jueves, 24 de diciembre de 2015

LA CHICA LUNES -28-DICIEMBRE- DOMINGO -3- ENERO - BELEN GARCIA SANCHEZ PERIODISTA,./ SOLO VENIA POR EL PAN ,.

TÍTULO: LA CHICA LUNES -28-DICIEMBRE-  DOMINGO -3- ENERO - BELEN GARCIA SANCHEZ PERIODISTA,.

Una joven se hace un selfi con Brozas al fondo para el almanaque de Creaerte de 2016. :: Creaerte-foto--Belen Garcia Sanchez es periodista nacida en la ciudad de Cáceres, nos escribe este texto llamado, enseña tu rincón secreto,.

Enseña tu rincón secreto

La joven Belen Garcia Sanchez es periodista  se hace un selfi con Brozas al fondo para el almanaque de Creaerte de 2016. :: Creaerte,.
  • Creaerte lanza su almanaque y una plataforma de selfies turísticos,.

    Cada semana, desde hace años, recorro Extremadura buscando historias, personajes, paisajes y rincones para disfrutar y compartir por escrito. Estas experiencias me han llevado a titular esta sección Un País que Nunca se Acaba. No se trata de un nombre ocurrente, sino de una constatación, de un sentimiento, de una admiración: efectivamente, por más viajes y recorridos que haga, siempre acabo encontrando una dehesa inesperada que me anonada, una calle mayor ignorada que me trastoca, un mirador innominado que me embelesa. O sea, un país que nunca se acaba.
    A miles de extremeños nos pasa lo mismo. Cuando creíamos que ya lo conocíamos todo, descubrimos una bodega en Feria, un palacio en Valencia del Ventoso o un barquito fluvial en Villarreal con los que no contábamos y queremos contárselo al mundo. Las redes sociales y la última tecnología nos permiten desplegar al instante nuestra particular narrativa turística: el viaje y sus descubrimientos fotografiados con la técnica del selfi: mi cara en primer plano presumiendo de paisaje y de rincón, humanizando nuestro recorrido turístico por Extremadura.
    Siempre he pensado que ser director general de Turismo es uno de los cargos más bonitos, pero más complicados que te pueden tocar en el reparto político de esta región. ¿Cómo promocionar tanto lugar con magia, de qué manera abarcar toda nuestra belleza si cuando has acabado de diseñar el folleto o la página web nuevos rincones se suman a la antología de la sorpresa?
    En Creaerte han sabido aprovechar esta situación casi estresante de un ¡oh! en cada recodo y están dando rienda suelta al Síndrome de los Rincones, que se desata cuando recorres Extremadura y su belleza inabarcable acaba provocándote ansiedad, palpitaciones y la frustración de habitar en la belleza y no poseerla.
    Creaerte, o sea, creerte y crearte, es la agencia de publicidad decana de Extremadura. Además de cientos de trabajos reconocidos como la identidad corporativa de Canal Extremadura, la premiada carta de vinos de Atrio, etcétera, Creaerte lanza cada mes de diciembre unos originales almanaques basados en una idea que engancha, ya sean los sentimientos (2014) o la publicidad emocional (2013).
    El esperado calendario de Creaerte para 2016 se centra esta vez en el turismo de experiencias. A partir de la síntesis de dos pasiones muy comunes como son el viaje y la fotografía, el almanaque nos presenta cada mes a un modelo o a una modelo haciéndose un selfi en algún rincón singular de Extremadura. Las fotos nos muestran a una chica sonriente rodeada de cerezos en flor o a un muchacho feliz con la parte antigua de Cáceres al fondo, pero retratada desde una perspectiva poco común.
    La modelo de la foto que ilustra este artículo se hace un selfi en la carretera que une Alcántara y Brozas con la villa brocense silueteándose al fondo.
    A partir de esta idea, Creaerte plantea una original propuesta: que los extremeños nos hagamos selfis en nuestros rincones secretos de la región. Los selfis deben ser enviados a esta dirección web: http://creaerte.com/tourself/index.html y serán publicados en una plataforma creada al efecto. Estos selfis en rincones extremeños inéditos y singulares se moverán en las redes sociales, sus creadores participarán en sorteos y podrán aparecer como modelos en el próximo almanaque de Creaerte. La iniciativa, que se llama 'Tourself, turismo de experiencias', nos permitirá descubrir, mes a mes, la belleza recóndita y desconocida de este país que nunca se acaba.

TÍTULO: SOLO VENIA POR EL PAN ,.

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Resultat d'imatges de SOLO VENIA POR EL PAN ,.Decía Federico Rubio en su obra ‘La mujer gaditana’ que una de las cosas que más llamaban la atención de Cádiz era la excepcionalidad en la estratificación de su vecindario, entendiendo que no había «más que una clase social, dividida por la educación: cultos y menos cultos». Comenzaba el siglo XX y el médico portuense no hacía más que recoger el testigo de cuantos historiadores se habían detenido en esta -llamémosla- peculiaridad gaditana. Un orgullo, a veces un poco esperpéntico -todo hay que decirlo-, por el pasado de nuestra ciudad, por las piedras sobre las que se ha ido edificando nuestra memoria. A Estrabón ya le sorprendía la vanidad histórica de los habitantes de Gades, que hablaban de la fundación fenicia con la misma naturalidad que cualquier vecino hoy en día nos hablaría de Matan, el fenicio de la calle San Miguel. Es lo más parecido a una seña de identidad, ahora que tanto se habla de identidades, y de hecho diferenciales; en Cádiz, hasta los niños pequeños son capaces de pergeñar la línea cronológica que nos separa de la eternidad. Debe ser cosa de los vientos, o de esta situación geográfica que nos sitúa a medio camino de nada, a medio camino de todo, de Europa, de América, de África, del cielo, del mar, del presente, del futuro y del pasado.
Que en cualquier tertulia de casapuerta se hable de un beaterio en el subsuelo o de los azulejos de Delft que donaron los armenios a la capilla del Nazareno, o de las cometas que volaba Fernando VII durante su cautiverio, o de las causas de la explosión de 1947, es suficiente para considerar que no solo somos la capital del paro y del subsidio, sino que existe un caldo de cultivo -un nicho de mercado, dirían ahora, los que se dedican a inventar términos- en el que cocinar un nuevo sustento para esta ciudad.
Por eso resulta interesantísima la labor que la Asociación para la Difusión y la Investigación del Patrimonio de Cádiz (ADIP) que, sin prisa pero sin pausa, como un silencio a voces, se ha empeñado en hacer de la necesidad una maravillosa virtud. Ayer se celebró -con gran éxito de crítica y público, que dirían las crónicas rancias- la segunda edición del Día del Patrimonio Solidario, una iniciativa que ha conseguido conjugar a un mismo tiempo el amor por la historia, y la solidaridad, características ambas que nos definen a la perfección y que ponen de manifiesto, una vez más, el alto potencial que tenemos entre manos, ese escenario en el que estamos acostumbrados a representarnos a diario y que, sin embargo, consigue el aplauso incondicional de los espectadores cada vez que se levanta el telón.
De las doce rutas y visitas programadas del pasado año a las veintisiete de este -prácticamente agotadas desde hacía una semana- solo hay un camino, el de la firme convicción de que entre todos podemos construir un futuro sobre los pilares de nuestro pasado. Dice el presidente de la ADIP, Moisés Camacho, que el único requisito necesario es que los gaditanos se lo crean, «lo hagan suyo y luego se pueda trasladar a los que nos visitan».
Porque si hay algo que nos falta es creer en nosotros mismos. Somos hombres -y mujeres, que no se diga- de poca fe. Tenemos unas instituciones de poca fe, por no decir de ninguna. Este milagro, esta multiplicación del pan, no se ha hecho en los despachos ni se ha gestado en subvenciones gubernamentales, sino que ha nacido y se ha alimentado de la propia voluntad de la gente. La misma gente que, sin asambleas, sin megáfonos, sin necesidad de votaciones a mano alzada ha levantado silenciosamente su voz y sus manos para trabajar por Cádiz.
Redescubriendo el cielo desde las torres miradores y las azoteas, explorando el subsuelo de una ciudad que existe más abajo de donde pisamos, recorriendo las mismas calle por las que un día pasearon romanos y fenicios, y piratas y genoveses, y franceses, y.. compartiendo una vez más los panes y los peces, el aceite, la leche y las galletas, el azúcar y el café. Porque si algo bueno tenemos los gaditanos es nuestra capacidad -siempre la tuvimos- para adaptarnos al medio, a las circunstancias sean buenas o adversas, mimetizándonos como hemos podido con nuestra ciudad. Tan lejos y tan cerca del resto del mundo, aislada en nuestra impostora insularidad.
Más de mil personas participaron ayer en este Día del Patrimonio Solidario, más de mil kilos de comida donados al Banco de Alimentos, más de mil sensaciones, más de mil propósitos de enmienda, más de mil ideas para próximas ediciones, más de mil corazones que contentos, volvieron a demostrar que no sólo de pan vive el hombre. También hacen falta otro tipo de alimentos para conseguir que esta vieja máquina oxidada y atascada vuelva a ponerse en funcionamiento.
Ayer, mientras la ciudad bullía enredada en rutas, visitas, y paseos, volví a acordarme de Caballero Bonald, y a darle la razón; ser gaditano -decía- es un estado de ánimo. Y ayer, gracias a la labor desinteresada de muchísima gente, el ánimo lo tuvimos por las nubes. Que no decaiga.

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