domingo, 27 de diciembre de 2015

REVISTA XL SEMANAL PORTADA - 2015 EN IMAGENES EL NAUFRAGIO DE EUROPA,./ EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA EL DESESPERANTE PESIMISMO ESPAÑOL,.

TÍTULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA - 2015 EN IMAGENES EL NAUFRAGIO DE EUROPA,.

El naufragio de Europa,. foto

La UE debe asumir que la emigración es su principal problema y actuar ya,.

L as fotos —distribuidas ayer por Reuters— de un niño de dos o tres años, muerto en una playa de la localidad turca de Bodrum y poco después recogido en brazos por un policía turco, sacudieron ayer todas las conciencias de Europa y del mundo y agitaron las redacciones de los medios y las redes sociales. El niño formaba parte de un grupo de refugiados que huían de la guerra de Siria e intentaban llegar a la isla griega de Kos; murieron 12 de ellos, de los que cinco eran menores de edad.
Las imágenes son la gota que colma el vaso del gravísimo problema de los refugiados que llegan a Europa huyendo de las guerras de Siria e Irak, o de los emigrantes que buscan una vida mejor, lastrados por la pobreza o la violencia. Más de 300.000 personas han desembarcado en las costas europeas en lo que va de año y varios miles de cadáveres han quedado por el camino. Hasta ayer, las fotos que se publicaban eran dramáticas: ahora, el cuerpo sin vida de la criatura sobre la arena de la playa -que este periódico ha decidido no publicar por su extrema crudeza- ha recordado que hemos llegado a un punto límite. Son los niños los que más sufren las guerras y la pobreza. Según Unicef, un tercio de los refugiados que buscan cobijo en Europa son mujeres y niños y ya hay más de dos millones de refugiados por la crisis siria que son menores de edad.
La tragedia, unida a la de hace pocos días en Austria, llevó a la diputada laborista Yvette Cooper a decir que “cuando hay gente que se ahoga en camiones y llegan cuerpos de niños a la orilla, Reino Unido tiene que actuar”. En las redes sociales turcas surgió un hashtag (=kiyiyavuraninsalik), que significa “la humanidad se estrella en la costa”. Un titular muy explícito que pone de manifiesto que la UE, que nació para defender la paz y la solidaridad y que supo organizar el Estado de bienestar, no es capaz de afrontar el mayor problema que tiene ante sí; que Europa está naufragando frente a la emigración.
Durante todo el verano se ha planteado el debate en términos que enfrentan la seguridad con la solidaridad. Pero hasta la fecha, los principales líderes europeos no parecen haberse dado cuenta de que no se trata de buscar soluciones coyunturales levantando vallas o distribuyendo fondos a los que creen centros de acogida. El problema es mucho mayor y exige soluciones globales, estructurales y que lleguen hasta la raíz. Es el momento de hacer una reflexión profunda sobre el papel que tiene que jugar la UE frente a los millones de personas que buscan la tierra prometida.
Lo primero que deben hacer los políticos es reconocer esta dimensión y decir en voz alta que la oleada de emigrantes obliga a soluciones nuevas y ambiciosas. Y no hay remedio posible si no se hace el diagnóstico correcto. Es imprescindible que una cumbre de líderes europeos —y no solo los ministros de Interior y Justicia citados el próximo día 14— valore la situación y actúe lo antes posible a corto y medio plazo, con medidas económicas y geoestratégicas para llegar hasta las causas del problema. Europa puede reencontrar su camino y parte de la legitimidad y el liderazgo global perdidos si es capaz de afrontar este desafío. Es la única salida posible.

TÍTULO:  EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - EL DESESPERANTE PESIMISMO ESPAÑOL,.

Resultat d'imatges de EL DESESPERANTE PESIMISMO ESPAÑOL,.foto,.

El éxito tiene sus desventajas. Cuando alguien triunfa en algún ámbito laboral o social, siempre hay quien se cree encargado de ajustarle las cuentas. En España, concretamente, el éxito parece una noción extranjera. Nos fascinan los fracasados gracias a esa permanente seducción que el pesimismo ha obrado sobre la mayoría de la opinión pública. Un triunfador acaba siendo sospechoso, y si la ideología puede intervenir lo hace para desacreditarle y desmerecer todo su esfuerzo.
Me viene esto a la cabeza cada vez que observo las reacciones que provoca en algunos el éxito televisivo de la temporada, que no es otro que el espacio que presenta Bertín Osborne en TVE: En la tuya o en la mía. Como sabemos, se trata de un programa que no pretende grandes declaraciones ni titulares espectaculares, que sienta en un sofá a un personaje popular y que discurre dentro de las normas de la corrección, sin aspavientos ni altisonancia. La naturalidad del anfitrión, su simpatía no fingida y el acierto profesional del formato creado por el gran Pablo Carrasco (productor experimentado y solvente de televisión) han obrado el milagro olvidado de situar las audiencias en porcentajes envidiables, cosa que nadie creía que fuera a ocurrir cuando se anunció su emisión.
Seguramente no se escribirían las tonterías que se escriben si la serie hubiese durado seis capítulos y ya nadie se acordara de ella. Pero lleva un porrón y rápidamente ha salido a la batalla el Comando de Intervención Rápida de los ajustadores de cuentas que perezosean en la Caverna Periodística española. Independientemente de que el programa no ataque a nadie ni quiera ignorar ni faltar a colectivo alguno, la progresía opinadora más rancia y reaccionaria ha desatado sus iras manejando argumentos de lo más pintorescos. Bertín no es un periodista ni tiene ningún interés en serlo -cosa que le alabo-, por lo que no hace entrevistas, sino que charla desenfadadamente con sus invitados y lo hace con gracia y no poca habilidad para obtener confesiones interesantes. No tiene por qué hacer la pregunta de actualidad política que haríamos cualquier informador, va a otra cosa. Sin embargo, se le censura que no aborde temas en sus encuentros (como el de Rajoy) que ya son sobradamente tratados en cada comparecencia del presidente del Gobierno o de cualquier otro ejemplar. En virtud de ello he leído estos días que es un chulo, un facha, un señorito, un machista, un hortera y no sé qué más. Y que se está forrando, claro. Lo que sí está claro es que quien dice todo eso no conoce a Osborne, pero da igual. Por el simple hecho de decir que su mujer le llamaría la atención por mancharse la camisa, más de un gilipollas ha deducido que el lugar que Bertín asigna a la mujer es el fregadero. Cosa que no dirían, seguramente, si el programa no tuviese picos de nueve millones de espectadores, pero que afirman en un forzadísimo proceso de inteligencia deductiva no al alcance de todos. Un tipo afable como el cantante -que ha grabado, por cierto, un espléndido disco de grandes clásicos americanos- andará, digo yo, intrigado con este tiroteo repentino; pero buen conocedor de la característica española de la envidia iracunda, no hará más caso que el que se presta al anecdotario del día.
La Caverna Proge no entiende cómo es posible que la gente quiera ver un programa en el que dos tipos hablan y no citan ni a Engels ni a mi admirada Belén Esteban, lo cual serviría para justificar por arriba o por abajo el afecto o el desafecto. Lleva a sus amigos y a otros que no lo son a contar cosas de su vida, vean que simple. Muchos de los que censuran podrían tratar de hacer lo mismo, a ver cuánta gente los seguiría. Coño, si me ha invitado hasta a mí, que no tengo muchas cosas que decir ni soy nada apasionante y quedé hasta bien, ¡o al menos eso me ha dicho mi madre! , hola al 2016,.

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