domingo, 6 de octubre de 2013

EL BLOC DEL CARTERO, LA PROTESIS DEL REY,./ LA CARTA DE LA SEMANA, HISPANIDAD,

TÍTULO; EL BLOC DEL CARTERO, LA PROTESIS DEL REY,.

La prótesis del Rey-foto-

No es la prótesis la que ha pedido un rey nuevo. Es el Rey el que necesita una prótesis. Vástago corto, al parecer. Es el Rey el que precisa un matrimonio entre cabeza de fémur y acetábulo, ese acomodo pélvico que permite la articulación ideal para el sistema locomotor. Es el Rey quien precisa una lubricación que su cartílago natural le niega. La artrosis pasa su factura. Un hombre de setenta y cinco años, particularmente trabajados, sufre el desgaste de las articulaciones, el roce de huesos sin almohadilla. Nada más allá de lo previsible. Un mecánico ilustrado y brillante al uso, gallego, le ha limpiado la herida, le ha acoplado la pelota metálica y le ha dejado al pie de la recuperación, que habrá de venir después de unas semanas de espera y de otra intervención parecida en la que todo acabe siendo definitivo. Desde el análisis meramente clínico y quirúrgico no hay nada nuevo bajo el sol: cientos de pacientes se someten a tratamientos quirúrgicos semejantes y la inmensa mayoría de ellos cursan con resultados satisfactorios. Personas de esa edad recuperan movilidad y calidad de vida, vuelven a los andurriales de la existencia y persiguen a los nietos por los pasillos de los días.
Pero es el Rey de España. Ningún jefe de Estado, a excepción de Reagan cuando un pirado le metió un tiro por el sobaco, ha despertado tanta expectación en una intervención quirúrgica. Si al presidente de la República Federal de Alemania le hubiesen cambiado parte del chasis, nadie le hubiera prestado ni la mitad de la mitad de interés. Aquí, en cambio, se han dado muestras de afectuosa preocupación por la salud del 'jefe' y sí se han dado, sorprendentemente, extemporáneas manifestaciones de estupidez colectiva; lo cual, por otra parte, da una idea de la trascendencia del personaje.
Ya pasado el tiempo prudencial en el que los calores de la tontería pierden parte de su efecto impactante, bueno será recordar a los tontos profesionales que han dejado salir lo mejor de sí mismos en forma de exabrupto declarativo. Con el Rey en su laberinto, en su cuarto de recuperación, en su despacho de consultas, en sus paralelas y sus andadores, bueno será acordarse de aquellos que destaparon debates estériles y absurdos acerca de su intervención y su tratamiento. Los mismos que quisieron echar del hospital público a Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, tras su aparatoso accidente de moto, son los que han censurado a la Casa del Rey por trasladarle a un hospital privado para intervenirle en una situación de carácter emergente. El comando vergonzoso y sindical de 'batas blancas' que escenificó un acoso en el centro hospitalario en el que Cifuentes luchaba entre la vida y la muerte inspira la invectiva política que ha experimentado el Rey por operarse en un centro privado. Conocidos mediocres de la política, desde el agraz Cayo Lara hasta la estadista Elena Valenciano -y la flamante nueva presidenta de la Junta de Andalucía-, han intervenido en la libertad personal para elegir facultativo y hospital que ha ejercido el Monarca -o mejor, sus médicos- asegurando que ello significaba «un desprecio» por la sanidad pública excelente, por cierto que se desarrolla en los centros hospitalarios españoles. No cabe mayor demagogia barata. Si el Rey hubiese sido atendido en cualquiera de los centros públicos a los que hacen referencia, no habrían pasado dos minutos antes de que se criticase el disturbio que su presencia pudiera haber creado en el natural atasco de los servicios hospitalarios de centros como los citados. U otros argumentos que la nerviosa agitación republicanoide hubiera tenido a bien encontrar. La operación del Rey -en dos tomas- ha sido un éxito y solo queda que desearle una recuperación acorde a sus posibilidades. No va a correr la final de los cien metros lisos, pero no es eso lo que se le pide. No se reina con la cadera, pero es indudable que se sirve mejor al país con las facultades físicas en el mejor estado posible.
Pasado el fervorín con el que algunos han interpretado la intervención quirúrgica del titular de la Corona, es de esperar que se le permita recuperarse con cierta tranquilidad. La prótesis cumple su cometido. Y el Rey también. Y los tontos, que vuelvan a sus menesteres si es posible. 

TÍTULO;  LA CARTA DE LA SEMANA, HISPANIDAD,

 

Juan Manuel de Prada, sobre el conflicto en Siria: “Las armas químicas han sido empleadas por la chusma a la que apoya EEUU”

“Enfrente de ellos se halla un régimen de corte dictatorial que, al igual que ocurría con Sadam Husein en Irak o con Gadafi en Libia, se distingue por ejercer la tolerancia con las comunidades cristiana”, dice el escritor
El escritor e intelectual Juan Manuel de Prada ha escrito un artículo en ABC sobre el conflicto que se vive en Siria. Por su interés, lo reproducimos íntegramente:

Empecemos por aclarar que en Siria no hay ninguna guerra civil. Los llamados «rebeldes sirios» no reclaman reformas ni acaudillan ninguna «revolución popular». Los llamados «rebeldes sirios» no son sino mercenarios y terroristas reclutados en los parajes más variopintos del atlas, financiados desde Qatar o Arabia Saudita y con frecuencia adiestrados por los propios Estados Unidos, que les llevan prestando apoyo logístico –al igual que Israel– desde que comenzara el conflicto. Enfrente de ellos se halla un régimen de corte dictatorial que, al igual que ocurría con Sadam Husein en Irak o con Gadafi en Libia, se distingue por ejercer la tolerancia con las comunidades cristianas y por defender los barrios en los que se asientan de los sanguinarios ataques de los «rebeldes», que no pierden ocasión de cometer las atrocidades más espeluznantes contra los cristianos. Si esta chusma no hubiese recibido incesantes refuerzos, financiación y suministros de armas desde el exterior, la guerra en Siria habría sido atajada hace tiempo.

Como los Estados Unidos no pueden proclamar sin ambages que apoyan el terrorismo en Siria justifican ahora su ataque alegando que el régimen de Assad ha utilizado armas químicas. ¿Quién puede tragarse semejante superchería? El ataque con armas químicas ocurrió en Guta, el suburbio oriental de Damasco, donde Assad mantiene reñida disputa contra los terroristas financiados desde el exterior. Resulta muy difícilmente concebible que se empleen armas químicas allá donde se mantienen concentradas tropas; y resulta directamente rocambolesco que, además, se empleen mientras los inspectores de armas de la ONU se hallan en el país. Las armas químicas, evidentemente, han sido empleadas por la chusma a la que apoya Estados Unidos. Y el intento de justificar tan burdamente la intervención se incorpora así al repertorio de engañifas fabricadas por los Estados Unidos en su afán imperialista, iniciado con la voladura del Maine.

La intervención en Siria fue diseñada hace mucho tiempo, a modo de prólogo al ataque a Irán, que es la pieza que en última instancia se pretende abatir. Las razones que se alegaban para justificarla eran, sin embargo, tan inconsistentes y la calaña de la chusma que combate a Assad tan repugnante que tal intervención se había tenido que aplazar. Pero el peligro de colapso inminente del dólar ha exigido urdir ahora esta engañifa tan burda. Por aceptar euros a cambio de petróleo fue derrocado Sadam Husein; por pretender crear una divisa africana fundada en el patrón oro –el dinar– fue liquidado Gadafi; por pretender desligar las ventas de su petróleo del dólar, Irán se ha convertido en la bicha de los americanos. El problema de fondo es que el dólar, la moneda de reserva mundial desde Bretton-Woods, está cada vez más desprestigiada; con una deuda pública mayor que todos los países de la Unión Europea juntos, cada dólar que imprime Estados Unidos es, a estas alturas, papel mojado. El colapso del dólar sólo se podrá dilatar mientras se mantenga como divisa de las transacciones internacionales de petróleo; en cuanto un grupo de países empezase a comerciar en otra divisa, Estados Unidos iría a la bancarrota. La intervención en Siria es tan sólo un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán.

«Otra vez millares de víctimas serán sacrificadas sobre el altar de una imaginaria democracia», acaba de denunciar paladinamente el Patriarcado de Moscú. Estamos en manos de una chusma dispuesta a todo con tal de mantener su supremacía
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REVISTA SEMANAL EN PORTADA, SAZA QUE NO ES POCO, José Sazatornil,/ Guillermo José "Willy" Montesinos Serrano, UNA HISTORIA IMAGENES EL CIEGO DE LA SERIE LOS LADRONES VAN A LA OFICINA,VENDE CUPONES,


TÍTULO; REVISTA SEMANAL EN PORTADA, SAZA QUE NO ES  POCO ,.
José Sazatornil
 
En portada

Saza, que no es poco,.



foto, Luis Ciges, Manuel Aleixandre, María Isbert, Cassen... Todos ellos nos dijeron adiós. Pero nos queda uno de los más grandes: José Sazatornil, el último cómico del siglo XX. La película 'Amanece, que no es poco', en la que todos ellos participaron, cumple 25 años y se ha convertido en un fenómeno para una generación que casi no había nacido cuando se rodó. La excusa perfecta para reunir a sus protagonistas y homenajear a Saza. El genio de la sonrisa desbordante.
¿Dónde me pongo, chata?». Camina con ayuda de su hija y su sobrino y sacarlo de casa lo desubica, pero sigue siendo tan disciplinado y formal como en sus días de máxima productividad, aquellos en los que llegó a rodar un centenar de películas.
La que hoy trae a José Sazatornil a un estudio es una de las más populares y divertidas en las que ha participado, Amanece, que no es poco, de José Luis Cuerda, que cumple 25 años. Con ese motivo y con el de la publicación por primera vez del guion original (editado por Pepitas de Calabaza), convocamos a varios de sus protagonistas, aunque muchos lamentablemente ya no están. Cassen, Luis Ciges, Manuel Aleixandre, Aurora Bautista, Rafael Alonso, María Isbert, Antonio Gamero y Queta Claver han fallecido. De aquella generación, el de mayor edad ahora es Sazatornil. Luego, Chus Lampreave, que declina participar en el reportaje porque no se encuentra bien.
En realidad, Saza, a sus 88 años, no puede aceptar por sí mismo acudir a esta sesión. Desde que hace casi dos años lo sometieron a una operación por un problema intestinal, ha perdido gran parte de su memoria. No recuerda nada de su trabajo en el cine y en el teatro, aunque reconoce perfectamente a su familia. Son ellos quienes lo animan a posar con los que fueron sus compañeros. No los reconoce, pero parece sentirse cómodo entre ellos. Y cuando se le pide que se mueva, que mire o que sonría, responde con su inconfundible voz y un efusivo «chata» como coletilla.Saza puede no acordarse de su vida en el escenario, pero no ha olvidado cómo posar. Y es que han sido muchos años frente al público y la cámara. Debutó en el teatro con solo 13 años. El escenario le apasionó desde que su padre lo llevaba al teatro cada semana en Barcelona. Durante años simultaneó las tablas con el trabajo de dependiente en una tienda. En el cine debutó con 28 años. Pero su gran pasión, por encima de cualquier otra, fue el teatro y tuvo su propia compañía muchos años. «Le fascinaba todo, desde actuar hasta producir o montar el escenario. Creo que lo único que lamentó es no haber llegado a tener su propio teatro. El Alfil le gustaba. Eso es lo único que quiso tener y no logró», cuenta su única hija, Carmen.
«Por lo demás dice, nunca le oí una recriminación o una queja por ser un eterno secundario. Al revés. Le satisfacía mucho su trabajo y se sentía querido y recompensado». Carmen habla en pasado, aunque su padre está presente en la conversación, porque todo ese aspecto de su vida es una página cerrada ya en su cabeza. «Mi padre decía que es mejor ser un actor de prestigio que una estrella; y él, sin duda, era un actor de prestigio. No es pasión de hija, pero cada vez que hacía un papel lo bordaba». Trabajaba mucho; siempre fue disciplinado, puntual y muy ordenado cuenta, pero le quitaba toda la importancia y mérito a su oficio. Repetía aquel dicho de que «esto consiste básicamente en llevar tus líneas aprendidas y no tropezar con el decorado».
Siempre se definió como «un tipo normal» y era discreto en extremo. Hasta el punto de no definirse nunca ni en asuntos de política ni de religión y ni siquiera de fútbol. Su hija asegura que no le gustaba nada hablar de eso ni en privado, que en su casa solo se hablaba de cine y de teatro y de los asuntos de la vida cotidiana. Saza decía que un actor, como actor, no debía decir «ni los años que tenía». Sin embargo, él nunca pasó inadvertido. Su talento creando personajes inolvidables y su físico peculiar lo convirtieron en un actor único. La nariz aguileña, la mandíbula sobresaliente y la sonrisa desbocada siguen ahí, cuando hace un esfuerzo para levantar la barbilla que la artrosis ha ido clavando en su pecho. Porque Saza se yergue cuando le hablan y, sobre todo, cada vez que el fotógrafo dispara. En realidad es más difícil fotografiar a sus compañeros, que no se quedan quietos. Tito Valverde, que llega como un vendaval, tiene bromas para todos y se mueve con una agilidad que a Saza se le antoja mareante. Pero sonríe.
Hecha la foto, la conversación pasa a recordar anécdotas de lo sucedido 25 años atrás en Albacete, mientras rodaban Amanece, que no es poco. Total unanimidad entre los actores: «Un rodaje inolvidable, irrepetible y divertidísimo». Se rodó en Ayna, Liétor y Molinicos, pueblos albaceteños de la sierra del Segura, conocidos entonces como «la Suiza manchega» por ser un vergel en medio del secarral manchego. Los actores y el equipo se hospedaban en el único hostal de Ayna, en el que de la noche a la mañana pasaron a convivir durante seis semanas una treintena de actores y otros tantos técnicos. «Todo ocurría en ese hotelito, así que estabas en maquillaje y de repente pasaba Saza en pijama... Era maravilloso», cuenta Pastora Vega. Para el pueblo y los alrededores fue un acontecimiento histórico. «Para que te hagas una idea, dice Guillermo Montesinos, Samuel Claxton, el actor cubano que hacía de hijo de Chus Lampreave, era el primer negro que veían». Los vecinos, muchos de los cuales participaron como extras, se implicaron en todo el proceso y eso aseguran los actores contribuyó a darle una frescura irrepetible a la película. Gestionar ese caos con un guion 'surrealista' es algo que solo podía hacer una persona: José Luis Cuerda. En primer lugar, porque él era quien tenía en la cabeza una historia, cuanto menos, peculiar; y, en segundo, por su carácter. «Todo un carácter», coinciden los actores, que pudo manejar a los 94 intérpretes, 45 profesionales y 49 aficionados que participaron en ella. Ahí es nada. «La clave fue la labor de Cuerda, sentencia Gabino Diego. El punto de locura y de confianza que tuvo en todo lo que hacía».
Pero maticemos: a Cuerda no le gusta que se diga que la cinta es surrealista. «De surrealista, nada. Todas las cosas que aparecen en la película tienen una lógica. Lo que hago es pegarle un revolcón a la lógica. Trato de tirar del hilo y ver hasta dónde se puede llegar a partir de situaciones normales o de tópicos». Ítem más, el filme se rodó en Albacete, donde nació y creció Cuerda, porque es el 'hábitat natural' de esos sucesos: «Por raro que pueda parecer, alguno de los disparates de Amanece los he oído de primera mano».Amanece, que no es poco comenzó como propuesta de serie para TVE, donde trabajaba Cuerda, y tardó años en convertirse en película, reconvertida hoy gracias a las redes sociales en fenómeno fan de una generación que casi no había nacido cuando se rodó. Cuerda pudo hacerla tras haber triunfado ya con El bosque animado, pero teniendo en mente una cinta suya anterior, Total, que no había tenido tan buena acogida. En TVE le habían pedido que escribiera comedias, que no era lo que él quería. «Entonces decidí que, si querían risa, iban a tener risa de la mía. Sería una comedia, pero 'raruna'. En España era absurdo hacer comedias al estilo Berlanga, porque ya las hacía él y nadie las iba a hacer mejor». Así nacieron Total y Amanece, que el italiano Gianni Toti definió con precisión de poeta: «Subruralismo».
Cuerda está orgulloso de Amanece. Le resulta difícil elegir una escena, pero «la secuencia en la que el cura y el cabo de la guardia civil discuten sobre el libre albedrío ha sido una de las mejores que he hecho en mi vida. Es un duelo de titanes entre dos actores magníficos, Saza y Cassen, que le sacaban todo el jugo al texto». Luego, decenas de frases que se han convertido casi en dichos populares: «Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario». «Déjate, déjate, que un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama». «¡Faulkner! ¿Es que no sabe que en este pueblo es verdadera devoción lo que hay por Faulkner?»... Tito Valverde lo corrobora: «Aún hoy me paran por la calle y me recitan párrafos enteros de la película».
La conversación deriva por anécdotas paralelas al rodaje. Recuerda Gabino que, después de la película, Rubén Torres que interpreta al argentino plagiario y que vivía en la región lo invitó a las fiestas de los pueblos. «'Aquí se liga mucho', me decía. Yo iba a las fiestas a ver si encontraba el amor de mi vida. Cada noche, me liaba y nunca llegaba a coger el autobús de las 7 de la mañana, el único que iba hasta Hellín para coger el tren a Madrid. Meses me tiré recorriendo las fiestas de los pueblos. Pero ligar, ¡nada!». Entre bromas, Cuerda apostilla: «Gabino dejó huella allí. Todavía lo adoran». Saza no puede seguir la conversación, que para su escaso oído es un confuso ruido, pero se va sonriente y con un efusivo «adiós, chata», que sirve igual para todos los presentes. Ahí va, pasito a pasito, el último gran cómico de nuestro país, que Cuerda dibuja a la perfección: «Un enorme talento al servicio de un físico expresionista. Un hombre de una pulcritud y una amabilidad paradigmáticas».
Queda la conversación en reflexiones sobre si hoy se podría hacer algo como Amanece, sobre si el cine es hoy mejor o peor. Ganan los pesimistas, pese a que Rellán defiende a los jóvenes: «El ser humano lo hace todo mejor cada vez. Toca la guitarra mejor, corre más... Otra cosa es que puedas o te dejen hacerlo. Si la gente tuviera la libertad y la posibilidad de hacer las películas y las series que tienen en la cabeza, serían mejores que las de antes». ¿Habrá segunda parte? No. A nadie le parece una buena idea, aunque Cuerda confiesa que tiene guardado en el cajón otro «disparate» que nunca se sabe... Y como para dar por zanjado el encuentro, cuenta una anécdota sobre lo pesado que puede ser un rodaje o una sesión de fotos que se está alargando más de lo previsto: un día, mientras grababan en Molinicos, apareció un señor con una escopeta. La Guardia Civil lo paró y le preguntó adónde iba con el arma: «A pegarle un tiro a los del cine, que me tienen harto».

No están todos los que son... Pero son todos los que están. De izquierda a derecha, Gabino Diego, Pastora Vega, MIguel Rellán, Guillermo Montesinos, José Sazatornil, Tito Valverde, Enrique San Francisco y José Luis Cuerda, protagonistas y director de Amanece, que no es poco. Antonio Resines no pudo participar por un problema de salud.
Privadísimo
-Nació en Barcelona en 1925, hijo de un acomodado fabricante de cajas de embalaje. Quedó huérfano de madre siendo niño.
-Tiene una sola hija, Carmen, dos nietos y una bisnieta.
-Interpretó papeles inolvidables, como el de La escopeta nacional, de Berlanga, pero el Goya al mejor actor de reparto se lo dieron por una película de Mercero, Espérame en el cielo, en 1989.
-No tenía actores de referencia. Al que más admiraba y quería era a Martínez Soria, que para él siempre fue «don Paco».
-Nunca ha bebido ni fumado ni ha tenido vicio conocido, más allá de ser un adicto al café. Hasta doce al día se tomaba.
-Hace años publicaron su necrológica al confundirlo con un periodista del mismo nombre. No se ofendió. Al contrario, el recorte cuelga en una pared de su casa.
'Amanece', una locura colectiva
Pastora, la labradora. «No sabíamos lo que iba a pasar con aquella película y mucho menos que se iba a convertir en un fenómeno, pero éramos conscientes de que estábamos haciendo un trabajo muy especial, muy enloquecido. Yo me mataba de risa con el guion y conecté enseguida con la locura de José Luis Cuerda».
Gabino, el americano.  «Cuerda nunca me vio hacer de americano antes de rodar. Viajé de noche en tren con un negro de los Estados Unidos y practicaba. Yo tenía preparado el papel, la verdad, pero, cuando llegué, ya íbamos a rodar y me dice Cuerda: 'A ver, hazlo'. ¡Lo podía haber hecho fatal! Y me dice: 'Ya, pero hubiera valido igual'».
Valverde, el labrador cantor. «Durante el rodaje, me salió un papelito en otra película y un día llegué un pelín tarde y ¡Cuerda me pegó un repaso...! No se me olvida. Ya apuntaba maneras. Yo venía de hacer con él El bosque animado, uno de los papeles más bonitos de mi vida, pero no imaginaba que Amanece iba a coger este peso».
Montesinos, el suicida. «La película tiene unos diálogos soberbios y un gran reparto. Estar ahí con Cassen, Luis Ciges o Manuel Aleixandre era una maravilla. Fue un rodaje precioso, pero rodamos bastante más de lo que se ve en el filme. Me encantaría que se recuperasen la secuencias que quedaron fuera».
San Francisco, Cascales. «Fue un rodaje maravilloso... y un caos. El motocarro que tenía que atropellar al suicida se nos acabó estrellando de verdad. Pasó de todo. La verdad es que entender no entendías nada, pero porque estaba todo en la cabeza de Cuerda. Pero él tenía muy claro lo que quería; siempre lo tiene».
Rellán, el borracho. «Estábamos todos juntos en un hotel en Ayna al que solían ir cazadores. Había una mesa de billar americano con una caída más grande que las cataratas del Niágara... Pero al final del rodaje, ni caída ni nada: éramos maestros. Pero el mejor, sin duda, era Manuel Aleixandre: nos ganaba a todos».
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TÍTULO; Guillermo José "Willy" Montesinos Serrano, UNA HISTORIA IMAGENES EL CIEGO DE LA SERIE LOS LADRONES VAN A LA OFICINA,VENDE CUPONES,.


-foto--Guillermo José "Willy" Montesinos Serrano (Castellón de la Plana, 10 de enero de 1948 (65 años) es un actor español.

Biografía

Sube por primera vez a un escenario con tan sólo doce años en un grupo de teatro aficionado. Cursa más adelante estudios de Arte Dramático y en 1969 se instala en Madrid.
Debuta en el cine en 1975 y durante unos años interviene en multitud de películas casi siempre en papeles secundarios, aunque su carrera se centra sobre todo en teatro durante esa época.
En la década de los ochenta su trayectoria experimenta una evolución ascendente, merced a títulos como La vaquilla (1984), de Luis García Berlanga, La vida alegre (1987), de Fernando Colomo, o Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), de Pedro Almodóvar, y donde interpreta al inolvidable taxista excéntrico.
En los últimos años ha compaginado la televisión (Pero ¿esto qué es?, 1990-1991; Los ladrones van a la oficina, 1993-1995; Contigo pan y cebolla, 1997) con el cine y el teatro.
Ha representado, en muchos capítulos, el papel de sacerdote en la serie del canal autonómico valenciano L'Alqueria Blanca.

Filmografía parcial

Teatro

Lista incompleta
  • Orquesta Club Virginia (2012)
  • Ceniza (2011)
  • El extraño viaje (2011)
  • El galán fantasma (2010)
  • 5 gays.com (2005)
  • Que usted lo mate bien (2002)
  • Rosa de dos aromas (2002; como director)
  • Ay, caray (1999-2000)
  • Las obras completas de William Shakespeare (1997)
  • Tócala otra vez, Sam! (1989)
  • La Reina del Nilo (1986)
  • La ilustre fregona (1982)
  • De san Pascual a san Gil (1979)

Televisión

- Los Ladrones van a la Oficina (1993-1996)

EN PRIMER PLANO, ANTONIO LOPEZ PINTOR,. VELAZQUEZ EN EL CORAZON,./ A FONDO, BIENVENIDOS A LA WEBOCULTA,.

TÍTULO; EN PRIMER PLANO, ANTONIO LOPEZ PINTOR,. VELAZQUEZ EN EL CORAZON,.

López/VelázquezEn primer plano

-foto-Antonio López nos guía por el Prado

En dos días se inaugura en el Prado la exposición 'Velázquez y la familia de Felipe IV', que por primera vez analiza la actividad como retratista desarrollada por el genio sevillano en los últimos once años de su carrera al servicio del rey.Con motivo de ella, le propusimos a Antonio López el retratista real de nuestra época y conocedor como pocos de Velázquez que nos acompañase al museo a hacerle una visita al gran pintor de corte. Este es el resultado. Entre con nosotros.
«Mi cuadro favorito? No tengo. A mí, me gusta Velázquez. Cuando una persona te gusta de un modo tan profundo y cuentas con él para tantas cosas, y dialogas con él y es una referencia en tu vida, ya no se trata de un cuadro en sí. No, no es eso. Cuando pienso en Velázquez, nunca pienso en un cuadro, sino en una persona a la que quiero mucho».
Escuchándolo, no sorprende luego que Antonio López nos hable muchas veces de Velázquez en presente. Raramente en pasado. Velázquez para él es eso: presente continuo. Regalo inagotable. A sus 75 años se maravilla con él como si acabara de descubrirlo. Más que un pintor, es para él algo en lo que lleva inmerso toda su vida, un ser tan interiorizado que habla de Velázquez como de sí mismo. No es en absoluto pedantería. Es auténtica veneración, gratitud, profundo saber de saborear a un pintor con el que, como él mismo cuenta, ha pasado muchas horas, cuando era joven y estudiaba, poco después de llegar a Madrid desde Tomelloso, su pueblo natal, del que se marchó con 14 años. «Venía aquí, a la sala de Velázquez, todos los días, varias horas. He pasado realmente muchas horas ante estos cuadros». Antes de llegar a la sala de Las meninas, nos sorprende diciéndonos: «A mí, me costó mucho descubrir a Velázquez. Sí, tardé mucho en comprender su grandeza».
VELÁZQUEZ, EL HOMBRE
Durante los últimos 11 años de su vida, Velázquez, además de pintor de la corte de Felipe IV de Austria, era aposentador real y se ocupaba de la logística de los reyes. Al contrario de lo que algunos apuntan, Antonio López no cree que esa ocupación le robase tiempo para pintar. «Al revés: estar en la corte le facilita su trabajo. En España, en esa época, no se ha dado un caso igual al de Velázquez, a la comodidad con la que él desarrolla su pintura. Y pintó a muy buen ritmo. No creo que ningún pintor de nuestra época trabaje con más libertad que él. Al contrario: creo que con menos. Entre las galerías, los periódicos, las televisiones, las bienales, los críticos... Mira, estamos muy puteados... Ojo: voluntariamente. Es el precio que pagas. Y este hombre estaba realmente muy protegido. Y no abusó nunca de esa protección. Eso es fantástico. Y por eso llegó a estas maravillas que tenemos aquí y que a lo mejor no todo el mundo entendía en su época. Esa libertad de la que gozó contribuyó a que jamás pintase un solo cuadro de formulario...». Ese es, sin duda, uno de los inequívocos logros que nadie quitará jamás a Felipe IV: el cobijo y la protección que dio a Velázquez en la corte. Muchos conjeturan que, sin la amistad del rey, el genio sevillano no habría desarrollado quizá su arte como lo hizo. Siempre se alaba mucho la sensibilidad que Felipe IV tenía por la pintura en general y, a la vez, por su tiempo es quizá el monarca con mayor conocimiento de pintura que haya conocido la historia. Pero con Velázquez había, además, una cuestión generacional: «Tenían la misma edad, habían entrado a la corte casi en la misma época...», apunta Carlos Madrigal, también pintor y amigo personal de López, con el que don Antonio ha llegado acompañado al museo. Justamente ante uno de los últimos retratos que Velázquez realizó de Felipe IV estamos ahora con ellos.
FRENTE a 'FELIPE IV', de 1653
Había un par de monjas en la vida del rey dice López que tenían fama de santas, de videntes. Este hombre, creo yo, debía de ser muy religioso. Muy religioso y muy crápula... Se traía unos líos el pobre... Tenía unas idas y venidas con la carne...». (Felipe IV habría tenido hasta ocho hijos extramatrimoniales, además de los 11 que tuvo dentro de sus dos matrimonios);. «Este retrato ya es de los últimos que Velázquez hizo de él. Es de 1653. Siete años antes de morir [en la exposición habrá otros del rey, entre ellos, el que llega de la National Gallery, en Londres]. Aquí su pincelada es ligera, casi abocetada. Qué sintético es. Pero mira el pelo del rey, cómo le cae. Es que puedes tocarlo. Sabes cómo es ese pelo».
XLSemanal. Corregía mucho, ¿no?
Antonio López. Cambiaba. Porque, claro, hoy el pintor trabaja mucho sobre fotografías, pero esta gente lo hacía directamente del natural. Entonces, el rey se pondría en una postura un día... pero otro día no exactamente igual... Y Velázquez, con una gran capacidad para aceptar e incorporar lo cambiante, no tenía ninguna dificultad ni pereza para mover las formas del cuadro, porque, claro, pintaba con mucho talento. Se han hecho radiografías de varios de sus cuadros que dejan ver qué es lo que hay debajo de lo finalmente pintado; y muestran cómo él cambia sin problemas las figuras. Eso es fascinante: su devoción por lo real, sin transformarlo, ni interpretarlo ni subrayarlo, solo acatándolo. Velázquez no deja de contar con lo real. Está siempre disponible. Como a él no le cuesta mover las formas, no le importa cambiar. Si ve que el retratado alza la cabeza o la mueve, él lo acepta. No intenta imponerse. Y, luego, qué majestuoso que es siempre, pero a la vez qué sencillo... Sobre todo, comparado con los pintores de la realeza de su tiempo: los franceses, los ingleses... El resultado es fuerte y veraz: ni hace la pelota ni tiene ningún tipo de agresividad hacia el personaje. Su mirada es libre y respetuosa porque es respetuosa con todo. Porque todo le parece 'el mundo'.
XL. Y pinta a los bufones con el mismo respeto que a los reyes. ¿Cómo lo consigue?
A.L. Pues sintiendo. Velázquez siente ese respeto por la realidad tal como se manifiesta y la acepta sin juzgarla ni querer intervenir. Esa es su grandeza.
FRENTE A 'MARIANA DE AUSTRIA, REINA DE ESPAÑA'
Debajo de lo que ahora vemos estaba el rey Felipe IV. Lo muestra una radiografía. Exactamente sobre la cabeza, y Velázquez aprovechó todos los elementos. ¿Por qué lo hizo? «Pues no le gustaría lo que había y reutilizó el lienzo asegura López. A mí, los colores de este cuadro, esos rosas, me fascinan. Es un poco como la pintura de Vermeer. Nunca habían aparecido esos colores en un cuadro hasta entonces. Velázquez era el único que se atrevía a ponerlos. Ese rojo al lado de ese negro; ese rosa tan rosa de la mano... Ese despojamiento de toda retórica. Él pinta solo la realidad. Y cuando no tiene las cosas delante de él, como bien se ve en el retrato de Enrique IV de cazador, no consigue el mismo resultado. Lo mismo que Morandi, Velázquez necesita el estímulo de las cosas reales para lograr ese hechizo mágico. Por supuesto que es un pintor de gran oficio, un todoterreno, y si tiene que pintar un caballo corriendo en un paisaje lo hace, pero no llega a la plenitud. En cambio, cuando te tiene a ti delante, entonces es un dios».«Se nota que Velázquez ha pintado el pañuelo encima del negro. Cómo pesa... Cómo pesa sobre esa especie de gasas que lleva... Y esos colores del maquillaje son una cosa... Y, además, la mano: blanca por un lado, más blanca por aquel otro y luego rosa en los dedos. Es que todo es... Es increíble cómo agrupa y ordena las cosas... Cuando Manet vio este cuadro, dijo que ese pañuelo era como el universo, y entiendo lo que quiso decir. Manet se quedó hechizado al verlo, porque de pronto encontró a un hermano mayor. Todos sus sueños, tan contrarios a lo que entonces se pintaba en Francia, los vio aquí de pronto. Vino al Prado por las obras que había visto en el Louvre, pero contemplar junta toda la obra de Velázquez le confirmó que todo lo que él creía que podía ser la pintura estaba aquí. La diferencia con Manet es que en su obra se ve todo el ruido de la técnica. Aparece. Y aquí no se ve la técnica. Tienes que acercarte mucho para ver el movimiento del pincel. Cuando te alejas, solo ves la figura. En cada obra logra que la estructura no sea visible».
FRENTE A 'EL CRISTO CRUCIFICADO'
Cuando trajeron al Prado El entierro de Cristo, ese cuadro tan extraordinario de Caravaggio, vine a ver luego el Cristo de Velázquez explica Antonio López. Si pusieras los dos juntos, el de Caravaggio aplastaría tal vez un poco al de Velázquez, pero solo los primeros cinco minutos... Ese es el misterio de este Cristo: algo que tiene que ver con lo espiritual, con la profundidad y la bondad. En el cristianismo se han hecho pocas imágenes como esta, tan liberadas de toda violencia, de toda amenaza al espectador. Pero tampoco te mueve a sentir pena por el personaje. Realmente desvela lo espiritual con una profundidad como muy pocas veces se ha hecho. Es un Cristo limpio de sangre... Recuerdo un día que estaba mirándolo y de repente sentí que ese hombre me estaba viendo, me estaba escuchando... No está muerto, un muerto flexiona las rodillas. Ese hombre está con la cabeza baja y sabe que estamos aquí. ¡Mira que se ha visto esta figura en recordatorios, en mil reproducciones, y no se gasta...! Es como La Gioconda. No se gasta. Aquí está la grandeza de lo religioso sin la parte corrompida de la religión. Corrompida, triste, estropeada. Estropeada por el hombre, por la mediocridad, por las malas pasiones. Aquí está limpia de todo eso y entonces aparece con una fuerza y con una hondura... Y es que el español siente las cosas serias de una manera muy seria. Eso no lo hace un alemán. Porque aquí no hay ninguna crueldad. No hay nada monstruoso. Solo el peso de lo doloroso. Del silencio. Hay pocas creaciones superiores a esta. Desde luego, en la pintura, ninguna. Ninguna».
FRENTE A 'EL DIOS MARTE'
Si uno mira con atención este cuadro, observa cómo la figura va cambiando constantemente; cómo Velázquez, una vez más, ha ido cambiando la pintura según trabaja y se relaciona con el modelo natural que tiene delante. El modelo está todo el tiempo moviéndose y Velázquez lo refleja apunta el pintor. Y, claro, el tiempo también ha trabajado a su favor, porque las pinceladas anteriores dejan su huella y con los años aparecen. Y se incorporan al presente, y entonces la obra se muestra como si estuviera palpitando». [Se queda callado, admirándola]. «Fíjate en la figura. ¿Cuántas sesiones pudo haber empleado para pintar este cuadro? Quién sabe... Velázquez puede engañarte. Te puede parecer que ha invertido pocas horas y haber empleado realmente muchas, o al revés. Porque aquí hay correcciones, la pintura se ha secado y él ha vuelto a pintar... ¿Cuánto ha tardado en pintarse esa pierna sobre la pierna anterior? ¿Ese brazo que está apoyado? Está todo bullendo, moviéndose. Está vivo. Velázquez afronta a su vez la solución de las formas reales no con desparpajo, pero sí con gran poderío. No le cuesta. Da la sensación de que no le cuesta. No es como Sorolla, que a veces abusa de su poder. Velázquez nunca abusa de su poder. Él siempre siente, se sitúa, reacciona a lo real de una manera amorosa, agradecida, sin imponerse nunca. Acepta la realidad. Para él lo importante es el hombre que está ahí delante, respirando, que está pensando, que se mueve, que se va a levantar y se va a ir, que parece que te está leyendo los pensamientos... Por eso, la pintura no aparece en exceso en las obras de Velázquez como pasa con Manet, para que ese hombre no deje de estar ahí, enigmático. Qué belleza. Velázquez siempre salva a las personas; siempre. Otros pintores, no. Velázquez siempre les echa una mano y las sube para arriba, aunque se trate de personas tristes».

TÍTULO; A FONDO, BIENVENIDOS A LA WEBOCULTA,.

fondo

Bienvenidos a la web oculta

Hay una parte de Internet a la que usted no tiene acceso con sus buscadores habituales. Y no es pequeña. Se calcula que es quinientas veces más grande que la web superficial, aunque nadie lo sabe con exactitud. Para entrar en ella, existen diversas puertas. Una de ellas se llama Tor. Allí habitan archivos militares, informaciones gubernamentales cifradas... y también la cara más delictiva, oscura y perversa del ser humano.
Jacob Appelbaum, el activista de la 'deep web'. (Foto: EFE).
Eric Eoin Marques, un irlandés de 28 años, vivía en la casa de sus padres en Dublín y llevaba una vida solitaria, casi ascética. No terminó los estudios, pero ganaba más que su padre, arquitecto. Su negocio: un servicio de alojamiento en Internet que garantizaba el anonimato a sus clientes porque operaba en la deep web, la zona profunda y oscura de la Red, también conocida como el 'inframundo' o las 'cloacas'; un gigantesco búnker digital inexpugnable, incluso para la Policía y los servicios de inteligencia de los gobiernos. O eso se creía...
Marques estaba preocupado. Como Edward Snowden el exagente de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) que se chivó del espionaje planetario de las comunicaciones por parte de los Estados Unidos, estaba pensando en solicitar asilo en Rusia. Pero no tuvo tiempo. La Policía irlandesa lo detuvo en agosto a petición del FBI. Se lo acusa de permitir el hospedaje de páginas de pederastia y blanqueo de dinero. Y se lo describe como el mayor proveedor de pornografía infantil del mundo. Con su arresto dejaron de funcionar cientos de sitios pedófilos. Pero también cayeron otros servicios no necesariamente fraudulentos, como sistemas de correo electrónico cifrado que permiten comunicarse a criminales, sí, pero también a los disidentes en países dictatoriales o a cualquier hijo de vecino que no quiera que su jefe o su cónyuge fisgue en sus e-mails. Y lo más interesante: cayó el mito de la invulnerabilidad de la deep web.
¿Pero qué es la deep web? Básicamente, lo que Google no ve. Todo aquello que se escapa al radar de los motores de búsqueda: información clasificada, bases de datos protegidas... Los buscadores no pueden indexar estas páginas, bien porque no pueden acceder a ellas, por ser de pago y/o necesitar contraseña; bien porque ni siquiera saben que existen, al estar diseñadas en formatos invisibles para los robots rastreadores. El término lo acuñó el analista Mike Bergman, que compara las búsquedas en Internet con la pesca: «Solo capturas los peces que hay en la superficie; para pescar en las grandes profundidades no basta con navegar, tienes que ponerte un traje de buzo y bajar con un arpón».
Buscar en la 'Deep Web' no tiene nada que ver con googlear. Requiere el esfuerzo de consultar directorios y foros donde se proporcionan enlaces a estas páginas. Muchos de estos links quedan obsoletos en días o incluso horas por motivos de seguridad. A veces, es como buscar una aguja en un pajar... a oscuras. Y el pajar es inmenso. ¿Cómo de grande? La última estimación fiable data de 2001 y calculaba que la deep web contenía unas 500 veces más datos que la Internet superficial. En la actualidad, ni se sabe.
Como en la viña del Señor, en la deep web hay de todo. Bibliotecas y hemerotecas completas, bases de datos universitarias, información militar y financiera, informes confidenciales, imágenes censuradas... También tiene un lado siniestro. «Permite satisfacer una necesidad genuina de anonimato, pero los cibercriminales se han aprovechado para convertir la deep web en una plataforma de oscuridad que les da una ventaja sobre las autoridades y las leyes», expone Jacob Thankachen, experto en seguridad.
Se puede comprar drogas, contratar sicarios, hackear cuentas, descargar vídeos atroces... También es un ecosistema propicio para compartir perversiones e ideologías extremistas o para aleccionar a terroristas. Y, como todo lo oculto, genera sensacionalismo: teorías conspiranoicas y leyendas urbanas sobre ovnis, la ubicación de la Atlántida o peleas a muerte en directo con apuestas millonarias... Todo depende de las intenciones del usuario.
¿Cómo se accede la deep web? La puerta de entrada más utilizada (aunque no la única) es Tor, acrónimo de The Onion Router ('el encaminamiento de la cebolla'). Tor es una aplicación que se puede descargar en el ordenador o en el móvil y proporciona un entorno que, en teoría, protege el anonimato de los internautas. Sirve para navegar, enviar correos y comprar y vender sin dejar rastro. El nombre alude a la cebolla, pues está formado por muchas capas. Cuando usted usa Internet, lo normal es que su ordenador se conecte al servidor de la página que quiere visitar. El servidor anota su dirección IP (que lo identifica y localiza) y envía de vuelta la página buscada. Observar todo este tráfico es sencillo para una agencia del gobierno o para un hacker. Tor dificulta ese espionaje mediante la introducción de intermediarios.
Funciona así: cuando un cliente se conecta, solicita a un servidor los nodos disponibles (hay miles por todo el mundo). Su petición va rebotando de un nodo a otro y saltando de país en país de manera aleatoria; la información del ordenador (la dirección IP y otros datos críticos) es sucesivamente cifrada y modificada entre cada eslabón hasta que llega al destino final. Un espía puede ver lo escrito, pero no quién lo escribe ni desde dónde. Es decir, se puede interceptar el mensaje, pero no 'matar' al mensajero. Y en algunos países lo de matar no es una metáfora.
Con tanta vuelta y revuelta, para navegar con Tor hay que armarse de paciencia. Va muy lento. Es como volver a los años noventa, cuando Internet funcionaba con módem. También el aspecto de las páginas es 'retro'. No se trata de las habituales 'punto com' de la web tradicional, su dominio es 'punto onion' y las direcciones se componen de 16 caracteres alfanuméricos. Por ejemplo, para acceder a The Hidden Wiki ('la Wiki oculta'), que funciona como un directorio o listín de páginas de la deep web muchas de ellas, delictivas, hay que teclear zqktlwi4fecvo6ri.onion. Desde allí se pueden enlazar sitios que ofrecen descargas ilegales de películas y música; servicios financieros 'especiales', como blanqueo de divisas o venta de billetes falsos de 50 euros, foros de pederastas...
Pero Tor tiene también usos positivos, como permitir que activistas, blogueros y ciudadanos en países autoritarios, como Irán, puedan publicar sus opiniones sin miedo a represalias. Tor sirvió de escudo protector a los que organizaban las protestas de la Primavera Árabe. Wikileaks es un caso paradigmático. Esta organización que publica documentos filtrados con contenido sensible operó en esta plataforma en sus comienzos y también cuando fue vetada por la mayoría de los servidores de las webs de superficie. El origen de Tor se remonta a 2003. Es una evolución de un proyecto de telecomunicaciones militares creado por científicos del Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos. Pero en la actualidad está en manos de una organización civil sin ánimo de lucro ubicada en Massachusetts y orientada al derecho a la privacidad. Curiosamente, entre los que aportan fondos para su financiación están Google y el Departamento de Defensa estadounidense, lo que levanta no pocas suspicacias.
El software es libre y gratuito y ha sido descargado por decenas de millones de usuarios. «Los peligros de la Red pueden parecer difusos para la mayoría de los norteamericanos, pero para mucha gente en el mundo visitar páginas de acceso restringido o el simple hecho de decir algo polémico en un correo electrónico puede llevarlos a la cárcel o a la muerte», proclama Jacob Appelbaum, hacker y portavoz del proyecto Tor. Appelbaum confiesa que está obsesionado con el anonimato de las comunicaciones. «Nunca puedes recuperar la información una vez ha sido mostrada. Y se requiere poca información para arruinar la vida de una persona», declaró a la revista Rolling Stone. «Tor no debería ser considerado como algo subversivo, sino necesario. Todo el mundo debería ser capaz de hablar, leer y formarse sus propias opiniones sin ser controlado. Debería llegar un momento en el que Tor no sea considerado como una amenaza y que la sociedad confíe en él. Cuando eso pase, habremos ganado», añade.
Pero ese momento está lejos de llegar. Tor se ha convertido en el escenario de una batalla formidable que enfrenta a delincuentes y agencias de seguridad. Y entre las víctimas colaterales de esa guerra sucia digital están, precisamente, la libertad de expresión y el derecho a la intimidad de la ciudadanía. De hecho, últimamente están ocurriendo cosas extrañas en Tor. Por ejemplo, en septiembre sus usuarios diarios pasaron de quinientos mil a cuatro millones, lo que ha provocado un cuello de botella que ralentiza aún más la navegación, porque no hay ancho de banda suficiente para tantas peticiones. Los directivos de Tor no saben a qué se debe este repentino interés en navegar de manera anónima, por mucho que las filtraciones de Edward Snowden sobre el espionaje gubernamental preocupen incluso a los que no tienen nada que ocultar.
En los foros se especula que la NSA ha descubierto una vulnerabilidad en el sistema para infiltrarse. También se dice que Tor puede estar siendo boicoteado con un ataque de origen misterioso. El conocido hacker español Chema Alonso advierte de que ya existen métodos para rastrear las conexiones de Tor y localizar a clientes, y con el análisis de los datos detectar las direcciones IP. Esto explicaría las últimas detenciones. «La red TOR ya no es ese refugio de anonimato que se pensaba que era», sentencia Alonso, que usa medidas de seguridad extremas e incluso tiene tapada las webcams de sus ordenadores con cinta aislante.
En la deep web se está viviendo una especie de histeria colectiva y sus usuarios se recomiendan unos a otros tomar todo tipo de precauciones. Y muchos señalan que el próximo objetivo de las autoridades es The Silk Road ('la ruta de la seda'), una tienda on-line de compra y venta de drogas cuyo volumen de negocio ronda los 22 millones de dólares anuales, según estimaciones de la Universidad Carnegie Mellon. Opiáceos y medicamentos para los que se exige receta son sus productos estrella. The Silk Road actúa como intermediario anónimo entre el comprador y el vendedor, que tampoco saben quiénes son. El cliente transfiere el dinero a la tienda, que lo guarda hasta que confirma que el pedido se ha entregado por correo postal. Solo entonces realiza el traspaso de fondos hasta el vendedor. La plataforma se lleva una comisión de cada transacción.
En la 'Deep Web' no se paga con dólares, euros o yenes. La moneda oficial se llama 'bitcoin' y es una herramienta de pago potencialmente irrastreable. Se trata de una divisa digital, cifrada, descentralizada y que permite transacciones anónimas y seguras, sin dejar huellas, a diferencia de lo que ocurre cuando se paga con tarjeta de crédito o Paypal. Aunque su valor respecto al dólar o el euro sufre altibajos, cada vez cuenta con más usuarios. Hace cuatro años se necesitaban 10.000 bitcoins para comprar una pizza de unos 18 euros, suponiendo que el pizzero aceptara el pago en bitcoins, algo bastante improbable, porque fuera del mundo virtual la moneda apenas tiene incidencia. Pero en Internet causa furor y hoy una sola bitcoin se cotiza a 68 euros. Se calcula que existen unos 11 millones de bitcoins circulando en la Red, por un valor de mil millones de dólares. Wikileaks, por ejemplo, acepta donativos en dicha divisa.
La inventó un tal Satoshi Nakamoto, seudónimo de una persona o grupo cuya identidad se desconoce. En teoría, cualquiera puede fabricar bitcoins. No hay un banco central que la emita. Hace falta uno o varios ordenadores potentes y programarlos para resolver una serie de problemas matemáticos complejos. En la jerga, esto se denomina 'minería de bitcoins'. El pago por resolver cada problema es una bitcoin. No es ilegal... ni legal. Por el momento no está regulada por los gobiernos. De hecho, el objetivo proclamado por su creador o creadores era limitar la influencia de los bancos centrales. Una alternativa utópica frente a la codicia de Wall Street y la economía especulativa que precipitó la crisis financiera de 2007. Pero las bitcoins también facilitan el lavado de dinero, la evasión de impuestos y la compra de mercancías ilegales. Como todo en Internet, y más aún en ese territorio salvaje que es la deep web, las mejores intenciones y los peores instintos están en conflicto permanente.
Los creadores del 'inframundo'
Roger Dingledine: El inventor de TOR
Desarrolló junto con Nick Mathewson y Paul Syverson un sistema de comunicaciones secretas para la Marina de los Estados Unidos usando capas de protección como una cebolla (Tor es el acrónimo de The Onion Router, 'el router de la cebolla'). Luego pasó al dominio público. «El programa Tor está abierto. Los 'malos' pueden introducir vulnerabilidades, pero cualquiera puede inspeccionar el software y resolver los fallos. Tendríamos problemas si la NSA inserta un código malicioso que nadie reconozca».
Jacob Appelbaum: El activista de la 'deep web'
Experto en seguridad informática y hacker. Viaja por el mundo explicando las ventajas de Tor a activistas políticos y opositores a regímenes autoritarios. Ha sido detenido doce veces por los agentes de Aduanas de los Estados Unidos al regreso de sus viajes. «Los buscadores habituales lo saben todo sobre todo el mundo. Guardan suficiente basura para arruinar cada matrimonio estadounidense. Si se lo proponen, podrían derribar cualquier gobierno. Me aterra ese poder».
Ian Clarke: El fundador de FreeNet
La deep web es vasta y heterogénea y a ella no solo se accede mediante el programa Tor. Uno de los pioneros fue el irlandés Ian Clarke, que diseñó FreeNet, un sistema para distribuir archivos, navegar y gestionar páginas en Internet de manera anónima. Fue su tesis en la Universidad de Edimburgo, donde estudió Inteligencia Artificial. No tuvo una buena calificación, pero publicó el código en 2000 y tuvo un éxito masivo.
Gary McKinnon: El 'hacker' de las profundidades
Es un hacker británico cuyo apodo es Solo. Los Estados Unidos lo acusan de haber perpetrado «el mayor asalto informático a su sistema militar de todos los tiempos», en 2001. Desde entonces, el Gobierno estadounidense ha estado pidiendo su extradición al Reino Unido, que se ha negado. Se hubiera enfrentado a 70 años de cárcel por un delito de terrorismo. McKinnon alega que solo buscaba información sobre ovnis.

EL MISTERIO DE LOS CADAVERES EXQUISITOS,. ARQUEOLOGIA,./ ;CONOCER ZOOM, POR QUE OLVIDAMOS CIERTAS COSAS,.

TÍTULO; EL MISTERIO DE LOS CADAVERES EXQUISITOS,. ARQUEOLOGIA,.

  1. Cadáveres barrocos

    Decorados con oro, plata, gemas y piedras preciosas de valor incalculable, decenas de esqueletos duermen el sueño eterno en cenobios y ...
     
    Arqueología

    Arte funerario barroco. El misterio de los cadáveres exquisitos

    Eran supuestos mártires y, en espera de la santidad, fueron suntuosamente decorados con oro y piedras preciosas. Siglos después yacen ocultos en criptas y monasterios europeos. Un investigador americano, Paul Koudounaris, conocido como 'Indiana Bones', ha sacado a la luz estos espectaculares cadáveres, la mejor muestra del arte funerario barroco de Alemania, Suiza y Austria. Nunca la muerte había sido tan bella.


    Decorados con oro, plata, gemas y piedras preciosas de valor incalculable, decenas de esqueletos duermen el sueño eterno en cenobios y pequeñas iglesias del centro de Europa. Un especialista californiano en arte barroco al que apodan Indiana Bones ha rastreado su pista hasta encontrarlos.
    La historia de estos restos se remonta a 1578. Ese año, mientras realizan unos trabajos en el subsuelo de Roma, unos obreros descubren una serie de catacumbas repletas de esqueletos. La Iglesia, advertida del hallazgo, determina, sin excesivo rigor, que se trata de restos de mártires de la época romana y decide enviarlos como objetos de culto a iglesias y monasterios del sur de Alemania, Suiza y Austria, donde el catolicismo ha recuperado terreno tras la reforma protestante, pero cuyas iglesias se encuentran arrasadas y sin una mala reliquia u obra que mostrar.
    Una vez en sus destinos, los rectores católicos deciden vestir esos esqueletos de la forma más suntuosa posible. En primer lugar, para demostrar a los nuevos fieles la pujanza de la Iglesia de Roma. Y en segundo término como apunta Paul Koudounaris, su descubridor, «para relacionar los restos con la descripción de la Jerusalén celestial repleta de joyas que se hace en el Libro de las Revelaciones». De la tarea de enjoyar con profusión estos esqueletos se encargan las monjas de los monasterios suizos, alemanes y austriacos en los que recalan. Ellas y solo ellas porque, al ser considerados restos de mártires, no pueden ser manipulados por cualquiera. En algunos casos invierten hasta cinco años de trabajo y utilizan los materiales más suntuosos que tienen a su alcance: oro, piedras preciosas, gemas, seda, plata... «Es imposible poner un precio a estos esqueletos; su valor es incalculable», apunta Koudounaris.
    Durante su momento de esplendor, a estos cadáveres se los considera milagrosos, lo que contribuye a reforzar los vínculos de la Iglesia con las ciudades en las que los restos han recalado. Pero el paso del Barroco a la Ilustración los destierra de los principales altares y, pese al valor incalculable de las joyas que lucen, algunos de ellos acaban olvidados dentro de armarios. el reponsable de localizarlos, fotografiarlos y devolverlos a la vida en el libro Heavenly bodies (Cuerpos celestiales) ha sido Koudounaris. «Ha sido, sobre todo, un trabajo detectivesco y creo que todavía quedan bastantes por descubrirse», explica este profesor californiano que durante cinco años ha recorrido decenas de pequeños pueblos en busca de estos exquisitos cadáveres. «Son, sin duda, los mejores trabajos de arte sobre huesos jamás realizados», sentencia.
    El libro consolida a Koudounaris como el principal experto mundial en arte a partir de huesos, al que la prensa italiana dio el sobrenombre de Indiana Bones por su anterior trabajo, The empire of death, un recorrido por osarios de todo el mundo. Koudounaris explica su fascinación por los restos humanos remitiendo a una inscripción que halló en un osario alemán: «Lo que somos lo serás; lo que eres lo fuimos». Y ya tiene en mente sus próximos proyectos: un estudio sobre las posesiones diabólicas de gatos y otro acerca de las leyendas urbanas sobre fantasmas con necesidades sexuales.
    -San Valerio: Este es uno de los esqueletos que se enjoyó de forma más cuidadosa al llegar a Alemania, en el siglo XVI, con oro y piedras preciosas en ojos, nariz y boca. Se encuentra en la iglesia de la localidad bávara de Weyarn, de apenas tres mil habitantes.
    -Mano de Santa Valentina: Este esqueleto se conserva en el monasterio alemán de Bad Schussenried, cerca de la frontera con Suiza. Un guardia suizo papal, Johann Pfyffer, se ocupó del traslado de este y, al menos, otros 25 restos de Roma a esa zona centroeuropea.
    -Santa Luciana: Algunas de las monjas que decoraron estos esqueletos optaron por tapar las calaveras con velos y centrarse en el cuerpo. Es el caso de este cadáver que se conserva en Heiligkreuztal, un minúsculo pueblecito alemán.
    -San Federico: Conservado en el monasterio benedictino de Melk (Austria), está a la vista de los visitantes dentro de una urna acristalada. De todos estos 'cadáveres exquisitos', es el más conocido por el gran público.
    -Santa Mundicia: Está a la vista en la iglesia de San Pedro, en Múnich (Alemania), donde se celebra su festividad. Oculta por un breve periodo, lleva expuesta en su actual ubicación desde 1883.
    -San Alberto: Es uno de los esqueletos que decoró una monja conocida como madre Potentiana, del monasterio bávaro de Freising. Se encuentra en la iglesia de Burgrain, un pueblecito alemán a las afueras de Garmisch-Partenkirchen.
     
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    Nuestros cerebros almacenan masivamente miles de recuerdos que vamos recolectando a lo largo de nuestras vidas. Esos recuerdos van desde los mas profundos (Quienes somos, ¿Por qué vivimos en este ...

    Nuestros cerebros almacenan masivamente miles de recuerdos que vamos recolectando a lo largo de nuestras vidas. Esos recuerdos van desde los mas profundos (Quienes somos, ¿Por qué vivimos en este lugar?) hasta los mas triviales (el numero de matricula de algún auto). En todos los casos, nuestros recuerdos varían su precisión considerablemente.
    ¿Diferentes niveles de precisión o diferentes tipos de memoria?
    Hace algunas décadas, los psicólogos determinaron que existían dos tipos de memoria, una de corto plazo que se encargaba de almacenar hechos recientes; y otra de largo plazo que se encargaba de guardar todos los recuerdos vividos a lo largo de nuestra existencia. Estos dos tipos de memoria tienen también diferentes niveles de precisión: la memoria de corto plazo provee recuerdos con una gran cantidad de detalles, en cambio la memoria de largo plazo los presenta mucho más difusos. Podemos almacenar grandes cantidades de información en nuestra memoria de largo plazo, pero los detalles de esta memoria no son siempre del todo acertados y están limitados a solo decirnos “que es lo que vimos” o “que fue lo que sucedió”.
    Un estudio reciente publicado por Timothy F. Brady, un neurocientífico cognitivo del Instituto de Tecnología de Massachusetts, sugiere que la memoria de largo plazo no es tan difusa como se creía. Junto con sus colegas intentó recordar 3,000 imágenes de objetos comunes, estos eran presentados una sola vez y por tan solo unos segundos. Al finalizar la fase de visualización, se les mostraba un par de imágenes y estos tenían que recordar cual era la que habían visto en la fase anterior. Sin tanto asombro, los resultados de las pruebas fueron excepcionales, más del 90% de la prueba fue acertada aun a pesar de que se había asignado demasiados objetos a recordar. Lo más sorprendente de todo fue la excelente capacidad que tiene la memoria de largo plazo para almacenar detalles precisos. Los sujetos pudieron recordar diferencias tan sutiles, como las de dos imágenes en las cuales la única diferencia se encontraba dentro de una rebanada de pan.
    Si la memoria no es tan difusa como se creía… ¿Por qué seguimos olvidando cosas?
    Como el estudio anterior revela, si nos muestran un objeto, nosotros podemos decir fácilmente si lo hemos visto antes. Pero si por ejemplo intentamos recordar la dirección de una persona, necesitamos buscar voluntariamente dentro de nuestros miles de recuerdos.

    En este caso no tenemos la ayuda de una referencia visual y buscar esa información es como intentar encontrar un documento dentro de un archivero sin etiquetas, a veces nos toma un poco de tiempo encontrar el documento que contiene el recuerdo o en algunas ocasiones simplemente no lo encontramos, esto es a lo que comúnmente llamaríamos como olvido.