TITULO: Juego de Niños - 'Las 24 horas de fútbol sala' repartirá casi 3.000 euros en premios,. Sábado -15- Julio,.
Juegos de niños,.
Sabado -15- Julio a las 22:00 por La 1, foto,.
Juego de Niños - 'Las 24 horas de fútbol sala' repartirá casi 3.000 euros en premios,.
'Las 24 horas de fútbol sala' repartirá casi 3.000 euros en premios,.
Tendrá lugar el fin de semana del 15 y 16 de julio,.
El Ayuntamiento ha retomado la organización del torneo '24 horas de fútbol sala', que tendrá lugar el 15 y el 16 de julio en el pabellón polideportivo de Trujillo. No lo gestionaba desde 2015.
En la actualidad, tiene abierto el plazo de inscripción hasta jueves, 13 de julio. Se repartirán casi 3.000 euros en premios en metálico. Eso sí, se requiere, al menos, 12 equipos, en la categoría sénior masculina, para que se celebre la competición. Su cuota de inscripción es de 50 euros y su ganador se llevará 1.500 euros y el subcampeón 500. En la modalidad femenina y veterana tiene que haber seis equipos y la cuota de inscripción para ambas categorías es de 25 euros. Sus campeones se llevarán 250 euros y los segundos clasificados, 100 euros.
Los terceros y cuartos puestos obtendrán el coste de la inscripción.
TITULO: LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - La condena de «El verdugo» ,.
LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - La condena de «El verdugo» , fotos,.
La condena de «El verdugo»,.
La compañía El espejo negro vuelve a hermanar el teatro de títeres con las grandes preocupaciones sociales en un montaje que homenajea a Berlanga y a su película "El verdugo",.
"El verdugo" pasa del cine a los títeres,.
El argumento es de sobra conocido: José Luis, un joven apocado, tiene en mente emigrar a Alemania para convertirse en mecánico. La casualidad hace que conozca a Carmen, hija de un verdugo profesional llamado Amadeo, y empiece una relación sentimental con ella. Cuando Amadeo los sorprende en la intimidad, se verán obligados a casarse. Vislumbrando el incierto futuro económico de la pareja, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza de verdugo que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho a una vivienda. José Luis acaba aceptando la propuesta de su suegro y de su mujer, con el convencimiento de que jamás se presentará la ocasión de ejercer su controvertido oficio. Pero, más pronto que tarde, llegará una nueva orden de ejecución.
En efecto, se trata de El verdugo, la conocidísima película de Luis García Berlanga, considerada como una de las más importantes de la historia del cine español. El filme cumple 60 años y la compañía malagueña El espejo negro, fiel a su propósito de dignificar el lenguaje teatral de las marionetas, y siempre tan original en sus propuestas, ha tenido la audaz idea de
hacer un espectáculo de títeres a partir del guion original que firmaron el propio Berlanga y su estrecho colaborador Rafael Azcona. Igual que en ocasiones anteriores, Ángel Calvente, fundador de la compañía, aborda un asunto sumamente serio, como es en este caso la pena de muerte, en un trabajo dirigido por igual al público joven y al público adulto. El creador y director de este montaje que hoy llega a la Feria de Palma del Río es consciente de que el humor es la mejor herramienta para llegar a esa masa tan amplia de espectadores: “Berlanga siempre ha tenido un potente sentido de la ironía y del humor, y sobre todo del humor negro, con el que siempre me he sentido muy identificado –explica-. Recuerdo haber visto la película en mi adolescencia y ya entonces me impactó la historia. Especialmente, el desenlace, cuando José Luis es llevado a rastras al patíbulo para que dé muerte al condenado. Condenado que patalea y grita exactamente igual que José Luis”.
Como algunas otras grandes películas que se rodaron en plena época franquista, El verdugo logró, bajo una trama aparentemente cómica y despreocupada, plasmar de manera reveladora el anacronismo político y judicial que imperaba en la España de aquellos años. Pero, además, como recuerda Calvente, es una historia que evidencia, en un plano más general, la tensión que existe entre la libertad del individuo para seguir su propio camino y la presión que ejercen el entorno más próximo y la sociedad para llevarle hacia un determinado lugar: “Es fácil reconocerse y empatizar con un protagonista que se ve obligado a vivir una vida que no quiere, ante la falta de otras perspectivas. La existencia está llena de sorpresas y, cuando menos te lo esperas, te ves sometido, llevando una vida que no te toca. Una vida que te han marcado y pautado desde la más tierna infancia”.
José Vera Nicart, Carlos Cuadros, Laín Calvente y Susana Almahano son los cuatro actores y manipuladores de títeres en un espectáculo que ha contado con la participación del Teatro del Soho Caixabank en la producción.
- Dónde: Feria de Palma del Río (Córdoba), Teatro Coliseo. Cuándo: 6 de julio (22 horas). Cuánto: de 3 a 5 euros.
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TITULO: EL CLUB COMEDIA - La alcahueta se explica ,.
La alcahueta se explica ,.
foto / Olalla Escribano (Melibea) y Gemma Cuervo (Celestina), en el montaje,.
Se apropió de una obra que no era suya con sus frases geniales. La alcahueta de Fernando de Rojas llega con el rostro de Gemma Cuervo en la versión que dirige Mariano de Paco,.
Hay pocos personajes capaces de devorar a sus continentes, de fagocitar las tramas y los temas hasta el propio título. Quizá Celestina, articulizada en «La Celestina» con el paso de los años, sea el mejor ejemplo. La vieja alcahueta creada por Fernando de Rojas, zurcidora de hímenes de desvirgadas, bruja con pócimas para el enamoramiento, correveydile y proxeneta, no era sino un personaje de «Tragicomedia de Calisto y Melibea». Pero devino en una creación tan poderosa que la justicia del tiempo la ha elevado. Esta semana llega a Madrid una nueva versión escénica de «La Celestina», dirigida por Mariano de Paco Serrano y recortada y adaptada por el dramaturgo y productor Eduardo Galán, que ha reducido a un par de horas de montaje el texto. «Estaríamos, si no, hablando de un espectáculo de cinco horas y que habría que ver con el diccionario en la mano», matiza el director. En escena, Alejandro Arestegui (Calisto), Olalla Escribano (Melibea) y Juan Calot (el criado Sempronio), entre otros. Y, sobre todo, la voz y el gesto de una veterana de nuestros escenarios, Gemma Cuervo, que vibra hasta las lágrimas, aunque estemos sentados en el hall de un hotel, cuando de su boca sale un parlamento como «Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan joven que no pueda morirse hoy mismo».
Al contrario que en otras representaciones, esta Celestina es sofisticada, casi se diría que elegante. Así lo explica Gemma Cuervo: «Era una superviviente de la época. A una mujer como ella le debió costar muchísimo vivir en plena Inquisición, mucho más con los oficios a los que se dedicó. Fernando de Rojas no explica por qué lo hacía. Supongo que por miseria. Pero ella ha tenido ya un recorrido de vida. Ha aprendido a hablar de forma culta, aunque también obscena. Incluso, en su aspecto físico, no lleva delantales y trapos ásperos. Entra en los palacios por la puerta principal». Y añade la actriz que «Mariano y yo la fuimos construyendo así, diferente a las Celestinas que había. Y luego descubrimos que Picasso pintó una parecida, con un abrigo, el pelo recogido y un velo. Coincidimos con él, no con los demás autores que han hecho de ella una mujer muy basta».
Una mujer de altura
El director cuenta sobre esta aproximación al personaje que parte «de ese icono que tenemos todos. En el Bachillerato hemos leído "La Celestina", aunque de una manera bastante superficial. Ese icono previo de la Edad Media estaba ahí: una Celestina oscura, encorvada, que casi se va arrastrando, desdentada, más parecida a una rata de alcantarilla que a una mujer. A partir de la lectura del texto, me asaltan una serie de claves: Celestina era eso en sus inicios, pero es mucho más. Tiene altura de gran mujer, capacidad dialéctica como no he encontrado en otro personaje de la literatura, sofisticación física. Es una Celestina urbanita: vive pegada a Melibea. Las mujeres a las que ella les cose los virgos no son prostitutas del suburbio, sino damas de la corte». Es, por tanto, «una señora de lo oscuro, pero cuando ella quiere. Por eso el concepto plástico de la puesta en escena es blanco, como un folio por escribir que los actores van rellenando».
Tras una carrera en la que se suceden títulos como «Don Juan Tenorio», «La dama del alba», «Bodas de sangre» o «La importancia de llamarse Ernesto», Cuervo llega a un papel que necesita de una actriz con poso y tablas. «No debía haberlo hecho antes. Ahora tengo la edad. Me hubiera tenido que disfrazar de mayor, que siempre es un fraude». Y añade con una risa: «No quiero decir que haya que tener la edad exacta para hacer un personaje, pero, como decía aquella actriz: "¡Veinticinco años haciendo la Nuri... y ahora me la quitan!"».
En el debate sobre el género al que pertenece el texto de Fernando de Rojas, una suerte de novela dramatizada, Cuervo es rotunda: «No es teatro, no hay estructura teatral. ¡Que la hagan y luego digan que lo es! Es una sucesión de escenas que no permite tomar aliento. Se concibe la estructura teatral a través de la dirección, de la adaptación y de los actores».
En cualquier caso, una comedia que acaba como el rosario de la aurora: «Los clásicos son muy listos, nos advierten de las cosas –dice la actriz–. Calisto es un torpe, incontinente en su impulso. Cuando termina de hacer el amor, oye un ruido, pisa mal la escalera, se cae y se mata: termina como ha vivido, torpemente». Como la propia alcahueta, aunque por otros motivos: «Yo acabo muy mal por la avaricia. No le doy nada a Sempronio ni a Pármeno, aunque me han ayudado a que la honestidad de Melibea se la dé a Calisto. Muero acuchillada, como debe ser». Y Mariano de Paco aporta una idea: «Hay comedia y tragedia porque hay vida, y uno de los elementos que identifican a esta Celestina en concreto es la vida, que es trágica y cómica, no va sólo por un camino. Y luego hay algo maravilloso, que viene de Fernando de Rojas, que es la ironía trágica. Esos personajes, sin ser conscientes de ello, van adelantando su propio futuro». Y matiza Cuervo: «La comedia viene por la parte de Celestina, que es muy divertida... porque lo obsceno siempre lo es».
Un papel para grandes actrices
Codiciado y recurrente, el papel de Celestina ha tenido numerosas versiones en nuestro país a lo largo de las décadas. Requiere una actriz veterana y de talento, capaz de hacerse con una mujer que es todo genio. En los últimos tiempos, las de más repercusión fueron las de Nati Mistral, en 1999, dirigida por Joaquín Vida, y la de Nuria Espert, en 2004, a las órdenes de Robert Lepage (a la derecha, una foto del fotógrafo Sergio Parra con Espert caracterizada). Aunque ha habido otra Celestina, ésta en cine, que hizo popular al personaje entre muchos jóvenes que ni conocían el libro: la de Terele Pávez (arriba), en la película de 1996 de Gerardo Vera.
Cuándo: desde hoy hasta el 28 de octubre. Dónde: Teatro Fernán-Gómez. Madrid. Cuánto: de 16 a 20 euros. Tel. 91 436 25 40.