvaro Holgado ha pasado por Atrio y ha trabajado mano a mano con Ferran Adrià, pero antes de eso ya sustraía a su abuela ingredientes de la despensa para hacer bizcochos y magdalenas,.
Hay criaturas que juegan con muñecas, balones, tractores o que montan un grupo musical, como las protagonistas de La Mesías. Pero también hay otras que pasan las horas en una colorida 'cocinita'. Es el caso de Álvaro Holgado Fernández, propietario de Maná y de Chef Alia. Con tan solo tres años los Reyes le trajeron aquello que tanto anhelaba: una cocina de juguete en la que dar rienda suelta a su imaginación. Pero, por aquel entonces, Melchor, Gaspar y Baltasar no podían ni imaginar cómo de importante sería ese objeto en su vida.
«Me acuerdo perfectamente de ella, tenía un grifo, una espumadera, un microondas, una tetera...», rememora este cocinero cacereño de 26 años que no sabe de dónde le viene la vocación, ya que nadie de su familia se dedicaba profesionalmente a la hostelería, pero sí menciona a sus abuelas y a su madre entre sus primeros recuerdos culinarios. «Me subía a una banqueta y las ayudaba a pelar zanahorias y a remover las cazuelas». Más tarde, con nueve años, su mayor trastada era «robarle» a su abuela. «Cogía los huevos del gallinero y me metía en la alacena a hacer como que bebía leche, pero en realidad llenaba los vasos de harina, azúcar... Luego los dejaba en la ventana, saltaba y me iba corriendo a mi cocinita a hacer bizcochos, magdalenas y churros», confiesa.
Seguro que recibió alguna regañina, pero eso no le quitó las ganas de cocinar e investigar. Cuando estudiaba la ESO aprovechaba los descansos para hacer galletas. «Era mi manera de espantar el aburrimiento. No obstante, aunque quedaban perfectas, a mí no me gustaban, Algo que, evidentemente, no me pasa ahora», cuenta mientras sonríe.
Álvaro es muy goloso y actualmente continúa disfrutando mientras cocina, pero también, ya sí, degustando sus elaboraciones, entre las que destaca su tarta de queso, famosísima en Cáceres y que siempre le pedían sus amigos en las comidas; su tiramisú; su crumble de manzana; su brownie...
Sin embargo, no fue hasta cuarto de ESO cuando su profesora le contó que existía algo así como la universidad de la cocina, el Basque Culinary Center. Así que con 18 años, y tras obtener un 12/14 en Selectividad, se fue para San Sebastián a estudiar en la prestigiosa academia, a la vez que trabajaba en un Burger King de la misma cuidad.
La formación dura cuatro años, pero Álvaro comenzó a hacer prácticas en restaurantes desde el primer verano, cuando recaló en Casa Claudio, en Casar de Cáceres. «Estuve en la partida de arroces y planchas, y los fines de semana volvía para las bodas». Los dos siguientes veranos estuvo en Barcelona, en el bar Tickets, de Albert y Ferran Adrià. Y, tras acabar la carrera, tenía las prácticas cerradas en Roma, pero Albert Adrià le propuso colaborar en un libro sobre el mundo de la repostería. Así que se quedó en Barcelona trabajando durante seis meses en la investigación y redacción de recetas. 'Candy: Los postres de elBarri' vio la luz en 2021.
Su paso por Mérida
Su proyecto final de carrera lo hizo en Terracota, en Mérida, ya que también reconoce ser un apasionado de la cerámica. Asimismo, estuvo trabajando en la capital extremeña como jefe de cocina en un restaurante durante seis meses, pero la experiencia acabó «fatal, con un juicio de por medio» y esto le dio alas para meter en el horno sus propias ideas.
En primer lugar, lo intentó con un servicio de chefs a domicilio junto a una compañera de la carrera, pero no funcionó, así que ella acabó volviéndose a Pamplona y él a Cáceres. «Le pusimos Chef Aila porque 'aila' significa familia en turco, y es que al final, las cenas más especiales se hacen con la familia. A pesar de que no tuvo éxito, mi amiga me dio permiso para quedarme con el nombre porque yo a veces hacía tartas para amigos y conocidos. Pero la gente en Cáceres me preguntaba por Chef Alia, y yo, encabronado, decía que no, que era Chef Aila. Sin embargo, un día me di cuenta de que Chef Alia sonaba mucho mejor».
Y cuando fue a registrar la marca así, como Chef Alia, descubrió que 'alia' significa 'excelencia' en turco, un adjetivo que persigue día tras día. En aquel momento estaba trabajando en Atrio, cumpliendo el sueño de muchos cocineros extremeños, pero un problema de salud le hizo replantearse las cosas. Con tan solo 23 años sufrió un ictus. «Pensé que me iba a morir, por lo que decidí acelerarlo todo y montar un negocio ya».
Así que en 2021 abrió en Cáceres una pastelería de estilo americano bajo ese nombre, Chef Alia, ya posicionada entre las mejores de la ciudad. Pero Álvaro tenía la inquietud de levantar una empresa por año y en 2022 creó una marca de cookies llamada 'La Monty vende galletas' en honor a su madre Montaña. «No funcionó, pero tengo las pegatinas y todos los diseños porque ojalá algún día pueda retomarla de nuevo», indica.
En 2023 fundó Maná, un espacio gastronómico ubicado en la plaza de las Claras cuyo nombre hace un guiño al de sus dos abuelas Magdalena y Nana. «Va súper bien, estamos todos muy contentos», asevera. Da empleo a ocho personas. Y ahora, con 2024 a la vuelta de la esquina, «se acabó». Álvaro ha descartado su idea inicial de ir a proyecto por año y sabe que pronto le llegará la calma que tanto desea en los dos que ya tiene.
Actualmente, además de las labores propias de un empresario y de un chef ejecutivo, trabaja en la barra y en la sala durante los fines de semana en Maná, cubre las bajas de sus trabajadores y hace de «comodín», aunque reconoce que lo que más le gusta es la pastelería, que lo envuelve en «una burbuja».
Y es que aunque sus elaboraciones y dulces hayan evolucionado bastante, este joven familiar, trabajador, de mente inquieta y que cree en el destino sigue citándose con la felicidad en su 'cocinita'.
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