sábado, 25 de noviembre de 2023

7 DIAS CITAS , SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 - CALLEJEROS - Al rincón de pensar -Martes -5 , 12 - Diciembre - Réplica a García Montero ,. / LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES - 4 , 11 - Domingo - 3, 10 - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 5 , 12 - Diciembre - María Vázquez,.

 

 TITULO: 7 DIAS CITAS , SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 - CALLEJEROS - Al rincón de pensar -Martes -5 , 12 - Diciembre - Réplica a García Montero,.  

¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 ,.

 Lo mejor del programa ¡Buenos díasJavi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate,etc.
 

 Al rincón de pensar - Martes - 5 , 12 - Diciembre  ,.


Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar, fue un programa de televisión español en el que cada semana dos personajes de plena actualidad (cantantes, políticos, actores, deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular rincón. Se emitió los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.

 

 Réplica a García Montero,.

 

 

María Asunción Mateo, que acaba de publicar «Mi vida con Alberti», contesta a las airadas declaraciones del director del Cervantes, la penúltima polémica cultural,.

La viuda de Rafael Alberti, María Asunción Mateo
 
foto / La viuda de Rafael Alberti, María Asunción Mateo.

Hace apenas dos meses se publicaba el libro «Mi vida con Alberti», de María Asunción Mateo. La viuda del poeta pretendía dar, con él, testimonio del amor vivido. Y en ese relato no podía faltar, por formar parte de ese paisaje sentimental, los desprecios y calumnias, el trato vejatorio, que un grupo identificable de escritores, con Luis García Montero al frente y denominado por ella con fino humor como «los viudos», le infligieron durante mucho tiempo. No se había dado hasta ahora reacción alguna ante el silencio roto al respecto sobre unos hechos que eran conocidos, que no han sorprendido especialmente más allá de que Mateo, más de veinte años después de la muerte de Rafael Alberti, haya decidido a pronunciarse al respecto públicamente. Pero ha sido la publicación en «El País» de una reseña sobre el libro firmada por la profesora Anna Caballé, y no la publicación del libro, lo que ha provocado la respuesta airada del director del Instituto Cervantes en las páginas del propio diario. Una respuesta esta que sí ha sorprendido por el tono bronco e irreflexivo, por lo atropellado y deslavazado, pero, por encima de todo, por la deshonestidad del planteamiento: el autor bracea, señala y acusa, furibundo, sin aportar un solo dato, frente a los detalles y argumentos de Mateo o el ejercicio de reflexión e, incluso, autocrítica, de Caballé, para acabar en el giro, no por previsible menos despreciable, de acusar a esta última de ultraderechista y de uso torticero e ilegítimo del feminismo, y a la primera de mentirosa y arribista. De su escrito se infiere, pues, que despreciar y desacreditar a determinadas mujeres no es machismo, es justicia.

Respuesta «colérica»

A María Asunción Mateo la polémica le preocupa en la medida de que no quiere, como no ha querido nunca, que esta empañe la figura de Rafael Alberti. «Rafael pasará a la historia, ha pasado ya, por su obra», señala, «y yo nunca he querido que ninguna polémica empañara eso. Si hubiese querido habría contado todo mucho ante en lugar de callarme, o habría contado en ese libro otras muchas que he callado y sigo callando. Para mí lo importante al escribir el libro era dar el testimonio de nuestro amor, porque Rafael me pidió que lo hiciera y yo quería cumplir con mi palabra». Para ella, para la que este libro era un escrito sobre el amor, sobre esa vida compartida, ha sido determinante el dónde se ha hablado de él, más que el qué o el quién. «Yo no conozco a Anna Caballé», dice, «pero le agradezco mucho esa reseña porque, en mi opinión, es un artículo objetivo y honesto. Y, publicarla donde la publicó (‘El País’), me parece de gran valentía. Y eso es lo que creo que ha molestado en realidad, que se haya publicado precisamente en esas páginas».

Sí sorprendió, sin embargo, a Caballé la reacción de García Montero. «Me sorprendió mucho», confiesa, «tanto la forma como el contenido de su réplica y, desde luego, ambas eran muy poco adecuadas en relación al alto cargo político que ocupa García Montero. Él me puede menospreciar como crítica literaria, y está en su derecho, pero no como ciudadana. Yo evito la confrontación en la medida de mis posibilidades, porque creo que el respeto mutuo es la medida de la libertad de un país y lo que permite que la vida en él sea respirable. Y esta convicción fue lo que me llevó a responderle». Efectivamente, esa respuesta se producía y daba la profesora una réplica a la colérica respuesta del poeta. Y lo hacía, sorprendentemente, no desde las páginas del diario en que lo hacía este (fuentes ajenas a ella confirman que «El País» no le permitió hacerlo), sino en un artículo en el magazine «Jot Down». En él, la autora contesta con serenidad, no exenta de contundencia, al intento de García Montero de invalidar su artículo sobre el libro apelando a la ideología pero sin proporcionar un solo argumento o dato comprobable.

Contar con el testimonio de García Montero se antoja imposible, más allá de la consulta del artículo publicado en sus páginas amigas (lo que ahora se ha dado en llamar «espacios seguros» y que no es más que el aborto del sano debate y la confrontación de ideas). Pero fuentes muy cercanas confirman, no solo el conocimiento general de los hechos relatados por María Asunción Mateo, sino, como ella misma apunta y corrobora, el hostigamiento infligido también a Susana Rivera, viuda del poeta Ángel González. Como si de un comportamiento sistemático se tratara. Relatan cómo poetas mediocres se acercaban al viejo y retornado Alberti, sabedores de su querencia por la jarana y las mujeres, como si el talento fuese contagioso y tratando de medrar, amistad mediante. Y una María Asunción Mateo, enamorada y que lo enamoró, era para ellos un escollo, un impedimento para seguir alimentando esa relación sobre la que descansaba el ansia de proyección. «Eso lo sabíamos todos, lo veíamos», apunta alguno de ellos, que prefiere no dar su nombre. «García Montero tenía talento, otros no tanto. Pero no se puede negar que les beneficiaba acercarse a Alberti». Explican lo llamativo de ver al poeta escuchando una tesis sobre él mismo, la de un joven García Montero, en la Universidad. O cómo, ante la publicación del libro Impares, fila 13, del que la propia Anna Caballé habla en su réplica, nadie albergaba duda alguna de que a quien ficcionaba era a la propia Mateo, acusada, con poco disimulo, de buscona, golfa y aprovechada. Unos y otros, incluso los que entienden, y casi comparten o justifican, que García Montero contestara a Anna Caballé en los términos en los que lo hizo, los que creen que tanto derecho tiene Mateo para pensar que «los viudos» pretendían aprovecharse de Alberti como aquellos de sospechar sobre ella lo propio, todos, acaban también aludiendo al episodio por el que García Montero abandonaba la Universidad de Granada en 2008 tras ser condenado por injurias graves a su compañero de departamento José Antonio Fortes. Un episodio blanqueado y suavizado convenientemente por una parte de la prensa pero que sirve para contextualizar al personaje y su afición al improperio.

Menosprecio al disidente

Lo sintomático de todo el asunto, como bien señala en su artículo en «Vozpopuli» el periodista cultural Victor Lenore, es esa «costumbre de culpar de todo mal a la “extrema derecha’’, una estrategia habitual en su carrera, aunque ya no se la compre nadie fuera de su círculo de amigos en Prisa, Izquierda Unida y el PSOE». Ese menosprecio al que disiente, ese etiquetar al contrario para, al mismo tiempo, situarse en el lado correcto, y mediante la condena basada en cuestiones ideológicas tratar de anular las ideas, no con otras mejores, sino con el abuso de la autoridad moral autoarrogada. Una por la cual, además, se permite, siendo un hombre blanco y heterosexual que ostenta un alto cargo, con el desequilibrio que esto supone, acusar de ser mala feminista a una mujer, ciudadana anónima, por expresar su opinión. Una que a él incomoda. No es de extrañar que, incluso desde la izquierda, se hayan alzado voces cuestionando que este comportamiento sea propio de alguien que desempeña un cargo como el suyo. ¿No sería exigible algún tipo de ejemplaridad?

María Asunción Mateo está convencida de que, de estar vivo Rafael Alberti, todo esto no hubiese ocurrido. No lo habría permitido y ellos no se habrían atrevido. «Si le hubiesen querido de verdad», reflexiona, «si hubiesen sido de verdad sus amigos, se habrían alegrado de ese amor que vivimos. Pero a ellos tenían otros intereses, otros que no eran ni su bienestar ni su felicidad. Y yo era algo que se interponía»,.

 

TITULO:LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -   4 , 11 - Domingo - 3, 10  - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 5 , 12 - Diciembre - María Vázquez,.

 

DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -  5 , 12 - Diciembre,.

 

 El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso. Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los invitados durante dos días pasando una noche allí. El MARTES -  5 , 12 - Diciembre  ,  a  las 22:40 por antena 3, etc.

LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -4 , 11   - Domingo - 3, 10   - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 5 , 12 - Diciembre - María Vázquez,.

 María Vázquez,.

 La actriz María Vázquez en la alfombra roja del Festival de Málaga

fotos / La actriz María Vázquez en la alfombra roja del Festival de Málaga,.

María Vázquez le tiene ganas al 2024: todas las quinielas apuntan a la actriz como candidata a ganar el Goya por 'Matria' y además estrena 'Honeymoon', «una película dura, esperanzadora, cuya moraleja es que debemos confiar en las segundas oportunidades. Si no crees en ellas, apaga y vámonos, porque entonces la vida no tiene sentido. No podemos rendirnos, siempre hay que luchar por lo que uno quiere». María lo hace: «soy una mujer positiva, tengo mis momentos, claro, pero con los años he asumido que todo lo malo pasa«. Tras el éxito de 'Matria', que le ha valido tantos premios, quería descansar un tiempo, «pero me encantó este proyecto donde doy vida a una policía tranquila, con don de gentes, empática, que se salta la ley por ayudar a las personas«.

Se define como «una mujer intensa que vive su profesión con todo el alma«. Tiene la suerte de estar casada con un hombre que la entiende. Su marido es el actor Víctor Duplá: «él entiende mi manera de trabajar, gracias a eso podemos conciliar. No sé cómo lo haríamos si no fuera sí porque este mundo, con sus horarios y su ritmo de altos y bajos, es muy difícil«. Tienen dos hijos: »tengo la suerte de contar con una familia muy generosa que asume la locura de mi vida. Gracias a mi trabajo soy mejor esposa, mejor madre. Si no estoy trabajando me pongo insoportable«. Pero cuando lo tiene, en casa todo es complicado: »quiero tener rutinas, pero no lo consigo. Soy de improvisar. Mi hijo mayor, sin embargo, es muy estricto, muy cuadriculado. Todo lo tengo que negociar con él. Con el pequeño la cosa fluye mejor, y eso me obligar a tener que aprender muchas cosas. Al final, los hijos te descolocan, desde los horarios hasta tu propia esencia«. Aparentemente caótica, como muchos artistas, es muy ordenada en el hogar: me gusta tener la casa limpia, con todo en su sitio«.

María es romántica a su manera: «no creo en el amor a primera vista, sino en el que se trabaja día a día. No creo en los amores de película. El amor no son regalitos, es valentía para enfrentarse a cualquier imprevisto en la relación«. En ese sentido, es más pragmática: »tengo los pies en la tierra. Mi marido es el soñador. Yo, en todo caso, sueño en el trabajo«. Y, como buena gallega, tiene un poderoso lado místico: «te cuentan tantas cosas de las meigas que al final acabas creyendo en algo. Lo cierto es que la vida es mágica y milagrosa, de eso no cabe la menor duda«. Tanto, que no puede escapar de las supersticiones: »antes las tenía todas, pero me las he ido quitando poco a poco. Siempre llevaba el anillo de mi abuelo«.

No hay nada que le dé más paz que su casita en la Ribera Sacra: «es la calma real, la energía que me da el río, las viñas. Es como si volviese a otra época, con mis antepasados. Por eso nos hemos ido a vivir al pueblo, para conectar con las cosas terrenales, con la gente, con la verdadera vida». Allí olvida todo lo que le saca de quicio: «la injusticia. Y esos que se quieren imponer a toda cosas, los cabezotas, que se empeñan en convencerte a toda costa«. Ella por libre.

La foto: Una familia juguetona

Aquí vemos a la pequeña María disfrazada de zíngara, con sus trenzas y su sonrisa satisfecha. Se la ve feliz. ¡Quién diría que se había pasado la tarde llorando porque no quería peluca sino lucir su pelo bien peinado!: «yo ya tenía mucho carácter y no paraba hasta conseguir lo que quería». Era carnaval, una fiesta muy querida en su familia: «en casa era una tradición disfrazarse siempre. Una vez, mi padre se disfrazó de cura y al llegar a una gasolinera, bromeó con que éramos su familia secreta (ríe al recordar la anécdota).

 
María de pequeña con el disfraz de zíngara,.

Yo mantengo la tradición con mis hijos. En casa montamos hasta jornadas gastronómicas alrededor de la fiesta y nos vamos disfrazando del país que toque cada vez». Se lo pasan en grande: «lo aprendí de mis padres, que jugaban mucho con nosotros, y de mis abuelos, a los que pude disfrutar en el campo, haciendo bizcochos, bañándome en el tanque de la vacas como si fuera la mejor piscina del mundo».

María se recuerda como «una niña pizpireta, alegre, cariñosa, mimosa, risueña: era muy disfrutona, es algo que intento no perder. Me encantaba comer. De pequeña era regordeta e insaciable, iba de casa en casa pidiendo comida porque mi madre me tenía a dieta. Ella era muy moderna y me hacía platos sanos, yo quería dulces». Tiene dos hermanos mayores con los que gastaba bromas telefónicas: «aunque yo era la que siempre les regañaba porque me daba miedo. Era un poco la 'Pepito Grillo', aunque tampoco era una santa. Más bien era una miedosa».

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