miércoles, 23 de diciembre de 2015

Reloj TAG Heuer - Marina Peñate,./ COMO SUPERAR EL SINDROME DE LA SILLA VACIA EN NOCHEBUENA,.

TÍTULO: Reloj  TAG Heuer - Marina Peñate,.
 
Marina Peñate, la novia del heredero de FiatReloj  TAG Heuer - Marina Peñate, fotos.

Marina Peñate, la novia del heredero de Fiat,.

    Resultat d'imatges de Reloj  TAG Heuer -
  • Formada en París y Londres, habla cuatro idiomas y su pasión es la vela,.
  • La joven canaria que ha conquistado a Lapo Elkann tiene su propia biografía en una familia dedicada a la moda,.
  •  Han pasado cuatro meses desde que la española Marina Peñate se dio a conocer como la nueva novia de Lapo Elkann, nieto del presidente de Fiat, Giovanni Agnelli, y heredero de una de las mayores fortunas europeas. Desde entonces la relación no ha hecho más que afianzarse como evidencian las declaraciones de amor y las fotografías que ambos comparten en las redes sociales. Elkann, de 37 años, es de sobra conocido, un personaje tan popular como polémico. Sin embargo, poco ha trascendido de la joven grancanaria -de padre canario y madre francesa-, de 26 años, que parece haber conquistado el corazón de uno de los solteros más cotizados.
    Pero Marina Peñate tiene su propia biografía, en una familia dedicada al mundo de la moda. De niña estudió en un exigente colegio trilingüe (español, alemán e inglés) de la capital grancanaria, al tiempo que compatibilizaba su formación con la vela, un deporte al que está estrechamente ligada. Desde bien pequeña, tanto ella como sus hermanos Cristóbal y Alberto -hijo de su padrastro, con el que ha convivido desde los ocho años- se iniciaron en la práctica. En el colegio sacaba buenas notas, aseguran quienes la conocen, y la vela era su pasión. En 2005 y con 16 años quedó subcampeona de Europa en la clase Laser. Poco después y con 17 entró en el equipo olímpico de vela y se fue a Santander, al centro de alto rendimiento Príncipe Felipe. Sin embargo, Marina sólo estuvo allí un año por problemas de salud.
    Para entonces el gusanillo de la moda, que le viene de cuna puesto que su madre tiene un negocio de importación y distribución de ropa prêt-à-porter (Voilà by Sylvie) al por mayor en Canarias, ya le tira. Pero quiere estudiar. Marina elige la carrera de Marketing y Comunicación en la escuela Sup de Pub, en París, y así mata dos pájaros de un tiro: estudia lo que le gusta en una ciudad que le encanta y que conoce porque desde pequeña ha viajado en numerosas ocasiones y además, está en el epicentro de la moda. Al principio lleva un poco mal estar lejos de su casa, porque es de carácter familiar. También añora la playa. Pero su forma de ser, alegre y abierta, la ayuda a superarlo.
    Con la empresa familiar Marina toma contacto en París con el mundo de la moda y el diseño. Le toca analizar las colecciones y elegir la mercancía que después venderá en Las Palmas, además de tratar con los diseñadores. Acomete encantada esta labor sin dejar de lado su carrera, que le da la oportunidad de trabajar en prácticas mientras estudia en diferentes empresas del sector en Francia. Tras cuatro años de carrera se marcha a Londres a hacer un postgrado en la University of the Arts, especializada en moda y diseño. Termina su carrera con 23 años y consigue trabajo en París, como estilista en la revista especializada en moda L'Officiel, de París.
    Un año más tarde acepta una oferta para trabajar como responsable de eventos y community manager en Múnich, en un negocio de venta online de moda, Videdressing. Está un año. Regresa a París y trabaja para el grupo Moma Event, como responsable de comunicación y eventos para L'Arc Paris. En abril de este año, recién cumplidos los 26, decide volver a Las Palmas, a su tierra, para desarrollar su propio proyecto de moda y diseño y dar un impulso a la empresa familiar, de la que es imagen. Por entonces, Marina, que además de español habla a la perfección inglés, alemán y francés, y se defiende en italiano -que ahora perfeccionará-, ni imagina lo que el destino le tiene preparado. Tres meses después, en verano, Elkann se cruza en su camino.
    La pareja se conoció este verano durante unas vacaciones, a través de amigos comunes, y desde el primer momento fue evidente la buena sintonía entre ambos, que captaron las cámaras en las aguas de Portofino. Además de poseer un físico espectacular, Marina Peñate tiene como señas de identidad la sencillez y la simpatía. Su entorno asegura que el inicio de la relación con el joven heredero de Fiat no ha trastocado demasiado la vida de esta joven, más allá de los flashes y las cámaras que les siguen donde van. Su carácter discreto choca con la popularidad de Elkann, pero como buena regatista tiene una fortaleza mental que le ayuda en cualquier situación.
    Ahora Marina vive a caballo entre Las Palmas de Gran Canaria y París para ayudar a su madre con el negocio, desarrollar su proyecto personal y ejercer de relaciones públicas para algunos clientes. También viaja con frecuencia a Milán y a cualquier otro punto del planeta para encontrarse con Elkann. O viaja él, como la pasada semana, cuando el italiano recogió en Madrid el Premio GQ Internacional Hombre del Año. A la vuelta de sus escapadas a Marina siempre le espera su playa de Las Canteras, su perrito Coco y su familia.
TÍTULO: COMO SUPERAR EL SINDROME DE LA SILLA VACIA EN NOCHEBUENA,.

Cómo superar el síndrome de la silla vacía en Nochebuena,.

Sobrellevar la pérdida de un ser querido en estas fechas no es tarea fácil. Los expertos animan a celebrar recordando lo mejor de esa persona y afrontando el dolor como parte natural de nuestro duelo. foto,.

Cómo superar el síndrome de la silla vacía en NochebuenaLas Navidades, más allá de los regalos, de la decoración y de las cenas de empresa, son un momento para disfrutar con nuestros seres queridos. Quizás por eso mismo sean las fechas más complicadas cuando echamos en falta a alguno de ellos. No hay duda de que tener una “Feliz Navidad” se hace complicado cuando hay una silla vacía en nuestra mesa.
“En estas fechas es casi imposible estar al margen de la cantidad de mensajes y recordatorios que invitan a ser felices, pero el bombardeo mediático de alegría y felicidad puede ser un infierno para quienes están viviendo un duelo o no lo han superado”, explica la psicóloga Tamara de la Rosa. Y es que como también resume la coach Adelaida Enguix  “en Navidad, la mente tiene que hacer un doble esfuerzo en su gestión emocional. Ha de gestionar la tristeza hacia el ser querido que ya no está y la alegría intrínseca del ser humano hacia el nuevo año”. Una situación que suele suponer todo un reto a afrontar.
¿Nos sentimos culpables por estar felices?
Uno de los problemas en estas fechas es que si estamos atravesando un duelo reciente, o incluso si esa persona ha fallecido hace tiempo, solemos sentirnos culpables de estar todos juntos celebrando un momento feliz, cuando falta alguien entre nosotros. Como insiste Adelaida Enguix “la culpa es una emoción que está muy arraigada en el ser humano. Las personas somos capaces de sentirnos culpables por casi todo, así que no es de extrañar que cada vez que sintamos alegría y disfrute haciendo algo que antes hacíamos con una persona que ya no está, sintamos que estamos haciendo algo malo y aparezca la culpa”.
Que la culpa aparezca no significa que tenga una base real o lógica, ni que a causa de la misma debamos enfrentarnos de otra forma a la Navidad, o incluso plantearnos no celebrarla. “Muchas personas, sobre todo cuando se trata del primer año, deciden no celebrar estas fiestas no solo por el dolor, sino por respeto a quien no está, pero no se dan cuenta de que al año siguiente tendrán que enfrentarse igualmente a la primera Navidad sin ellos”, matiza Tamara de la Rosa. La experta explica que poder disfrutar de momentos felices en medio de un proceso de duelo es parte de la aceptación de la pérdida, es decir, parte del propio proceso en sí, y por tanto, una fase por la que tenemos que pasar. “Aunque sintamos dolor, debemos seguir avanzando, porque si congelamos nuestra vida, el proceso de la etapa del duelo se paraliza, no sigue su curso y se prolonga en el tiempo”, por eso “en  la primera Navidad, si fue reciente la pérdida, sentiremos dolor” pero hemos de pensar que este poco a poco se convertirá en nostalgia con el paso del tiempo.
Contagiar nuestra tristeza
Otra de las posibles causas de nuestro sentimiento de culpa es la de contagiar nuestra tristeza a nuestra pareja, padres, hermanos o hijos. Por eso en muchas ocasiones no sabemos si es bueno o no mostrar nuestros sentimientos o si ni si quiera deberíamos tratar el tema para no ponernos todos tristes, en unas fechas que se suponen felices. En este sentido, Adelaida Enguix señala que hay que tener en cuenta que “la familia está formada por muchos miembros, los que están vivos y los que no lo están. Si cuando una persona fallece no se le nombra más, la estamos excluyendo del clan familiar como si hubiera hecho algo malo”.
Por todo ello, desde la perspectiva de Tamara de la Rosa lo mejor es normalizar en lo posible la situación. “No debemos hacer como si nada hubiera pasado porque sería un autoengaño y una manera de rechazar el dolor natural”. Por el contrario propone “intentar que las reuniones sean lo más agradables posible, pero sin pensar que es malo recordar, puesto que nombrar, brindar o poner una vela por quien no está, pese a suponer que derrames alguna lágrima, te reconfortará por haber podido honrarle”.
Consejos para sobrellevar el momento
Teniendo en cuenta que ese dolor va a ser en parte inevitable, sí que podemos tener en cuenta algunas herramientas para poder sobrellevarlo de la mejor manera y poder pasar lo mejor posible estas fiestas:
1.     Solo una fecha: La primera idea que pone sobre la mesa Tamara de la Rosa es recordar que “la Navidad es solo una fecha en el calendario y  cada persona le da el significado que quiera”, por lo tanto podemos simplemente tomarla como una fiesta más y no darle más significado que el que tiene, para no abrumarnos ante la situación.
2.     Un brindis: Recordar a esa persona en nuestra cena navideña no tiene por qué ser siempre de forma triste. Como alternativa, la coach propone hacer un brindis “con unas palabras que vaya dirigida a esa persona que ya no está entre nosotros”.
3.     Recuerdos felices: En esta misma línea, en vez de ponernos tristes por la ausencia, otra opción es recordar los momentos más divertidos que pasamos con esa persona en otras Navidades. “Rememora las cosas positivas de esta persona. Buscar sus momentos buenos, hablar abiertamente de ellos, te ayudará a sentir alivio y descargar emociones contenidas”. Y es que “rodearse de gente y conversar sobre el problema puede resultar altamente terapéutico”, apunta Tamara de la Rosa.
4.     No trivializar: Muchas veces intentamos desdramatizar la situación apostillando frases tan manidas como “alégrate que es Navidad” o  “no pienses en eso en estas fechas”. Desde la perspectiva de Adelaida Enguix, este tipo de frases “hacen que nuestro dolor parezca ridículo y que no tenga razón de ser”, por lo que para ella es importante “evitar hacer sentir a la persona que siente pena que no debería de estar sufriendo por ese motivo”.
5.     Reconfortarte en los tuyos: Muchas veces estamos más pendientes de lo que nos falta que de lo que tenemos. Con las personas ocurre lo mismo, que el dolor por quién se ha ido, nos impide disfrutar del cariño de los que siguen estando con nosotros. “Hablar y expresar tus sentimientos te ayudará a sentirte mejor. Además, muchos de tus pensamientos serán negativos y si los compartes, tienes posibilidades de que alguien te los desmonte”, apunta de la Rosa.
6.     No culpabilizarnos: Como ya hemos dicho, el sentimiento de culpa no se basa en razones objetivas por lo que la psicóloga concluye recordando que “celebrar la Navidad no significa olvidar a quien no está”, sino que de forma contraria “significa aceptar que no está, recordarle pero seguir viviendo y disfrutando de quien hoy por hoy sigue estando con nosotros”.

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